lunes, 10 de mayo de 2010

ROSH HODESH SIVAN 5770 (14 de Mayo de 2010)


Es el noveno mes del año según el cómputo de los meses desde la creación del mundo (a partir del mes de Tishré), y el tercer mes según el cómputo desde el Éxodo de Egipto (a partir del mes de Nisán).
El nombre Siván es de origen asirio, y presuntamente significa "el tiempo del sol ardiente".

En el calendario agrícola hebreo, encontrado en las excavaciones arqueológicas de Guézer, el mes de Siván recibe el nombre de "la siega completa".

El nombre Siván es mencionado en las Escrituras una sola vez, en el Libro de Esther 8:9: "En el mes tercero, que es el mes de Siván".

Este mes guarda relación con un acontecimiento de gran importancia en la historia del pueblo judío, que ocurriera en la festividad de Shavuot: la entrega de la Torá en el Monte Sinaí. La festividad de Shavuot es mencionada en las Escrituras con los nombres de "La Fiesta de la Siega" y "La Fiesta de las Primicias", porque es el día en el cual se ofrendaban las primicias de la siega del trigo en el Templo de Jerusalén: "Y celebrarás la fiesta de Shavuot, de los primeros frutos de la siega del trigo" (Éxodo 34:22); "También en el día de las primicias, cuando traéis la ofrenda de los primeros frutos a H'" (Números 28:26). Otro nombre de esta festividad es Atzéret ("asamblea"), pero no es un nombre bíblico, sino que le fue otorgado por nuestros sabios, de bendita memoria.

La festividad de Shavuot es una de Shalosh Regalim (las tres fiestas de peregrinaje): "Tres veces por año se presentarán todos los varones de tu pueblo ante H' tu D's en el lugar que escogiere… en la festividad de Shavuot" (Deuteronomio 16:16).

"Los tres días restrictivos" que caen el 3, 4 y 5 de Siván son aquellos días en los cuales los Hijos de Israel se aprestaron en el desierto antes de los acontecimientos junto al Monte Sinaí (Éxodo 19:16).

Según una de las opiniones expresadas en el Talmud, el 15 de Siván indica el inicio del verano en la Tierra de Israel (Maséjet Babá Metziá 106, b).

El signo del mes de Siván es el de Géminis, en alusión a Moshé y Aharón, gracias a los cuales nos fuera entregada la Torá en este mes.

1 de Siván:
Los Hijos de Israel llegaron al desierto de Sinaí (Éxodo 19).

6 de Siván:
La fiesta de Shavuot, Tiempo de la Entrega de la Torá y Fiesta de las Primicias (en la diáspora esta festividad se celebra también el 7 de Siván).
Fallecimiento del Rey David.

7 de Siván:
Fallecimiento de Rabbí Israel Baal Shem Tov (Ha-Besht), fundador del Movimiento Jasídico.

14 de Siván:
Fue estipulado como día festivo en tiempos de los Asmoneos en conmemoración de la conquista de la Torre de Tzur, que era un énclave hostil en territorio judío en tiempos del dominio griego.

17 de Siván:
El Arca de Nóaj se posó sobre las montañas de Ararat (Génesis 8:4).

Rashí lo interpretó de la siguiente manera: "El séptimo mes es Siván, que es el séptimo a partir de Kislev, en el cual cesaron las lluvias". De otra manera, no se puede entender cómo se compadece esta cita de las Escrituras con la afirmación de que Siván es el novenos según el cómputo desde la creación del mundo.

21 de Siván:
Ionatán Hurcanus, de la estirpe asmonea, expulsó a la gente de Bet Sheán y Bikata, que causara daño al pueblo judío en tiempos del dominio griego. Esta fecha fue decretada como día festivo.

25 de Siván:
Fueron ejecutados los sabios Rabán Shimón Ben Gamliel, Rabí Ishmael y Rabbí Janiná, el vice sacerdote, víctimas del Imperio Romano.

27 de Siván:
Rabí Janiná Ben Teradión, uno de los diez sabios ejecutados por el Imperio Romano, fue quemado vivo abrazado a un Rollo de la Torá.

