jueves, 12 de agosto de 2010

Parashá Shoftim - (Jueces). 4 Elul 5770 (14 de Agosto 2010).


Íntegros Seréis

Entre todos los preceptos que Moshé Rabenu ordena al pueblo de Israel antes de entrar a la tierra, encontramos el siguiente:

"Cuando vengas a la tierra que D'os te da, abstiénete de aprender para hacer como las abominaciones de aquellos pueblos" (Devarim 18:9).
Este versículo es como una introducción a los versículos subsiguientes, donde Moshé les prohibe tener brujos o hacer otro tipo de brujería para saber el futuro.

Realmente, llama la atención este precepto, ya que cada uno de los pueblos que estaba asentado en la tierra de Israel tenía muchas costumbres contrarias a la Torá, y las costumbres entre un pueblo y otro eran distintas. Entonces, ¿por qué motivo la Torá hace hincapié en el tema de los brujos?

La respuesta se encuentra más adelante en el versículo que dice: "íntegros seréis con vuestro D'os" (Devarim 18:13).

Rashí explica lo que significa ser íntegro con D'os de la siguiente manera: "Compórtate con Él con integridad; ten fe en Él y no indagues el futuro, sino que todo lo que venga sobre ti acéptalo con integridad; entonces estarás con Él".

La enseñanza de Rashí es que la persona no debe intentar averiguar su futuro a través de la brujería u otros métodos, sino que debe dejar que cada cosa llegue a su tiempo para recibirla como D'os se la manda. Y esta no era una costumbre común entre aquellos pueblos, ya que toda la intención que estos tenían al querer saber el futuro era cambiarlo y mejorarlo según sus propios intereses.

En varias oportunidades la Torá nos ordena que no asimilemos costumbres de pueblos ajenos, pero en esta mitzvá hace más hincapié ya que esta costumbre provoca que la persona llegue a hacer idolatría.

Mediante este precepto, la Torá intentó inculcar al pueblo judío la mejor filosofía de vida. Los judíos nos distinguimos de los demás pueblos en muchos aspectos, y uno de ellos es en la manera de recibir los hechos que nos ocurren en la vida. El judío sabe que todo hecho que D'os le envía es para bien, a pesar de que en el momento no pueda verlo.

Esta fe es transmitida de generación en generación, de padre a hijo. De esta manera, el pueblo judío puede cumplir el precepto anteriormente recordado, ya que al aceptar el presente que D'os le envía sabiendo que todo es para bien, no tiene necesidad de cambiar el futuro a través de la idolatría.

Pero a los demás pueblos, que no tienen la fe que tiene el judío, les cuesta aceptar los problemas que D'os les envía, y por este motivo buscan saber el futuro, para tratar de mejorarlo según su parecer.

Es sabido que los preceptos de la Torá, no sólo benefician en el mundo venidero a quienes los cumplen, sino también en este mundo. Los preceptos fueron entregados también para beneficiar y aumentar los placeres de la persona durante sus años de vida. Y este precepto es un excelente ejemplo de lo antedicho, ya que quien recibe todo lo que le ocurre convencido realmente de que todo es para bien, aunque la situación que le toca vivir sea muy difícil, podrá superarla, depositando toda su fe en las manos de D'os.

En nuestra generación vemos que los psicólogos y psiquiatras están colmados de trabajo, y es difícil entender cuál es el motivo por el que tanta gente precisa de un apoyo psicológico. En las generaciones anteriores la vida era mucho más sacrificada, los medios eran muy precarios y no se gozaba de todo el avance tecnológico que tenemos hoy en día. Y a pesar de eso, se vivía sin tantos problemas psicológicos.

¿A qué se debe tal incremento en el número de personas que requieren ayuda de esta índole?

Obviamente, los factores que llevan a las personas a esta situación son muchos y cada caso es totalmente distinto del otro. Pero lo que sí podemos afirmar, es que todos los casos tienen una raíz en común y esta raíz es la falta de fe en D'os.

Desde que nacemos vemos cómo toda la sociedad relaciona cada hecho que ocurre con algún factor casual. Por ejemplo, si llovió varios días seguidos y hubieron inundaciones, enseguida escuchamos: "tantos días de lluvia nos provocaron esta desgracia". Es decir que el mensaje es limitado, ya que realmente se debería decir: "Es verdad que la lluvia provocó la inundación, pero la lluvia la mandó D'os, y sólo Él sabe por qué la inundación tuvo que ocurrir justo en este lugar".

Cuando la persona limita su análisis a un factor casual que puede divisar, sin detenerse a examinar más profundamente acerca del motivo real que causó aquella situación - es decir, que hay un Ser Superior que la envió - sin darse cuenta estará provocando que en su corazón aparezcan preguntas como: "¿Por qué?" o "¿Por qué a mí?", que aparentemente no tienen respuesta y le traen conflictos.

Día a día, esos interrogantes van aumentando y es así que la persona comienza a sentir cada vez más angustia y decepción de la vida por todos los hechos que le ocurren. Y al no entender el motivo termina enfermándose por eso.

Cuando la persona comienza a tener estos sentimientos, todo el bienestar que tiene a su lado, no lo ayuda, ya que ese bienestar sólo lo puede aliviar por algunos instantes, pero no logra sacar de su corazón los grandes problemas que lo aquejan...

Pero la Torá nos enseña que la única manera de poder vivir superando los problemas es sabiendo que hay un D'os que los envía, y entendiendo que cada hecho que ocurre tiene una razón y una intención por parte del Creador. De esta manera, al volcar toda nuestra fe en D'os, sin pedir saber los motivos de los acontecimientos, obtenemos una mayor tranquilidad tanto física como mental.

Tenemos que entender que el principal factor que contribuyó a que las fuerzas psicológicas de las personas de nuestra generación decayeran, es que la transmisión de los valores espirituales que siempre nos acompañaron no ha sido hecha adecuadamente.

Y este fue el mensaje que Moshé quiso transmitir al pueblo de Israel:

"No sean como los demás pueblos, que buscan saber los motivos de los hechos en distintos factores casuales y arbitrarios, y por eso quieren saber el futuro. Debéis aceptar el presente que D'os les envía con fe y alegría, pues esa es la mejor técnica y la más verdadera para vivir un buen presente, y un mejor futuro".

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