miércoles, 2 de febrero de 2011

Parashá Shavua: Terumá - (Ofrenda). 1 de Adar I 5771 ( 5 de Febrero de 2011).La Grandeza de la Tzedaká


"Y dijo D'os a Moshé: Háblale a los hijos de Israel, y que tomen para Mí una donación, de toda persona cuyo corazón lo motiva, tomarán Mi donación" (Shemot 25:2).

Es sabido que todo el motivo por el cual D'os le ordenó a Moshé recolectar dinero o materiales, fue para la construcción del Mishkán (Tabernáculo), en el cual D'os haría reposar Su santidad, y de esta manera Am Israel tendría un contacto más cercano con Él.

Al leer este versículo nos surgen varias preguntas: ¿Por qué D'os pide donaciones del pueblo de Israel?¿Acaso las necesita?¿No podía D'os entregarle a Moshé el Mishkán ya construido?Por otro lado, el versículo dice que D'os le dijo a Moshé: "y que tomen para Mí una donación", ¿no tendría que haber dicho "y darán" o "y donarán"?

Los Sabios explican que todo el motivo por el cual D'os pidió de Am Israel su colaboración no fue por necesidad, sino porque quería educar a Su pueblo para que aprenda a dar, ya que por naturaleza a la persona le cuesta dar.

Además, el Baal Haturim explica que el motivo por el cual antes de pedir la donación, D'os le ordenó a Moshé: "Háblale a los hijos de Israel", fue para que Moshé les hable de buena manera y que así se despierte en ellos el deseo de donar.Esto era imperioso pues ésta era una mitzvá difícil de cumplir ya que la persona tenía que entregar de sus bienes para poder llevarla a cabo.

Y es por eso que D'os ordenó que el pueblo done para la construcción del Mishkán, para acostumbrarlos a cumplir una de las mitzvot mas importantes de la Torá: la tzedaká (caridad).

En general, a la persona le cuesta dar dinero, ya sea para alimentar a pobres, para organizaciones que se ocupan de gente necesitada, o también para el bet hakneset que necesita cubrir los gastos de mantenimiento.

Si analizamos la situación, veremos que el motivo de no querer dar es porque queremos incrementar lo más posible nuestro capital, suponiendo que si damos a los demás, en lugar de aumentar, nuestro capital disminuirá.

Sobre este punto se refiere el versículo cuando dice: "y que tomen para Mí un donativo", en lugar de decir "y Me darán una donación" o "y donarán para Mí".Nosotros usamos el verbo "tomar" cuando tomamos algo para nosotros, y el verbo "dar" cuando nosotros le damos algo a alguien.Pero aquí está escrito: "y que tomen para Mí", lo que indica que al darle algo a D'os, estamos también tomando algo para nosotros, pues cuando la persona da se beneficia más que el que recibe.

Muchos de nosotros podemos preguntarnos: "¿Por qué me beneficio más que el que recibe?".Pero este análisis es correcto para quien no cree en el Olam Habá y piensa que todo lo que existe es sólo este mundo.Sin embargo, nosotros, el pueblo de Israel, creemos en el Olam Habá, y por este motivo el razonamiento anterior es totalmente erróneo.Toda nuestra finalidad en esta vida, debe ser preparar nuestro Olam Habá, y esto se puede lograr solamente con el cumplimiento de las mitzvot.

Según este concepto, podemos entender por qué cuando damos nos beneficiamos más que el necesitado que recibe, pues el que recibe usa el dinero y después de eso no le queda provecho alguno, pero quien lo dio se queda con la mitzvá cuya recompensa es eterna, y disfrutará de ella por siempre.
Cuando hablamos de "dar" no nos referimos solamente a ayudar económicamente a nuestro prójimo, sino que también es posible ayudar ofreciendo nuestro tiempo.

Recuerdo, que un shabat en Israel, salí de la ieshivá para comprar una bebida y algo dulce para después de la cena.Cuando volvía a la ieshivá me encontré con mi Rosh Ieshivá, el Rab Arie Kovalevsky shlita, y me preguntó qué bebida compré.Yo le contesté, y luego me dijo "Shabat shalom".

El domingo siguiente el Rab me preguntó cuánta bebida me había quedado.Le respondí que nada, ya que entre lo que yo había bebido y lo que convidé a mis amigos, se terminó muy rápido.El Rab me dijo que lo que convidé a mis compañeros sí me había quedado, ya que la mitzvá queda para siempre, en cambio lo que yo tomé fue solamente algo efímero, ya que enseguida uno vuelve a tener sed.

