jueves, 10 de septiembre de 2009

Parashá Nitzavim (Presentes) - Vayélej (Y fué).23 Elul 5769 (12 de Septiembre de 2009).Parashá y Actualidad


Parasha Nitzavim: Elegirás la Vida

La historia de la humanidad, con su constante aspiración al descubrimiento y a la evolución, es la prueba que demuestra la necesidad que tiene el ser humano de descubrir y entender la base de su existencia, con la esperanza de que nuevos datos ayuden a fijar una escala de valores correcta y ética, además de un rumbo en la vida.

La base de esta búsqueda surge de un sentimiento básico y objetivo del ser humano, de que hay un camino por el cual tiene que encaminarse y es su obligación descubrirlo.

Las preguntas que se formulan todas las personas son: "¿Mi estilo de vida es correcto? ¿Aprovecho mi vida como es debido?". Estos interrogantes demuestran la necesidad que tiene el ser humano de saber cuál es su función en el universo.

Sócrates definió todo lo que dijimos en una sola frase: "¡La vida sin un balance no es vida!".

Todas las investigaciones científicas son consecuencia de la necesidad del hombre de buscar el significado de la vida. Tales de Mileto dijo: “Todo está basado en el agua”; Pitágoras afirmaba: “Todo es a base de números”; y Heráclito pensaba: “Todo fluye”. Más tarde, los anatomistas griegos probaron llegar al nivel básico de la materia descubriendo los átomos. En nuestros días, los científicos buscan descubrir y definir las energías que manejan la naturaleza.

Como dijimos, todo el interés por investigar surge de la necesidad del hombre de entender cómo funciona el mundo y cómo la persona se acopla a ese funcionamiento. Y esto también lo podemos ver reflejado en una frase de Albert Einstein: “La ciencia puede ser creada solamente por aquellas personas que están inmersas totalmente en la aspiración a la verdad y al entendimiento”.

La búsqueda por entender cuál es el sentido de la vida es una pieza fundamental en el área psicológica del ser humano.

Hay quienes sostienen que quien se pregunta "¿para qué vivo?", no es una persona totalmente normal, ya que está formulando una pregunta que no tiene respuesta. Sin embargo, el famoso psicólogo Victor Frenkel no está de acuerdo con este enfoque y dice lo siguiente:

“Rechazo totalmente la teoría que dice que el buscar entender cuál es el significado de estar en este mundo, es consecuencia de una enfermedad… La preocupación del ser humano y hasta su desesperación por saber si la vida tiene valor o no, son una necesidad espiritual. Y de ninguna manera es un problema mental… Me animo a decir que no hay nada en el mundo que pueda ayudar más a la persona a superar incluso lo más terrible, que el hecho de saber que la vida tiene un significado”.

Por otro lado, Niesztche dijo: “Quien tiene un ‘para qué’ vivir, puede superar casi totalmente el ‘cómo’ vivir”. Y esto significa que quien tiene una meta en la vida, podrá superar todos los contratiempos que se le presenten.

Además, Frenkel sostiene que quien tiene un sufrimiento que le afecta el ánimo debe incrementar el sentido de su vida para no caer en depresión.

Por ejemplo, a quien tiene problemas de salud que normalmente le afectan su ánimo, se le debe mostrar todo lo que puede hacer en la vida, y de esta manera aumentar sus deseos de superar la difícil situación.

En resumen, la técnica de Frenkel para superar los problemas es aumentar el sentido de la vida, y consecuentemente disminuir el sufrimiento.

Mediante este análisis vemos claramente que el saber cuál es el significado de la vida y cuál es el camino que nos lleva a la meta, tiene una repercusión muy grande en la parte psicológica y anímica del ser humano. La falta de significado en la vida, provoca una disminución en la aspiración por adelantar, y consecuentemente buscamos satisfacción en cosas externas.

Lamentablemente, la cantidad de alcohólicos y drogadictos entre los jóvenes va creciendo a pasos agigantados. ¿Acaso no saben que la droga los termina consumiendo? Obviamente lo saben. Pero quien no tiene un motivo por el cual vivir, prefiere disfrutar el momento, aunque el costo sea la salud o la vida misma.

Para concluir, podremos decir que la persona necesita buscar el significado de la vida. ¿Pero dónde podrá encontrarlo?

