martes, 4 de agosto de 2009

Tu BeAv (15 de Av) - Miercoles 5 de Agosto de 2009. (II)

Una búsqueda en el Shuljan Aruj (Código de Ley judía) revela que no hay ningún precepto o costumbre para esta fecha, salvo que cuando comienza el 15 de Av, uno debe aumentar el estudio de Torá, ya que desde ese momento del año, las noches empiezan a ser más largas y "la noche se creó para el estudio". Y el Talmud nos cuenta que hace muchos años "las hijas de Jerusalén irían bailar a los viñedos" los 15 de Av, y "quienquiera no tenía una esposa iría allí" para encontrarse una novia.

¡Y éste es el día en que el Talmud considera la fiesta más grande del año, junto con Iom Kipur.

De hecho, el 15 de Av no puede no ser un misterio. Como la "luna llena" del trágico mes de Av, es la fiesta de la Futura Redención, y un día cuya esencia, por definición, es desconocida a nuestro no-redimido ser.

Menajem Av y su rayo de luz.

Durante la época del Beit Hamikdash, el día 15 de Menajem Av era conmemorado con un feriado popular.

La mayor parte de la cosecha ya había sido recogida, y el espíritu de gratitud hacia el Creador colmaba los corazones del pueblo.

El fin de las labores campesinas alivianaba el peso de las arduas y constantes horas de labor anteriores, brindándole a cada judío la posibilidad de dedicar horas extras al estudio de la Torá, en adición al tiempo mínimo que, durante el trajín diario, había existido.

En ese día, las hijas de Jerusalem solían salir vestidas de blanco, con ropas que habían sido prestadas, tanto las que provenían de hogares humildes como aquellas que estaban rodeadas de abundancia. Con ello se evitaba que, quien no tuviera vestimentas blancas, pasara vergüenza.
Así paseaban por los viñedos, bailando y cantando, y buscaban su pareja.
El acto del préstamo en sí se convertía en un gesto magnífico, demostrando la unión y el deseo mutuo de ayudarse, que era característico del pueblo judío.

Aún la hija del Rey, la princesa, debía pedir prestado. Y no cabe la menor duda de que en el palacio no faltaban vestidos festivos.

Cronológicamente, ordenaríamos los eventos del día de la siguiente manera:
Como ya hemos mencionado en esta publicación, la actitud de los judíos frente al reporte negativo de los espías que mandara Moisés a la Tierra de Canaan, el llorar creyendo que la tierra era inexpugnable aún para el Creador, pidiendo el regreso a Egipto - les valió una pena acorde.
Di-s decretó que los integrantes de esta generación, desde los 20 hasta los 60 años de edad, no vivirían para ver la Tierra prometida. Allí comenzó el deambular del pueblo judío por el desierto durante cuarenta años.

Cada año, al llegar el 8 de Av, día anterior al que lloraron vanamente y sin motivo, se anunciaba a través del campamento:
-¡Cavad vuestras tumbas!
Cada uno salía y cavaba una fosa, en la cual se acostaba a dormir esa noche, ignorando si se levantaría con vida a la mañana siguiente.
Por la mañana, un nuevo anuncio decía:
-¡Que los vivos se separen de los muertos!
Los sobrevivientes despertaban y salían de sus fosas, mientras que miles de sus hermanos yacían muertos en las fosas.
En el año cuarenta, cuando llegó el 9 de Av, los hijos de Israel cumplieron con su ritual anual. Pero a la mañana siguiente, para sorpresa de todos no hubo muertos.

Pensaron que seguramente habían hecho mal sus cálculos, equivocando la fecha en que se encontraban. Y volvieron a pernoctar en sus tumbas al día siguiente.

Pero también entonces, todos volvieron a levantarse con vida.

Así fueron haciendo sucesivamente hasta el día 15, que, en vista que el calendario hebreo es un calendario lunar, y en esa fecha la luna está llena, no ofrecía posibilidad alguna respecto a la fecha en que se encontraban, y viendo la luna, supieron que el día 9 había pasado.

Di-s había perdonado el remanente de la generación pecadora, haciéndose obvio de que los supervivientes llegarían con vida para ver la Tierra Prometida.

