viernes, 25 de octubre de 2013

Parashá Jaye Sará - (Vida de Sará). 25 Jeshván 5773 ( 26 de Octubre de 2013 ).Abraham Entierra a Sara y Busca una Esposa para Itzjak

Una historia verídica:
 
Rajel, la hermosa novia, observaba nerviosa por la ventana. “¿Cuándo llegará?, se preguntaba repetitivamente. Hoy era el día en el que debía casarse con el santo rabino Jaim de Sanz, al que nunca había visto. Habían estado comprometidos por más de seis meses, sin embargo, cada vez que se agendaba un encuentro, el clima inclemente u otra circunstancia extenuante posponía la reunión.
Ahora el salón estaba lleno con los más importantes dignatarios de Galicia (Sur de Polonia) que habían venido desde lejos para acudir a la boda del santo rabino. Finalmente el momento llegó y un carruaje tirado por caballos se acercó al salón. El rabino Jaim salió del carruaje, cojeando como el jorobado de Notre Dame.
Con furia, la novia llamó a su padre: “¿Por qué no me dijiste que él era cojo?”, preguntó ella. Tratando de calmarla, él respondió, “Él es tan versado, piadoso y santo, que ni siquiera te vas a dar cuenta de su impedimento físico”.
Sin conmoverse, Rajel anunció: “¡Me niego a contraer matrimonio con él!”.
Imagina el caos que se generó cuando se esparció la noticia de que la novia se había arrepentido. Para evitar esta vergüenza, sus familiares y amigos (¡especialmente el proveedor de la comida!) hicieron todo lo posible por convencerla, pero no tuvieron éxito.
Finalmente, el novio mismo pidió hablar cinco minutos con ella en privado. Después de que hablaron por unos minutos, la novia se volvió a la multitud, con una amplia sonrisa y anunció que... ¡la boda continuaba!
¿Qué le dijo él?
Los Jasidim revelaron: Él citó el Talmud que dice, “Cuarenta días antes de la formación del embrión, una voz celestial anuncia: Este se va a casar con esta”.
El santo rabino Jaim le dijo a Rajel: “Cuarenta días antes de que te formaras, yo escuché la voz celestial y pedí ver a mi futura novia. La imagen que vi fue un bebé cuyas piernas estaban mutiladas. ¡Que cosa tan triste que una niña tenga un impedimento toda su vida! Entonces recé y pedí tener el impedimento en vez de que lo tuvieras tú”.
 
“Las parejas se hacen en el cielo”, es el tema de la parashá de esta semana. El matrimonio de Itzjak y Rivka nos enseña muchos valores y reflexiones de la Torá en relación al amor y al matrimonio.
 
La Muerte de Sara
 
La parashá comienza con la muerte de Sara. De acuerdo a la tradición esto ocurrió como resultado inmediato de la “Akedá” (El atamiento de Itzjak). El Midrash cuenta que Abraham le dijo a Sara: “Llevaré a Itzjak a estudiar Torá en Hebrón”. (Ahora entendemos por qué se levantó temprano, ¡antes de que ella pudiera cambiar de opinión!).
Cuando llegó la noticia a su casa en Beer Sheva de que Itzjak había sido llevado al altar, Sara corrió a Hebrón a ver si estaba allí. (Eso explica porqué ella murió en Hebrón). El mensaje que ella recibió fue: “Tu marido Abraham ató a Itzjak en el altar como una ofrenda…” Sin embargo, antes de que Sara pudiera escuchar el resto del mensaje – que Itzjak estaba a salvo – murió. Estaba emocionalmente tan conectada a Itzjak que no pudo soportar la idea de su muerte.
“Y Abraham fue a llorar y a elogiar a su esposa Sara” (Génesis 23:2)
Pregunta: ¿De dónde venía Abraham? ¿Y cuál fue su discurso?
Respuesta: Los sabios explican que Abraham llegó de la “Akedá” y encontró a Sara muerta como resultado directo de su increíble acción. Esto fue otra prueba para Abraham. ¿Acaso se arrepentiría de su buen acto y perdería el mérito del mismo (así como el hecho de arrepentirse de los malos actos elimina el castigo)?
Abraham no se arrepintió, y esta reacción formó la esencia de su discurso mortuorio: El hecho de que Sara tuviera un marido y un hijo que estaban dispuestos a sacrificar todo por Dios. ¡Ese fue el mejor elogio que pudo recibir!
 