La personalidad del mes:

El Rey David, falleció el 6 de Siván

El Rey David Ben Ishaí, de la ciudad de Bet Léjem en Iehudá, fue el segundo rey de Israel y el fundador de la estirpe que lleva su nombre. Reinó a comienzos del siglo X a.e.c. y su persona quedó grabada en la conciencia colectiva judía como símbolo del combatiente que salvó a su pueblo de los enemigos que lo acosaban. Fue un rey admirado que sentó las bases de la monarquía en Israel, construyó Jerusalén y legó al pueblo seguridad y gloria. En las tinieblas de la diáspora, su figura inspiraba la confianza de que "David, el Rey de Israel, vive y perdura", y que el Mesías salvador habría de provenir de su estirpe.

David puso fin a las guerras de los judíos contra los filisteos y los doblegó, conquistó Jerusalén que estaba en poder de los jebuseos y la convirtió en la capital política y espiritual de Israel. Sión, el nombre del monte-baluarte de Jerusalén, en donde estableció su residencia, se convirtió en símbolo de la unión nacional y religiosa de Israel. Ciertamente, David fue quien transformó a Israel en un bloque político consolidado en una región geográfica definida. No sólo instauró un régimen monárquico y amplió las fronteras, sino que adoptó dos medidas que habrían de tener gran importancia histórica en el futuro:

1) La fusión de todos los bloques de habitantes del país, con su multiplicidad nacional y social (los descendientes de los cananeos, como los jeveos y otros pueblos, y gran parte de los habitantes de los territorios anexados o conquistados en su época), en una sola nación con un gobierno y una cultura claramente definidos.

2) La organización eficiente del gobierno y la administración pública en la nueva entidad nacional. Por primera vez consolidó el ejército judío: además de la infantería ligera, creó también un cuerpo de infantería pesada, según el modelo filisteo, como núcleo de un ejército profesional listo para emprender la acción en cualquier momento, además de un numeroso ejército de reservistas en el que tomaban parte todos los varones aptos para la guerra.

El Rey David es recordado no sólo como estratega y gobernante, sino también como un espíritu refinado, "el dulce salmista de Israel", tal como lo apodaran las fuentes judías. Además de sus elegías a Shaúl e Iehonatán y a Avner Ben Ner, la tradición le atribuye también la autoría de los Salmos.

El relato del mes:

El Rabino Israel Báal Shem Tov (Ha-Besht), fundador del Movimiento Jasídico, falleció en Medzibezh el 7 de Siván de 5520 (1760)

El Rabino Israel Báal Shem Tov vivía en una casa alquilada y ganaba el sustento con gran modestia. Solía distribuir entre los pobres y en acciones de beneficencia el dinero aportado por sus seguidores y allegados, sin conservar nada para sí.

También solía gastar su dinero en hombres pobres y deshonestos. Cierta vez fue apresada una banda de ladrones, que fueron entregados a las autoridades, sometidos a juicio y condenados a largos períodos de prisión. Sus familias se vieron sumidas en la pobreza y la indigencia, y Báal Shem Tov las ayudó en toso ese lapso. Una vez que los ladrones salieron de la cárcel, ningún judío de Medzibezh quiso darles trabajo, y cuando empezaron a mendigar de puerta en puerta nadie les permitía entrar, por miedo a que volvieran a robar. El Báal Shem Tov tomó conocimiento de esto y nuevamente trató de ayudar a las familias. Cuando sus propios familiares o discípulos manifestaron asombro ante esa actitud, les dijo:

"En momentos difíciles también yo necesito ladrones. Cuando el peso de la ley recae sobre toda la congregación por las acciones deshonestas de algunos, los acusadores triunfan y las puertas de la misericordia se cierran. A cambio de la beneficencia que hago con estas personas deshonestas, los ladrones pueden forzar los candados y abrir esas puertas de par en par ante mí"

Cierta vez entró Rabbí Israel Báal Shem Tov con su único hijo, Rabbí Tzví, que aún era un niño, a la casa de uno de los judíos más ricos de Medzibezh, en la que vieron vajilla de oro y plata y muebles muy refinados. El pequeño Tzví sintió envidia y al salir, su padre le dijo:

"He notado que sentías envidia en la casa de ese judío acaudalado. En la casa de tu padre tienes una vajilla muy sencilla, y nunca habías visto utensilios de oro y plata.

Créeme, hijo, que si tu padre tuviera dinero suficiente como para comprar muebles vistosos y vajilla de lujo, no lo haría, sino que lo repartiría entre los pobres, y donaría el dinero restante al fondo de beneficencia, sin conservar nada para sí".

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