viernes, 29 de enero de 2010

¿Qué es? (II)


La Tosefta

Las mishnaiot externas (Beraitot), que Rabí Yehuda Hanasí no incluyera en la Mishná en momentos de su versión definitiva y que posteriormente fueran recopiladas e incluidas en un libro aparte, reciben el nombre genérico de Tosefta.

La Tosefta está organizada con la misma estructura que la Mishná, y las Beraitot incluidas en ella contienen paralelismos, complementos y versiones diferentes de la Mishná.

El Talmud

La Mishná es la primera (pero no la última) recopilación de halajot transmitidas oralmente. Con la conclusión de la versión definitiva de la Mishná se inició el Talmud (la Guemará), que es una suerte de protocolo de los debates mantenidos por los sabios acerca de las normas y halajot de la Mishná. El Talmud es una resena de la Torá She Beal Pe creada por los sabios de Eretz Israel y de Babilonia desde los tiempos del Segundo Templo hasta el siglo VI. La base del Talmud consiste en elementos de la Mishná, que son un resumen suscinto de las nomas que complementan la Torá. El Talmud consta básicamente de debates minuciosos acerca de diversas normas. En apariencia está estructurado como un explicación e interpretación de la Mishná, pero en realidad su contenido es mucho más vasto; los debates en torno de temas halájicos abordan todos los ámbitos de la vida y de ellos surge el tesoro de la sabiduría judía: halajá, agadá, filosofía, historia, ciencia, leyendas y humor.

El Talmud, que es la obra de más trascendencia producida por el judaísmo después del Tanaj, se ha convertido en el texto fundamental del pueblo judío y en la base de la tradición normativa vigente hasta la actualidad.

Sus fuentes hunden sus raíces en Eretz Israel y en Babilonia; por ello existe un Talmud de Jerusalem, escrito y organizado en Eretz Israel y redactado en Tveria (Tiberíades), en la principal yeshivá de Eretz Israel, y un Talmud de Babilonia, redactado fundamentalmente en Sura y Pumbedita, en las dos yeshivot más importantes del judaísmo de Babilonia.

El midrash y la agadá

En tiempos del Segundo Templo, muchos judíos eran agricultores y artesanos, y sólo unos pocos se dedicaban al estudio. A fin de acercar a la mayor parte del pueblo al conocimiento de la Torá, se desarrolló el midrash (prédica) que el sabio pronunciaba ante su comunidad, en especial después de la lectura de la Torá el sábado. El mismo tenía un estilo narrativo y consistía en una interpretación no literal de la Torá, ya fuere para exponer pruebas y alusiones sobre las normas de la Torá (Midrashei Halajá) o para extraer ideas y sugerir a los oyentes cómo comportarse (Midrashei Agadá).

En su introducción al Sefer Ha-Agadá, Bialik y Rawnitzki escribieron lo siguiente: "Quien desee conocer a la nación judía, debe dirigirse a la Agadá... A través de ella puede uno ingresar a la sede de la vida plena de la nación judía y contemplarla desde adentro".

La lectura de la agadot nos conduce hacia otro anaquel de la biblioteca que estamos recorriendo. Ahora nos apartaremos un poco de la seriedad de la halajá para leer una literatura judía sonriente y luminosa, plena de humor y experiencia de vida. La Agadá o el Midrash Agadá es el nombre genérico de aquella parte de la Torá She Beal Pe que no se ocupa de la halajá sino de diversos aspectos de la vida: el Creador y la Creación, el mundo y el hombre, Israel y los otros pueblos, las creencias y opiniones, la moral y el respeto y un poco de folclore. Está destinada a captar la atención del lector para educarlo y orientarlo por la senda de la vida. En muchos casos se basa en historias, reales o imaginarias, narradas en la sinagoga o en la casa de estudio, como el siguiente ejemplo: se cuenta que Rami Ben Iejezkel llegó a Bnei Brak y vio algunas cabras que comían debajo de una higuera. La miel que fluía de los higos y la leche que fluía de las cabras se mezclaban, y él dijo: así manan la leche y la miel.

A diferencia del Midrash Agadá, el Midrash Halajá es más serio y severo, porque interpreta las halajot y normas a partir de determinados versículos. Por ejemplo: en la plegaria de Kriat Shma decimos "y las ensenaréis a vuestros hijos hablando de ellas". De aquí concluyeron nuestros sabios que "cuando un nino comienza a hablar, su padre le habla en lengua de santidad (hebreo) y le ensena Torá". ?Por qué? Porque a continuación dice "para que se prolonguen vuestros días y los de vuestros hijos", es decir, a partir de ese versículo se desprende la halajá de que se debe hablar hebreo.

