viernes, 11 de septiembre de 2009

Haftarat de la Parashá Nitzavim (Presentes) - Vayélej (Y fué).23 Elul 5769 (12 de Septiembre de 2009)

Introducción

A partir de el primer Shabat después de Tishá Be Av, y hasta el shabat anterior a Rosh Hashaná, leeremos lo que se conoce como "las siete haftarot de consuelo". Rabí Mordejai Iafé (1535 - 1612) en su libro conocido llamado el "Levush", escribió que estas siete haftarot han sido seleccionadas buscando el objetivo de consolar al pueblo de Israel por la destrucción del Templo de Jerusalem.

El midrash recuerda que hay siete clases de consuelo, y compara al exilio del pueblo de Israel entre los pueblos del mundo, con un rey que fue tomado prisionero junto con sus hijos, sus yernos y todo su pueblo, quedando la reina sola por muchos años. Después de algún tiempo le informaron a la reina que ellos retornarían, y de esta manera, la reina obtuvo consuelo de su sufrimiento.

¿Quién es la reina? La reina es Jerusalem que será notificada prontamente - con la ayuda de D'os - de que la Divinidad será "liberada", así como también el pueblo de Israel, y esto representa siete consuelos: el retorno de los hijos, las hijas, las nueras, los yernos, sus hermanos, sus hermanas, y finalmente el retorno del rey, es decir del Rey de Reyes.

Comentario:Haftarat Nitzavim

Ieshaiahu (Isaías) 61:10 - 63:9


Este sábado es el shabat anterior a Rosh Hashaná, y por eso, esta semana leeremos la última de las siete profecías de consuelo para el pueblo de Israel extraídas del libro del profeta Ieshaiahu, que habíamos comenzado a leer el shabat posterior al día de Tishá Beav.

Esta haftará - llamada "haftarat sos asís", por las primeras palabras de la misma - es la haftará que pertenece a la parashá Nitzavim. Por lo tanto, este sábado no leeremos la haftará perteneciente a parashat Vaiélej, como correspondería hacer acorde con la regla general que dice que siempre que se lean dos parashot de la Torá juntas la haftará que se debe leer es la haftará de la segunda parashá.

"Alegrar, me alegraré con D'os,se regocijará mi alma con mi D'os,pues me ha vestido con ropas de salvación,con un manto de justicia me ha recubierto,como un novio que viste ropajes dignos,y como una novia que luce sus joyas"(61:10)

Acorde con la opinión de algunos exégetas, Ieshaiahu profetiza que en el momento de la redención, la ciudad de Ierushalaim, dirá estas palabras. Sin embargo, de acuerdo con otros comentaristas, quienes dirán estas palabras serán los mismos hijos de Israel que retornarán después de muchos años de largo exilio, a la tierra que D'os les había prometido a sus antepasados.

"Pues así como la tierra saca su fruto,y como un huerto hace florecer sus cultivos,así también D'os hará florecer justicia y gloria,delante de todos los pueblos"(61:11)

Aquí el profeta Ieshaiahu compara a la salvación de Israel con el fruto de la tierra, pues así como de una sola semilla depositada en la tierra que se comienza a pudrir, luego surge un brote que finalmente dará gran cantidad de frutos, así también ocurrirá con el pueblo de Israel, que a pesar de que estuvieron muchos años abandonados en el exilio habiendo sido ultrajados por todas las naciones, cuando llegue el momento de la redención, ellos germinarán y crecerán mucho en cantidad y en calidad, mucho más de lo que eran antes.

Pero además del consuelo y el alivio que sentimos al leer estas bellas palabras, nosotros también podemos aprender de este versículo cómo debemos prepararnos para el gran día de Rosh Hashaná - que cada vez está más cerca - así como para el gran día de la Redención Final.

Rabí Iosef Jaim (1834 - 1909) en su libro "Adéret Eliahu" nos explica que nosotros primero debemos procurar despertarnos espiritualmente desde aquí, desde abajo, para que luego se produzca un despertar desde arriba, de D'os, como está escrito: "Retornen a Mí y retornaré a ustedes, dijo D'os" (Malají -Malaquías- 3:7).

Y esta idea también fue recordada por Nuestros Sabios, respecto del versículo de Shir Hashirim que dice "[Dice Israel:] Yo estoy durmiendo mas mi corazón está despierto; la voz de mi amado [es decir, D'os,] llama: Ábreme!…" (Cantar de los Cantares 5:2). Dice el midrash:

"Dijo Rabí Iasá: Le dijo el Santo - bendito es Él - a Israel: Hijos Míos, ábranme una puerta de arrepentimiento tan pequeña como la punta de una aguja, y Yo les abriré a ustedes puertas tan grandes que podrán entrar por ellas carretas y carrozas" (Shir Hashirim Rabá 5:2).

Dice nuestro autor que el proceso de la redención del pueblo de Israel será similar al proceso de la tierra: "Pues así como la tierra saca su fruto, y como un huerto hace florecer sus cultivos, así también D'os hará florecer justicia y gloria, delante de todos los pueblos".

Así como para que la tierra dé frutos, primero necesita del trabajo del hombre y luego el Santo - bendito es Él - ayuda a la persona enviándole el rocío y las lluvias que provocarán que finalmente la tierra dé sus frutos, lo mismo ocurre con el pueblo de Israel, pues para que desde arriba D'os haga florecer la flor de la justicia y la gloria, necesitamos primero trabajar nosotros, necesitamos antes procurar un despertar espiritual desde abajo.

http://www.judaismohoy.com

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