La Cueva de Majpelá
 
El Midrash dice que cuando Abraham estaba listo para sacrificar al becerro para sus invitados (ver parashá Vaierá), el becerro se escapó. Abraham lo persiguió por todo el camino hasta la cueva de Majpelá en Hebrón. Cuando Abraham entró a la cueva, encontró ahí las tumbas de Adam y Java. Fue ahí cuando decidió que quería ese lugar santo como terreno para enterrar a su familia.
En una famosa negociación, Abraham trató de comprar la cueva de Majpelá de Efrón el Hití. El comentarista del siglo 19, Malbim, explica que a pesar de que los vecinos de Abraham lo respectaban mucho, ellos se negaron a conferirle el estatus legal de ciudadano y la ley establecía que sólo los ciudadanos podían comprar terrenos para tumbas.
Los Hititas le ofrecieron a Abraham el mejor lugar para enterrar a Sara diciendo, “Nadie te va a impedir utilizar el lugar de sepultura para enterrar a tu muerto” (Génesis 23:6). Su intención era decir: “La tierra es nuestra, pero te damos una tumba en nuestro terreno”.
Después de inclinarse para expresar agradecimiento, Abraham explicó que desde su punto de vista, no enterrar a los seres queridos en un terreno familiar sería equivalente a abandonar sus cuerpos. Luego les mencionó un resquicio legal: No me vendan la cueva, sólo “dénmela” (como regalo) y por supuesto los recompensaré – “con mucho dinero él me la dará” (Génesis 23:9). Esto evitaría el problema legal de vender a un no ciudadano.
Todo lo que quería Abraham era la cueva, y enfatizó que estaba ubicada al final del campo, para no molestar la producción agrícola en el campo de Efrón. Efrón contestó educadamente, “Te he dado el campo y la cueva” – enfatizando que era un trato global, entonces si quieres la cueva tienes que comprar también el campo.
En ese momento Abraham mostró unas monedas de plata y dijo, “Por favor ya toma mi dinero” (Génesis 23:13) – como diciendo, en mis ojos es como si ya lo hubieras tomado.
La ambición de Efrón se apoderó de él: “Mi señor, por la insignificante suma de 400 shekels de plata (el ingreso anual promedio era cerca de 10 shekels), ¿por qué hacer un alboroto entre buenos amigos? (Génesis 23:15 – Rashi).
Abraham pagó la suma completa, sin absolutamente ninguna concesión ni reducción; Efrón incluso exigió monedas totalmente comerciables. Efrón era el clásico ejemplo de “Decir mucho y hacer poco”.
En este punto, el campo y la cueva experimentaron una elevación espiritual y se convirtieron en posesión de Abraham y del pueblo judío para siempre.
Es digno de mencionar que Hebrón fue comprada justamente por Abraham, tal como Shjem fue comprada por Yaakov y Jerusalem por el Rey David, así como está registrado explícitamente en la Biblia. ¡Es interesante que hoy estos lugares son una gran controversia con nuestros vecinos!
 
