domingo, 14 de febrero de 2010

Rezar... ¿para qué?


El significado de la oración

Difícilmente exista alguna persona que hallándose en una situación especial no haya rezado a D's, al menos una vez, en busca de ayuda y apoyo. Mucha gente que no acostumbra a orar diariamente se ha encontrado haciéndolo en momentos bastante extraños. Algo en su interior los impulsa a rezar y sus labios comienzan, inconscientemente a susurrar una plegaria. Sus corazones están colmados e instintivamente estallan en una oración.

Es el corazón el que se pone de manifiesto en el rezo, aún en quienes que no oran desde la aflicción o la ansiedad. Es el corazón y no la boca la que reza. Aun en aquellos que no ofrecen sus plegarias día a día.

Pero la pregunta es ¿Para qué rezamos?
D's no necesita que le recordemos nuestras dificultades.
Y si D's sabe lo que es bueno para nosotros ¿Por qué no nos da aquello que necesitamos, como cualquier padre hace?

¿Obligados a rezar?

Rezar es uno de las exigencias del judaísmo. Pero ¿cómo es posible que, siendo que la plegaria surge del corazón, sea posible fijar horarios y formas para rezar?

El sentimiento de conexión con El Creador y el deseo de comunicarse con la fuente de vida, la salud y la felicidad son sensaciones innatas que se encuentran en lo mas profundo de cada ser. Para algunos este sentimiento conduce y afecta sus vidas; para otros, esta enterrado muy dentro de ellos, cubierto por muchas capas de otros pensamientos.

Pero aún para estos últimos, en épocas de crisis y problemas como los que el mundo atraviesa hoy en día, este sentimiento atraviesa las barreras que los restringen y exclaman a D's en busca de ayuda.

Ya que la búsqueda de D's y el sentir que dependemos de Él son emociones humanas innatas, profundamente arraigadas en nuestro interior, exigirle al hombre que rece es pedirle que manifieste concretamente esa emoción.

Los sentimientos, si no son llevados a la práctica, pierden su esencia y a la larga se los pierde por completo. Esta dependencia entre sentimiento y acción, se compara a la que existe entre un fruto y su cáscara: sin uno, el otro no tiene sentido.

Equilibrando los desequilibrios

Pero nos queda otra pregunta, todavía estamos a mitad de camino. Nuestro libro de rezos se llama sidur, que en español significa "orden". Si decimos que el rezar es un sentimiento natural en todo hombre, ¿por qué se requiere de una estructura y una forma ya establecidas?

Las emociones son variables: pueden ser afectadas por las circunstancias o la salud, por el éxito o el fracaso. Nuestros sabios establecieron tres momentos para pronunciar las oraciones diarias para que en cualquier circunstancia los hombres se comuniquen con D's. Además podría haber momentos en que un hombre tuviera problemas económicos, entonces se olvidaría de rezar por su salud y bienestar. O si su país estuviera en guerra, sería poco probable que el hombre se pusiera a rezar por su sustento. En consecuencia nuestros sabios crearon una plegaria que incluyera todos los requerimientos del hombre para asegurar que toda persona rece siempre por todas y cada una de sus necesidades.

Pero uno podría aun preguntarse, para qué debe un hombre sano pedir por su salud o un hombre rico por sus subsistencia? Si la vida fuera segura y nuestra salud y subsistencia estuvieran en nuestras manos, no habría necesidad de rezar por ellas. Sin embargo un hombre rico puede perder su riqueza y un hombre saludable puede enfermarse. Uno reza también por una buena continuidad en lo que refiere por ejemplo a buena salud y sustento.

Por otra parte, muchos rezos de nuestro sidur son en plural; ya que somos responsables el uno por el otro, y así, al pedir por el bienestar de nuestro compañero, se fomenta en nosotros una personalidad más noble y menos egoísta, logrando que nos preocupemos mucho más por el bienestar del otro.

El poder de la plegaria

Para nuestras fuentes, la tefilá (el rezo) es lo que está más alto en el universo. Por medio de la tefilá tenemos la posibilidad de escribir nuestra propia historia, ser lo que queremos ser mas allá de lo impuesto por la naturaleza. Por otra parte la tefilá rompe el muro que separa al hombre de D's: Por medio de nuestros rezos nos elevamos por encima de la naturaleza y entramos en contacto directo con D's.

