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jueves, 25 de julio de 2013

Parashá Ékev (Por consiguiente). 20 Av 5773 (27 de Julio 2013). Enfoques sobre la Parashá

"Cuando te dijeres a ti mismo: Son numerosos los pueblos estos, más que yo; ¿cómo podré desterrarlos?  No habrás de temer de ellos; recordar habrás de recordar lo que ha hecho Hashem tu Di-s, a Paró y a todo Egipto." (Devarim 7:17-18)
En otras palabras: Solo cuando entiendan que a través de su propia habilidad y sin la ayuda de Di-s no podrán sobrepasar a las naciones, entonces no tendrán nada que temer.
Pero si imaginan que van a poder sacar a las naciones con su propio poder, entonces deben empezar a preocuparse, porque Di-s no les dará la ayuda necesaria.
(Maase Hashem)

"No te quebrantes ante ellos, pues Hashem tu Di-s está en tu seno, Di-s Magno y Temible" (Devarim 7:21)
Si una persona ama a su prójimo y lo respeta, de ninguna manera esto desvirtúa su amor y respeto por Di-s.  Si una persona teme solo al ser humano, esto es una señal de que sus sentimientos de veneración por Di-s son muy bajos, pero si alguien es genuinamente "veneradora de Di-s", entonces no teme a ningún hombre.  Por eso la Torá nos dice aquí " No te quebrantes (no tengan miedo) ante ellos" - frente a las naciones - "pues Hashem es Magno y Temible".  Solo Di-s es grande e imponente, y si temen a ellos, no pueden ser "temerosos de Di-s".
(Maharil Mangolios z"l)

"Comerás y te saciaras y bendecirás a Hashem tu Di-s por la tierra buena que te ha dado." (Devarim 8:10)
Rabí Levi destacó una contradicción entre dos versículos de Tehilim (Salmos): En uno dice "El mundo y su plenitud son de Hashem" y en el otro dice "El mundo que Él le ha dado al hombre".  Realmente no hay contradicción: el primer versículo se refiere a la situación antes de que una persona diga una berajá (bendición), mientras que el segundo se refiere al momento después de decir la berajá (bendición).  Dijo Rabí Janina "Quien tiene placer del mundo físico sin hacer una berajá primero es como si le robaría a Di-s..."
(Talmud Tratado Berajot 35a)

"Cuando digas en tu corazón `estas naciones son muy numerosas para mí, cómo voy a poder sacarlas' No les temas" (Devarim 7:17-18)
En otras palabras, solo cuando comprendas que si dejado a tus propias habilidades, y sin la ayuda de Hashem, no podrás ganarle a las naciones, entonces no tienes nada que temer. Pero si piensas que vas a poder expulsar a las naciones por tu propia fuerza, ahí es cuando debes empezar a preocuparte, porque entonces seguramente Hashem no proveerá la ayuda requerida.
(Ma'ase Hashem)

"No serán derrotados ante ellos, pues Hashem, tu Di-s, está entre ustedes, un gran y asombroso Di-s" (Devarim 7:21)
Si una persona ama a su prójimo y le da respeto, en ningún modo esto reduce su amor y respeto a Hashem. Sin embargo, si alguien les teme a meras personas de la carne y sangre, esta es una señal segura de que su sentimiento de asombro a Hashem es poco menos que perfecto. Si una persona es genuinamente `temerosa de Di-s', entonces no le teme a ningún hombre.
(HaKtav V'HaKabalah en nombre de Maharil Margoliot z'l)

"Pues el hombre no vive de pan solamente, sino de todo lo que sale de la boca de Hashem el hombre vive" (Devarim 8:3)
¿Cómo es posible que el alma, cuya esencia es espiritual, sea sostenida por algo tan físico como la comida? La respuesta es que en realidad la totalidad de la Creación existe solo como resultado del poder del pronunciamiento original de Hashem al momento de la Creación (como está escrito en Bereshit "Por la palabra de Hashem, los Cielos fueron creados").

Es este mismo poder de la palabra de Hashem envuelto en la comida la que nutre al alma. Cuando un judío toma una manzana y hace una bendición sobre ella, despierta el poder espiritual latente en la fruta desde el momento de la Creación, y viene a ser alimento para el alma.
(Adaptado del Arizal)

"Lábrate dos Tablas de piedra iguales a las primeras..." (Devarim 10:1)
Puede ser que Michelángelo haya tenido más o menos idea de lo que es la pintura, pero en lo que se refiere a la anatomía judía, le erró de lejos...

Al pintar a Moshé, le hizo cuernitos.  La confusión de Michelángelo provenía de una mala traducción de la palabra hebrea "keren", que, sí, significa "cuerno", pero también significa "rayo de luz".  Muy probablemente, la palabra corona, en el sentido de "aureola" provenga de la palabra hebrea "keren".