Una Novia Para Itzjak
 
Después de haber estado tan cerca de perder a su querido hijo Itzjak, Abraham decidió que había llegado el momento de casarlo. Abraham llamó a su confiable sirviente Canaanita Eliezer y realizó una promesa. (A pesar que Abraham confiaba en él totalmente para manejar sus finanzas, casar a su hijo era una misión espiritual que requería una promesa). Eliezer juró que no tomaría una esposa para Itzjak de las mujeres Canaanitas y que no permitiría que Itzjak volviera a vivir en el “viejo país” (de donde provenía Abraham).
Rashi nos dice que Eliezer también tenía una hija que podía ser candidata para ofrecer, pero Abraham la declinó diciendo, “Yo soy bendito y los Canaanitas son malditos. Eso no hace una buena pareja”.
Pregunta: Ideológicamente, ¿no son acaso las hijas de los discípulos Canaanitas de Abraham, como Eliezer, más deseables que las idólatras de la tierra de Abraham? ¿Por qué molestarse en volver a casa?
Respuesta: La ideología puede ser cambiada con una persuasión adecuada. Sin embargo, los rasgos de carácter son de nacimiento y son extremadamente difíciles de cambiar. Los Canaanitas eran los hijos de Jam y Canaan que fueron maldecidos por Noaj, y a pesar de todo lo bueno de su ideología, ellos mantenían el carácter de Jam. Por otra parte, la familia de Abraham tenía buen carácter, a pesar de adorar ídolos.
En un matrimonio, los rasgos de carácter deben ser el factor más importante; la ideología puede cambiar fácilmente.
 