Los Midrashei Halajá fueron incluidos en diversas recopilaciones, como Mejilta de Rabí Ishmael y Mejilta de Rabí Shimon Bar Yojai (sobre el Libro de Shmot); Safra (sobre el Libro de Vaikra) Sifri (sobre los Libros de Bamidbar y Dvarim).

Con el transcurso del tiempo, las agadot de la Mishná, el Talmud y los midrashim fueron recogidas en diferentes recopilaciones, como Yalkut Shimoni del siglo XIII y Hamisdrash Hagadol, que incluye midrashim sobre la Torá escritos por Rabí David Adeni en el Yemen, en el siglo XVI. El más famoso es Sefer Ha-Agadá compilado por J.N. Bialik y Y.J. Rawnitzki, que incluye una selección de agadot del Talmud y los midrashim; otras recopilaciones famosas son Ein Yaacov y Tzena Ureena.

SIFRUT HA-HALAJA

Hasta el momento, nuestro paseo por la biblioteca ha transcurrido junto a dos anaqueles: el Tanaj (la Torá She Bijtav) y a su derecha la Torá She Beal Pe (la Mishná, el Talmud y los Midrashim). Ahora nos dirigiremos hacia la izquierda, en dirección a Sifrut Ha-Halajá, que es aquella parte de nuestra Torá que se ocupa de las normas entre el individuo y D's y entre el individuo y su prójimo. El origen de la halajá radica en la Torá She Beal Pe. En el principio de Pirkei Avot dice: "Moshe recibió la Torá en Sinaí y la entregó a Yehoshúa, Yehoshúa a los ancianos, los ancianos a los profetas y los profetas la entregaron a los miembros de Kneset Hagdolá" (Avot 1, 1). Los miembros de Kneset Hagdolá "circunscribieron la Torá", es decir, estipularon nuevas normas, sentencias, enmiendas y halajot destinadas a preservar mejor sus preceptos. Todo lo que nuestros sabios decretaron, enmendaron y estipularon se basaba en el estudio de la Torá She Bijtav y se convirtió en la Torá She Beal Pe, que posteriormente fue escrita, tal como ya hemos visto con respecto a la Mishná y el Talmud. A diferencia de la Mishná, el Talmud no incluye Halajá Psuká (dictámenes sobre la halajá), por lo que los sabios de las sucesivas generaciones debieron decidir con respecto a cuestiones que los debates talmúdicos habían dejado sin respuestas.

Sifrut Ha-Poskim

La necesidad de dictaminar con respecto a diversos interrogantes y nuevos problemas que habían surgido por las diferentes circunstancias de tiempo y lugar llevó a un enorme desarrollo de la literatura halájica, que sigue produciéndose hasta nuestros días. Su evolución se inició en el período de los Gueonim (directores de las grandes yeshivot entre los anos 600 y 1040) de Babilonia, el centro de la vida judía en aquel entonces, y recibió el nombre genérico de Sheelot Uteshuvot (preguntas y respuestas), o en su sigla, Shut. Quienes respondían a estas preguntas eran conocidos con el nombre de Poskim (dictaminadores). Las respuestas emitidas condujeron a la creación de una serie de recopilaciones de halajot que se inició en tiempos de los Gueonim; las más conocidas son Mishné Torá de Rambam y Shulján Aruj de Rabí Yosef Caro.

Esta literatura comenzó a escribirse en tiempos de los Gueonim. Mencionaremos a continuación tres libros de esa época: Halajot Gdolot, Halajot Psukot y Halajot Ktzuvot. La tarea de los Poskim no concluyó con el paso del tiempo; además de los ya mencionados Rambam y Rabí Yosef Caro, cabe recordar a Rif (Rabí Ytzjak Alfasi), Ha-Rosh (Rabenu Asher) y en un período posterior Jaiei Adam de Rabí Abraham Danzig), Kitzur Shulján Aruj de Rabí Shlomo Ganzfried, Shulján Aruj Ha-Admor de Rabí Shneur Zalman de Liady, autor de Tania y Hanodá BiYehudá de Rabí Yejezkel Landau. También en nuestros días se escriben libros de halajá, como Mishná Brurá de Jafetz Jaim (Rabí Israel Meir Kohen de Radun, Polonia, fallecido en 1933) y Mekor Jaim de Rabí J.D. Halevy, el Rabino Sefardí de Tel-Aviv fallecido en 5758.

Sheelot Uteshuvot

Esta literatura se inició con las cartas enviadas por individuos y comunidades a los Gueonim de Babilonia, cuyo contenido consistía en en preguntas vinculadas con la halajá: cómo comportarse, qué estaba permitido y qué estaba prohibido. Las respuestas eran enviadas a quienes habían formulado las preguntas, que en muchos casos vivían en otros países; de esa manera, los Gueonim ampliaron su área de influencia mucho más allá de las comunidades judías de Babilonia. Ayudaron en gran medida a preservar la unidad de la nación, porque las respuestas eran instrucciones sobre cómo conducirse impartidas a Babilonia, Espana, Eretz Israel, Egipto y las demás poblaciones judías.