¿Cómo fue que Moshé recibió "cuernitos"?  Después de que el pueblo judío oyó los Diez Mandamientos en el Sinaí, Moshé subió a la montaña el 7 de Sivan, para recibir el resto de la Torá. Descendió el 17 de Tamuz, y fue recibido por la triste imagen del becerro de oro. Moshé rompió las dos Tablas de la Torá, arrojándolas al suelo. 
Esas primeras tablas fueron hechas por Hashem y fueron talladas por Hashem. En ellas estaba comprendida toda la Torá: las guemarás, las agaditas, etc.  Todo lo que hacía falta para llevar a cabo las instrucciones del Hacedor. Por ejemplo, las primeras tablas contenían todos los detalles de cómo hacer tefilín: que tenían que ser cajas negras perfectamente cuadradas hechas de cuero de un animal kasher... Asimismo, en esas dos tablas Hashem inscribió todos los minúsculos detalles de las leyes del Shabat. Pero cuando Di-s le dio a Moshé las segundas tablas, ellas solo comprendían la Torá escrita. Las instrucciones detalladas, vale decir, la Torá Oral, le fue dada en forma verbal.
Después de que Hashem le perdonó al pueblo judío su infidelidad con el Becerro de Oro, Moshé subió a la montaña nuevamente, el primero de Elul, para recibir las segundas tablas. Y descendió cuarenta días mas tarde, en Yom Kipur. Cuando los Hijos de Israel vieron a Moshé, su rostro resplandecía con una corona  radiante.

¿Por qué el rostro de Moshé no brilló antes?  El Midrash dice que cuando Moshé terminó de escribir la Torá, un poco de la tinta que quedó de su pluma le tocó el rostro, y de allí provenía todo el brillo. Sin embargo, la Torá misma afirma que los rayos de luz provenían del hecho de haber hablado con Hashem. Pero si Hashem habló con Hashem varias veces con anterioridad, ¿por que recién ahora su rostro se volvió luminoso?

Y... ¿cuál era la verdadera causa del aura?  ¿La tinta de la pluma o el hecho de haber hablado con Hashem? 
>Uno podría pensar que la segunda entrega de la Torá fue un acontecimiento de segunda clase. Después de todo, las primeras tablas fueron escritas por Hashem, en una roca que fue tallada por Hashem, mientras que las segundas tablas eran obra de un mortal, y únicamente lo que estaba escrito era de origen Divino.

Daría la impresión de que la primera entrega fue de un nivel superior, ¿no?  Pero en realidad, es al revés. Cuando Hashem dio por primera vez la Torá, el pueblo judío iba a ser la vasija que contendría la Torá. Igual que el Arca Sagrada, contendríamos a la Torá, pero no seriamos parte de la Torá, así como la caja simplemente contiene lo que hay adentro, pero no es lo que hay adentro.

Pero con las segundas Tablas, el pueblo judío se transformó en la Torá misma.

Los rayos que provenían de la tinta que quedaba en la pluma de Moshé eran la Torá Oral. Todas las instrucciones verbales que originalmente habían sido escritas en las primeras Tablas ahora habían sido grabadas en la mente de Moshé. Todo lo que tiene la capacidad de ser entendido por una mente humana fue escrito en la mente de Moshé. La tinta de la eternidad de la pluma de Moshé era exactamente como que Hashem le hablara.
Así fue como el pueblo judío se hizo socio de la Torá.  Nos transformamos en el pergamino en el que escribió Hashem, usando la tinta de la eternidad.
(Beit ha Levi)

"Él os afligió y dejó que conocieseis el hambre, y luego os alimentó el maná, que no conocíais" (Devarim 8:3)
Una de las características más típicas del hogar judío es el encendido de las velas en honor al Shabat. El versículo antedicho es la fuente de este concepto.

Es verdad que no resulta fácil ver la conexión entre el maná, el alimento milagroso que comió el Pueblo Judío en el desierto y el encendido de las velas del Shabat. Pero ¿cuál es la conexión?

El hombre es un animal relativo. Nuestra percepción opera en términos de contraste. Sabemos lo que es el día porque al anochecer el cielo se oscurece y se ennegrece. Si no hubiera noche, no solo que no tendríamos concepto de la noche, sino tampoco concepto del día.

Las palabras delinean. Las palabras separan una cosa de otra. "Es esto, no aquello".  Si todas las partes del mundo todo el tiempo estuviesen bañadas con la luz del sol, no sabríamos lo que es el día, ni tampoco tendríamos palabras con que definirlo.

Cuando los Hijos de Israel estaban en el desierto, Di-s les proveyó un alimento milagroso llamado "man". El man podía tener el sabor de cualquier comida, pero de todos modos los Hijos de Israel se hartaron de él y se quejaron ante Moshé, diciendo que no tenia ningún sabor. ¿Cómo es posible que algo que podía tener cualquier sabor no tuviera sabor a nada?