La Misión de Eliezer: Recuento Paso a Paso
 
(1) Eliezer tomó 10 de los camellos de su amo (reconocibles por sus mordazas, que sólo se quitaban cuando estaban en campos sin dueño) y toda la riqueza de su amo en su mano. (Génesis 24:10)
Pregunta: ¿Cómo pudo Eliezer llevar toda la abundante riqueza de Abraham en su mano? (“¿¡Acaso él tenía al mundo en sus manos!?”).
Respuesta: Abraham escribió un documento (con fecha del día del viaje de Eliezer) nombrando a Itzjak como su único heredero. Entonces Eliezer llevó este documento, representando toda la riqueza de Abraham, en su mano.
(2) “Se levantó y fue a Aram” (Génesis 24:10), sin mencionar su tiempo de viaje. Los sabios dicen que Eliezer experimentó un “milagroso acortamiento del viaje”, momentos después de salir, llegó a destino.
(3) “Él hizo descansar a los camellos en el pozo, en la tarde” (Génesis 24:11). Eliezer tenía intereses propios, a él no le habría molestado fallar en su misión de encontrar una esposa para Itzjak, dándole así una nueva oportunidad a su hija. Aún así, Eliezer se sobrepuso a esos pensamientos y rezó a Dios para ser exitoso por el mérito de su santo amo Abraham.
(4) El problema principal de Eliezer no era “quién querría casarse con Itzjak”. Toda candidata quería ser su esposa, y todo padre quería estar relacionado con el famoso Abraham. Pero, ¿cómo iba a saber Eliezer quién era la correcta? Él rezó y repentinamente tuvo una idea brillante: Quien ofrezca agua a los camellos, ha incorporado el principio de la “bondad” en su vida. Este era un requerimiento necesario para unirse a la familia de Abraham.
(5) Eliezer justo había terminado su rezo, cuando Rivka (la prima de Itzjak) fue a sacar agua del pozo. Mientras se aproximaba al pozo, las aguas milagrosamente subieron a encontrarla. Ella llenó su cántaro con el agua de la familia y se puso en camino.
(6) Eliezer corrió hacia ella: “¡Por favor, dame un sorbo de agua de tu cántaro!” (Génesis 24:17). Rivka accedió y corrió. “¡Toma mi señor!”, le dijo a Eliezer, y él tomó. Apenas había terminado de tomar cuando de pronto, Rivka le ofreció agua para los 10 camellos. (Génesis 24:19)
Pregunta: ¿Por qué se interesó repentinamente en los camellos?
Respuesta: Primero, ella tenía un problema técnico. “¿Cómo puedo llevar esta agua a casa después de que un extraño tomó de ella? ¿Tal vez no es sano?”. Por otra parte, botar el agua y volver a llenar el cántaro después de los pocos sorbos que él había tomado sería avergonzarlo en público. ¿Cuál fue la solución de Rivka? ¡Dársela a los camellos!
Segundo, este hombre recién había llegado de un largo viaje. Estaba sentado cerca del pozo sin embargo carecía de la fuerza para sacar agua para poder tomar. Es por eso que le pidió agua a ella. Si era así, ¡obviamente no era capaz de sacar agua para los pobres y sedientos camellos!
(7) Rivka realizó una hazaña sobrehumana. La joven niña hizo decenas de viajes al pozo para darle agua a los 10 camellos (aproximadamente 500 litros a cada uno) hasta que terminaron de tomar. Obviamente, este no fue el primer acto de bondad de Rivka. La Torá no es un libro de historia, y por lo tanto, no registra cada historia que sucede. Si ella fue capaz de realizar este acto, obviamente ella se había trabajado y había crecido a través de muchas instancias previas.
Pregunta: ¿Quién fue el mentor de Rivka? ¿Quién inspiró a una pequeña niña, que vivía en medio de idólatras, a desarrollar esas preciadas cualidades de carácter? (Los sabios se refieren a ella como la “rosa en medio de las espinas”).
Respuesta: Abraham abrió sus tiendas a todos los peregrinos y les enseñó sobre un Dios bondadoso, un Dios que quiere que actuemos con bondad ante las demás personas. Cuando estos peregrinos iban a la tierra de Aram, ellos visitaban a la familia de Rivka y les contaban sobre su tío Abraham y todos sus actos de bondad. Rivka absorbió estas historias, las tomó en serio y decidió seguir el camino de Abraham haciendo bondad constantemente, culminando con este extraordinario acto. (Avigdor Miller)
(8) Eliezer, sin hacer preguntas, sacó un anillo de oro para la nariz que pesaba una “beka” y un collar que pesaba 10 piezas de oro. Rivka le informó de su identidad (como pariente de Abraham) y el sirviente inmediatamente se inclinó al suelo y le agradeció a Dios.
Rashi nos cuenta que el anillo simbolizaba el shekel (moneda de plata que se donaba en el templo en los sacrificios comunales) que pesaba una “beka” y que las 10 piezas de oro correspondían a los Diez Mandamientos.
Pregunta: ¿Cuál es su relevancia aquí?
Respuesta: El tratado Talmúdico "Ética de los Padres" nos informa que el mundo se sostiene en tres pilares: Torá, Servicio Divino y actos de bondad. Dado que Rivka había realizado un tremendo acto de bondad, Eliezer le informó que sus hijos iban a aceptar los Diez Mandamientos (Torá) y que iban a llevar sacrificios al Templo (Servicio Divino).
(9) Rivka corrió a su casa a contarle a su madre. Rivka le mostró las joyas de oro y le contó a todos sobre el hombre que creía en Dios y que le agradecía a Él. Su hermano Laván (a pesar de que su nombre significa blanco, “¡no había nada blanco sobre él excepto su nombre!”) corrió a conocer al extraño. Laván pensó “Mira lo que pagó por un trago de agua, ¡¿puedes imaginar cuánto va a pagar por alojamiento?!”.
Laván exclamó: “¡Ven, bendito de Dios! Yo limpié la casa” (Génesis 24:31), al limpiarla de ídolos (Rashi). ¿Por qué repentinamente Laván es tan justo? Él pensó: Si Eliezer cree en Dios y tiene mucho dinero, ¡entonces yo también voy a creer en Dios!
(10) Eliezer entró a su casa y lo invitaron a comer. Él proclamó: “No puedo hablar antes de decir lo que tengo que decir” (es decir, lavar mis manos y recitar las bendiciones, así como la bendición del pan). “Soy el sirviente de Abraham” (es decir, cuidamos la Tora y no podemos comer no casher). (Génesis 24:34 – Baal HaTurim).
(11) Eliezer repitió la historia completa del encuentro con Rivka y les mostró el documento (con la fecha de hoy, probando que su viaje había sido ultra rápido) y le pidió la mano de Rivka para que se casara con Itzjak. En caso que no estuvieran de acuerdo, Eliezer nuevamente sugirió a su hija.
Pregunta: ¿Acaso no le había dicho Abraham a Eliezer, “Yo soy bendito y tú eres maldito”? ¿Por qué continuaba Eliezer mencionando el tema?
Respuesta: Después de que Laván bendijo a Eliezer “Bendito de Dios”, Eliezer se consideraba a sí mismo como bendito.
(12) La familia de Rivka respondió: “El tema ha venido de Dios” (Génesis 24:50), de lo que el Talmud deriva que “las parejas se hacen en el cielo”. El judaísmo cree en la Divina Providencia en todos los aspectos de la vida. Dios provee todas nuestras necesidades a lo largo de la vida. Al buscar una pareja, la mano de Dios se puede ver en forma particular.
(13) Laván planeó envenenar a Eliezer para poder quedarse con todo su dinero. Pero un ángel dio vuelta la situación (ruleta rusa) y el padre de Rivka, Betuel (que planeaba retrasar la boda), fue envenenado en su lugar. Cuando la madre de Rivka y su hermano trataron de demorar las cosas, Rivka misma dijo que ella quería que las cosas avanzaran. Aprendemos de aquí que la novia y el novio deben estar los dos de acuerdo para casarse y que los padres no pueden forzar la voluntad de sus hijos.
Pregunta: ¿Por qué la Tora relata la historia de Eliezer tan extendidamente – ¡dos veces! – mientras que en otras situaciones la Tora es tan meticulosa con cada palabra e incluso leyes importantes están dadas a conocer solamente de forma indirecta?
Respuesta: Los sabios dicen, “¡Dios disfruta de la conversación de los sirvientes de los patriarcas (y ciertamente de la conversación de los patriarcas mismos) más que de la Tora de sus hijos! Por el gran amor de Dios por nuestros ancestros, Él da detalles sobre sus conversaciones, más que sobre las leyes entregadas posteriormente. (¡Por supuesto, podemos aprender muchas lecciones de esta conversación!).
Todo el punto del libro de Génesis es mostrarnos cómo las acciones de los ancestros plantan la semilla para sus hijos.
 