Desde ese momento, el 15 de Av se convirtió en una ocasión de especial regocijo.

Otro evento importante, tuvo lugar en esa misma fecha, durante la época del Primer Templo de Jerusalem.

El reino de Salomón se había dividido. La casa de David seguía reinando en el Sur de Israel, mientras que en el norte, un rebelde se había sublevado, Ieravám ben Nebat, dividiendo a Israel en los reinos de lehudá e Israel, respectivamente.

Ieravám deseaba alejar al pueblo bajo su dominio, de la posibilidad de adherirse al Reino de lehudá, a la Casa de David. Y el Templo de Jerusalem, hacia donde la Torá nos ordena peregrinar en tres ocasiones anuales, Pesaj, Shavuot y Sucot, se encontraba justamente allí.

¿Qué hizo? Mandó erigir dos templos idólatras al norte y al sur de su reino, con un becerro de oro en cada uno de ellos, para suplantar al Templo de Jerusalem. Su acción logró, parcialmente, su cometido.

La confusión de sus súbditos era tal, que muchos se unieron al nuevo culto idólatra. Pero la gran mayoría continuaba fiel a su Di-s invisible y esperaba con nostalgia el momento de volver a peregrinar a Jerusalem.

Para evitar que estos se acerquen al Templo de Jerusalem, mandó colocar sobre la frontera guardias fuertemente armados, que castigaban severamente todo intento de pasar hacia el otro lado.
Posteriormente, cuando Hoshea ben Eila (último de los Reyes de las “Diez Tribus" del Reino de Israel) ascendió al trono - gobernó desde el ano 3180 (580 antes de la E. Común) hasta el año 3205 (555 antes de la E.C.)- abolió el sistema de guardias impuesto por Ierabam, permitiendo libremente el paso de todos aquellos que quisieran presentarse en la Casa Sagrada, en Jerusalem.

Esto ocurrió el 15 de Av.

Muchos años después, luego de la destrucción del Segundo Templo, tras el aplastamiento de la rebelión de Bar Kojba y la caída de Betar, los crueles gobernantes romanos impidieron categóricamente que se diese sepultura a la enorme cantidad de caídos.

Por mucho tiempo los cuerpos permanecieron en el lugar donde habían sido asesinados. Milagrosamente, sin embargo, éstos se mantuvieron frescos y no se descompusieron. Parecía como si estuvieran tan sólo durmiendo.

El 15 de Av, finalmente, el invasor otorgó permiso para llevar a los cadáveres a su descanso eterno.

Hoy en día, este día se observa con la omisión de ciertos pasajes de las plegarias diarias, "Tajanún", "Al naharot Babel", etc. y, como toda fecha de nuestro calendario, debe servirnos para meditar sobre su significado y las lecciones que de él podemos extraer

Bailarinas de Jerusalem

En estos días las hijas de Jerusalén salían... y bailaban en los viñedos. ¿Y qué decían? "Joven, alza tus ojos y mira a quién seleccionas para ti...". ¿Qué decían las hermosas? "Busca la belleza, pues la mujer es para la belleza". ¿Qué decían las de prestigioso linaje? "Busca familia, pues la mujer es para hijos". ¿Qué decían las feas? "Haz tu adquisición en aras del Cielo, en tanto nos ornamentes con joyas".
(Talmud, Taanit 26b y 31a )

No es coincidencia que Iom Kipur y el 15 de Av sirvieran como ocasiones para formar parejas entre las mujeres y los hombres de Jerusalén: estos dos días son las fechas del compromiso y el casamiento en la unión espiritual entre Di-s e Israel.

Iom Kipur es el día del compromiso de Israel con Di-s: es el día en el que se dieron a Moshé las Segundas Tablas, marcando la cristalización del pacto en Monte Sinaí mediante el cual Di-s consagró a Israel como Su novia.

El decimoquinto día de Av, la luna llena que sigue al terrible descenso de los primeros días del mes, representa la consumación definitiva de nuestro casamiento con la redención final del Mashíaj.

