miércoles, 28 de julio de 2010

Parashá Ékev (Por consiguiente). 20 Av 5770 (31 de Julio 2010). Resumen



Primer comentario (Rab Moshe Hoffer)
Segundo comentario (Selección de comentarios del Lubavitcher Rebe M.M. Schneerson, http://www.jabad.org.ar/)
Tercer comentario (Rab Moshe Walles, bitzjak@prodigy.net.mx )


Primer comentario - El Hombre en busca de la superacion

Una de las palabras mas usuales en la actualidad es "proyecto". Una pregunta recurrente es: "¿Cuales son tus proyectos?" Por lo general son aspiraciones, ambiciones o algun otro deseo que queremos realizar. Pocas veces vemos personas que proyectan mejorar sus modales o perfeccionar su conducta, generalmente proyectamos sobre nuestras vacaciones o nuestros temas comerciales. Si intentamos corregir a alguien que procede incorrectamente este nos contesta "yo soy asi".

Otros piensan que el hombre es un animal mas, pero que se diferencia del resto por su capacidad racional. Muchos tienen otra postura, sostienen que no es necesario cumplir la Tora para ser una buena persona. Rabi Elazar ben Azaria decia: "Si no hay Tora no hay Derej Eretz (educacion), si no hay Derej Eretz no hay Tora". La Tora no puede perdurar sin la educacion, el Derej Eretz tampoco sin la Tora. Muchas personas expresan proverbios, frases celebres, pero sin Tora no puede haber una etica secular, duradera y efectiva.

Por otro lado necesitamos un sentido innato del Derej Eretz, para que la Tora pueda perdurar. Ser reconocedores del bien en las personas que nos favorecen implica reconocer la generosidad de Hashem, por eso en esta Perasha esta tres veces el imperativo de "Lalejet Bidrajav" - "Encaminarse en sus sendas":

1) Observaras, pues los mandamientos del Eterno, tu D"s, para andar en Sus caminos y temerLe. (Debarim cap 8, vers 6).

2) Y ahora Israel, ¿que requiere el Eterno, tu D"s, de ti, sino temer al Eterno, tu D"s, andar por todos Sus caminos, amarLo y servir al Eterno, tu D"s, con todo tu corazon y con toda tu alma.

3) Pues si observareis cuidadosamente todos estos mandamientos, que Yo os ordeno cumplir para amar al Eterno, vuestro D"s, para andar por todos Sus caminos y para ligarse a el. La primera vez esta escrito Lalejet Vidrajav para recordarnos que debemos temerLo a Hashem y es al principio de la perasha, la segunda para saber que hay que amarLo y esta parte esta ubicada en el centro de la misma, la tercera se menciona para rescatar el apego a D"s.

Es preciso apegarnos a Hashem, de esa manera estariamos superandonos. Esto se encuentra al final de la perasha. Se dice que la superacion es la expresion maxima del ser humano. Los animales no pueden cambiar. Crecen pero permanecen igual que aquel dia en que nacieron: no razonan. Los hombres, por el contrario, se modifican. Esa capacidad de superacion que poseen los individuos hace que estos entren en la categoria de "sobrenaturales". El animal permanece a nivel natural de la misma manera siempre, el hombre modifica su naturaleza; precisamente por esa caracteristica que tiene de poder superarse, hay tres niveles en lo que concierne a Avodat Hashem (servicio a D"s): el primero -como dijimos- esta vinculado al temor, el segundo al amor y el tercero al apego a Hashem. Explica el Jafets Jaim que la diferencia que hay entre el amor y el apego es que este ultimo es el amor impregnado en el corazon, y por lo tanto se une a D-s en forma constante.