Nuestra apreciación de la comida no es producto únicamente de las papilas gustativas. La satisfacción de comer viene también de ver lo que estamos comiendo. El Talmud nos enseña que el ciego no se satisface con lo que come porque no puede experimentarlo visualmente. La presentación visual de la comida es un arte en sí mismo y parte integrante de la satisfacción de comer.

En cierto sentido, la generación del desierto era como gente ciega, porque aunque el maná podía tener cualquier gusto que se desease, visualmente no se modificaba. Siempre tenía el aspecto del maná.

Gastronómicamente, la variedad era infinita. Visualmente, era monótono. A través de esta idea podemos entender cómo es que los Sabios deducen del versículo antedicho el concepto de las velas del Shabat. El Shabat se le dio al Pueblo Judío como un deleite y un placer. Parte del placer son las tres comidas que se comen durante el Shabat. Si comiésemos la comida de noche, a oscuras, no experimentaríamos el goce máximo de la comida. Y entonces habría un defecto en el Shabat. Por eso, a fin de poder disfrutar al máximo de la comida, tenemos que ser capaces de verla, porque si no pudiésemos ver la comida, sería como el maná de los Hijos de Israel en el desierto.
(El Jida en Maiana shel Torá)

Shabat Shalom.

miércoles, 28 de julio de 2010

Parashá Ékev (Por consiguiente). 20 Av 5770 (31 de Julio 2010). Resumen



Primer comentario (Rab Moshe Hoffer)
Segundo comentario (Selección de comentarios del Lubavitcher Rebe M.M. Schneerson, http://www.jabad.org.ar/)
Tercer comentario (Rab Moshe Walles, bitzjak@prodigy.net.mx )


Primer comentario - El Hombre en busca de la superacion

Una de las palabras mas usuales en la actualidad es "proyecto". Una pregunta recurrente es: "¿Cuales son tus proyectos?" Por lo general son aspiraciones, ambiciones o algun otro deseo que queremos realizar. Pocas veces vemos personas que proyectan mejorar sus modales o perfeccionar su conducta, generalmente proyectamos sobre nuestras vacaciones o nuestros temas comerciales. Si intentamos corregir a alguien que procede incorrectamente este nos contesta "yo soy asi".

Otros piensan que el hombre es un animal mas, pero que se diferencia del resto por su capacidad racional. Muchos tienen otra postura, sostienen que no es necesario cumplir la Tora para ser una buena persona. Rabi Elazar ben Azaria decia: "Si no hay Tora no hay Derej Eretz (educacion), si no hay Derej Eretz no hay Tora". La Tora no puede perdurar sin la educacion, el Derej Eretz tampoco sin la Tora. Muchas personas expresan proverbios, frases celebres, pero sin Tora no puede haber una etica secular, duradera y efectiva.

Por otro lado necesitamos un sentido innato del Derej Eretz, para que la Tora pueda perdurar. Ser reconocedores del bien en las personas que nos favorecen implica reconocer la generosidad de Hashem, por eso en esta Perasha esta tres veces el imperativo de "Lalejet Bidrajav" - "Encaminarse en sus sendas":

1) Observaras, pues los mandamientos del Eterno, tu D"s, para andar en Sus caminos y temerLe. (Debarim cap 8, vers 6).

2) Y ahora Israel, ¿que requiere el Eterno, tu D"s, de ti, sino temer al Eterno, tu D"s, andar por todos Sus caminos, amarLo y servir al Eterno, tu D"s, con todo tu corazon y con toda tu alma.

3) Pues si observareis cuidadosamente todos estos mandamientos, que Yo os ordeno cumplir para amar al Eterno, vuestro D"s, para andar por todos Sus caminos y para ligarse a el. La primera vez esta escrito Lalejet Vidrajav para recordarnos que debemos temerLo a Hashem y es al principio de la perasha, la segunda para saber que hay que amarLo y esta parte esta ubicada en el centro de la misma, la tercera se menciona para rescatar el apego a D"s.

Es preciso apegarnos a Hashem, de esa manera estariamos superandonos. Esto se encuentra al final de la perasha. Se dice que la superacion es la expresion maxima del ser humano. Los animales no pueden cambiar. Crecen pero permanecen igual que aquel dia en que nacieron: no razonan. Los hombres, por el contrario, se modifican. Esa capacidad de superacion que poseen los individuos hace que estos entren en la categoria de "sobrenaturales". El animal permanece a nivel natural de la misma manera siempre, el hombre modifica su naturaleza; precisamente por esa caracteristica que tiene de poder superarse, hay tres niveles en lo que concierne a Avodat Hashem (servicio a D"s): el primero -como dijimos- esta vinculado al temor, el segundo al amor y el tercero al apego a Hashem. Explica el Jafets Jaim que la diferencia que hay entre el amor y el apego es que este ultimo es el amor impregnado en el corazon, y por lo tanto se une a D-s en forma constante.