La Torá nos brinda una respuesta a esta gran pregunta en uno de los versículos de nuestra parashá: "La vida y la muerte he puesto delante de ti, la bendición y la maldición, y elegirás la vida, para que vivas tú y tu descendencia" (Devarim 30:19).

En este versículo se encuentra la clave que nos abrirá un nuevo horizonte: "¡Y elegirás la vida!". El ser humano se diferencia de los demás seres vivos por la posibilidad de elegir y decidir - lo que denominamos "libre albedrío". Este es el motivo por el cual D’os creó al mundo y al ser humano, para que tenga la posibilidad de decidir hacer el bien, o lo contrario.

El iehudí vino al mundo para manejarse según lo que estipula el libro de instrucciones de la vida, que es la Torá.

La Torá nos enseña cómo dirigirnos en cada momento, para lograr tener una vida feliz en este mundo y en el venidero. La persona tiene constantemente pruebas que superar, ya que muchas veces, el deseo que tiene no es lo que la Torá pide de él. Por un lado quiere hacer lo que desea, y por otro una voz interna - el ietzer hatov - le dice que no lo haga, pues es incorrecto.

Si logrará superar la prueba, estará aumentando su recompensa en el Olam Habá. Esta es la finalidad del iehudí en la vida, superar cada prueba y de esta manera apegarse más al Creador.
Para el ser humano no hay alegría más grande que la de saber que está cumpliendo con su deber y con la finalidad de la vida. Esto es lo que nos recalca el versículo: "y elegirás la vida para que vivas tú y tu descendencia".

Aparentemente, no se entiende por qué la Torá nos aconseja elegir la vida. ¿Acaso no es obvio que lo vamos a hacer? Tampoco se entiende por qué promete que nuestra descendencia también vivirá.

La respuesta es muy simple, pero de suma importancia:
Hashem sabe muy bien que la persona elegirá la vida, pero la pregunta es "cómo" vivirá esa vida. Es por eso que la Torá nos dice que escojamos la vida de la manera que Hashem lo pide, y no como lo propone una sociedad que no tiene respuestas contundentes respecto del verdadero significado de dicha vida.

Si la Torá nos exige que elijamos vivir según sus preceptos, es porque realmente sabe que de esta manera vamos a encontrar el verdadero significado y disfrutaremos realmente de cada momento.

Esta es también la intención de la Torá cuando nos promete que nuestra descendencia vivirá, ya que si uno sabe por qué motivo vive y lo lleva a la práctica, seguramente será feliz y podrá transmitir eso a su descendencia. Por lo tanto, sus hijos y nietos vivirán con un gran sentido de la vida que los llevará a ser felices también. Y a esta elección de vida se refiere D'os en la Torá.

Parasha Vayelej: TESHUVÁ

AI finalizar su jornada laboral, don José regresa a su hogar, con su típica sonrisa, esperando ver a su familia tan feliz y alegre como siempre. Pero esta vez no escucha a sus hijos jugar; un gran silencio invade el ambiente. Abre la puerta y halla a su esposa y a sus hijos, sentados, llorando. Después de un segundo de perplejidad, se acerca a preguntarles qué ha ocurrido. Casi sin poder hablar, su esposa le entrega una citación del juzgado, en la cual está escrito: "El 7 de agosto, a las 8:30hs. debe presentarse ante el juez, a declarar testimonio, sobre el delito que se le atribuye". A partir de ese momento, sólo piensa en hacer llamados telefónicos a sus abogados. Después de estudiar el caso en profundidad, ellos le dicen que siendo que no hay pruebas suficientes a su favor, la posibilidad de demostrar su inocencia es ínfima. Por este motivo, le aconsejan que reconozca su culpa ante el juez, que demuestre un gran arrepentimiento, y con gran fortuna, el juez le aliviará la condena. Sin embargo, parece imposible lograr que no lo envíen a la cárcel.

Esta es la manera en la cual el mundo se conduce. A pesar del arrepentimiento/ se recibe también un castigo. Pero en la Haftará de Shabat Shuva vemos que D"s se apiada de los judíos al darnos la oportunidad de acercarnos nuevamente a Él.