En cambio, amar a D-s incluye un carinio que se despierta solo esporadicamente. Para tener el zejut de llegar a estos niveles tan elevados, la Tora nos ensenia que debemos anticipar el encaminarnos en Sus sendas y asemejarnos a el: ser piadosos, misericordiosos y conceder favores. No puede existir una elevacion espiritual ni tampoco en cosas relacionadas entre el hombre y Hashem sin que se anticipe el perfeccionamiento de los modales y la conducta entre el hombre y sus companieros. Tanto para temer a Hashem como para amarLo o para apegarnos a el necesitamos un requisito: "Lalejet vidrajav"; eso significa ir en busca de las buenas midot (cualidades). Cuando pensemos en nuestros proyectos, que el principal sea superarnos como personas.

Rab Moshe M Hoffer

Segundo comentario - Calor y frío

Cuídate, no olvides a Di-s... quien te condujo por el el grande y temible desierto, víbora, serpiente y escorpión...-- Deuteronomio 8:11-15

La parte más solemne y sagrada de nuestras plegarias cotidianas es la Amidá (la plegaria recitada "de pie"), donde el alma logra el pico de intimidad en su comunión con su Creador.

Tan sacrosanta es esta plegaria que el Talmud instruye: "Aun cuando un rey lo saluda, no debe responder; incluso si una serpiente se enrosca alrededor de su talón, no debe interrumpirla" [1].

Sin embargo, el Talmud prosigue explicando la definición de esta ley declarando que la "serpiente" en cuestión es una cuyo veneno no pone en riesgo la vida. Así, si un escorpión, cuya picadura puede resultar mortal, amenaza a la persona mientras ésta está orando, debe interrumpir sus plegarias [2].

Como el ser humano al que viene a instruir, la Torá consiste de un "cuerpo" -un código legal que gobierna la vida física del hombre- así como también de un "alma", una dimensión interior que encara nuestro ser espiritual. Y cada parte del cuerpo de la Torá tiene su contrapartida en el alma de la Torá. Cada ley del Talmud y el Shulján Aruj encapsula dentro de sí un significado más profundo, instruyendo respecto de la vida interior del hombre además de hacerlo en cuanto a su comportamiento exterior.

Lo mismo es cierto de la distinción legal entre una "serpiente" y un "escorpión" en lo que concierne a la interrupción de la plegaria.

Nuestros Sabios nos dicen que la serpiente inyecta a la persona un veneno "ardiente", mientras que el veneno del escorpión es "frío" [3]. Traducido en términos de "el servicio del corazón" que es la esencia interior de la plegaria [4], hay dos tipos de dolencias espirituales que amenazan al alma en su procura de acercamiento a Di-s.

La primera es un "veneno ardiente", el ardor y la pasión por los anhelos terrenales. Una segunda amenaza espiritual es la del veneno de la "frialdad", la apatía que deja a la persona indiferente a cualquier cosa, material y espiritual por igual.

En la descripción de Maimónides acerca de la búsqueda de verdad por parte de Avraham y su reconocimiento del Di-s Unico, leemos que Avraham, inicialmente, estaba "inmerso entre los necios idólatras de Ur Kasdím; su padre, su madre y la población por entero -él entre ellos- todos adoraban ídolos" [5]. Pregunta Rabí Shneur Zalman de Liadí: ¿Por qué es importante que sepamos que el primer judío adoraba ídolos alguna vez? Pero es precisamente en razón de que Avraham adoró ídolos, responde Rabí Shneur Zalman, que llegó a reconocer la verdad Divina. Es porque le importó, porque apasionada y devotamente sirvió a aquello que erróneamente se le había enseñado que debía considerar digno de veneración, que su sincero deseo maduró hasta convertirse en un deseo de Di-s. De haber sido él indiferente a los ídolos de su tierra nativa, nunca hubiera emprendido la búsqueda y llegado a descubrir al verdadero Di-s.

Así, dice el Talmud: "Aun cuando una serpiente está enroscada alrededor de su talón, no debe interrumpir". Aun cuando te sientes amenazado por un ardor venenoso, continúa rezando. Ponte en manos de Di-s e implórale que te oriente a la verdad. Si tus intenciones son puras, tu calor profano se transformará en un fuego santo.