En cambio, amar a D-s incluye un carinio que se despierta solo esporadicamente. Para tener el zejut de llegar a estos niveles tan elevados, la Tora nos ensenia que debemos anticipar el encaminarnos en Sus sendas y asemejarnos a el: ser piadosos, misericordiosos y conceder favores. No puede existir una elevacion espiritual ni tampoco en cosas relacionadas entre el hombre y Hashem sin que se anticipe el perfeccionamiento de los modales y la conducta entre el hombre y sus companieros. Tanto para temer a Hashem como para amarLo o para apegarnos a el necesitamos un requisito: "Lalejet vidrajav"; eso significa ir en busca de las buenas midot (cualidades). Cuando pensemos en nuestros proyectos, que el principal sea superarnos como personas.

Rab Moshe M Hoffer

Segundo comentario - Calor y frío

Cuídate, no olvides a Di-s... quien te condujo por el el grande y temible desierto, víbora, serpiente y escorpión...-- Deuteronomio 8:11-15

La parte más solemne y sagrada de nuestras plegarias cotidianas es la Amidá (la plegaria recitada "de pie"), donde el alma logra el pico de intimidad en su comunión con su Creador.

Tan sacrosanta es esta plegaria que el Talmud instruye: "Aun cuando un rey lo saluda, no debe responder; incluso si una serpiente se enrosca alrededor de su talón, no debe interrumpirla" [1].

Sin embargo, el Talmud prosigue explicando la definición de esta ley declarando que la "serpiente" en cuestión es una cuyo veneno no pone en riesgo la vida. Así, si un escorpión, cuya picadura puede resultar mortal, amenaza a la persona mientras ésta está orando, debe interrumpir sus plegarias [2].

Como el ser humano al que viene a instruir, la Torá consiste de un "cuerpo" -un código legal que gobierna la vida física del hombre- así como también de un "alma", una dimensión interior que encara nuestro ser espiritual. Y cada parte del cuerpo de la Torá tiene su contrapartida en el alma de la Torá. Cada ley del Talmud y el Shulján Aruj encapsula dentro de sí un significado más profundo, instruyendo respecto de la vida interior del hombre además de hacerlo en cuanto a su comportamiento exterior.

Lo mismo es cierto de la distinción legal entre una "serpiente" y un "escorpión" en lo que concierne a la interrupción de la plegaria.

Nuestros Sabios nos dicen que la serpiente inyecta a la persona un veneno "ardiente", mientras que el veneno del escorpión es "frío" [3]. Traducido en términos de "el servicio del corazón" que es la esencia interior de la plegaria [4], hay dos tipos de dolencias espirituales que amenazan al alma en su procura de acercamiento a Di-s.

La primera es un "veneno ardiente", el ardor y la pasión por los anhelos terrenales. Una segunda amenaza espiritual es la del veneno de la "frialdad", la apatía que deja a la persona indiferente a cualquier cosa, material y espiritual por igual.

En la descripción de Maimónides acerca de la búsqueda de verdad por parte de Avraham y su reconocimiento del Di-s Unico, leemos que Avraham, inicialmente, estaba "inmerso entre los necios idólatras de Ur Kasdím; su padre, su madre y la población por entero -él entre ellos- todos adoraban ídolos" [5]. Pregunta Rabí Shneur Zalman de Liadí: ¿Por qué es importante que sepamos que el primer judío adoraba ídolos alguna vez? Pero es precisamente en razón de que Avraham adoró ídolos, responde Rabí Shneur Zalman, que llegó a reconocer la verdad Divina. Es porque le importó, porque apasionada y devotamente sirvió a aquello que erróneamente se le había enseñado que debía considerar digno de veneración, que su sincero deseo maduró hasta convertirse en un deseo de Di-s. De haber sido él indiferente a los ídolos de su tierra nativa, nunca hubiera emprendido la búsqueda y llegado a descubrir al verdadero Di-s.

Así, dice el Talmud: "Aun cuando una serpiente está enroscada alrededor de su talón, no debe interrumpir". Aun cuando te sientes amenazado por un ardor venenoso, continúa rezando. Ponte en manos de Di-s e implórale que te oriente a la verdad. Si tus intenciones son puras, tu calor profano se transformará en un fuego santo.

Por otra parte, si la persona se ve amenazada por el frígido veneno de un escorpión, debe interrumpir sus plegarias. Cuando la persona encara el helado aguijón de la indiferencia -aun si sólo es su "talón" (es decir, una parte marginal e inferior de su ser) lo que se ve amenazado- debe llevar a cabo una plena reevaluación y reorientación de su vida espiritual.

Nada santo y positivo puede resultar, jamás, de la frialdad.