Las respuestas eran Piskei Halajá emitidos por los Poskim. A lo largo de 1.400 anos se recopilaron más de tres mil libros de Preguntas y Respuestas, que incluyen cerca de medio millón de respuestas. Algunos libros llevan los nombres de sus autores (completos o sus iniciales) o tienen títulos específicos, como Tshuvot Ha-Rambam y Shut Ha-Ramá (Rabí Moshe Isserles); el libro de Rabí Yejezkel Landau de Praga se llama Hanodá Bi-Yehuda. En nuestros tiempos se han publicado decenas de libros de Sheelot Uteshuvot, como Mishpatei Uziel (cuatro tomos de respuestas del Rabino Ben-Zion Uziel, que fuera Rishon Le-Zion (Primado de Sion), el Gran Rabino sefardí de Eretz Israel y que dictaminara que las mujeres tienen derecho al voto.

Las insólitas dimensiones de esta literatura impidieron a estudiosos y Poskim conocer todo el material escrito. El "Proyecto Shut", emprendido por iniciativa de la Universidad de Bar-Ilan, almacenó en computadora el contenido de cientos de libros de Sheelot Uteshuvot, y por medio de un programa especial, hoy en día se puede acceder fácilmente a él y detectar las fuentes de casi todos los temas abordados en ellos.

Mishné Torá

Cualquier persona que sepa manejar una computadora puede ser posek halajá (dictaminar en cuestiones de Halajá)? ?El posek halajá debe saber manejar una computadora? La respuesta a ambas preguntas es ciertamente negativa: Rambam no sabía qué era una computadora, pero fue uno de los poskim más descollantes. El "Proyecto Shut" es un gran medio auxiliar, pero no sustituye al conocimiento y comprensión de la halajá.

Rambam, uno de los más grandes sabios judíos de todos los tiempos, vivió en el siglo XII. Quiso resumir todos los preceptos, tal como figuran en la Torá, la Mishná y el Talmud, y para ello escribió Mishné Torá, el libro de dictámenes halájicos destinado a las personas que tienen dificultades para comprender las halajot y las respuestas de los Gueonim, "un texto que incluya toda la Torá She Beal Pe desde los tiempos de Moshe Rabenu hasta fines del período de los Gueonim". ?Por qué se llama "Mishné Torá"? Porque "una persona lee primero la Torá She Bijtav y después lee este libro y aprende en él toda la Torá She Beal Pe, sin necesidad de leer otro libro entre uno y otro".

Este libro se destaca por cuatro características peculiares:

1. Incluye los 613 preceptos con todos sus detalles. Cabe recordar que algunos preceptos sólo tenían vigencia en tiempos del Templo; también ellos fueron incluidos por Rambam junto con otros de moral, fe, filosofía, astronomía, medicina y otras ciencias.

2. Se divide en 14 libros clasificados por temas, de aquí su nombre Hayad Hajazaka (el valor numérico de la palabra "yad" es 14), divididos en 83 secciones denominadas "halajot" y en unos 1.000 capítulos que contienen 15.000 párrafos.

3. Sólo senala el psak halajá, sin extenderse sobre sus fuentes, el autor que lo inspirara y los fundamentos sobre los que se basa.

4. Fue redactado en hebreo mishnaico, en un estillo bello y claro.

Desde el siglo XIV y hasta nuestros días se han escrito cientos de interpretaciones a Mishné Torá o Hayad Hajazaka; las más conocidos son Maguid Mishná y Lejem Mishná.

Ha-Rosh

Ha-Rav Rabenu Asher Ben Yejiel vivió en los siglos XIII y XIV, al principio en Alemania y posteriormente en Espana (Castilla). Fue el sabio más experto en halajá de su tiempo, y todos los judíos de Europa, tanto askenazíes como sefardíes, lo consideraban una autoridadad distinguida y Posek supremo. Escribió más de mil respuestas sobre temas de halajá e interpretación, y su principal obra es Piskei Ha-Rosh o Hiljot Ha-Rosh laTalmud. Otro posek conocido fue su hijo Rabí Yaacov Ben Ha-Rosh, en cuyo libro Arbaá Turim siguió las huellas de su padre. El libro, conocido como "Ha-Tur", cumplió una importante función en el dictamen final sobre normas y halajot. Está dividido en cuatro partes ("turim"): Oraj Jaim, Joshen Mishpat, Yoré Deá y Even Ezer.

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