"Israel", dicen nuestros Sabios, "emula la luna, y calcula [su calendario] por la luna". Tal como la luna (visiblemente) disminuye cada mes hasta desaparecer, sólo para renacer de nuevo y recuperar su plena esfera lumínica, así también la relación de Israel con Di-s (y, como resultado, sus destinos nacionales) tiene sus ascensos y caldas": períodos de alejamiento y galut(nuevamente, sólo visiblemente - la esencia de la relación permanece intacta a lo largo de todo este período, tal como la luna está siempre "allí", luminosa, también cuando su luz es parcial o totalmente oscurecida de la vista terrestre), de los que se alza a la conciliación y renovación de su gloria anterior.

Así, el calendario judío, que pone el ritmo a la vida del judío y su servicio a Di-s, sigue la mengua y el crecimiento de la luna; el decimoquinto día de cada mes, aquel en el que la luna logra su plenitud, marca el clímax de los logros del mes y la sublimación de sus tribulaciones.


Allí se esconde la especialidad del 15 de Av: los nueve primeros días de Av, en los que guardamos duelo por la destrucción del Beit HaMikdash (el Gran Templo) de Jerusalén y la iniciación del más largo y terrible de nuestros exilios, representan lo más bajo de nuestra relación con Di-s; el 15 de Av personifica el alza que sigue en sucesión y proporción- a nuestro más grande descenso: la redención final y definitiva del Mashíaj y la reconstrucción de nuestro hogar marital.

Así, el Talmud concluye su narración del baile bianual en los viñedos de Jerusalén citando el versículo: "Salid y ved, hijas de Tzión, en el Rey Shlomó, en la corona con que su madre lo coronó en el día de su boda y en el día de regocijo de su corazón"

"El día de su boda", prosigue explicando el Talmud, es el de la Entrega de la Torá; "el día de regocijo de su corazón" es el de la "construcción del Beit HaMikdash, que será reconstruido pronto en nuestros días".

Dos tipos de Amor

Existen dos tipos de amor, dicen los maestros jasídicos.

Hay un amor que es generado por la propia mente y corazón de la persona, cuando medita acerca de la grandeza y conveniencia de una cosa y con ello desarrolla sentimientos de amor y atracción a ella.

Luego, hay un amor innato: un amor que la persona misma no ha creado de hecho, hasta puede no ser consciente de poseerlo pero que habita en su corazón desde el nacimiento, una atracción y nexo natural a algo que está implantado en su alma en virtud de qué y quién él es.

"Amarás a Di-s" es un componente crucial de nuestra relación con el Omnipotente. Además del hecho de que amar a Di-s es en sí mismo una mitzvá (mandamiento Divino), es también un requisito previo para la observancia apropiada de todas las mitzvot.

Las mitzvot que no son motivadas por un amor a Di-s se ejecutan mecánica y erráticamente; sólo quien ama a Di-s Lo sirve de una manera que es tanto integral como perdurable. Nuestro amor a Di-s también cae bajo las dos categorías descriptas arriba.

Estudiando lo que Di-s nos ha revelado sobre Sí mismo en Su Torá, y contemplando y meditando acerca de estas verdades, uno desai+olla un sentimiento de amor hacia El - un deseo de acercarse a Su grande y magnífico Ser, unirse y volve rse uno con éste. De hecho, ésta es una de las funciones primarias de la plegaria ("el servicio del corazón"): generar un sentimiento de amor hacia el Creador al meditar acerca de Su grandeza y majestad.

Pero incluso la persona que no triunfa en sus esfuerzos por crear un amor "generado" por estos medios, siempre puede recurrir al amor innato a Di-s que cada uno de nosotros posee como "herencia de nuestros antepasados".

Avraham, el primer judío, fue la personificación misma del amor
a Di-s ("Avraham, quien Me ama", en palabras de Di-s a Isaías), y
Di-s lo premió con el don dc la pateruidad - la capacidad de legar
este amor a sus descendientes. De modo que cada judío tiene el amor
a Di-s de Avraham codificado en sus genes espirituales.

Como con todas las características innatas, este amor puede estar sepultado en el subconsciente, sofocado por los residuos de la vida material; pero siempre puede ser despertado, y convocado a estimular y vitalizar nuestra observancia de las mi~vot.

