jueves, 25 de noviembre de 2010

Parashá Vayéshev - (Y residió). 20 Kislev 5771 (27 de Noviembre de 2010).



La Fe de Iosef HaTzadik


Como todos sabemos, Iosef, uno de los doce hijos de Iaakov, fue vendido como esclavo por sus hermanos, a causa de sus sueños.Él fue revendido de un amo a otro, hasta que finalmente llegó a Egipto y fue comprado por Potifar - uno de los ministros del Faraón.

Teniendo apenas 17 años, Iosef repentinamente se encontró con una realidad absolutamente distinta a la que hasta ese momento conocía, en dos aspectos: De hombre libre pasó a ser esclavo, y además, de haber estado viviendo en el seno de su familia y su cultura, pasó a vivir en medio de una cultura completamente distinta.

La cultura egipcia en todos sus aspectos, era totalmente opuesta a la fe y educación que Iosef había recibido desde la cuna.

En su nueva vida Iosef estaba sufriendo, y seguramente tenía una profunda confusión.La prueba que tenía delante de él no era nada simple, pues él debía decidir cómo y con qué valores encaminaría su vida a partir de ese momento.Era una situación muy difícil.

El versículo (Bereshit 33:3) dice: "Y vio su amo que D'os estaba con él, y todo lo que él hacía era bendecido por D'os".

¿Cómo su amo pudo darse cuenta de que D'os siempre estaba con Iosef?Rashí nos explica que Iosef tenía el Nombre de D'os constantemente en su boca.Él recordaba a D'os en cada situación.Cada vez que tenía la oportunidad, Iosef intentaba transmitir el mensaje de que existe un sólo D'os.

Analicemos la grandeza de Iosef: Un joven que fue esclavizado sin piedad, no tenía vergüenza ni miedo de expresar su fe incondicional en D'os y su apego a Él, delante de personas cuya cultura y religión estaban basadas en la idolatría.

Su amo, Potifar, viendo que él era muy capaz, lo nombró jefe de toda su casa, y confió en Iosef de tal manera que se desligó de todas esas funciones, dejando en sus manos todos sus asuntos.

La parashá nos relata que Iosef era un hermoso joven, lo cual despertó en la esposa de Potifar el deseo de estar con él.En la primer oportunidad que ella tuvo para demostrar a Iosef su interés, él le respondió con un rotundo "no".

Nuevamente vemos la grandeza de Iosef: Él no le respondió que no porque no era ético o porque en Egipto estaba prohibida la infidelidad, sino que le dijo: "¡Cómo voy a cometer un mal tan grande pecando delante de D'os!" (Bereshit 39:9).

La parashá continua relatándonos que la esposa de Potifar lo acusó falsamente, y Iosef fue mandado a la cárcel.Sin embargo, en esta oportunidad D'os tampoco lo abandonó, y al poco tiempo, el jefe de la cárcel sintió una gran simpatía por Iosef y lo nombró encargado de todos los presos.

Una mañana, Iosef vio que dos de los presos estaban más preocupados que de costumbre.Él se acercó a ver cuál era el motivo de tanta preocupación, y ellos le dijeron que habían tenido un sueño cada uno y no sabían el significado del mismo.

Entonces Iosef les dijo que no debían preocuparse pues "el interpretar sueños está en manos de D'os", y les pidió que le contaran cada uno su sueño, para que con la ayuda de D'os, él se los interpretara.

Una vez más podemos ver que la fe de Iosef en D'os no cambió en absoluto.Incluso en esa situación tan difícil, siendo un esclavo y además estando encarcelado, Iosef no perdió la oportunidad de demostrarle a esas personas que D'os es quien maneja todo.

Finalmente los sueños se hicieron realidad, exactamente como Iosef los había interpretado.

La próxima parashá nos cuenta que el rey egipcio soñó dos sueños en una misma noche.Por la mañana, él llamó a sus ministros para que se los interpretaran, pero todas las interpretaciones que sus sabios y consejeros ofrecían no lo satisfacían.Entonces, a través de uno de sus ministros que había estado en prisión y luego fue liberado, el Faraón se enteró de que en la cárcel había un joven judío que interpretaba sueños, y ordenó que lo trajeran al palacio.

Rápidamente, los servidores del Faraón sacaron a Iosef de la prisión.Le cortaron el pelo, lo bañaron y lo vistieron con ropas nuevas y respetables, y Iosef fue llevado delante del Faraón.

El monarca egipcio le explicó que fue mandado a llamar para que le interprete los sueños, pues él había escuchado que Iosef era experto en interpretaciones.Pero otra vez, sin titubear, Iosef respondió: "Yo no soy el que interpretará, es D'os Quien interpretará el sueño para el bienestar del Faraón" (Bereshit 41:16).

Después de que el Faraón le contó sus dos sueños, Iosef le dijo que los sueños eran un mensaje de D'os y expresaban lo que Él haría próximamente: primero vendrían siete años de abundancia y luego siete de sequía y hambre.Y una vez más Iosef recuerda que D'os es quien controla el mundo: "D'os está apresurándose para llevar a cabo Su plan" (Bereshit 41:32).

Iosef sabía que en Egipto no se podía nombrar a D'os, y más aún delante del Faraón, que él mismo se consideraba una deidad.Él sabía que el estar delante del Faraón era una gran oportunidad para poder explicarle al rey que él era inocente de todo lo que se lo culpaba - que había sido vendido como esclavo sin haber hecho nada malo, y que fue encarcelado por una falsa acusación.Él sabía que podía llegar a obtener fácilmente la libertad si tan sólo se limitaría a interpretarle al Faraón sus sueños, pero Iosef hatzadik (el justo) decidió aprovechar ese gran momento para santificar el Nombre de D'os, a pesar del precio que podría llegar a pagar por ello.
Si seguiremos el ejemplo de Iosef, y recordaremos cada momento y momento el Nombre de D'os, llegaremos a desarrollar una completa fe en Él, y seremos conscientes de que todo lo que ocurre en el mundo viene de D'os y es sólo para nuestro bien.

No hay comentarios:

Publicar un comentario