Basado en Likutéi Sijot, Vol. II, pág. 375

Notas:
1. Talmud, Berajot 30b.
2. Ibíd., 33a.
3. Erkéi HaKinuím, sobre "najásh".
4. Talmud, Taanit 2b.
5. Mishné Torá, Leyes de la Veneración Idólatra, 1:3.



Tercer comentario

"Y sabrás en tu corazón que como un hombre castiga a su hijo, así el Eterno, tu D-s, te castigó a ti" (Deuteronomio 8:5).

La Torá compara la lección que D-s nos da con la lección que el padre brinda a su hijo. ¿Qué tiene de especial la lección del padre?

La siguiente metáfora lo explica: Cierta ocasión fue un padre a pasear con su hijo al bosque. Antes de entrar, le advirtió que no se separara de él, ni siquiera por un minuto, ya que se pondría en peligro su vida, si andaba solo por el bosque.

Al principio el niño siguió las instrucciones del padre y no se separó, pero después de un tiempo miró algo que le llamó su atención y se quedó observándolo, sin darse cuenta de que su padre había continuado por el camino.

Cuando el niño quiso regresar con su padre y no lo encontró, se asustó y comenzó a llorar y a buscarlo, no obstante se confundió cada vez más y penetró más profundo en el bosque.

El sol se puso, llegó la noche y la oscuridad comenzó a dominar en el bosque. De todos lados se escuchaba el ruido de las aves, de los animales, inclusive de los lobos, leones y leopardos. Obviamente, el niño entró en pánico y extrañaba terriblemente a su padre.

De repente, el niño sintió un fuerte dolor en su mejilla, debido a la bofetada que alguien le había dado. Antes de alcanzar a gritar por el dolor, el niño se dio cuenta que era su padre el que le había pegado. No obstante, en lugar de llorar por el dolor, comenzó a gritar de alegría y felicidad: ¡papá, papá, estoy feliz de estar de nuevo contigo!

Cuando la persona, actúa en contra de la orden divina, se está alejando de D-s y se encuentra en la misma situación del niño que se alejó de su padre, de igual forma que éste, el pecador se siente lleno de tristeza e infeliz.

Sin embargo, cuando D-s nos llama la atención y nos damos cuenta de que se acuerda de nosotros, a pesar del dolor existen motivos de alegría por la oportunidad que nos brinda de acercarnos de nuevo a El.

Este es el punto de vista que debe de tener el yehudí referente a los golpes que nos llegan a ocurrir en la vida.

El rey David sufrió mucho en su vida. Desde su infancia fue rechazado por sus hermanos. Cuando lo ungió el profeta Shmuel, lo empezó a perseguir el rey Shaul. Cuando se le había nombrado como rey, se rebeló su hijo Abshalom contra él, hasta que finalmente murió. Estos sufrimientos, entre otros muchos más, se forman en una cadena de problemas, tragedias y sufrimientos a lo largo de toda su vida.

Sin embargo, el rey David dijo: "Tu bastón y tu apoyo me consolarán", lo que significa que él tomó el consuelo, no nada más cuando D-s le dio su apoyo, es decir, cuando le mandó cosas buenas, (que de por sí fueron muy pocas veces), sino también cuando recibió golpes (los cuales abarcaron la mayor parte de su vida), los recibió como consuelo ya que ésto le demostraba que D-s se preocupaba por él, como un padre que está interesado en el comportamiento de su hijo.

Rab Moshe Walles

viernes, 7 de agosto de 2009

Parashá Ékev - (Por consiguiente). 18 Av 5769 (8 de Agosto 2009)."Los Frutos en Este Mundo"

"Los Frutos en Este Mundo"

¿Por qué es necesario que mi hijo estudie Torá todos los días? ¿Acaso no alcanza con los preceptos que cumplimos? Ese tiempo se puede aprovechar mejor enriqueciendo sus conocimientos en geografía, matemática o computación, ¡qué es algo tan importante en esta generación!

En los comienzos del siglo XXI, no es extraño escuchar que los padres formulan planteos de esta índole. Sin embargo, esta clase de preguntas surgen a raíz de una visión equivocada de las obligaciones que cada judío tiene.

Cuando recitamos el Shemá Israel decimos: "Y estas palabras que te ordeno hoy estarán sobre tu corazón. Y las enseñarás a tus hijos y hablarás sobre ellas…" (Devarim 6:6,7). La intención de estos versículos es enseñarnos que debemos hablar de Torá con nuestros hijos, para que así ellos aprendan a estudiarla. Mucha gente tiende a pensar que si deciden acercarse al judaísmo, tendrán que abandonar las carreras que están estudiando.

Sin embargo, esto no es así. La Torá quiere que la persona se dedique a lo que le gusta dentro del marco de la halajá, es decir, dentro del marco de lo permitido por la ley judía. Más, por otro lado, aunque sean muchas las ocupaciones que la persona pueda tener, no está exenta de fijarse tiempos para estudiar Torá cada día, un poco durante el día y otro tiempo durante la noche.