Las ventajas dcl segundo tipo de amor son obvias. Cada judío lo posee -y la capacidad de materializarl~ no importa el alcance de sus habilidades cognitivas y meditativas O su sensibilidad espiritual.

Además, un amor generado siempre estará limitado por las capacidades de la mente y el corazón que lo creó, y fluctuará conforme el grado de su estado mental y emocional en cualquier momento determinado; nuestro amor innato, siendo un don divinamente otorgado, es infinito e inequívoco.

Pero también el amor generado tiene igualmente ventajas.

Aunque es menor en esencia y alcance, es más agudamente sentido, experimentado más exuberantemente. Pues tal es nuestra naturaleza: lo que nosotros creamos nos es más precioso que el más valioso regalo, lo que nosotros concebimos es de algún modo más relevante y verdadero que lo que se aprende del más grande de los maestros.

Así que aunque basta con estimular nuestro heredado amor a Di-s para conducir nuestra inamovible observancia de las rnitsvot, debemos esforzarnos no obstante en mejorar nuestra relación con El con el éxtasis y la pasión que sólo un amor creado por nuestras propias iniciativas y facultades puede producir.

En las palabras de nuestros Sabios: "Aunque un fuego descendió [sobre el Altar] desde los cielos, es imperioso encender también un fuego producido por el hombre"

Tres Tipos be Alma

Allí se esconde la más profunda significatividad de las declaraciones hechas por las jerosolimitanas buscadoras de novio, como las describe el pasaje talmúdico citado a principios de este ensayo.

Las bailarinas doncellas de Jerusalén, proclamando sus virtudes a sus potenciales novios en los días de compromiso y casamiento de Di-s e Israel, se hacen eco del llamado de la novia Israel a su Divino novio.

El Talmud habla de tres categorías entre las "hijas de Jerusalén" -las hermosas, las de linaje prestigioso, y las feas- cada una de las cuales tenía su propia manera de expresar qué es lo que un joven debe buscar en una esposa.

El alma de Israel, comprendida por muchas almas-hijas de variable calidad y logro espiritual, incluye también estas tres categorías, las que análogamente llaman al novio Divino - atrayéndolo cada una con las cualidades particulares que traen al matrimonio cósmico entre Di-s y Su pueblo.
Hay almas hermosas, aquellas que han logrado perfección en su amor al Omnipotente: una armoniosa mezcla de amor tanto apasionado como generado, basado en los inmutables fundamentos del amor heredado.

15 de Av “La Música”

¿Cuál era su particularidad? La canción y la música.

Las hijas de Israel salían en danza y buscaban sus parejas. Según declara el Talmud “no hubo en Israel festividades como las del 15 de Av”

En los días en que el pueblo de Israel habitaba en su tierra, antes de la destrucción del Beit Hamikdash, este día, era un día de festejo, regocijo, y alegría. La cosecha y los granos ya estaban depositados en los silos y también los frutos de los árboles ya fueron cortados y guardados en sus respectivos depósitos. Ahora tenían tiempo de sobra para dedicarse de lleno al estudio de la Torá, día y noche.

En este día festejamos varios acontecimientos alegres que pasaron a nuestros antepasados:

1) La generación del desierto fue avisada de la anulación del veredicto que caía sobre ellos (y no van a morir más).

2) En este día retiró Hoshea ben Elá (rey de Israel), los guardias que puso Ieravan ben Nevat en los caminos a Jerusalém, para que el pueblo no pueda subir a las fiestas.

3) Los muertos de la ciudad de Beitar fueron llevados a digna sepultura judía.

¿Cuál es el lugar que le cabe a la música y la canción en la Tradición judía?

Poco es lo que generalmente se conoce. Por lo general se tiende a creer que la vida religiosa, la vida del hombre que mira el mundo desde la óptica formal del pensamiento y la meditación, del análisis de cada una de sus partículas, tendría que ser una vida de seriedad y por que no, algo triste y descolorida. Presentamos algunos pensamientos y frases Jasídicas, que desmienten esto y colocan a la música en su verdadero sitial.

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