Una tefilá verdadera, es decir, pedida desde el corazón con un objetivo noble, seguro que es recibida por D's y, a lo mejor, esos resultados no los vemos al instante; pero tal vez sí en nuestros hijos o nietos. No hay una lágrima que sea derramada en vano, tarde o temprano esa tefilá se va a materializar.

Nosotros oramos a D's manteniendo la relación de un hijo hacia su Padre. Esto constituye un privilegio, ya que aunque no siempre nos merezcamos lo mejor, Él tiene compasión de nosotros, escucha las oraciones que salen desde nuestro corazón, y comprende que a pesar de nuestros errores, anhelamos mejorar.

Pero la plegaria no es sólo un pedido.

También incluye una expresión de agradecimiento y reconocimiento a D's como proveedor. Cuando una persona reza a D's, también esta expresando gratitud por su fortuna, de esta manera reconoce que su propiedad, su salud, su alegría, no son generadas por azar sino que provienen de D's. Por ejemplo cuando pronunciamos el rezo: "El que cura a los enfermos del pueblo de Israel" incluye tanto un pedido que cure a nuestros enfermos, así como expresa una gratitud por nuestra salud.

Aunque es el deseo de D's que nos mantengamos y vivamos por nuestros propios medios, ya que ordenó al mundo de esa manera, es sumamente positivo agradecerle por cada minuto de nuestras vidas y por el sustento que nos suministra cada día. D's nos creo, desea nuestro bienestar y nosotros le agradecemos por ello cada día. Acaso, cuando un invitado nos trae una caja de bombones, ¿le ofrecemos un par, o los comemos sin convidar? D's nos regala la vida, ¿le devolvemos?

Ponerse a prueba

Por otra parte, la plegaria también es una forma de autoexamen. La palabra tefilá tiene una relación lingüística con la palabra jueces (biflilim). De esto se desprende que el momento del rezo es también el momento de juzgarnos a nosotros mismos. Cuando una persona se halla frente al Creador, también se halla frente a sí mismo. Entonces examina sus pensamientos, su conducta y sus acciones. El trabajo de la tefilá es un trabajo sobre uno mismo, es el esfuerzo de cambiar la personalidad propia. El trabajo en la personalidad significa hacer cambios, algún refinamiento adicional, alguna elevación debe ocurrir.

Pero aún no respondimos lo siguiente: ¿Acaso nuestras plegarias pueden cambiar la voluntad de D's?

Ciertamente no podemos convencer a D's de que necesitamos tal o cual cosa si Él sabe que no es así. Sin embargo, sí podemos cambiarnos a nosotros mismos para que el objeto de nuestro pedido tenga otro sentido. Por ejemplo, si una persona desea riqueza y esta le es negada porque no sería buena para él, ningún momento de suplica podría cambiar eso. Pero el trabajar sobre su personalidad, logrando una nueva comprensión sobre la perspectiva correcta de la riqueza podría conducir a una situación donde ese regalo podría ahora ser bueno para la persona. En otras palabras, uno puede cambiar el bien que se espera recibir por medio del cambio de uno mismo.

Por supuesto, es evidente que el trabajo de la Tefilá no consiste meramente en pedir cosas o quedarse en simples meditaciones, sino en cambiarse a uno mismo; que debe ser un trabajo constante y sincero.

En síntesis, ¿Para qué rezamos?

* Rezamos para y por nosotros mismos. La tefilá nos permite ser más allá de lo impuesto por la naturaleza y romper el muro entre D's y el hombre.

* El sentimiento de conexión con D's es una necesidad innata.Cada hombre frente a diferentes circunstancias acude a D's.

* Los sabios establecieron una plegaria diaria para incluir todos los requerimientos del hombre para asegurar que todo ser humano rece siempre por todas y cada una de sus necesidades.

* Invocamos a D's también para una buena continuidad en lo que refiere a la salud y el sustento.

* La plegaria incluye no solo un pedido sino también un agradecimiento y reconocimiento a D's.

* El rezo implica tambien una forma de autoexamen. Es el esfuerzo de cambiar la personalidad propia.

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