Además de ser esta un obligación halájica irrefutable, evidentemente ella conlleva varios beneficios. La Mishná dice que la persona que estudia Torá, podrá recoger los frutos de su mitzvá en este mundo, además de recibir la recompensa principal en el mundo venidero.
Realmente es muy difícil para nosotros entender cómo será esta recompensa futura y de qué se trata en términos espirituales. Pero lo que sí podemos y debemos entender es cuáles son los frutos de la Torá, que de ellos nos alimentamos en este mundo.

En primer lugar, al estudiar algo de Torá diariamente, con el tiempo la persona llegará a saber el motivo por el cual se cumple cada precepto, y esto lo ayudará a afianzar su conducta día a día, pues normalmente cada persona quiere y necesita saber la razón y la lógica que encierran los preceptos de la Torá. La Torá es infinita y sus detalles también, y si no le dedicamos un tiempo diario a su estudio, nos será muy difícil poder abarcar todo su contenido. Así como es necesario que un médico estudie profundamente medicina para poder practicarla como corresponde, así también cada judío, para poder cumplir los preceptos como corresponde tiene que estudiar extensivamente cómo ponerlos en práctica.

Otro beneficio de estudiar Torá es que al hacerlo la persona crece espiritualmente. El estudio de la Torá, es lo que nos da la fuerza para apegarnos constantemente a D'os. Quien estudia Torá siente una satisfacción especial que es muy difícil de expresar mediante las palabras.
Por este motivo, David Hamelej escribió en el libro de Tehilim: "Prueben y vean que D'os es bueno". Si la persona decide ver el judaísmo desde la vereda de enfrente, no obtendrá una perspectiva correcta del mismo, ya que para tener una visión correcta de la Torá, primero hay que "probar" un poco.

Además, quien estudia Torá tiene en sus manos la llave para no tener "huecos" durante las horas del día que deben ser rellenados con televisión, revistas u otras formas de distracción. Él nunca caerá en una situación de aburrimiento, ya que cada momento podrá ser utilizado para enriquecer sus conocimientos y desarrollar su espiritualidad. En lugar de tener una sensación de hastío, se sentirá satisfecho de sí mismo porque ha aprovechado correctamente su tiempo, además de saber que está incrementando su recompensa en el Olam Habá.
Este punto del hastío no es un punto que carece de importancia ni podemos permitirnos descuidar. El Rab Shalom Shvadrón z"l, nos cuenta un hecho verídico que ocurrió en la segunda guerra mundial, relacionado con el peligro que conlleva el aburrimiento:

Los Estados Unidos habían enviado varios submarinos al frente de batalla. En cierto momento la guerra se complicó para el gobierno americano, y éste dio la orden a sus submarinos de que no avanzaran, pues corrían el riesgo de ser bombardeados. Entonces el capitán informó a su tripulación que durante 30 días ellos no podrían desplazarse hacia otro lugar.

El depósito de alimentos estaba lleno y había reservas para pasar varios meses allí, por lo que el problema más importante estaba solucionado.

Los días transcurrían y comenzó a sentirse el aburrimiento entre los soldados. El nerviosismo y la tensión aumentaron rápidamente. Por un lado, ellos querían salir del submarino, pero por el otro, sabían que si lo hacían corrían un riesgo muy grande.

El capitán sentía impotencia, ya que las palabras de consuelo que decía no entraban en los corazones de sus soldados.

Sin embargo, entre toda la tripulación se encontraban dos soldados que no se mostraban nerviosos ni desalentados.

El capitán comenzó a dudar de ellos, pues no sabía a que se debía tanta tranquilidad. Él comenzó a sospechar de que en sus camarotes consumían drogas, y eso los ayudaba a escaparse de la realidad.

Los días transcurrían y la conducta de la tripulación era cada vez más insoportable, pero esos dos soldados continuaban tranquilos como si fuese el primer día de inmovilidad.

Sin que se dieran cuenta, el capitán comenzó a controlarlos. Éste observó que al finalizar el almuerzo, esperaban unos minutos y se iban a sus camarotes. Era obvio que algo que allí estaban guardando en su camarote les daba esa gran tranquilidad.

Al ver que los dos soldados ingresaron al mismo camarote, el capitán esperó unos minutos y luego se acercó a la puerta para poder escuchar si allí ocurría algo raro.

Lo único que se escuchaba era una constante conversación entre ellos.

Varias horas después, el capitán volvió a escuchar detrás de la puerta y la conversación seguía con el mismo fervor que al comienzo.

Este mismo hecho ocurrió durante los tres días que el capitán los siguió de cerca.

Una noche, al finalizar la cena, los dos soldados se dirigieron al camarote, y a los pocos minutos que ingresaron, el capitán golpeó la puerta y pidió que abrieran enseguida, para no darles tiempo de esconder nada.

