viernes, 20 de julio de 2012

HISTORIAS PARA CONTAR EN SHABAT (XV): El judio que se disfrazo de cura

En la epoca de la expulsion de los judios de Espana crecio la enemistad y el odio a los judios, que sufrieron con resignation los diferentes decretos y humillacionies, poniendo la esperanza en la salvation Divina.
Habia un lugar en Espana, en el cual se prohibio el paso a los judios, y si un judio pasaba por el lugar, el cura responsable de aplicar la ley podia condenarlo a muerte.
Un dia, paso por el sitio un gran erudito de la Tora, desconociendo la prohibition existente. Al ser divisado por los guardias fue detenido immediatamente y llevado delante del cura que deseo asesinarlo. Al contemplar la figura del sabio, se sorprendio ante el extraordinario parecido del rabino con su propia persona, tanto en la constitution del cuerpo como en el rostro.
La gran similitud desperto la misericordia del sacerdote, que se contento con encerrarlo en la carcel.
Asi fue, y el rabino fue encerrado en un oscuro cuarto de la prision y el cura le traia diariamente pan duro y una misera cantidad de agua.
En esos dias, decidio el Papa probar la inteligencia de las sacerdotes y nazarenos de la ciudad.
Reunio a todos los curas en la catedral de la ciudad y deseo probar la perspicacia de sus subordinados por intermedio de curiosas preguntas.
El Papa empezo a hablar delante de los sacerdotes y dijo: "Vosotros conoceis los esfuerzos de la conduction de la Iglesia para satisfacer vuestras necesidades tanto materiales como espirituales, los gastos efectuados por el Tesoro Eclesiastico son exorbitantes."
Los curas no comprendieron adonde apuntaban las palabras del Sumo Pontifice, que luego de una breve interruption continuo sus palabras diciendo: Por 10 tanto deseo probar vuestra sabiduria, por intermedio de tres preguntas y a traves de vuestras respuestas sabre, si vosotros sois dignos de permanecer en vuestros puestos.
— Mi primer pregunta trono la voz del dirigente catolico. I Cuando ocurrio en la historia de la humanidad, que se escucho el canto del gallo en todos los extremos de la tierra?
La segunda pregunta:¿en que punto del mundo ilumind la luna una sola noche?
La tercer pregunta: ¿que pienso en este momento?
Al terminar su discurso declaro el Papa: Teneis tres dias para meditar y prof undizar en las preguntas y obtener las respuestas apropiadas. En caso de no obtener respuesta al cabo de los tres dias sereis castigados severamente.
Los sacerdotes sorprendidos, no comprendian 10 ocurrido, pero la preocupacion ante la urgente necesidad de encontrar respuestas a las misteriosas preguntas, les hizo entender que no se encontraban en un sueÑo.
Como los demas curas, el cura que apreso al rabino se encontraba en un pesimo estado animico, al no tener la mas minima idea acerca de las respuestas a las enigmaticas preguntas.
En las horas vespertinas, cuando el cura rutinariamente visitaba al rabino con su ration de comida, observo el rabino, el preocupado rostro del sacerdote y le pregunto cual era el motivo de la preocupacion.
Conto el cura los ultimos sucesos y las extranas preguntas a las cuales, ninguno de los miembros de la Iglesia encontro respuesta.
— Si eso es todo, no hay causa de preocupacion — expreso el rabino.
— i Cual es tu consejo? — pregunto el sacerdote reconfortado por las palabras escuchadas.
— Muy sencillo — contesto su interlocutor — cuando llegue el tercer dia, yo vestire las ropas pastorales ire en tu lugar a enf rentar al Papa y nadie advertira el cambio ya que somos muy parecidos.
— Pero, lo principal falta — dijo el cura — ¿ acaso tienes respuesta a las tres preguntas?
Con la ayuda de D-s, es posible que encuentre las respuestas adecuadas y si no yo recibire el castigo y mientras tanto tu puedes huir de la ciudad.
Sus palabras convencieron al cura y asi hicieron.
Al llegar el tercer dia, el rabino vistio las ropas sacerdotales y se dirigio a la catedral donde se reunian nuevamente los subordinados de la Iglesia, bajo orden pontifical.
Cuando el Papa verified que todos los curas se encontraban presentes, pidio: Todos los que estan dispuestos a contestar que levanten la mano.
Ninguno de los sacerdotes levanto la mano, solo el rabino disfrazado de sacerdote catolico, se levanto y dijo: Su Excelencia, yo estoy dispuesto a contestar a todos las preguntas. Por favor, Su Excelencia podria volver a repetir las preguntas, para que pueda contestarlas una por una.
— La primer pregunta — volvio a preguntar el Papa. — ¿ Cuando se escucho en todo el mundo la voz del gallo?
Contesto el judio: Esta escrito en las Sagradas Escrituras, que en los dias de Noe, el justo, todos los hombres de su generation eran malvados.
D—s deseo borrarlos de la faz de la tierra y ordeno a Noe construir un enorma area, en la cual ingresaron el, los miembros de su familia y animales de todos las especies; y contaron con la protection Divina.
Luego, el Diluvio azoto la fazde la tierra y solo sobrevivieron aquellos se encontraron en el area de Noe. En ese momento se escucho la voz del gallo, su voz era escuchada en toda la superficie de la nave y alii se encontraban todas las criaturas del mundo, es decir que su voz se escucho en todo el mundo.
— Respuesta correcta e inteligente — exclamo el Suno Pontifice — un poco asombrado por la respuesta y prosiguio con la segunda pregunta:¿ en que punto del mundo brillo la Luna una sola vez?

Tambien la respuesta a esta pregunta se encuentra en las Sagradas Escrituras: Cuando Israel salio de Egipto y llego al extremo del Mar Rojo, fue perseguido por el Faraon y su ejercito. Moises tomo su baston y golpeo las aguas por orden Divina y las aguas se abrieron y los hijos de Israel pudieron atravesarla sin dificultades, convirtiendose las aguas en murallas a sus costados, en ese momento ilumino la Luna el fondo del mar que se habia desecado; ya que el mar se abrio a la noche y al dia siguiente las aguas retornaron a su position original. O sea, que en el lugar que se abrieron las aguas y el mar se deseco, brillo la Luna una sola vez.
Otra vez el Papa se sintio satisfecho con la respuesta y paso a la tercer pregunta: ¿que pienso en este momento?
Esta pregunta era mas diffcil que las anteriores ya que solo D-s puede conocer lo que se oculta en la mente humana.
Contesto el judio, con una sonrisa sarcastica en su rostro — Su Excelencia piense que yo soy uno de sus sacerdotes y que supe responder a sus preguntas, pero en realidad yo soy un humilde judio, con pequeños conocimientos, que no me aproximo ni a los talones de los sabios de Israel.
— Nuevamente la respuesta es acertada — dijo el Papa atonito:¿ Me puedes decir quien te trajo a este lugar?
Conto el Rabino todos los sucesos y se asombro el Pontifice, por su inteligencia y picardia y lo envio a su ciudad con importantes regalos.
A los sacerdotes los castigo severamente, diciendoles: vieron como un judio supo contestar a todas mis preguntas y ustedes no supieron contestar a ninguna.

La fuente del cuento: el libro "Vaiomer Itzjak" traducidodel judeo-arabe. 25

Parashá Matot (Tribus) - Masé (Marchas). 2 AB 5772 (21 de Julio de 2012).

Matot(Números 30:2-32:42)

A los Ojos del Hombre y de Dios

Los hijos de Gad y los hijos de Reuven vinieron y hablaron con Elazar el Cohén y los líderes de la asamblea, diciendo, “Las tierras de Atarot, Dibon, Jazer, Nimra, Heshbon, Eleale, Sebam, Nebo y Beon. Las tierras que Dios conquistó delante de la asamblea de Israel – son tierras aptas para ganado, y tus siervos tienen ganado”. (Números 32:2-4)

Tanto el pedido de Gad y Reuven de la tierra al lado este del Jordán y la respuesta de Moshé, son muy difíciles de entender por una variedad de razones. Ellos presentaron su pedido en un orden extraño. Primero le presentaron a Moshé la lista de las ciudades. Luego agregaron que la tierra era buena para pastar y finalmente que ellos tenían mucho ganado.
Esto es seguido por un párrafo cerrado (parashá stumá), como si ese tema particular hubiera terminado y uno nuevo comenzara. Sólo después de esa interrupción, ellos piden abiertamente lo que estaba en sus mentes aparentemente desde el principio: “Danos esta tierra y permite que nosotros nos quedemos en este lado del Jordán” (Números 42:5). Primero ellos deberían haber hecho su pedido, luego deberían haber explicado el porqué y sólo entonces deberían haber presentado una lista de ciudades.
La respuesta de Moshé también desafía el entendimiento. Primero, él parece asumir que ellos estaban asustados de entrar a la Tierra de Israel, así como los espías. Aparentemente no hay ningún intento de juzgarlos favorablemente; ellos son simplemente acusados sin ninguna exploración de sus motivaciones.
Sólo cuando ellos ofrecen dejar a sus esposas, hijos y ganado en las ciudades fortificadas en Transjordania, Moshé acepta la oferta. Esto también es desconcertante, ya que el miedo principal de los espías era que sus esposas e hijos murieran en la conquista de la tierra, y ahora Gad y Reuven estaban tratando de eximir a sus familias del peligro. Si Moshé sospechó que ellos compartían el espíritu de los espías, ¿por qué permitirles dejar a sus familias en la seguridad de Transjordania?

