domingo, 27 de diciembre de 2009

Orjot jaim: Caminos de la vida (I)

Los Caminos de Vida
de Rabenu Asher Ben Iejiel

Introducción

Estamos plenamente agradecidos al Creador del universo por poder ofrecer delante de todos los lectores de habla hispana, una de las más importantes obras de musar (ética) que fueron escritas en la historia de nuestro pueblo: el libro "Orjot Jaim", o en español: "Los Caminos de Vida".

Este libro fue escrito por uno de los más grandes sabios de todas las generaciones: Rabenu Asher Ben Rabí Iejiel, o como se lo conoce más comunmente: el Rosh.

El Rosh nació en Alemania en el año 1250, y allí estudió junto a su maestro el Maharam de Rotemburg (Morenu Harab Rabí Meir, 1215 - 1293), hasta que llegó a ser uno de los más grandes sabios de su generación. Luego se trasladó a la ciudad de Toledo, España, donde fue recibido con gran júbilo por toda la gente, y allí se desempeñó como Rabino y Juez Supremo de la Corte Rabínica de esa ciudad, hasta que falleció en el año 1327.

Fiel testimonio de la grandeza de nuestro autor son todos los libros que nos dejó como herencia: una imponente codificación de todas las partes legales del Talmud, un comentario del Talmud (que sólo fue impreso en algunos tratados), unos Tosafot (comentarios agregados) del Talmud, un libro de preguntas y respuestas legales, un comentario de la Torá, un comentario de la Mishná, y además, nuestro libro: Los Caminos de Vida.

Además, el gran Rabí Iosef Karo - autor del "Bet Iosef" y del "Shulján Aruj", entre otros - consideró los dictámenes legales de nuestro autor, como uno de los tres pilares de la halajá (ley judía).

Respecto de la naturaleza de nuestro libro, existen dos opiniones: hay quienes dicen que el Rosh escribió este libro para guiar a todo el judaísmo de su generación por el camino de la Torá y las buenas conductas, mientras que otros opinan que en realidad estos Caminos de Vida, fueron escritos por Rabenu Asher antes de su fallecimiento, como una suerte de testamento-guia que quiso heredar a su hijo mayor, Rabí Iaacov (1275 - 1348), el autor del libro "Arbaá Turim".

Las innumerables veces que esta obra ha sido impresa, atestiguan sobre la gran aceptación que sus palabras han encontrado en el seno del pueblo de Israel durante los casi 700 años que han transcurrido desde que fuera escrita.

Según se cuenta, el famoso Rabí Iom Tov Lipman Heller (autor del comentario de la Mishná llamado "Tosefot Iom Tov", 1579 - 1654) se salvó de la muerte en el año 1626, y a causa de eso, decidió dividir nuestro libro en siete partes, y decretó en la comunidad de Viena que cada uno de los días de la semana se leyera una parte de nuestro libro antes del rezo matutino, y además lo tradujo al Idish. De todas formas, hay una opinión que supone que la parte correspondiente al séptimo día de la semana realmente no ha sido escrita por el Rosh, sino que ha sido agregada por algún otro sabio.

Respecto de nuestro trabajo, sabemos la gran responsabilidad que conlleva traducir al español una obra de esta índole, y es por eso que intentaremos hacer nuestra parte lo más fielmente posible, como para tratar de no cambiar las palabras originales de nuestro autor. De todas maneras, en algunas ocasiones será imperioso para nosotros hacer algún pequeño cambio para acercar los conceptos de este libro lo más posible al entendimiento de los conceptos desarrollados en él.

Además, de traducir completamente el texto, con la ayuda del Creador, escribiremos un pequeño comentario en los lugares donde consideraremos que es necesaria alguna explicación adicional.

De más está decir que si en este libro aparecen conceptos halájicos (de la ley judía), no se debe entender que necesariamente así es la halajá para nosotros (aunque puede ser que sí), y no deben ser tomados en cuenta, sin que antes se haya estudiado ese tema en forma completa, habiendo utilizado los libros de halajá de estos últimos tiempos.

Para finalizar, queremos dejar bien en claro que si durante nuestro trabajo se desliza algún error, de cualquier clase que fuera, la responsabilidad es solamente nuestra y no se debe prejuzgar a nuestro autor - sobre él sea la paz - en absoluto, y aunque intentaremos hacer lo mejor posible por nuestro lado, no nos olvidamos de nuestra condición de seres humanos, es decir, de nuestra limitaciones. Es por eso que nuestro ojos constantemente estarán elevados hacia el Creador para que Él nos provea la sabiduría y el entendimiento necesario para no equivocarnos. Amén.