Uno de los soldados abrió la puerta y para sorpresa del capitán, no había nada especial dentro del cuarto. Lo único que encontró fueron dos libros grandes sobre la pequeña mesa.

Él les preguntó: "¿De qué tratan los libros que están leyendo?". Y estos dos soldados - que eran judíos - le respondieron que eran dos libros de Talmud.

Ellos le explicaron que desde el momento en que les dieron tantas horas libres por día, decidieron estudiar Torá para aprovechar todo ese tiempo sin desperdiciarlo ocupándolo en vanalidades.

Entonces, el capitán entendió que detrás de este estudio había un gran mensaje espiritual. Y al ver el gran valor de estos dos soldados, les pidió que trataran de hablar con el resto de la tripulación para ayudarlos a sobrellevar esos momentos tan difíciles.

Quien estudia Torá no sólo se beneficia en el mundo venidero, sino que disfruta de ella también en esta vida, colmando sus días de sentido, tranquilidad y felicidad.

jueves, 6 de agosto de 2009

Parashá Ékev - (Por consiguiente). 18 Av 5769 (8 de Agosto 2009).Temas de la Parashá

Nuestra parashá habla sobre los siguientes temas:

Primera aliá (7:12 - 8:10): La recompensa y el castigo por el cumplimiento o no de la Torá. Leyes de Idolatría. El propósito del sufrimiento humano. La bendición de la Tierra de Israel.

Segunda aliá (8:11 - 9:3): La cualidad de la humildad. La prohibición de la idolatría.

Tercera aliá (9:4-29): El verdadero Hacedor de las cosas. El recuerdo del pecado del becerro de oro.

Cuarta aliá (10:1-11): Moshé recuerda cómo recibió las Tablas de piedra. Moshé recuerda el comienzo de los desplazamientos por el desierto.

Quinta aliá (10:12 - 11:9): El temor y la veneración a D'os.

Sexta aliá (11:10-21): La superioridad de la Tierra de Israel. Moshé les advierte sobre el cumplimiento de las mitzvot (preceptos).

Séptima aliá (11:22-25): Las futuras conquistas.

Comentario de la Parashá

"Si tal vez dijeres en tu corazón: Son más numerosos estos pueblos que yo! ¿Cómo podré heredarlos? No temas de ellos! Recuerda lo que ha hecho D'os al Faraón y a todo Egipto. Los grandes milagros que vieron tus ojos, y las señales y las maravillas, y la mano fuerte y el brazo tendido mediante los cuales te ha sacado D'os; así hará D'os a todos los pueblos que tú temes de ellos. Y también a la tzirá enviará D'os sobre ellos, hasta destruir a los que queden y los que se oculten delante de ti" (7:17-20).

En estos versículos, la Torá nos relata cómo D'os hará para que los hijos de Israel conquisten la tierra de Israel, y nos informa que así como D'os hizo grandes milagros para sacar al pueblo de Israel de la tierra de Egipto, así también hará cuando el pueblo se disponga a conquistar la tierra de Israel.

Además, D'os enviará a la "tzirá" - una especie de abeja o avispa venenosa - para que ella termine de destruir a todos los enemigos del pueblo de Israel.

Hace algunos meses, cuando leímos parashat Mishpatim, allí estaba escrito: "Mi temor enviaré delante de ti y confundiré a todos los pueblos que irás contra ellos, y entregaré a todos tus enemigos, que huirán de ante ti. Y enviaré a la tzirá delante tuyo y expulsará al (pueblo) jiví, al (pueblo) quenaaní y al (pueblo) jití, de ante ti" (Shemot -Éxodo- 23:27-28). Allí, en esos versículos, D'os no le dijo al pueblo que en la época de la conquista de la tierra de Israel, enviaría grandes plagas sobre los pueblos que la habitaren en ese momento, así como lo había hecho en la salida de Egipto. D'os solamente les dijo que enviará a la tzirá para que los ayude, y se entiende de esos versículos que para conquistar la tierra de Israel y para expulsar a todos los pueblos de la tierra, realmente alcanzaría solamente con la tzirá. Entonces, ¿por qué en nuestra parashá D'os les aseguró que además de enviar la tzirá también obraría grandes milagros como hizo en Egipto para conquistar la tierra de Israel?

Esta pregunta fue respondida por el Rav Itzjak Zeev Haleví Soloveichik (1889 - 1959) en sus explicaciones a la Torá. Él nos explica que existen dos clases de milagros: los milagros perceptibles y los milagros ocultos - que son los milagros que el hombre no puede percibir en el momento que son realizados por el Creador.