Efecto Desmoralizante
Me parece que la clave del entendimiento de esta secuencia radica en el lenguaje preciso de la respuesta de Moshé. Si Gad y Reuven cumplían su palabra de ir delante del resto de la nación a la guerra, Moshé les dijo, “Ustedes serán puros y libres de culpa ante los ojos de Dios y ante los ojos del pueblo judío” (Números 32:22). Los Sabios derivan de estas palabras que una persona no debe actuar de una forma tal que cause que otros sospechen que pecó. Todo el concepto de marit ayin está basado en esta fuente. A pesar de que un judío debe juzgar a los otros judíos favorablemente, eso no es una licencia para levantar sospechas innecesarias que causen que otros lleguen a falsas conclusiones.
A la luz de este concepto, todo el intercambio adquiere un enfoque completamente distinto. Las dos tribus se dieron cuenta que su pedido podía levantar sospechas. Por eso en un comienzo sólo le insinuaron su pedido a Moshé en vez de hacerlo expresamente. Ellos esperaron que Moshé por motivación propia hiciera la sugerencia de que ellos se quedaran en Transjordania y con eso los absolviera. Por eso ellos empezaron con la lista de las ciudades, con la esperanza que Moshé mismo reconocería la idoneidad de esas tierras para sus grandes rebaños.
Cuando Moshé permaneció en silencio, ellos fueron más explícitos, agregando que esas ciudades estaban rodeadas por tierras ricas para pastar y que ellos tenían grandes ganados. En ese punto ellos terminaron su presentación, tal como está indicado por el párrafo cerrado del cual hablamos anteriormente (parashá stumá). Sólo porque Moshé siguió en silencio, ellos no tuvieron otra opción que hacer su pedido final explícitamente.
Por su parte, Moshé entendió sus intenciones desde el comienzo. Pero sintió que sin importar quien verbalizara la sugerencia de permanecer en Transjordania, eso tendría un efecto desmoralizante. Él no pensó que sus intenciones reales eran malas, pero quería que Gad y Reuven entendieran cuán sospechoso parecía su pedido superficialmente. Dado que la aparente sospecha de cobardía era todo el problema que Moshé estaba combatiendo, fue suficiente que las dos tribus ofrecieran liderar el ejército judío en la batalla para remover esa sospecha.

Sospechas Injustificadas
Aprendemos de esta parashá cuán cuidadosos debemos ser para considerar el efecto de las propias acciones en relación a otros. El Maharil Diskin explica que nosotros juzgamos a otros favorablemente por nuestro bien tanto como por el bien de los otros. La mayoría de las personas están altamente influenciadas por el comportamiento que presencian. Cuando juzgamos lo que los otros hacen de una forma favorable, elevamos el nivel de nuestro entorno a nuestros propios ojos y prevenimos que nos influencie negativamente. Más allá de eso, uno no debe ser un obstáculo, causando que otros alberguen una sospecha injustificada.
La Mishná (Avot 2:1) nos dice que debemos escoger el camino de servir a Dios que trae gloria y aprobación tanto de Dios como del hombre. La Torá y las mitzvot no son un dominio privado propio; uno tiene la obligación de fortalecer la Torá y las mitzvot de otros al ser un buen ejemplo.
Tal vez ese es el significado del siguiente Midrash (Vaikrá Rabá 34:8):
Rav Itzjak dijo que la Torá nos enseña derej eretz (comportamiento adecuado). Cuando uno realiza una mitzvá debe hacerla con alegría. Porque si Reuven hubiera sabido que la Torá iba a registrar que él intentó salvar a Yosef de sus hermanos, él lo habría cargado sobre sus hombros y hubiera corrido a casa.
Y si Aarón hubiera sabido que la Torá registraría que él saludó a Moshé con un corazón alegre después de que (Moshé) fue elegido para ser un Redentor, él habría ido (hacia él) con tambores y platillos.
Y si Boaz hubiera sabido que la Biblia registraría que él le dio a Rut un trigo seco para comer, él le hubiera ofrecido un banquete.
Cuando uno hace algo para enseñar a otros, lo hace de una forma mucho más clara que si lo hiciera sólo por su propio beneficio. Si Reuven, Aarón y Boaz hubieran sabido que sus acciones no eran solamente de su interés privado, sino que serían registradas en la Torá como una lección para la posteridad, ellos las habrían realizado con mucha más intensidad y celo.
Derej eretz es cualquier cosa que promueve y fortalece la sociedad. Por eso las relaciones maritales, los negocios y el comercio y las buenas características del carácter son todos aspectos del derej eretz. La lección de Rav Itzjak es que debemos realizar la mitzvá de tal manera que nuestra alegría por la mitzvá sea obvia, porque de esa forma inspiramos y fortalecemos a otros en su observancia de las mitzvot.
El Midrash de Rav Itzjak concluye que incluso hoy en día el Profeta Eliahu y el Mashiaj están aún registrando cuentas sobre todas nuestras acciones para ser incluidas en futuros libros sagrados. Esos trabajos son sellados y firmados por Dios mismo. De esto aprendemos que nuestras acciones no son algo solamente entre nosotros y Dios, sino que deben ser de tal manera que despierten respeto y admiración de la sociedad para promover la observancia de la Torá.

La Tierra Prometida (2)

"Ve a la Tierra"

  Dios le dijo a Abram, "Ve a la tierra que te mostraré. Yo haré de ti una gran aación; te bendeciré y te haré grande... Todas las familias de la tierra serán bendecidas en ti" (Génesis 12:1-3).

La primera indicación en la Biblia de que la Tierra es especial se presenta cuando Dios le dice a Abram (más tarde llamado "Abraham") que vaya a la tierra que Él le mostrará. Es de notar que Dios no designó una Tierra específica. Él dijo simplemente, "la tierra que te mostraré", y dejó que Abraham reconociese el lugar.

El Zohar (I, 78a) afirma que cada país es controlado por un ángel guardián. Cuando Dios le dijo a Abraham "ve a la tierra que te mostraré", Abraham consideró los atributos de cada zona para determinar cuál era su dueño y la identidad de su ángel guardián. Pero cuando Abraham meditó sobre la tierra que estaba en el centro del mundo y que más tarde se volvería la Tierra de Israel, no pudo comprender sus atributos ni determinar cuál era su dueño. Aunque meditó profundamente en esto, se sintió confundido debido a la cualidad única de la Tierra de Israel. Pues a diferencia de otras tierras, ella no está gobernada por un ángel ni por un grupo de ángeles, sino sólo por la Providencia Divina.

Le llevó un tiempo a Abraham entender esta idea. Gradualmente llegó a comprender que esta Tierra no sólo era única, superior a todas las otras tierras y el cimiento y base de la cual emergieron todas las demás, sino que eventualmente también llegó a comprender que la fuerza Divina que la controlaba era el Fundamento y la Fuente de la cual emergían todas las otras fuerzas. Y de acuerdo con la Torá, "ellos partieron de Ur Kasdim, para ir a la tierra de Canaan, pero llegaron hasta Harán y allí se establecieron" (Génesis 11:31). Abraham había abandonado las prácticas y las creencias de los Kasdim (Caldeos) con la esperanza de que la proximidad con la Tierra le revelase su verdadero carácter. Cuando esto no ocurrió, llegó hasta Harán y allí se estableció.

Abraham temía entrar en la Tierra sin haber comprendido primero la naturaleza de Aquél que la gobernaba. Por lo tanto, esperó hasta que Dios Mismo le reveló la santidad de la Tierra, cuando Él reconoció el gran anhelo de Abraham por comprender su santidad.

Aunque otros pueblos habían habitado en la Tierra Santa, ellos consideraron que era igual a las otras tierras. Abraham fue el primero en apreciar la santidad de la Tierra Santa, enraizada en la Creación misma. Mediante su búsqueda de Dios y su permanente fe en Él, Abraham encontró finalmente la tierra. Debido a esta fe Dios le prometió a Abraham que la Tierra le sería dada a él y a sus descendientes como herencia (Génesis 15:18), como parte del pacto Divino entre Dios y Abraham. Desde ese momento la Tierra le perteneció a Abraham.