Para el Primer Día de la Semana: Domingo

Estas son las cosas de las cuales debe cuidarse la persona para desviarse de las redes de la muerte e iluminar con la luz de la vida:

1. Alejarse totalmente del orgullo.

En varios lugares en este libro Rabenu Asher nos previno sobre el orgullo y la arrogancia, y esto demuestra que esta midá (característica) es muy mala, ya que la soberbia es la raíz de todas las malas características que puede tener la persona.

Dijeron Nuestros Sabios: "Toda persona que tiene arrogancia no quedará exenta del castigo del guehinam (infierno) y sobre él dice El Santo - bendito es Él: él y Yo no podemos vivir juntos en el mundo" (Sotá 4b).

Escribió el autor del libro "Shaaré Kedushá": "Todos los beneficios y las cosas buenas de este mundo no tienen importancia, entonces ¿por qué te enorgullecerás sobre las demás personas? Si estarás orgulloso de ser alto todos fueron creados a imagen de D'os. Si estarás orgulloso de la familia de la cual provienes todos somos descendientes de Abraham, Itzjak e Iaacov. Si estarás orgulloso de tu riqueza cuántas personas de baja calaña son mucho más ricos que tú!, además, D'os es Quien empobrece o enriquece a la persona, y ella no se debe vanagloriar por su riqueza, pues hay veces que la riqueza de la persona es para su mal. Y si vas a enorgullecerte por tu sabiduría cuántos grandes sabios fueron arrancados de este mundo y del mundo por venir!".

Es por eso que nuestro autor escribió que no alcanza con alejarse del orgullo, la arrogancia y la soberbia en forma parcial, sino que debemos alejarnos de estas malas características totalmente y en forma absoluta.

2. Y también de la hipocresía.

También debemos alejarnos totalmente de la hipocresía, como estudiamos: "Dijo Rabí Elazar: Toda persona que tiene hipocresía trae enojo sobre el mundo, y no sólo eso, sino que además su rezo no es escuchado... y dijo Rabí Elazar: Toda persona que tiene hipocresía es maldecido incluso por los fetos en el vientre de sus madres y dijo Rabí Elazar: Toda persona que tiene hipocresía cae en el guehinam (infierno)" (Sotá 41b).

¿Qué es ser un hipócrita? El Meiri (Rabí Menajem Ben Rabí Shelomó, 1240 - 1306), nos explica que quien se calla cuando ve que una mala acción es realizada y se abstiene de reprender y advertir a su prójimo, es considerado un hipócrita. Asimismo, también es considerada hipócrita la persona que loa y alaba a la persona que tiene malas características, o que se junta con personas negativas permanentemente, o que alaba una mala acción, o ayuda a otros a hacerla, o trata de encubrir o justificar a quien la realiza.

3. Y también de la mentira y el engaño.

También debemos alejarnos totalmente de la mentira y del engaño. Hay una diferencia esencial entre los términos shéker y kazav (que tradujimos como "mentira" y "engaño"). En su comentario al libro de los Proverbios, el Gaón Rabí Eliahu de Vilna (1720 - 1797), nos explica que cuando alguien dice que pasó algo y en realidad eso nunca ocurrió, eso es un shéker, pero si la persona aseguró que haría algo y luego se arrepintió, o tenía la intención de hacer algo y no lo hizo, eso se llama kazav.

A pesar de que el shéker es mucho más grave que el kazav, nuestro autor nos previno de la gravedad de ambos, pues la persona responsable no sólo debe cuidarse de no mentir sino que también debe cuidar sus palabras y pensamientos para no contradecirse o arrepentirse gratuitamente, y no debe decidir en forma absoluta sobre algo, si sabe que existe la posibilidad de que él cambie de parecer.

4. Y también de la bufonería.

El Rosh también nos enseña que debemos alejarnos totalmente de la "letzanut" - que hemos traducido como: "bufonería". Un "letzán" es una persona que no se toma las cosas en serio. Por supuesto que no está prohibido tener buen humor, aún más, muchas veces es mitzvá, pero las cosas que son serias deben ser tomadas con seriedad, y quien no lo hace posee la mala característica de la letzanut, aunque no haga bromas de eso.

Dijeron Nuestros Sabios en el Talmud: "Sobre todo aquel que posee letzanut sobrevienen castigos, cae en el guehinam (infierno) y su sustento se empequeñece" (Avodá Zará 18b). La letzanut es la característica de las personas que tienen bajeza, están vacíos de toda sabiduría y pierden su tiempo ocupándose de cosas vanas.