La diferencia entre estas dos clases de milagros radica en el hecho de que cuando los milagros son perceptibles, y todos los hombres para los cuales esos milagros son efectuados pueden verlos en el mismo momento que son realizados, ellos no sienten miedo alguno de sus enemigos, pues todos ellos ven esos milagros, y saben que D'os es Quien está luchando por ellos. Pero esto no es así cuando D'os realiza milagros ocultos, pues al no haber nadie del pueblo que perciba esos milagros en el momento en que ellos son realizados, ellos sí sienten mucho miedo de sus enemigos, pues nadie sabe si D'os hará por ellos un milagro o no. Y realmente la tzirá pertenecía a la clase de los milagros ocultos, pues nadie que la veía pensaba que a través de ella D'os hacía milagros para el pueblo de Israel.

Por eso nos enseñó la Torá en nuestra parashá, que Moshé le dijo al pueblo: "No temas de ellos", pues además del milagro oculto de la tzirá, D'os también hará por los hijos de Israel milagros perceptibles - milagros que ellos mismos podrán ver con sus propios ojos - así como "ha hecho D'os al Faraón y a todo Egipto" al realizar "los grandes milagros que vieron tus ojos, y las señales y las maravillas, y la mano fuerte y el brazo tendido mediante los cuales te ha sacado D'os". Y al igual que hizo en Egipto, "así hará D'os" también ahora "a todos los pueblos que tú temes de ellos".

Pero respecto de "los que queden y los que se oculten delante de ti", es decir, contra los enemigos que tú no podrás ver - y por lo tanto no temerás de ellos - "a la tzirá enviará D'os sobre ellos" hasta destruirlos, pues contra ellos no hay necesidad de obrar milagros perceptibles, ya que de todas maneras, tú no temerás de ellos.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Parashá Ékev - (Por consiguiente). 18 Av 5769 (8 de Agosto 2009).

Resumen de la Parashá

Moshé continúa dirigiéndose a los Benei Israel afirmándoles que si observarán y cumplirán los preceptos que el Todopoderoso ordenó, serán bendecidos con bonanza y salud. No habrá en el Pueblo personas ni animales estériles, ni enfermedades, y sí las habrá sobre las naciones enemigas. Asimismo, les aconsejó no temer a los cananitas, pues Hashem los resguardaría.

Les recuerda cumplir cada mandamiento para así vivir y multiplicarse y conquistar la Tierra Prometida. Y se acordarían de todo el camino que el Eterno hizo deambular al Pueblo en el desierto durante cuarenta años, como probanza de lealtad y adhesión a los preceptos del Eterno. Las dificultades con las que se toparon tuvieron la finalidad de disciplinarlos a fin de "hacerse saber que no sólo de pan vive el hombre, sino que el hombre vive de toda palabra que sale de la boca del Eterno".

Posteriormente, les describe las bondades de la Tierra de Israel, tierra pródiga en trigo, cebada, viñas, higueras y granados, tierra de olivares, de aceite y de miel. Indica, que cuando se haya comido y saciado, deberá bendecirLe al Eterno, por la buena tierra que Él da. Previene que la prosperidad que gozarían en la Tierra Prometida, podría conducirlos a olvidar que Hashem entregó todo ese bienestar. Esta ingratitud sería castigada duramente y los Benei Israel, que así obraran, serían eliminados como las naciones paganas.

Moshé recuerda al Pueblo sobre sus actos rebeldes. En Jórev, después de haber estado cuarenta días en la cima del monte para recibir las Tablas de la Ley (Lujot), regresó y se encontró con que el Pueblo estaba adorando a un becerro de oro. Entonces, el Todopoderoso comunicó a Moshé, Su intención de eliminarlos, pero él intervino a favor del Pueblo, y destruyó las tablas de piedra. Hashem castigó solamente a aquellos que habían rendido culto al becerro.

Otros actos de desobediencia fueron mencionados por Moshé, como en Taverá, Masá y Kivrot Hataavá.

Después que Moshé defendiera por la causa de los Benei Israel pidiendo al Altísimo que recordara los méritos acumulados por los patriarcas, Hashem le dijo que regresara al monte para recibir otras Tablas. Estas fueron colocadas en el Arón Hakodesh (Arca Sagrada). Los Cohanim y Leviím fueron designados para efectuar los servicios del Mishkán y el Pueblo continuó su marcha desde el Sinai hasta Canaán.

Moshé aclara al Pueblo, que lo que el Eterno quiere de ellos es que Lo amen, Le sirvan con todo su corazón y toda su alma, cumpliendo sus Mitzvot. La grandeza de Hashem, manifestada por medio de hechos tales como la liberación de Egipto, el milagro del mar Rojo, las experiencias en el desierto, los castigos milagrosos impuestos a Kóraj, Datán y Aviram, deberían ser suficiente para asegurar la observancia y cumplimiento de los preceptos. El Eterno asegurará una abundante cosecha, con las lluvias necesarias. Pero si el Pueblo se volviese desobediente, cesarían las aguas del cielo.