Luego del diluvio, Noé había dividido el mundo entre sus tres hijos. Shem recibió el área que incluiría la Tierra Santa y fue el rey de Jerusalén. Pero los Cananeos, quienes eran descendientes de Jam, otro hijo de Noé, conquistaron y ocuparon la Tierra. Así, cuando Dios le prometió la Tierra a Abraham, descendiente de Shem, Él se la estaba retornando a los herederos de su dueño original (Rashi, Génesis 12:6; ver también Rashi, Rambán, ibid. 14:18).

En ese día Dios hizo un pacto con Abraham, diciendo, "A tu descendencia Yo daré esta Tierra..." ( Génesis 15:18-20).

El pasaje describe entonces un área ocupada por diez naciones. Siete naciones habitaban la zona al oeste del Río Jordán y tres naciones ocupaban la orilla oriental. (Esta zona le fue prometida al pueblo de Israel como herencia durante la era mesiánica). Dios selló este pacto con Abraham y Su promesa de la Tierra a través del mandamiento de la circuncisión: "Cuida Mi pacto... Yo seré tu Dios y el Dios de tus descendientes. Yo te daré a ti y a tus descendientes la tierra en la cual habitas, toda la Tierra de Canaan, como herencia eterna..." (Génesis 17:7-8). Si aceptaba la mitzvá de la circuncisión, Abraham heredaría la Tierra (Rashi, Génesis 17:2).

El versículo mencionado arriba es la fuente del término, "la Tierra Prometida", que se originó con la Creación y fue cumplida a través de la fe de Abraham. Antes de Abraham, los Cananeos y otras naciones gobernaron la Tierra. Fue Abraham quien tuvo el privilegio de revelar la santidad de la Tierra debido a su inquebrantable fe en Dios. Dios entonces retiró la Tierra de sus conquistadores y se la entregó a los descendientes de Abraham, quienes eventualmente llegarían a ser el pueblo de Israel, el pueblo judío. Por lo tanto, si tenemos fe en Dios, la Tierra será nuestra, pues la Tierra no nos fue prometida por las Naciones Unidas ni por la generosidad de diversos estados y gobiernos soberanos, sino por Dios Mismo. Chaim Kramer

Extraído de Esta Tierra es Mi Tierra. Breslov Research Institute. Por Chaim Kramer

http://www.tora.org.ar

Cuando Tisha Beav cae en Shabat o en domingo.

Las siguientes reglas se aplican a cualquier año en el cual Tisha Beav se observa en un domingo, ya sea si cayó originalmente en domingo o si cayó en Shabat y el inicio del ayuno se pospuso hasta el sábado a la noche.

En Shabat, toda manifestación pública de duelo está estrictamente prohibida. En este día, comemos, bebemos y nos regocijamos como de costumbre, y aún más. Hay dos excepciones:

a) Si Shabat cae el 9 de Av, entonces las relaciones conyugales están prohibidas 1.

b) Si Tisha Beav es observado el domingo, está prohibido estudiar la Torá a partir de Shabat al mediodía (fuera de las secciones de la Torá que están permitidas estudiar durante Tisha Beav). Así también, en este Shabat no recitamos el capítulo de “Ética de los Padres” como se acostumbra hacer en muchas comunidades los Shabat de tarde entre Pesaj y Rosh Hashana.

No se lleva a cabo la “comida de separación” de duelo previo al ayuno. En cambio, poco antes de la puesta del sol participamos de una abundante y alegre comida preayuno. Se debe tener cuidado, sin embargo, con que esta comida se finalice antes de la puesta del sol.

Nos sentamos en sillas de altura regular y vestimos calzados normales hasta el anochecer. Solamente lavarse, comer y beber están prohibidos a partir de la puesta del sol.

Durante las plegarias nocturnas, el usual inserto del sábado de noche Ata Jonantanu se incluye. La plegaria de Vihi Noam se omite. Inmediatamente, luego de recitar el versículo de Barjú,se cambian los zapatos de cuero por calzados que no sean de cuero.

Aquellos que no recitaron la plegaria nocturna deben decir antes de realizar alguna actividad que estuviera prohibida en Shabat: “Baruj hamavdil bein kodesh lejol” (“Bendito es Aquel que separa entre lo sagrado [el día de Shabat] y lo mundano [el resto de la semana]”).

En algún momento durante el sábado a la noche, se enciende la vela de Havdalá y se recita la bendición apropiada.

La Havdalá se recita el domingo de noche antes de comer2 omitiendo las bendiciones del incienso y del fuego. Si es posible, se le debe dar a un niño o niña menor de bar/batmitzvá el vino o jugo de uva de la Havdalá para que lo tome.

Si el noveno día de Av, cae en Shabat, en cuyo caso el ayuno se pospone hasta el domingo décimo de Av, todas las restricciones aplicadas a los nueve días se observan en la noche siguiente al ayuno, pero no se extienden hasta la mañana siguiente, el 11 de Av.

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Notas al Pie
1. Esto se debe a que la abstención de relaciones no constituye una muestra pública de duelo. Sin embargo, a diferencia de Tisha Beav donde cualquier tipo de intimidad está prohibida, en Shabat únicamente las relaciones conyugales propiamente dichas están prohibidas. Esta prohibición no se aplica si el viernes a la noche, es la noche de la Mikve.
2. Si una persona está enferma y necesita comer durante el ayuno, él o ella debe recitar la Havdalá antes de comer.


 http://www.es.chabad.org

viernes, 13 de julio de 2012

HISTORIAS PARA CONTAR EN SHABAT (XIV): La recompensa de Shabat

Está escrito en el Libro del Profeta: “Si descansas en el Shabat tus pies, para dedicarlo a la actividad espiritual... Y disfrutarás de las bondades de Hashem... (Yeshayá 58). Según el comentario de Nuestros Jajamim, de aquí se aprende que, quien no escatima en gastos para disfrutar y respetar el día de Shabat recibe de Hashem una recompensa (material) mucho mayor de la que le costó.

Para entender mejor este concepto, imaginemos la siguiente situación:

En una ciudad había dos hermanos; uno rico y uno pobre.
El rico recibió de su padre un fax que decía:
“Querido hijo: te envío este fax a ti porque tu hermano está tan pobre que ni siquiera tiene teléfono. En cambio tú, Gracias a Di-s, estás en condiciones de llevar a cabo lo que te voy a pedir. Dentro de unos días voy a casar a tu hermano menor y haré una fiesta.
Yo quisiera que mis dos hijos, que viven lejos de mí, me acompañen.
Ven tú y tu hermano a esta ciudad, y no escatimes en gastos. Y como sé que todo lo que gastes será para hacerme quedar bien y rendirme honores, yo me comprometo a que cuando termine la fiesta, no sólo te repondré lo que pagaste, sino que te daré un premio siete veces más de lo que resulte en la cuenta total. Los espero.Tu padre.”

El hijo, apenas acabó de leer la hoja, salió hacia las tiendas más caras y se compró las ropas más finas. Encargó unos boletos de avión primera clase y organizó todo de manera que su viaje fuera de lo más suntuoso.
En el camino hacia el aeropuerto, detuvo la limusina que había rentado y, luego de bajarse golpeó la puerta de una humilde casa.
Salió su hermano pobre, que le dice:
– ¡Qué milagro!
– ¿A que se debe la visita?
El rico lo tomó del brazo y, mientras lo arrastraba hacia el coche, le dijo:
– ¡No es ningún milagro ni ninguna visita!
¡Nos vamos a la boda de nuestro hermano menor!
¡Y si no te apuras perdemos el avión...!
– ¿Boda?
– ¿Avión? – Preguntó desconcertado el otro hermano, ya dentro de
la limusina.
– Bueno, déjame por lo menos ponerme algo más decente...
– ¡Así estás bien! ¡Ya no hay tiempo! – le dijo el rico, al tiempo que
arrancaba el vehículo.
Cuando llegaron a la recepción, entró primero el rico. Todos lo vieron rodeado de lujos, joyas y hasta servidumbre que lo acompañaba.
– ¿Quién es ése? – preguntó toda la gente.
– ¡Es mi hijo! – respondió el dueño de la fiesta.
– ¿Y el sirviente tan mal vestido que está atrás?
El padre bajó la cabeza y exclamó avergonzado:
– No es un sirviente: ese también es mi hijo.
La fiesta transcurrió normalmente y, antes de que todos se despidieran, el hijo rico muestró a su padre un montón de notas de venta. El padre hizo como si no hubiera visto nada.