En varias oportunidades el Rab Kovalevsky shlita nos dijo: "El Olam Hazé de tu compañero, es tu Olam Habá".Esto quiere decir que cuando tu compañero te pide un favor y tú se lo concedes, él lo disfrutará solamente en ese momento, pero tu pago es eterno en el Olam Habá.

Justamente a esto se refiere nuestro versículo, ya que por cada mitzvá de jesed que uno hace - ya sea mediante el dinero o nuestro tiempo - recibimos mucho más de lo que brindamos.

Por otro lado, si pensamos que al dar tzedaká nos beneficiaremos únicamente en el Olam Habá estamos equivocados, ya que Shelomó Hamelej dijo (Mishlé 11:4): "La tzedaká salva a la persona de la muerte".Es decir que esta mitzvá tiene un poder especial para que D'os le alargue la vida en este mundo a la persona que la cumple.

Analizando un poco esto podemos llegar a preguntarnos, ¿qué relación tiene la recompensa que D'os da por el cumplimiento de esta mitzvá en comparación con la mitzvá en sí?¡¿Es posible adquirir algo tan valioso como la vida mediante el simple hecho de donar 100 dólares?!La verdad es que sí.

La Torá nos enseña que D'os dirige al mundo "midá kenegued midá", es decir, que de la misma manera que nosotros nos comportamos, D'os se comporta con nosotros.Y cuando D'os ve que ayudamos al pobre porque queremos que siga viviendo, Él dice: "a ti te interesa que el pobre viva, entonces, tú también vivirás más tiempo".

Cuentan que en Estados Unidos, un judío estaba viajando por la ruta.El viaje era muy largo y este hombre comenzó a sentir cansancio, pero no encontraba un motivo para ese cansancio pues durante la noche había descansado bien.

A pesar de su ansiedad por llegar a destino, decidió detenerse al costado del camino y descansar un poco.

A los pocos minutos se dio cuenta de que había estacionado al lado de un hogar de ancianos y decidió entrar a ver si había algún judío para visitarlo y darle así una alegría.

Golpeó la puerta de la secretaría y lo atendieron.Entonces preguntó si había entre los ancianos algún judío.La secretaria le respondió que no, ya que el único que había, falleció ese mismo día y al día siguiente lo enterrarían en el cementerio que tenía el hogar.

El hombre comenzó a entender por qué motivo D'os había hecho que él se detenga a descansar justo en ese lugar, ya que en sus manos estaba la mitzvá de enterrar a este judío como era debido.

Sin dudarlo habló con el director del lugar y le pidió el cuerpo de este anciano, ya que era judío y la religión exige que sea enterrado en un cementerio judío.

El director aceptó sin oponerse, y le entregó a ese hombre los documentos necesarios.

Este judío se acercó al barrio judío más cercano y al pedir un lugar en el cementerio, le respondieron que no podrían cedérselo, ya que sólo podían recibirlo los asociados de la comunidad, y puesto que los lugares escaseaban no podían hacer una excepción.Sin demorarse el hombre viajó a su ciudad y al explicarle toda la situación al encargado del cementerio local, éste le dijo que no había ningún problema en enterrar a ese anciano allí, ya que en ese cementerio había un sector especial reservado para todo aquel que no tuviera donde ser enterrado.

Lo único que el encargado del cementerio le pidió a ese hombre fue que consiguiera rápidamente los documentos del fallecido.El hombre le respondió que los llevaba con él y se los mostró.

Cuando el encargado del cementerio vio la foto y el nombre del difunto, quedó atónito.

Sin entender la reacción del encargado, el hombre le preguntó por qué motivo se estremeció tanto.

El encargado le respondió que el sector del cementerio destinado a todas las personas que no tenían donde ser enterradas había sido donado por esa misma persona.

"Durante años intentamos encontrar a este hombre para agradecerle y ofrecerle nuestra ayuda, pero no pudimos encontrarlo.Pero ahora veo cómo D'os no deja a nadie sin recibir su recompensa, pues a este hombre que se ocupó de los demás, D'os le acreditó el mérito de poder ser enterrado como un judío".

Esta conmovedora historia es un claro ejemplo del beneficio que obtenemos al dar tzedaká, así como dice el versículo: "Y que tomen para Mí".Quien da tzedaká, en realidad no está dando sino tomando.

Cortesia del Rab Baruj Mbazbaz, autor del libro "BIRCAT HASHAMAIM"

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