jueves, 23 de diciembre de 2010

Una historia sorprendente


Un rabino en Dallas, Texas. Recibió el llamado de un hombre que quería hacer una contribución Para su sinagoga (esa no es la parte sorprendente). Ellos se encontraron. El rabino llevó al hombre a conocer las dependencias de la sinagoga y le contó acerca de los programas educacionales para la comunidad. El hombre hizo un cheque de dos mil dólares para el rabino.

El rabino, sin embargo sentía curiosidad en relación al motivo que llevó a aquel hombre, ciertamente judío pero claramente no ortodoxo ni versado en judaísmo, a hacer una contribución a la si¬nagoga. El hombre le respondió con un fuerte acento tejano: "Rabino recientemente estuve en Jerusalén en el Muro Occidental (Kotel HaMaaravi). Allá vi a un hombre rezando con tanto fervor, con tanta concentración que quede conmovido hasta a las profundidades de mi alma. Yo quise demostrar cuánto me había tocado aquel he¬cho, no quise ofender al hombre dándole dinero. Entonces de¬cidí que cuando volviera a Dallas, haría una donación a una sina¬goga donde aquel hombre se sintiese cómodo para rezar".

El donante continuó: "Cuando volví a Dallas fui a una panadería kasher y describí al hombre que había visto en el Hotel -el largo saco negro, el sombrero negro grande, peot- y pregunté donde un hombre como ese se sentiría bien rezando. Rabino, ellos me indica¬ron su sinagoga ¡y aquí estoy!".

El hombre y el rabino se hicieron buenos amigos, estudiaban juntos de vez en cuando y compartían las simjes, ocasiones alegres de sus familias. Con el pasar de los años, el hombre y su familia se convirtieron en los principales sostenedores de la sinagoga y de los esfuerzos para ampliar los programas educacionales judíos.

Aquí viene la parte interesante: el hombre de Jerusalén volvió para su casa después de rezar en el Kotel y su esposa le pregun¬tó “Nu, Berel, ¿cómo fue tu día?”, y Derel respondió: "Nada nuevo”. Ahora imaginen: después de sus 120 años de vida, Berel va para el Olam Habá (Mundo venidero), es recibido en los Cielos con el equivalente espiritual de una banda y un desfile militar y llevado ante la presencia del Todopoderoso . El Creador dice a Berel: “Berel, Yo te elogio de todo corazón por lo que hiciste por la educación del pueblo judío en Dallas”. Berel, que nunca en su vida había salido de la Tierra Santa queda perplejo y responde: “¿Qué es Dallas?”.

Como en toda buena historia, ¡he aquí una lección para nosotros! Todas y cada una de nuestras acciones tienen ramificaciones que causan un impacto que va mucho más allá de nuestra limitada capacidad deentendimiento. Por lo tanto, debemos siempre pen¬sar dos veces si estamos dispuestos a dejar pasar una oportunidad de ayudar a alguien o de haces alguna cosa que sería mejor no ha¬cer. En un nivel más elevado, aun aquellas acciones que ni pensa¬mos que otros puedan haberlas notado, tengan tal vez consecuencias significativas, en éste y en el próximo Mundo.

No es de sorprender que nuestros Sabios nos dicen en Pirkei Avot, Ética de los Padres (un libro con seis capítulos de sabiduría judía que cambiara su vida!): Presta atención a tres cosas y no transgredirás: Sabe que hay por encima de ti: un Ojo que observa, un Oído que oye y todas tus acciones son anotadas en un Libro”. ¡La batalla por la vida es una batalla para estar siempre atentos y conscientes!
(www.kaalov.org.ar)

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