“¿Qué? ¿Ahora no quiere cumplir con su promesa?”, pensó el hijo.
“No me voy a quedar callado. ¡Se lo voy a decir!”.
– Papá: aquí está toda la cuenta de lo que gasté.
– Ah, muy bien, muy bien. Que te haga provecho...
– Pero... Tú me aseguraste que me ibas a regresar lo que gasté, más un premio...
– ¿Qué fue lo que yo dije?
– Mira: aquí tengo tu carta y la voy a leer...
El hijo comenzó a leer la carta en voz alta y en un momento su padre lo interrumpió:
– ¡Lee eso otra vez!
– Y como sé que todo lo que gastes será para hacerme quedar bien y rendirme honores, yo me comprometo a...
– ¡Qué escuchen tus oídos lo que tu boca pronuncia! – interrumpe nuevamente el padre.
– ¿Por qué, papá? ¿Acaso no te hice quedar bien? ¡Todo el mundo no tenía más que elogios hacia mí!
– ¡Sí, pero esos elogios eran sólo para ti, todo lo que hiciste fue para ti!
Yo me hacía cargo de todos los gastos si entre ellos incluías los de la vestimenta de tu hermano, para que la gente no lo viera tan mal vestido. Si lo hubieses hecho de esa manera, me hacías quedar bien y me honrabas. En cambio, con tu actitud tan personal, demostraste que todo lo que gastaste fue sólo para tu propio beneficio...

La moraleja es clara: Hashem aseguró a la persona que le retribuirá con creces si gasta generosamente para Shabat. Pero con la condición de que su mesa esté compartida con los necesitados. Si la mientras muchos de sus hermanos se sumen en la pobreza (y esta persona pudo haber evitado en parte esa pobreza), ¿podrá reclamar a Hashem la recompensa?

Lo que quiere Hashem de cada yehudí es que, si no puede ayudar al prójimo carente de recursos, al menos que se preocupe por su situación. Darle una simple moneda es considerada por la Torá como si le salvase la vida.

Después de ello, sin necesidad de reclamar, la recompensa llegará sola...
Extraído de Mishlé Yaacob. Hamaor

La Tierra Prometida (I)

Te he dado una tierra deseable, lo mejor de la herencia de las nacionesJeremías 3:19




A lo largo de la historia, la Tierra de Israel ha invocado las emociones más profundas por parte de sus visitantes, de sus habitantes y de sus gobernantes. La Torá la describe como "una tierra en la que fluye leche y miel" (Éxodo 3:17), fértil y fructífera. Los sabios describen su increíble producción agrícola (Ketubot 112a; Sotá 34a; etc.), relatando que una persona sólo podía cargar un higo por vez, mientras que los dátiles eran tan dulces que su miel fluía aun cuando estaban en las palmeras. El Midrash relata que los mercaderes de la tribu de Zebulún atravesaban los mares vendiendo los magníficos frutos de la Tierra. Muchos compradores quedaban tan impresionados por estos productos que viajaban a la Tierra de Israel. Una vez allí, luego de contemplar su abundancia espiritual y física, adoptaban la religión de Israel (Bereshit Rabah 98:12).
Muchos gobernantes extranjeros anhelaron dominar esta Tierra elegida. Nuestros sabios relatan que incluso sus inhóspitas montañas nevadas eran tan codiciadas que muchos reyes establecieron sus ciudades en el Monte Hermón para poder reclamar una parte de la Tierra (Julin 60b; así la Biblia da cuatro nombres diferentes para el Monte Hermón). Ioshúa venció a los treinta y un reyes que gobernaban las ciudades-estado en la Tierra. Dado el tamaño del territorio, este gran número puede asombrar al lector moderno. Pero ello demuestra que cada rey quería tener un lugar en la Tierra - sin importar cuán pequeño fuera (cf. Rashi, Ioshúa 7:21).
La tierra continuó siendo invadida por poderes extranjeros luego de su conquista y asentamiento por parte de las tribus de Israel (guiadas por Ioshúa), e incluso después del establecimiento de un reino unificado y de la división de la monarquía en el Reino de Israel por el norte y el Reino de Iehudá al sur. El rey de Egipto invadió la Tierra hacia finales del reinado de Salomón. Durante los siglos en que el reino estuvo dividido, los países vecinos intentaron su conquista. Eventualmente la superpotencia de Asiria ocupó el Reino de Israel y envió a sus habitantes, las Diez Tribus, hacia el exilio. Esto fue superado por Babilonia, que destruyó a Jerusalén y al Templo, expulsando a los habitantes de Iehudá y poniendo fin a la dinastía de David. Bajo los Babilonios la Tierra quedó desolada. Con la reconstrucción del Templo y de Jerusalén bajo el Imperio Persa, los judíos retornaron a la Tierra. Ésta volvió a florecer, transformándose en un importante país durante el período del Segundo Templo, cuando fue gobernada por los griegos, por los judíos y por los romanos.
Luego de que el Imperio Romano aplastó la revuelta judía y destruyó el Templo y a Jerusalén, declinó la producción y la belleza de la Tierra (Ketubot 112a). Sin embargo, la Galilea retuvo su mayoría judía, que se dedicó a la agricultura y al estudio de la Torá pese a las dificultades del gobierno Cristiano Bizantino, que ocupó el lugar de los romanos.
Durante el período Árabe (638 e.c.), la Tierra sufrió una seria declinación. Los Árabes, los Cruzados y los Turcos, que dominaron sucesivamente la Tierra de Israel, la consideraron parte de imperios mundiales más grandes (como lo habían hecho los antiguos Babilonios, Persas, Griegos y Romanos). Aunque apreciaron su santidad histórica y su belleza física, tenían muy poco interés en su desarrollo. Incluso los Cruzados (siglo XII e.c.), que habían atravesado el mundo para tomar Jerusalén, no asentaron raíces permanentes en la Tierra Santa.
El retorno de una gran cantidad de judíos en el siglo XIX, trajo un resurgimiento de la vida rural y urbana, de la religión, de la cultura y de la política. Hoy en día existe un renovado interés sobre la Tierra y su propiedad. ¿Cuáles son las implicancias de este renovado interés en la Tierra de Israel y cómo debemos entenderlo?
Nuestra respuesta reside en la explicación de los conceptos de la Tierra Prometida, la Tierra Santa y el Pueblo Elegido. En este estudio trataremos sobre el significado del profundo e inexplicable lazo entre el pueblo de Israel y la Tierra, lazo que ha sustentado al pueblo judío a través de períodos de exilio y de persecución y que revitalizó la presencia judía allí. Presentaremos además la historia de la Tierra de Israel basada en los pensamientos de los maestros Rabínicos y Jasídicos. Esta exposición dará luz a las cuestiones pasadas y presentes asociadas con Israel y con la Tierra. Ofreceremos para estos problemas soluciones no políticas. Para hacerlo, debemos, por supuesto, empezar desde el comienzo.
La Creación y la Tierra Prometida
El concepto de la Tierra Prometida data del tiempo de la Creación. La narrativa bíblica de la Creación en el Libro del Génesis une la Creación y la Tierra:
En el comienzo, Dios creó los Cielos y la tierra (Génesis 1:1).
¿Por qué la Torá comienza con la historia de la Creación? Si las naciones les dicen, "Ustedes son ladrones; robaron nuestra Tierra", díganles que Dios creó el mundo y que a Él le pertenece. Él se lo dará a quien desee dárselo. Él les dio la Tierra a las naciones, pero luego se la quitó y nos la dio a nosotros (Rashi, ad. loc.).
La Torá comienza con la declaración pública de que Dios creó el mundo, el cual Le pertenece. La afirmación implica que Él le dio la Tierra de Israel al pueblo de Israel.
El Rabí Natán pregunta: "Si yo le digo esto a las naciones, ¿podrán aceptarlo y así abandonar sus conflictos y su oposición?".
En términos contemporáneos, imaginemos que en una sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el líder de los palestinos demanda públicamente la Tierra, a la cual él llama Palestina, y afirma que le pertenece a ellos. Todos los embajadores de los países árabes y musulmanes, junto con muchos otros, apoyan su reclamo. El embajador de Israel en la O.N.U., el representante del pueblo judío, responde: "Mis queridos amigos y honorables caballeros, la Biblia dice que es posible que la tierra haya sido de ustedes durante una época. Pero Dios creó el mundo y todo Le pertenece. Él se las quitó y nos la dio a nosotros. Y si no me creen, ¡miren el comentario de Rashi!". ¿Pueden imaginar la reacción ante este pequeño discurso? No es posible imaginar que el augusto cuerpo de la Asamblea General reconozca y acepte tal razonamiento.
"Entonces", pregunta el Rabí Natán, "¿qué está tratando de decirnos Rashi?".
El Rabí Natán explica que Rashi se está dirigiendo a los judíos y no a los gentiles. Es en base a nuestra fe que podemos sustentar el reclamo de la Tierra. Los ataques verbales y físicos sobre los judíos sólo pueden ser respondidos por nuestra fe en Dios. Debemos replicar a nuestros adversarios que creemos que Dios creó el mundo y que él Le pertenece. Si verdaderamente creemos en Dios, nuestra inquebrantable fe - por sí misma - convencerá a las naciones del mundo sobre la verdad de nuestro reclamo. Eventualmente terminarán aceptando la premisa de que Dios creó el mundo y que Él nos dio la Tierra de Israel (Likutey Halajot, Shomer Sajar 4:1).
Por lo tanto, el Rabí Natán afirma que la base para todo lo relacionado con la Tierra Santa depende de nuestra fe, la cual establece el fundamento para nuestro derecho a la Tierra Prometida. Si creemos que Dios creó todo y que todo está en Sus manos, entonces tenemos el derecho a la Tierra de Israel que Él nos prometió. La Torá nos da el derecho a la Tierra, dado que ella es el registro de la promesa de Dios que la Tierra nos pertenece a nosotros. Al aceptar la Torá como dada por Dios, también aceptamos sus afirmaciones sobre nuestros inequívocos derechos a la Tierra. Pero si somos débiles en nuestra fe, entonces nuestro reclamo de la Tierra se ve minado. Cualquiera que carezca de fe (incluidos los judíos) puede desafiar nuestra posesión de la Tierra y apoyar el reclamo palestino. Por tanto, el primer paso para asegurar la Tierra es establecer una fe firme en Dios.
Debemos por lo tanto tener fe en que todo Le pertenece a Él, que Él puede hacer lo que desee y que es Su voluntad que el pueblo judío posea la Tierra. Habiendo confirmado a través de nuestra fe que el mundo Le pertenece a Dios y que la Tierra de Israel es nuestra por decreto Divino, es posible comprender la intrincada conexión entre la Creación, la singularidad de la Tierra de Israel y la idea de una Tierra Prometida. De hecho, nuestros sabios enseñaron que la punta de una roca sobresalía del piso frente al Arca en el Santo de los Santos en el Templo de Jerusalén. Esta roca era conocida como la Even SheTiá (la Roca Fundacional), pues ella era el cimiento del mundo entero. Dios creó primero esta roca, de la cual surgió - huShTat (Ioma 53b) - el resto del mundo. Por lo tanto, la Tierra Santa forma el sustrato del cual surgen todas las otras tierras. Esta idea es crucial para comprender el concepto de la Tierra Prometida.
 (Extraído de Esta Tierra es Mi Tierra. Breslov Research Institute. Por Chaim Kramer)

jueves, 12 de julio de 2012

Parashá Pinjas. 24 TAMUZ 5772 (14 de Julio de 2012).Estudiando tres pesukim sobresaliente

Pinjas, XXV, 12 12 - POR TANTO HE AQUI QUE LE DOY (A PINJAS) MI PACTO DE PAZ, 12 - POR TANTO HE AQUI QUE LE DOY.

El Eterno le dice a Moshé: "Deseo que les anuncies esto en voz alta y de todo corazón, como si las congratulaciones vinieran de tu parte ". Pero Rashí explica la frase como viniendo de Dios mismo: "como se muestra gran reconocimiento a alguien que nos ha hecho bien, así el Santo, Bendito sea El, le expresó Su reconocimiento ofreciéndole Su paz".
El Targúm Yonatán lo explica de la siguiente manera: "Le he prometido: Te prometo una alianza eterna y hago de ti un ángel viviente por la eternidad para que anuncies la liberación hasta el final de los tiempos".
El término [lajén, por tanto] supone regularmente una promesa hecha con el apoyo de aquello que se quiere decir (ver Exo. XI, 6). Aquí también ha una promesa para comprometer a Pínjas a resolver de ahí en adelante tales conflictos por medios pacíficos. Esta es la opinión de Rabí Tzeví Yehudáh Berlín de Volozín en su Comentario. Tampoco hay que asombrarse de otra medida cuando se vea más adelante a Pínjas abstenerse de actuar con la pasión que había desplegado hacia Zimrí, hijo de Salú. Se dice de él en I Crón. IX, 20. "Y Pínjas, hijo de El"azár había sido en el pasado príncipe de ellos, siendo el Eterno con él".
 En efecto, en dos ocasiones la conducta de Pínjas fue problemática. Primero cuando no intervino - sin duda a causa de esta promesa de resolver pacíficamente los conflictos - en la historia de la "concubina de Guiv"áh " (Jueces XIX, 12; Talm. de Yer. Meg. I, 10); pero el Talmúd (ibíd.) le atribuye su actitud al hecho, subrayado por el versículo, "que el Eterno no estaba con él". La segunda ocasión en la que Pínjas se abstiene fue cuando el juez Yiftáj, luego de hacer un voto sacrificó a su hija al regreso de su victoria sobre los "ammonitas (Jue. XI,40). Pínjas, decimos, vivía todavía, y no fue a la casa de Yiftáj porque se consideraba superior a él. Fue entonces castigado por su orgullo en este sentido y el Eterno dejó de estar con él y debió renunciar a sus funciones de Sumo Sacerdote (Tos. Taaníth 4a). He aquí entonces dos casos en los que la conducta de Pínjas fue desaprobado, una vez que la sentencia fue entendida en un sentido peyorativo.
¿ O habría que comprender la frase que comienza por (lajén..por tanto], como si debiera expresar una promesa que viniera de Moshé?
En cuanto a la longevidad prometida a Pínjas de acuerdo con la traducción de Yonatán, esta se realizó de manera asombrosa: Pínjas vivió aproximadamente cuatrocientos años (Rabí Bajyéh vers. 7) porque ha sobrevivido a toda la época de los Jueces. Según un Medrásh desconocido, citado por Rabí David Kimjí, sobre I Sam. XVII,40, él habría sido muerto por Goliát.

MI PACTO DE PAZ.

 El nieto de Aharón aparece en este episodio como un verdadero defensor de la paz entre Dios y los hombres; ¡no obstante su intervención ha hecho correr sangre! Pero es precisamente por esta razón que sabemos lo que Dios entiende por el término "paz", porque la paz con Dios, a diferencia de las paz con los hombres, no puede erigirse sobre el compromiso, las debilidades, los retrocesos. La experiencia trágica de nuestros días nos ha enseñado suficientemente lo que puede costar la política de la paz a cualquier precio. Siempre resulta en beneficio inmediato de los malhechores. Un jefe responsable, animado por el profundo deseo de establecer una paz sólida, debe poder enfrentarse con las últimas gotas de energía a todos aquellos que la dificultan y adoptan una actitud intransigente desde el momento en que los intentos de "reeducación " se manifiestan infructuosos. Toda duda, toda tendencia a tergiversar lleva infaliblemente a la catástrofe. Pínjas es, por consiguiente, el tipo mismo del jefe que sabe romper a toda costa allí donde ya no es posible entenderse. Acepta deliberadamente pasar por aguafiestas o por una mente intolerante, cuando se trate de restablecer la justicia y salvaguardar la moral Divina. Aquel que, para salvar la paz, deja el terreno del combate, se hace cómplice de los enemigos de Dios. Ni las lágrimas, ni los lamentos, ni mucho menos la indiferencia pueden salvar la justicia y la Ley. Y esta idea se encuentra cuando el Medrásh identifica a Pínjas con el Profeta Elías que vendrá a anunciar la venida del Libertador Mesiánico. Elías tampoco podrá construir un mundo nuevo sobre bases inciertas y equívocas. El futuro pertenecerá a las ideas claras y rectas y no a la política de los compromisos. Es este mismo Profeta Elías quien apadrina el nacimiento de toda criatura judía y que espera encontrar un día al sucesor que lo emule, quien tomará nuevamente la lucha por la causa Sagrada. (Rabí S. R. Hirsch).

Pinjas, XXV, 18 18 - PORQUE ELLOS FUERON HOSTILES CON VOSOTROS MEDIANTE SUS ARTIMAÑAS, AL ATRAEROS A SUS IDOLOS YA (SUS MUJERES COMO) KOZVI, HIJA DEL PRINCIPE DE MIDIYAN, HERMANA DE ELLOS, LA CUAL FUE MUERTA EN EL DI4 DE LA PLAGA OCURRIDA POR CAUSA DE BA"AL-PE"OR"

18 - PORQUE ELLOS FUERON HOSTILES CON VOSOTROS.

 Este es el segundo pueblo que Israel enfrenta sobre la ruta que conduce de Egipto a la tierra Prometida, en razón de lo cual recibe la orden de asumir una actitud hostil: "Según "Amalék, de quien hay que borrar el recuerdo, he aquí a Midiyán, a quien habrá que tratar como enemigo ". Ciertos judíos experimentan una especie de problema ante estos mandamientos. ¿Cómo pueden ellos estar prescritos por una Toráh cuyos "caminos están llenos de dulzura y cuyos senderos son tan apacibles ? " (Prov. III, 1 7). Si comparamos lo que hizo "Amalék con lo que hizo Midiyán veremos que, si el primero puso en peligro la existencia física del Pueblo, el segundo puso en peligro su alma. Es porque ellos saben que el Pueblo de Israel pone toda su fuerza y su valor en la pureza de la familia, que nuestros Sabios han puesto en boca de Bil"ám estas palabras: "Su Dios odia la inmoralidad", en el momento en que sugiere hacer caer a Israel en la lujuria con el fin de tenerlo a merced suya (Sanh. 93a). Najmánides precisa, a propósito del término "por sus alimañas ": "Se trata., como ya dijimos, de los hijos de Midiyán quienes han ideado esta estratagema, como está dicho: "Moáv dijo a los Ancianos de Midiyán " (Núm. XXII,4). Moáv se había dirigido a ellos en primer término para pedirles consejo y los Ancianos de Midiyán, aunque el hecho no está narrado explícitamente en el texto, propusieron prostituir a sus hijas con los hijos de Israel, con el fin de someterlos a Bá"al Pe"ór y apartarlos del Eterno. Han sido ellos también quienes han enviado a la hija de su príncipe a prostituirse a Israel, como está escrito: "en el asunto de Kozví, hija de un príncipe de Midiyán, su hermana". Sin la aprobación de los consejeros del príncipe, ¿cómo puede una joven de la sangre real de Midiyán rebajarse para venir hasta Shittím, en el campamento de un pueblo extranjero? (Israel se encontraba en Shittím, en la planicie de Moáv). ¿Qué venía a hacer esta midianita? De belleza extraordinaria, ella había sido enviada por los Ancianos de Midiyán, sabiendo que muchos hombres se pierden por causa de la belleza de una mujer
En efecto, anota Najmánides, Moshé había creído poder sacar del hecho una conclusión a fortioti: Si ya la exterminación de Midiyán había sido ordenada, desde el momento en que había prestado ayuda a Moáv, con más razón la destrucción de "Ammón y Moáv sería ordenada, todavía más, cuando Moáv había temido que Israel destruiría sus fronteras. Pero el Eterno le dijo a Moshé: "No los destruyas, porque dos mujeres nacerán por las cuales yo quiero conservarlos: se trata de Ruth, la moavíta y de Naamah, la "amonita". (Cf. Com. Gén. XIII,9).
En cierto sentido, señalan los Medrashím, "Ammón y Moáv eran enemigos peores que los egipcios y los edomitas. Estos últimos deseaban la existencia física de Israel (Exo. XV, 4 y Núm. XX,20), mientras que "Ammón y Moáv quedan hacerlo sucumbir por el pecado. La falta de los egipcios y de los edomitas es menos grave, deja subsistir la vida del mundo futuro. Es por esto que se dirá de ellos: "No temas al edomita, porque él es tu hermano; no temas al egipcio, pues has habitado en su país". De las otras dos naciones se dice, en el mismo lugar. "Ni un "ammonita ni un moavíta serán admitidos en la asamblea del Eterno; ellos serán excluidos hasta la décima generación" (Deut. XXIII, 4-8).
En cuanto a la guerra contra los midianitas, ésta se considera necesaria en razón de la seducción por el doble pecado de la inmoralidad y la adoración de Bá"al Peór, y también por causa de las artimañas que ellos maquinan contra Israel. Es una guerra de ofensiva (Ver Com. Exo. XII,1). Es aceptable en cualquier legislación, pues conlleva el principio de que se tiene derecho a matar en legítima defensa, (habá le-horgéja hash-kém le-horgó..el que viene a matarte, madruga y mátalo) (Medrásh) y que no se tiene la obligación de hacer ofertas de paz antes de comenzar la agresión como ha sido el caso en general. Porque está dicho de estos pueblos que ellos han llamado a Bil"ám: "No procurarás su paz y su prosperidad en todos tus días, para siempre " (Deut. XXIII, 7).

Pinjas, XXVII, 8 8 - Y A LOS HIJOS DE ISRAEL HABLARAS DICIENDO: SIEMPRE QUE ALGUNO MURIERE SIN TENER HIJO (VARON), HAREIS PASAR SU HERENCIA A SU HIJA.

8 - SIEMPRE QUE ALGUNO MURIERE SIN TENER HIJO (VARON).

Se deduce que, de tener un hijo, será éste quien lo herede primero, lo mismo que todos sus descendientes legítimos e ilegítimos. ¿Pero por qué esta ley es formulada de manera negativa y no se dice simplemente: si él tiene un hijo, la ley es tal y tal? Lo que nosotros encontramos aquí es el modo de expresión predilecto de la Toráh, que va del negativo al positivo y de la nada a la existencia. Ver Com. Gén. I,2. Otro ejemplo de este método es la deducción de las leyes del matrimonio sacadas de las del divorcio, en Deut. XXIV, l.

HAREIS PASAR SU HERENCIA A SU HIJA.

 Este versículo constituye el blanco de los ataques de las naciones contra la Legislación Judía de la herencia. Evidentemente, parece duro e injusto que la hija se considere fuera de la sucesión si hay varones que hereden al difunto. La oposición, traída antaño por los saduceos, fue tomada nuevamente después por los yishma"elítas. El 24 del mes de Tevét fue fijado como día de fiesta cuando se logró vencer a esta oposición insensata. Los autores de esta victoria fueron Rabí Yojanán Ben Zacái, Rabbá y Rav Papá (B. B. 1]6a). La Ley Oral ha remediado la situación de las hijas, entre otras, por medio de las disposiciones siguientes. El padre puede favorecer a sus hijas y a sus hijos menores por medio de donaciones en vida e incluso por medio de testamento, siempre que no se haga a título de sucesión. Los hijos deben alimentar y mantener a sus hermanas hasta la edad núbil, con los bienes de la sucesión, en caso de que ésta última sea suficiente para todos; en caso contrario, la sucesión debe ser dedicada exclusivamente para satisfacer las necesidades de las hijas "aun cuando sus hermanos deban mendigar para vivir" (Mishnáh B.B. VII,5; IX, 1).
Rabí Shemuel Ben Najmán decía: "Israel se parece a una mujer; cuando una mujer recibe la décima parte de los bienes de su padre y que está a paz y salvo a este respecto, asimismo Israel recibió como don las siete poblaciones kenaaneas, lo que representa un décimo de los territorios de las setenta naciones del mundo. Pero en el futuro Israel heredará como un hijo, de la totalidad de los bienes del padre " (Cánt. Rabbá I, 5).

viernes, 6 de julio de 2012

HISTORIAS PARA CONTAR EN SHABAT (XIII):Rabenu Yosef Jaim

Una de las más grandes ilusiones de la vida de Rabenu Yosef Jaim, el “Ben Ish Jai“, fue la de tener el zejut de hacer aliá a Eretz Israel. Y si bien en una ocasión transitó por sus senderos y pisó los lugares sagrados, lo hizo como peregrinación. Nunca pudo, por diferentes motivos, establecer su residencia fija en Israel.

El corazón del “Ben Ish Jai” destilaba un profundo amor hacia Eretz Israel y sus habitantes. Desde su Bagdad natal dirigía sus ojos a nuestra tierra, interesándose por la vida y las costumbres de aquellas comunidades, en especial la de Yerushalaim.

Intercambiaba cartas con sus Jajamim, mediante las cuales enriqueció sus ya vastísimos conocimientos sobre la Torá, al tiempo que por medio de dicha comunicación, que se estaba difundiendo, el nombre del “Ben Ish Jai” comenzó a conocerse y reconocerse en todo el mundo judío de entonces. Alrededor de su viaje se sucedieron varias anécdotas dignas de destacar, que resaltan la grandeza de Rabenu Yosef Jaim. Una de ellas es la que citaremos a continuación.

El día 25 de Nisán partió el “Ben Ish Jai” junto con su hermano Rabí Yejezkel y otros cuatro acompañantes. Para no tropezar con el problema del Shabat, eligió viajar en camellos individuales en lugar de una caravana pública, pues en este último caso difícilmente accederían a sus peticiones. Por eso, antes de abandonar Bagdad, exigió del guía árabe y dueño de los camellos que un rato antes de Shabat el viaje se interrumpiera, para seguir camino al día siguiente después de habdalá. Una vez aceptada la condición, emprendieron viaje.

Llegó el primer día viernes y, luego de que Rabenu Yosef Jaim recordó lo pactado al guía, éste se rehusó a cumplir su palabra, alegando que el lugar donde se encontraban resultaba totalmente inadecuado para acampar, en razón de que allí existía toda clase de asesinos y mal vivientes, y él no estaba dispuesto a arriesgar su vida.

– Pues entonces nos quedamos aquí a pasar Shabat solos – anunció el “Ben Ish Jai“.

– ¿Aquí, en medio del desierto? ¿No se dan cuenta de que están expuestos a morir en manos de los criminales? – advirtió el árabe.

Pero nadie iba a hacer desistir a Rabenu Yosef Jaim y los suyos de su decisión. Se apearon de los camellos; tomaron sus pertenencias y extendieron su tienda de campaña, dispuestos a recibir el Shabat.

