viernes, 5 de febrero de 2010

Dichos

Dijeron nuestros sabios:

Ninguna curación se produce con solo apiadarse del enfermo.

Y no hay ningún tesoro tan oculto, como el tesoro del entendimiento.

Y no hay mal tan grande, como el mal de la insensatez.

Y no hay linaje, como el linaje de ser confiable.

Y no hay descanso, como el abandonar la búsqueda de placeres.

Y no hay mejor acción, que un pensamiento puro.

Y no hay Tzedaka, como querer los sufrimientos.

Y no hay peor pecado, que la ambición prohibida.

Y no hay enfermedad, como la preocupación.

Y no hay guardián más fuerte, que el silencio.

Y no hay pobreza más grande, que la ambición desmedida.

Y no hay vida más dulce, que la del que se alegra con lo que tiene.

Dijo alguien: La vergüenza es la causa de la rectitud.

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