viernes, 22 de junio de 2012

HISTORIAS PARA CONTAR EN SHABAT (XI): La deuda



En los dias del famoso sabio Rabi Abraham Antebi, vivio en la ciudad Alepo-Siria, un opulento comerciante. Este acaudalado personaje daba dadivas a los pobres y les prestaba dinero en los momentos de aprietos.
Un dia se le presento un pobre y le pidio un prestamo. Se apresuro el rico a entregarle el dinero y se fijo el tiempo del pago, tres meses mas tarde.
Firmo el pobre el documento del prestamo y agradecio al hombre por su bondad.
Los tres meses pasaron fugazmente, el comerciante espero que el pobre viniera a pagar la deuda, pero el pobre no aparecio. El pobre tenia una numerosa familia para alimentar, su mujer y diez ninos, y todos los esfuerzos hechos para obtener el dinero con el cual pagar la deuda no tuvieron exito.
Se dirigio el comerciante al Tribunal Rabinico de la ciudad y denuncio al pobre por el incumplimiento del pago del prestamo.
El pobre se allego al tribunal y toda su respuesta fue: 
"lo siento mucho, pero no tengo un centavo para pagar la deuda."
Luego que los jueces debatieron el caso, fallaron el pobre debe pagar su deuda, segun  lo testimonia el documento o conseguir que el acreedor acepte prorrogar el plazo del pago.

Salio el pobre angustiado del tribunal, con dificultad podia conseguir el dinero para las necesidades mas elemcntales de su
mujer y sus hijos ¿de donde conseguiria eldinero para el pago el prestamo?. Su propuesta de prorrogar el pago, fue rechazada por el comerciante.
En el camino, se encontro con Rabi Abraham Antebi, le conto todo el asunto y le pidio su consejo y bendicion. El rabino lo bendijo y  lo tranquilizo diciendo que el se va a  ocupar del asunto. Al despedirse le pidio que vuelva a verlo al dia siguiente.
Al dia siguiente, despues de la oration de la manana, se dirigio el rabino con su hijo Rabi Itzjak, a visitar la casa del comerciante, el acreedor.
Golpeo el rabino a la puerta y al abrirle la criada judia, se sorprendio de ver la visita del Gran Rabino, que visitaba a una hora tan temprana y en forma imprevista.
La criada informo al dueno de casa acerca de la importante   visita y tambien el se asombro ante la repentina aparición del Gran Rabino.
Salio el hombre a darle la bienvenida al rabino y extendieron delante suyo una mesa llena de manjares.
El rabino se sento y se mantuvo en silencio sin probar nada de los manjares que le ofrecieron.
— La visita del rabino, en mi casa vale mas que mil monedas oro — proclamd el millonario sumisamente. Cuando yo veo elsemblante del rabino me siento como si veria un angel continuo.
— ¡No exageres! — enfrio Rabi Abraham el entusiasmo del hombre — conozco muy bien los exageraciones de los comerciantes.
— D-s me libre de semejante cosa — exclamo el comerciante un poco humillado por las palabaras del rabino. Es la pura verdad que me senti sumamente honrado con la visita suya y no espere que me viera honrado con semejante honor.
— Si estas palabras son verdaderas, ¿vale mi visita por lo  menos trescientos grush?
Avergonzado el hombre por la comparacion contesto: ya dije anteriormente que la visita vale mas que mil monedas de oro.
— Entonces— replico el rabino — traeme los documentos del pobre que no tiene dinero para pagar.
El hombre se levanto como una flecha y le trajo al rabino el documento de la deuda.
— Tu sabes la dura situation que atraviesa tu deudor, yo te pido que le perdones la deuda-dijo el rabino. Complaciente, el
comerciante acepto renunciar al pago de la deuda.
Culmino el rabino su visita con palabras de la Tora y sabiduria y bendijo a toda la familia. Cuando el mismo dia, vino a verlo el pobre con gran preocupacion en su rostro, le mostro Rabi Abraham el documento rasgado, le informo que el acreedor habia perdonado su deuda, y le aconsejo como conducirse con sus entradas y sus gastos, bendiciendolo.
El hombre cumplio los consejos del rabino y de ese dia en adelante fue coronado por el exito y D-s lo ayudo a mantener
decorosamente a su familia.
Fuente: La introduction al libro "Jojma vcmusar" de Rabi
Abraham Antebi. La introduction fue escrila por Rabi Josef Seav.

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