El guía se alejó a toda marcha del lugar. Pero así como irresponsable, también era algo cobarde, por lo que regresó sobre sus pasos y se apostó cerca de los yehudim y se escondió detrás de una roca, a la expectativa de lo que pudiera suceder.

Cayó la noche. Rabenu Yosef Jaim y sus acompañantes habían encendido las velas y recitaron emocionados “Kabalat Shabat” y tefilá arbit. Luego, dieron paso al Kidush y saborearon las comidas que traían en sus alforjas. Tampoco faltaron las palabras de Torá y las canciones de sobremesa, cuya espiritualidad les hizo olvidar que se encontraban en un desolado e inseguro paraje.

Más tarde, todos fueron a entregarse a un reparador descanso y, en poco tiempo, el sueño los venció. Pero no todos dormían. El “Ben Ish Jai” seguía sentado con el libro del Zohar en sus manos y no era la tenue luz de las velas lo que iluminaba las letras, sino el resplandor de su semblante que irradiaba por el profundo regocijo con que leía las sagradas escrituras. El “Ben Ish Jai” se olvidó de su cansancio; no sentía nada de lo que sucedía a su alrededor; estaba totalmente inmerso en la Torá; estaba tan apegado a Su Creador que se podían percibir claramente las alas de los ángeles que lo protegían desde el Cielo... Así transcurrieron las horas.

Pero el fulgor de las velas de Shabat no sólo atrajo a los ángeles, sino también a unos terrícolas que nada de espirituales tenían. Aquellos tan temidos criminales, que merodeaban entre las sombras de la noche, encontraron una fácil presa en esos inofensivos viajantes. El temible grupo se acercó sigilosamente a la tienda de campaña, dispuesto a acabar con las vidas y apoderarse de sus bienes. A la cabeza de la pandilla avanzaba su líder, quien como el resto de sus secuaces, iba armado hasta los dientes. Y este mismo jefe, sorprendió a todos los que lo escoltaban, cuando de repente, a punto de tener a la víctima en sus garras, se detuvo. Se quedó observando la cara de Rabenu Yosef Jaim y quién sabe por qué razón, la imagen lo dejó paralizado. Guiado por un extraño impulso, se dio media vuelta y mascullando la orden de retirarse, se llevó a toda su horda de delincuentes lejos de allí. El “Ben Ish Jai” y su séquito se habían salvado. El guía árabe, espectador improvisado de la escena, se quedó maravillado, mudo de asombro. Y luego de unos segundos, salió de su escondite y casi de un brinco llegó hasta el “Ben Ish Jai” y cayó a sus pies.

– Perdóneme, santo varón. Me equivoqué con usted – reconoció el guía –. Ahora me doy cuenta de que es un enviado del cielo. ¡Y estoy dispuesto a cumplir fehacientemente lo que hemos acordado!

Los Jajamim de Bagdad, alumnos de Rabenu Yosef Jaim, pudieron explicar la extraña actitud del jefe de la banda de manera totalmente natural, como consecuencia de un suceso acaecido tiempo atrás. Pero el remplazo del milagro por la lógica no hizo sino agigantar aún más la imagen del “Ben Ish Jai”. Lo que pasó fue que el hombre había sido citado a comparecer en un juicio que tenía con un yehudí, que negaba deber un dinero que este árabe realmente le había prestado. El “Ben Ish Jai”, actuando como juez, usó su aguda sabiduría y descubrió que efectivamente el árabe tenía la razón, por lo que obligó al yehudí a pagarle. El problema ahora residía en que elyehudí no tenía dinero para saldar su deuda con el árabe. ¿Qué hizo Rabenu Yosef Jaim? Sacó la suma en cuestión de su bolsillo y se la entregó al yehudí para que le pagara al árabe. Éste, que con el correr de los años se convirtió en un mal viviente, mantuvo siempre en su memoria la encomiable actitud del “Ben Ish Jai”. Y ese recuerdo latente hizo desistir de atentar contra él y los suyos cuando lo tuvo enfrente, en medio del desierto.

Moreshet Abot 130. Hamaor

AYUNO DEL 17 DE TAMUZ צוֹם שִבְעָה עָשָׂר בְּתַמּוּז‎ (Domingo 8 de Julio de 2012)

ESTE AÑO, EL  AYUNO DEL 17 DE TAMUZ צוֹם שִבְעָה עָשָׂר בְּתַמּוּז‎  CAE EL SHABAT 7 DE JULIO DE 2012 Y POR TAL MOTIVO SE PASA AL DOMINGO 8 DE JULIO.

COMO YA HEMOS PUBLICADO MUCHAS ENTRADAS REFERENTES AL TEMA, LES INDICAMOS A CONTINUACIÓN CUALES SON. GRACIAS Y BUEN AYUNO (TZOM KAL)











Haftará Parashá Balak (Balac). 16 TAMUZ 5772 (7 de Julio de 2012).

Mijá (Miqueas) 5:6 - 6:8

Esta semana leeremos en la lectura de la haftará un texto extraído del libro del profeta Mijá (s. VI a.e.c.) - perteneciente al libro de los Teré Asar (los doce profetas que por ser sus libros de pequeñas dimensiones, fueron recopilados en un solo libro).

En nuestra haftará vemos dos profecías: la primera, de consuelo, y la segunda, de reprimenda al pueblo de Israel.

"Pueblo Mío,

recuerda ahora qué había tramado Balak - rey de Moav,

y qué le respondió Bilam hijo de Beor,

desde Shitim hasta Guilgal,

para saber las buenas obras de D'os"(6:5).

La idea es clara: si el pueblo de Israel recordaría en todo momento las buenas acciones de D'os para con él, sería imposible que se desvíe del camino que el Creador le ordenó seguir.

Sin embargo, en nuestro versículo no está claro cuál es el significado que tienen las palabras: "desde Shitim hasta Guilgal", pues ¿qué importancia tiene saber en qué lugar geográfico D'os tuvo misericordia con Sus hijos al anular los malvados planes de Balak y Bilam en su contra? ¿Es que acaso respecto del aprendizaje que debemos obtener de las palabras del profeta Mijá existe diferencia alguna si D'os nos liberó de las garras de Balak y Bilam en Shitim o en otro lugar del globo terráqueo?

Para responder a esta pregunta Rabí Iosef Jaim (1834 - 1909) en su libro "Adéret Eliahu" nos recuerda las palabras de Nuestros Sabios en el Talmud:

"Estudiamos: '…D'os se enoja todos los días' (Tehilim -Salmos- 7:12). ¿Y cuánto dura su enojo? 'Rega' (un instante)… y ningún ser pudo saber cuál es ese momento excepto el malvado Bilam, sobre quien está escrito: '…Y (Bilam) sabe el pensamiento Supremo' (Bamidvar -Números- 24:16)" (Berajot 7a).

El Talmud nos enseña que Bilam poseía la propiedad de poder calcular el momento exacto en el que cada día D'os se enoja con los hijos de Israel, y él quería aprovechar ese preciso instante para maldecirlos a ellos, para que su maldición funcione de manera efectiva. Él sabía que si los maldecía en algún otro momento del día, él no podía estar seguro de que su maldición funcionaría, pero si lo hacía justo cuando D'os estaría enojado con Su pueblo, entonces el éxito estaba asegurado para él. Pero D'os con Su infinita misericordia, no se enojó con el pueblo de Israel en esos días, y por consiguiente, se arruinó el pensamiento de Bilam y el plan de Balak quedó anulado.

Como es sabido, cada letra en hebreo tiene un valor numérico determinado, por ejemplo: la "alef" equivale a 1, la "bet" a 2, y así sucesivamente. Pero además, nos explica el Rav Iosef Jaim, que hay veces que para calcular la "guematriá" (valor numérico) de una palabra no se toman en consideración todas las letras que la componen, sino que se contabiliza solamente el valor numérico de las letras que se pronuncian. Otras veces, no se toma en cuenta la letra "iod" - cuyo valor equivale a 10 - sino que se la considera a esa palabra como si estuviera escrita con un "jirik" (punto debajo de la consonante que se quiere vocalizar con una "i") - careciendo así de valor numérico. Y otras veces, se la considera a alguna palabra como si estuviera escrita con una "iod", a pesar de que sólo está escrita con un "jirik" debajo de la consonante.

En nuestro caso, podemos contabilizar la palabra "Shitim" ("shin"=300, "tet"=9, "iod"=10, "mem"=40), como si estuviera escrita sin la letra "iod" - dando su guematriá: 349, y a la palabra "Guilgal" ("guimel"=3, "lamed"=30, "guimel"=3, "lamed"=30), como si estuviera escrita con la letra "iod" - dando su guematriá: 76.

Es por eso que nos dice el Rav Iosef Jaim que la diferencia entre estos dos valores es 273 (349 - 76 = 273), y 273 es exactamente la misma guematriá de la palabra "rega" ("resh"=200, "guimel"=3, "ain"=70), que significa 'un instante'.