El versículo dice: "Retoma Israel a tu D"s, porque has tropezado por tu pecado. Tomen con ustedes palabras y retornen a D"s" (Hoshéa 14,2-3). ¿Cómo se hace esto? Apartándose del pecado cometido. Ese es el primer paso. El segundo versículo nos enseña que además hay que pedir perdón, demostrando nuestro arrepentimiento. Este es el gran regalo que D"s nos entregó. Pero hay algo más: no sólo quien se arrepiente y obtiene el perdón de D"s, sino que también es beneficiado por El, como dice el versículo: "Y seré como rocío para Israel y florecerá como la rosa y expandirá sus raíces como el cedro del Líbano" (Hoshéa 14:7).

Esta Haftará se lee todos los años entre Rosh Hashaná y lom Kipur, que son los días más apropiados para retornar a D"s, alejándonos del mal sendero y pidiendo perdón. Esa promesa del profeta es garantía para nosotros; debería darnos las fuerzas necesarias para no desesperar de la oportunidad de ser perdonados, y hasta de ser beneficiados.

Sobre estos diez días, el profeta leshaiáhu nos dice: "Busquen a D"s cuando se encuentra, llámenlo cuando está cerca".

Aparentemente, este versículo no se entiende: nosotros sabemos que D"s está en todos lados, siempre se encuentra y siempre está cerca. Pero la intención del profeta es enseñarnos que hay un tiempo en que la predisposición divina para perdonar es mucho mayor, motivo por el cual nos pide que no desperdiciemos la oportunidad.

El siguiente ejemplo nos permitirá entender un poco mejor el valor de estos días:

Quien necesita hablar con el presidente, debe pedir cita con su secretario y, explicar el motivo por el cual precisa reunirse con él, porque después de todo es el secretario quien decidirá si el motivo justifica la cita o no.

Este es el protocolo normal que necesita pasar cada ciudadano, durante todo el año, si quiere hablar con el presidente, a excepción de los días en los cuales el presidente está de vacaciones. Pero si durante esos días logra averiguar cuándo el presidente irá al bosque a caminar, podrá acercársele y formularle su pedido.

Durante todo el año, es posible arrepentimos de nuestras malas acciones y obtener el perdón de D"s; sin embargo, en estos días, D"s abre los corazones de los judíos para que puedan rectificarse de sus pecados más fácilmente.

Es como si D"s, si se permite la expresión, se acercara a la persona para que el proceso de la Teshuvá le sea más fácil. El motivo principal por el cual la persona no abandona el camino errado, es por la falta de reflexión. Y esto es lo que el profeta leshaiáhu reprochó al pueblo diciéndole: "El toro sabe quién es su dueño, el burro quién le da de comer, pero Israel no supo. Mi pueblo no reflexionó" (leshaiáhu 1,3).

El profeta reprocha al pueblo diciéndole que cualquier animal - el toro o incluso el burro - sabe quién es su amo, quién le da de comer, pero el pueblo judío no reconoce Quién lo creó, ni tampoco se esfuerza para saberlo. Con estas palabras, el pueblo recibió una reprimenda que les enseñó cuál era la raíz de todos sus pecados. Sin embargo, la comparación, aparentemente, no es del todo correcta, pues el animal por instinto busca a quien lo alimenta, pero el ser humano carece de ese instinto; si llegara a dicho nivel de conocimiento será por la reflexión; entonces, ¿Por qué el profeta los reprende tan duramente?

La respuesta es simple. El ser humano también tiene bien claro el concepto de que hay un Creador, pero necesita mantener vivo ese sentimiento a través de una constante reflexión. De lo contrario, se corre el riesgo de olvidar lo que es obvio y sencillo. Si el judío no buscare reforzar ese sentimiento, viendo en cada hecho pequeño la mano de D"s, estará poniendo en peligro ese sentimiento natural. Esto es justamente lo que el profeta expresa: "Mi pueblo no supo"; ¿Por qué?, porque "...no reflexionó".

Aquí vemos lo importante de la reflexión y el saber utilizarla. Y justamente en estos días tan especiales debemos buscar el verdadero camino para vivir constantemente apegados a D"s, pues en estos días D"s está más cerca que nunca, ofreciéndonos la oportunidad de corregir nuestros actos erróneos mediante la teshuvá. No dejemos pasar el momento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario