martes, 27 de abril de 2010

CÓMO LLEGAR A SER MODESTO

Cierta vez le preguntaron a un Jajam: “¿Cómo es que llegaste a ser reconocido por todo el mundo como una gran persona?”

El Jajam respondió que él no se consideraba realmente una gran persona, pero si los demás así pensaban será porque jamás trató a nadie altaneramente ni se creyó más que otros.

Y agregó: "Nunca ví una persona que no tenga, por lo menos algo, que me obligue a pensar que es superior a mí".

Si veo a uno que sabe menos Torá que yo, pienso: “Puede ser que a él le irá mejor que a mí en el día del Juicio Final. Porque (aunque es mejor saber que no saber), yo peco a sabiendas, y él peca sin querer”.

Si es más anciano que yo, debo respetarlo, porque, en relación a su edad, alcanzó a acumular más méritos que yo. Y si es más joven que yo, pienso: “Sin dudas, tendrá menos pecados que yo”.

Si tiene más dinero que yo, merece mi respeto, porque seguramente destina más dinero a la beneficencia que yo. Y si es más pobre que yo, poenso: “Su pobreza hace que se sienta más humilde que yo, y por lo tanto es mejor que yo”.

Y cuando encuentro a alguien que es casi igual que yo (en edad, situación, etc), pienso: “Quizás su corazón es más puro que el mío. Porque mis faltas ocultas yo las conozco, en cambio de él no puedo decir que tiene las mismas faltas, mientras no las vea.

El Jajam concluyó diciendo: “Mediante estos juicios, siempre respeto a todo el que se presente delante de mío. Y será por eso que la gente me respeta también a mí…”

(Jobot Halebabot – Shá-ar Hakeni-á X)

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