5. Y también de la calumnia.

Otra mala característica de la que debemos alejarnos totalmente es la "rejilut" - que tradujimos como: "calumnia". La palabra rejilut es un término muy abarcativo que incluye desde el hablar mentiras sobre alguien, hasta el hablar algo que es verdad pero de acuerdo con la halajá (ley judía) está prohibido contárselo a los demás, y eso es lo que se llama lashón hará.

El Meiri nos enseña que la rejilut es la causa de la destrucción de todo amor, y provoca que las personas se odien en extremo hasta llegar a golpearse o matarse, y es por eso que en la Torá está escrito en un mismo versículo: "No vayas calumniando entre tu pueblo, no te pares sobre la sangre de tu prójimo, Yo Soy D'os" (Vaikrá -Levítico- 19:16).

"Dijo Rabí Irmiá Bar Abá: Cuatro grupos de personas no son recibidos por D'os: el grupo de los que poseen letzanut, el grupo de los hipócritas, el grupo de los mentirosos, y el grupo de los que hablan lashón hará" (Sotá 42a).

6. Y también del enojo.

"Dijo Rabí Shemuel Bar Najmani en nombre de Rabí Ionatán: Sobre la persona que se enoja recaen todas las clases de infierno" (Nedarim 22a). ¿Por qué? Porque "Toda persona que se enoja es como si cometiera el pecado de la idolatría" (Shabat 108), porque "Si se enoja entonces se equivoca" (Sifrí Matot 68).

Es por eso que nuestro autor nos enseña que debemos alejarnos totalmente del enojo, ya que este provoca mucho daño a la persona, y es muy difícil para quien generalmente se enoja con facilidad alejarse de esta mala característica.

7. Que se cuide de los votos y de la opresión a los hombres, ya sea en lo económico o en el hablar.

Rabí Simjá Zisel Ziv de Kelem (1824 - 1898) explicó que la falta de cuidado en el cumplimiento de los votos tiene su origen en la mala cualidad del engaño y la falsedad, y si la persona no se preocupa por su propia dignidad, tampoco se preocupará por la dignidad de los demás, y es por eso que terminará oprimiendo a las personas.

8. Que se cuide de la envidia y del odio.

Debemos cuidarnos en no envidiar nada de lo que le pertenece a nuestro prójimo, pero también debemos ser recatados para no despertar su envidia. La envidia provoca el odio, y es por eso que es preferible amar y ser amado antes que odiar y ser odiado.

9. Que no ponga sobrenombres a su prójimo; no debe llamarlo mediante un sobrenombre que otros le han puesto, a menos que sea más honroso que su nombre.

Dijeron Nuestros Sabios en el Talmud: "Todos los que descienden al infierno ascienden, con excepción de quien le pone apodos a las personas" (Babá Metziá 58). El nombre representa la esencia de la persona y al colocarle un apodo a alguien se está arruinando su esencia.

10. Que se cuide de hablar lashón hará y de escucharlo.

Dijeron Nuestros Sabios en la Toseftá: "Quien habla constantemente lashón hará no tiene lugar en el mundo venidero" (Peá cap. 3). Y quien escucha hablar mal de alguien creyendo que son verdad las cosas que le cuentan, está cometiendo un pecado más grave aún (Rambam, Hiljot Deot cap. 7 halajá 3).

11. Que no permanezca donde hayan vagos o en los lugares de reunión de los ignorantes.

Las buenas compañías son la base de un crecimiento personal, como dijeron Nuestros Sabios: "Oy! del malvado, y oy! de su vecino".

12. Que no observe a las mujeres que son prohibidas para él.

El Rambam nos explica que quien observa a una mujer que a él le es prohibida con intención de tener deleite, él piensa que en ello no hay nada de malo porque no ha mantenido relaciones con ella ni se ha acercado a ella en forma alguna. Pero esto es un error, pues él no sabe que el hecho de observar intencionalmente es un pecado muy grave, pues provoca que después otros pecados sean cometidos (Leyes de la Teshuvá cap.4 halajá 4).

13. Que no hable cuando sostiene la copa de la bendón.

La intención de nuestro autor es prevenirnos de hablar desde que se toma en las manos la copa con la cual recitaremos el Bircat Hamazón (Bendición sobre las comidas), hasta la finalización de la bendición que se recita después de beber el vino. La mesa de la persona se asemeja al altar, su comida a los sacrificios y su vino a los nesajim (vertido del vino sobre el altar). Es por eso que así como en la realización de los sacrificios debía haber santidad, si durante la comida la persona se comportará correctamente, entonces la mesa le traerá expiación a ella.

14. Que no hable desde que comienza 'Baruj Sheamar' hasta que termine la 'Amidá' silenciosa, y tampoco durante la repetición de la 'Amidá' del jazán, excepto palabras de Torá, o para hacer alguna mitzvá, o para saludar y regresar un saludo.

Está prohibido interrumpir nuestro rezo matutino desde 'Baruj Sheamar' hasta la finalización de la 'Amidá' silenciosa. Además está prohibido hablar mientras el oficiante repite la amidá. Sin embargo está permitido hablar palabras de Torá, es decir, que el rabino dictamine algún fallo legal urgente, en caso de ser necesario. Asimismo está permitido interrumpir el rezo para hacer alguna mitzvá, es decir, para cumplir alguna mitzvá que no podremos realizar después de la tefilá (para un mayor detalle véase Shulján Aruj, Oraj Jaim, cap. 124).

15. Que no hable durante el recitado del 'Halel' y tampoco mientras se esté leyendo la Torá.

16. Que no coma pan horneado por no judíos, así como tampoco de sus panaderías, a menos que no pueda conseguir pan horneado por un judío.


En el Shulján Aruj, Ioré Deá cap. 112, están detalladas todas las leyes respecto de la consumisión de pan horneado por gentiles. Sin embargo, hoy en día la realidad ha cambiado, pues antes se producía el pan sólo con dos ingredientes: harina y agua, pero ahora todas las panificadoras le agregan al pan o a los moldes toda clase de grasas y aceites que no son casher (aptos para el consumo). Además, en los lugares donde las condiciones de higiene son bajas, se debe revisar la harina para que no contenga toda clase de insectos. Es por eso que se debe tener la precaución de comprar solamente pan que haya sido horneado por una panificadora casher.

17. Que no coma en una comida que no es de una mitzvá.

Nuestros Sabios - de bendita memoria, nos han enseñado el peligro que encierra para un sabio de la Torá el hecho de participar sin ningún motivo especial, en banquetes que no están relacionados con distintos preceptos, por ejemplo: la comida que se hace después de una circuncisión (Pesajim 49a).

Pero más allá de esta advertencia a los sabios de la Torá, en nuestros tiempos, muchas veces se celebran fiestas donde bailan hombres y mujeres mezclados, y no sólo los sabios tienen prohibido participar en ellas, sino cualquier persona.

18. Que no hable conversaciones vanas. Y que se cuide de estudiar por la noche, hasta que se quede dormido con palabras de Torá y no con palabras vanas.

En varias oportunidades Nuestros Sabios nos enseñaron sobre el cuidado que debemos prestarle a nuestro hablar: "Shimón, su hijo (el hijo de Rabán Gamliel) dice: Todos mis días he crecido entre los Sabios y no he encontrado para el cuerpo algo mejor que el silencio" (Avot 1:17). Una conversación vana no es una charla en la cual se dicen cosas prohibidas, como ser lashón hará, mentiras, etc., ya que esas conversaciones sin lugar a dudas están prohibidas. Una conversación vana es una charla en la cual se hablan cosas improductivas, y de eso también debemos cuidarnos (por ejemplo: hablar del tiempo cuando no tenemos necesidad de saber si lloverá o no).

19. Que no se introduzca en dudas respecto del horario del comienzo del shabat. Que advierta a toda su familia sobre la observancia del shabat. Y que el viernes por la tarde adelante el horario del rezo de la minjá, para que reciba sobre él al shabat antes del anochecer.

Quien no es cuidadoso en adelantar el recibimiento del shabat puede llegar a profanarlo, haciendo labores prohibidas en él. Si la mujer no se dió cuenta de la hora y ya falta muy poco tiempo para el horario de la puesta del sol, es preferible que ese shabat no encienda las velas de shabat, antes de que las encienda corriendo el riesgo de que ya haya comenzado el shabat. La mejor forma para sentir y poder transmitirle a los demás la santidad del shabat, es mediante el estudio de todas sus leyes.

20. Cuando llegue el tiempo de rezar - en cualquiera de los tres rezos diarios - debe dejar de lado todas sus ocupaciones y rezar. Y principalmente, que cuide sus ojos de cualquier cosa que no le pertenezca.

La tefilá (rezo) tiene un valor fundamental en el judaísmo. El Meiri nos explica que la base para lograr un acercamiento con D'os, así como para hacer que nuestras plegarias sean aceptadas, es rezar con un corazón contrito y con un sentimiento de humildad. Por otro lado, una persona que se fija en cosas que no le pertenecen y desea lo que no es de él, finalmente llegará al pecado de la codicia. Y ya dijeron Nuestros Sabios: "Todo aquel que pone sus ojos en lo que no es de él, lo que pide no le es concedido, y lo que tiene le es quitado" (Sotá 9).

21. Que no hable entre el lavado de las manos y la bendición del pan. Y que se adelante en el saludo a cada persona.

El Rosh nos enseña que debemos ser presurosos en saludar a todas las personas. Quien así se comporte, será amado en el cielo y también en la tierra. Además, si la persona saludará a las personas que se encuentran con él antes de que ellos lo hagan, entonces él no tendrá la necesidad de hacer ninguna interrupción entre la netilat iadáim y la bendición por el pan, para contestar el saludo.

22. Bendecir a su Creador, pues ha satisfecho a un alma deseosa. Y si lo maldicen las personas o lo humillan, que no conteste nada, sino que pertenezca al grupo de los que reciben las ofensas.

Nuestro autor nos enseña que debemos tener cuidado en el recitado de la bendición posterior de los alimentos. Pues así como hemos comido despacio, deleitándonos con una comida que sirvió para saciarnos, así también debemos recitar la bendición pausadamente y con concentración.

Por otro lado, Nuestros Sabios no enseñaron que las personas que son agraviadas mas no responden a esos agravios, son llamados "los amados de D'os". ¿Pero cómo se logra llegar a ese nivel de autocontrol? Nuestro autor nos contesta:

23. Y que no sea rápido en salir a la pelea. Y que se aleje de los juramentos y de las promesas, ya que por la transgresión de las promesas los hijos mueren (Shabat 32b).

Si la persona no contestará a las ofensas, entonces él no peleará. Esto se debe a que a primera vista, siempre la persona tiene el sentimiento de que él tiene la razón, pero si meditara con detenimiento, muchas veces él llegaría a la conclusión opuesta.

Respecto de las promesas y los votos, véase más arriba en el número siete.

24. Y que se aleje de la burla y del enojo, ya que el enojo confunde el espíritu y la inteligencia de la persona. Y que sirva siempre a su Creador con amor, y que no deje de esforzarse en esto.

El sejok (la burla) y la falta de asentamiento provocan grandes males en la persona. Respecto del enojo, véase lo que hemos escrito en el número seis.

25. Amar a D'os con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu poder. Y cuando digas: "(Y amarás) a D'os con todo tu corazón" piensa en que estás dispuesto a entregar tu cuerpo y tus bienes para santificarLo, y de esa manera cumplirás con las palabras del salmista: "Por Ti hemos muerto cada día" (Salmos 44:23).

Servir a D'os por amor es algo muy elevado, y no toda persona que dice en el Shemá Israel: "Y amarás a D'os con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu poder", realmente lo cumple. Es por eso que al recitar el Shemá debemos concentrarnos en lo que decimos, y pensar que estamos dispuestos a entregar incluso nuestra propia vida si es necesario, en función de amar a D'os. De esa forma, ya no tendremos más preguntas como: "¿Por qué D'os me hizo esto?", y es como si hubiéramos entregado nuestra vida todos los días, para santificar Sagrado Nombre.

26. Confiar en D'os con todo tu corazón y creer en Su providencia absoluta. De esta forma cumplirás en tu corazón el precepto de creer en Su completa unicidad, al creer que Sus Ojos merodean por todo el mundo, y que Sus Ojos están puestos sobre todos los caminos del hombre, y examina los corazones e investiga los riñones. Pues quien no cree en "Que te he sacado de la tierra de Egipto", incluso en "Yo Soy Hashem, Tu D'os" tampoco cree, y eso no es creer en Su completa unicidad, pues esa es la virtud de Israel por sobre todos los pueblos y ese es el pilar de toda la Torá.

Confiar en D'os y creer en su providencia absoluta son dos cosas relacionadas entre sí, pues la fe completa en D'os necesariamente debe estar relacionada con la creencia en Su unicidad y en Su poder infinito. Quien cree en Su providencia significa que está convencido de que no hay nada que ocurra por casualidad. De hecho, todos los milagros del episodio de la salida de Egipto y la travesía por el desierto durante cuarenta años, nos vienen a enseñar sobre Su absoluta providencia sobre el pueblo de Israel, hasta en el más mínimo detalle. Y es por eso que quien no cree completamente en todo lo referente a la salida de Egipto, tampoco cree en la existencia de D'os, y está anulando el primero de los Diez Mandamientos que dice: "Yo Soy Hashem, Tu D'os, que te he sacado de la tierra de Egipto, de una casa de esclavitud".

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