Por otra parte, si la persona se ve amenazada por el frígido veneno de un escorpión, debe interrumpir sus plegarias. Cuando la persona encara el helado aguijón de la indiferencia -aun si sólo es su "talón" (es decir, una parte marginal e inferior de su ser) lo que se ve amenazado- debe llevar a cabo una plena reevaluación y reorientación de su vida espiritual.

Nada santo y positivo puede resultar, jamás, de la frialdad.

Basado en Likutéi Sijot, Vol. II, pág. 375

Notas:
1. Talmud, Berajot 30b.
2. Ibíd., 33a.
3. Erkéi HaKinuím, sobre "najásh".
4. Talmud, Taanit 2b.
5. Mishné Torá, Leyes de la Veneración Idólatra, 1:3.



Tercer comentario

"Y sabrás en tu corazón que como un hombre castiga a su hijo, así el Eterno, tu D-s, te castigó a ti" (Deuteronomio 8:5).

La Torá compara la lección que D-s nos da con la lección que el padre brinda a su hijo. ¿Qué tiene de especial la lección del padre?

La siguiente metáfora lo explica: Cierta ocasión fue un padre a pasear con su hijo al bosque. Antes de entrar, le advirtió que no se separara de él, ni siquiera por un minuto, ya que se pondría en peligro su vida, si andaba solo por el bosque.

Al principio el niño siguió las instrucciones del padre y no se separó, pero después de un tiempo miró algo que le llamó su atención y se quedó observándolo, sin darse cuenta de que su padre había continuado por el camino.

Cuando el niño quiso regresar con su padre y no lo encontró, se asustó y comenzó a llorar y a buscarlo, no obstante se confundió cada vez más y penetró más profundo en el bosque.

El sol se puso, llegó la noche y la oscuridad comenzó a dominar en el bosque. De todos lados se escuchaba el ruido de las aves, de los animales, inclusive de los lobos, leones y leopardos. Obviamente, el niño entró en pánico y extrañaba terriblemente a su padre.

De repente, el niño sintió un fuerte dolor en su mejilla, debido a la bofetada que alguien le había dado. Antes de alcanzar a gritar por el dolor, el niño se dio cuenta que era su padre el que le había pegado. No obstante, en lugar de llorar por el dolor, comenzó a gritar de alegría y felicidad: ¡papá, papá, estoy feliz de estar de nuevo contigo!

Cuando la persona, actúa en contra de la orden divina, se está alejando de D-s y se encuentra en la misma situación del niño que se alejó de su padre, de igual forma que éste, el pecador se siente lleno de tristeza e infeliz.

Sin embargo, cuando D-s nos llama la atención y nos damos cuenta de que se acuerda de nosotros, a pesar del dolor existen motivos de alegría por la oportunidad que nos brinda de acercarnos de nuevo a El.

Este es el punto de vista que debe de tener el yehudí referente a los golpes que nos llegan a ocurrir en la vida.

El rey David sufrió mucho en su vida. Desde su infancia fue rechazado por sus hermanos. Cuando lo ungió el profeta Shmuel, lo empezó a perseguir el rey Shaul. Cuando se le había nombrado como rey, se rebeló su hijo Abshalom contra él, hasta que finalmente murió. Estos sufrimientos, entre otros muchos más, se forman en una cadena de problemas, tragedias y sufrimientos a lo largo de toda su vida.

Sin embargo, el rey David dijo: "Tu bastón y tu apoyo me consolarán", lo que significa que él tomó el consuelo, no nada más cuando D-s le dio su apoyo, es decir, cuando le mandó cosas buenas, (que de por sí fueron muy pocas veces), sino también cuando recibió golpes (los cuales abarcaron la mayor parte de su vida), los recibió como consuelo ya que ésto le demostraba que D-s se preocupaba por él, como un padre que está interesado en el comportamiento de su hijo.

Rab Moshe Walles

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