miércoles, 26 de mayo de 2010

RESPETO DEL MARIDO POR SU MUJER


En el respeto existe una relación recíproca: tú das y tú recibes.

La mishná dice en el tratado de Abot: ¿Quién es respetado? quien respeta a la gente…”A quien me respeta respetaré.”

Nuestros sabios hicieron especial hincapié en el honor de la mujer, pues él mismo constituye el fundamento de la formación del hogar y de la familia.

“Por siempre sea el hombre cuidadoso del respeto de su mujer” (Baba Metziá 19-1) por siempre, es decir en toda situación y bajo cualquier circunstancia.

Dijo Rabi Helbo: por siempre sea el hombre cuidadoso del honor de su mujer, pues la bendición llega a su hogar gracias a su mujer. Y así aconsejó Raba a los habitantes de Mahoza, su ciudad: Respetad a vuestras esposas y os enriqueceréis” (Baba Metziá)

Dijo Rabi Iosi: “jamás llamé a mi mujer, mi mujer sino mi hogar” (Shabat 140).

La mujer constituye el fundamento del hogar. Al faltar la mujer, el hogar se destruye automáticamente, mientras que al faltar el hombre, el hogar aún puede mantenerse en pie. Por lo tanto, al ausentarse el hombre del hogar por un par de días o si por cuestiones de salud debe guardar cama, el orden de la casa continúa igual. En cambio, si la mujer es quien se ausenta de su hogar o se ve impedida por enfermedad durante algunos días, la casa se desordena por completo. La mujer es llamada “el centro del hogar”, por ser la base del mismo.

Cuentan acerca de Rabi Arie Levin, que después de fallecer su mujer, al viajar cierta vez en taxi hacia su casa, el conductor le pregunto. “¿Donde esta tu casa?”, a lo que Rabi Arie le respondió: “Yo no tengo hogar, pero si lo que deseas saber es donde vivo mi dirección es en la calle tal…”

Mientras la mujer esta en su casa- la bendición mora en la misma; pero si D,s nos libre la mujer desaparece- a la vez desaparece la bendición de aquel hogar. Es por ello que nuestros sabios recalcaron en varios de sus dichos que el hombre por siempre procure el honor de su mujer.

Muchas veces los problemas en la vida conyugal comienzan cuando el marido no encuentra tiempo para conversar con su mujer.

Rabi Aquiba Iguer se quedaba conversando con su mujer hasta la medianoche.

¿Quién es aquel que se considera más grande y santo que Rabi Aquiba, que siendo un gran estudioso de la Torá, encontraba tiempo para conversar con su mujer? Cuán grande es la enseñanza que debe aprender el marido de sus palabras en cuanto a la relación con su mujer!

CUIDEMOS EL TESORO MAS PRECIADO QUE TENEMOS: NUESTRAS MUJERES.

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