En el versículo: "Pueblo Mío, recuerda ahora qué había tramado Balak rey de Moav, y qué le respondió Bilam hijo de Beor, desde Shitim hasta Guilgal, para saber las buenas obras de D'os", el profeta Mijá quiso mostrarle al pueblo de Israel la gran misericordia de D'os y el milagro que hizo el Santo - bendito es Él - con ellos, al anular ese diario instante de enojo durante el período en el que el pueblo de Israel estuvo amenazado por el peligro de la maldición de Bilam.

Y por eso dice nuestro versículo: 'desde Shitim hasta Guilgal', como diciendo: "Observa la diferencia entre el valor numérico de 'Shitim' y de 'Guilgal' - que equivale al valor numérico de la palabra 'rega', es decir 273 - ya que en ese preciso lugar geográfico, D'os anuló ese diario instante de enojo 'para saber (es decir, para que nosotros sepamos conozcamos y entendamos) las buenas obras de D'os' con nosotros, el pueblo de Israel".

Parashá Balak (Balac). 16 TAMUZ 5772 (7 de Julio de 2012). VISIONES

"Y se levantó Bilam por la mañana y ensilló su asna..." (Bemidvar 22,21)

Una asna salió de Petor en dirección a Moav, carga en su lomo a Bilam, el hechicero, un clarividente que carecía de un ojo. La asna y el hechicero, que habían creado entre ellos lazos de "intimidad" interesantes y extraños emprendían un viaje para cumplir un cometido que el hechicero decidió llevar a cabo. Incluso platicaron entre ellos, esta plática entre la asna y su amo se recordará como una imagen histórica que atestigua sobre los elementos más profundos de esta sección de la Torá.

La historia a la que nos referimos es conocida y famosa, la leemos cada año, de todos modos he aquí un resumen recordatorio:

Balak, el rey de Moav, se asustó muchísimo de la fuerza militar demostrada por Israel en sus luchas contra los reyes emoritas. La derrota de Sijón, el rey emorita, hizo caer sobre él un cierto pánico; sospechó sobre la suerte que podría tener su propio reinado, al parecer el mandato divino de no atacar a Moav era desconocido para él. Él entendió que en un enfrentamiento bélico armado y directo no lograría hacer retroceder a Israel. Por lo tanto, para adelantarse a acontecimientos nefastos, según su perspectiva, prefirió poner en práctica una táctica no común. Se dirigió a pedir ayuda de la magia, y solicitó la presencia de Bilam, el mayor de los pensadores de la época, el padre de todos los hechiceros. Su pedio era que este mago destruya a Israel con la fuerza de sus maldiciones, con la energía contenida en su boca, poderes que ya habían tejido leyendas entre sus contemporáneos. Estamos delante de la primera petición internacional en la historia para condenar a Israel, de manera tal que se pone en cuestionamiento el propio derecho del pueblo a su existencia, y siendo que el enemigo sabe que los medios militares no son suficientes para vencerlo, opta por la maldición, el rechazo vehemente a su presencia.

Bilam aceptó cordialmente el ofrecimiento y se entusiasmó con la idea de realizar una campaña de este tipo. Los motivos que llevaron a este hombre a aceptar el ofrecimiento de Balak deben tal vez buscarse en las contradicciones internas que él mismo presenta, a lo largo de la Torá en los trozos en los cuales se lo menciona vemos características psicológicas encontradas en su personalidad. Mientras dice a los enviados del rey de Moav que debe consultar a Hashem sobre el tema propuesto, no duda en presionarse a si mismo para maldecir a Israel:

"Y les dijo (Bilam) a ellos: pernocten aquí esta noche y les responderé cuando Hashem me hable..." (Bemidvar 22,8)

Al parecer tenía en su sistema de pensamiento la sensibilidad de consultar al Creador, la fuente de todos los poderes, en las decisiones críticas que quería concretar, y está completamente conciente del hecho que no podrá hacer nada sin la autorización divina. Hashem le contesta de manera clara y simple:

"No vayas con ellos, no maldigas al pueblo porque es bendito" (Ibíd. 12)

Es imposible dudar de la intención de Hashem, sin embargo Bilam se escabulle, en la intimidad de su corazón quiere ir con ellos y cuando responde a los enviados de Balak se expresa de forma diplomática lo que permite muchas interpretaciones:

"Vuelvan a su tierra, porque se niega Hashem a dejarme ir con ustedes" (Ibíd. 13)

Una frase indefinida, que no menciona en absoluto la oposición divina explícita al punto central de esta misión, la intención de parte del rey de Moav de maldecir a Israel. Bilam oculta la verdad y crea en ellos la sensación, que el Hashem como si quisiera guardar el honor del propio mago se niega a dejarlo ir precisamente con ellos, así nos dice Rashí: "No quiere Hashem dejarme ir con ustedes, sino con ministros de mayor rango..."

Cuando Bilam se encuentra en el punto máximo de sus "maldiciones" transformadas por Hashem en bendiciones deja entre ver algo se su complicada y contradictoria personalidad:

"Que muera mi alma la muerte de los justos y que sea mi fin como el de ellos" (Ibíd. 23.10)

El gran mago del momento, que el Creador del mundo se dirigió a él, quien fue alquilado para condenar a Israel, y de esta manera destruirlos, esta misma persona anhela que su fin sea como el de los justos, como el del propio Israel.

Hemos puesto atención en las contradicciones que reinaban en su propia persona, no es de extrañar entonces que a pesar que con todo el conocimiento que tenía de la supervisión divina, en todos sus aspectos, conocimiento que le hizo merecedor de recibir profecías verídicas, tuviera la esperanza de tener éxito en maldecir al pueblo de Israel en absoluta oposición a la voluntad del Creador.

Bilam se apura, un sentimiento destructivo como el suyo no puede esperar, sin embargo antes de llegar a su destino se encuentra con un contratiempo. La burra sobre la que cabalgaba se presentó como un elemento que le puso dificultades en el camino, las cuales no estaban previstas:

"Y vio la burra al ángel de Hashem parado en el camino con su espada desenvainada en la mano... y se salió del camino y se fue al campo... y golpeó Bilam a la burra para traerla nuevamente al camino" (Ibíd. 22.22)

Un miedo terrible se apodera de este animal y lo hace desviarse del camino principal, este hecho no previsto causa un gran enojo en Bilam que le lleva golpearla para traerla nuevamente al camino que él necesita... Este suceso, si pudiéramos congelarlo virtualmente, nos enseñaría una serie de situaciones psicológicas, así los maestros declaran en el Midrash: "este réprobo va a maldecir a una nación entera, que no le ha hecho nada, y comienza a golpear una burra para que no vaya por el campo" (Bemidvar Rabá 20.14). Las peguntas básicas que debemos hacernos son ¿Por qué Bilam golpea a su asna? ¿Por qué se enoja tanto con ella? La causa parece clara para todos, ella no le obedece, simplemente se ha "insolentado", está actuando en estos momentos contra su propia voluntad; para Bilam correspondía golpearla y el enojo que tuvo contra ella era justificado.
Sin embargo, en aquellos momentos precisos Bilam estaba actuando como un asno, también él se había revelado en contra de la voluntad de su amo, siendo que sabía que este amo, Hashem, estaba sobre él y claramente le había declarado:

"No maldigas al pueblo porque es bendito..." (Ibíd. 12)

Esta reacción que tiene es una manifestación del sentimiento de justicia selectivo, que estaba muy enraizado en el corazón de Bilam. El pedía del otro, poniendo una situación en la que se presentaba como ofendido, normas de conducta que él se consideraba exento de cumplirlas; esta doble ética, una externa y otra personal es algo muy frecuente en la vida cotidiana, así también nosotros solemos, por ejemplo, castigar a nuestros hijos cuando mienten, y mientras que los amonestamos con el hecho que mentir es algo prohibido, solemos caer más de una vez en mentiras.

Sin entrar en la explicación del milagro que una asna hay hablado, así como lo enseña la Torá. Dirigiremos nuestra atención al mensaje ético que se deriva de esta situación; si preguntáramos por el hecho mismo y su finalidad, es decir el por qué habló la asna, los sabios declaran: "Para informarte que la boca y la lengua están en poder de Dios. Que si quiere maldecir, su boca está bajo la supervisión divina" (Yalkut Shimoni). Es decir que toda la finalidad de este milagro era afianzar la fe en un solo Dios que supervisa y controla todo el Universo.

El hablar del asna, que vino a arrancar el error básico del corazón de los hombres, un error que se basa en la confianza desmedida en las capacidades humanas, como cuando el hombre ve los avances científicos y piensa que en tales descubrimientos se proyectan los objetivos de toda civilización formal. Debemos tratar de aprender de los errores de otro y no caer en ellos nuevamente, sino extender el estudio y el cumplimiento de Torá que contenga las bases para construirnos y ayudara a formar una civilización basada en la honestidad.