El Regreso a Israel
 
Eliezer regresó a Israel con Rivka. Montaron los camellos y llegaron rápidamente a casa. Itzjak estaba meditando en el campo, componiendo el rezo de Minjá de la tarde. Cuando Rivka vio a Itzjak, se bajó del camello. Se negó a conocerlo mientras montaba, para de esta manera enfatizar la igualdad entre ellos. Ella se puso el velo para conocer a su novio. Itzjak se casó con Rivka y la amo (¡en ese orden!) y la presencia de Dios volvió a la tienda de la familia.
Los sabios explican que mientras Sara vivía, el pan que ella horneaba se mantenía fresco toda la semana. Las velas que ella encendía estaban prendidas toda la semana. Sobre la tienda había un pilar de fuego que representaba la presencia de Dios. Cuando Sara murió, estos milagros cesaron, hasta que Itzjak se casó con Rivka y en ese momento los milagros regresaron.
Esto significa que el primer “Templo” judío fue realmente la tienda de los patriarcas, donde las matriarcas desempeñaban el rol del Sumo Sacerdote para mantener la presencia divina ahí. El subsecuente Tabernáculo en el desierto y los Santos Templos de Jerusalem fueron una continuación de esa tienda.
Hasta este día, cada pareja que se casa trabaja para llevar la presencia divina a su hogar y la esposa es la guardiana de su santidad.
 
La Muerte de Abraham
 
Abraham se casó con Keturá (por tradición sabemos que era Hagar) y tuvo seis hijos y muchos nietos. Aún en vida, Abraham los mandó al este. (Algunos dicen que esto se refiere a los orientales que recibieron poderes espirituales de su padre, pero mantuvieron distancia con los hijos de Itzjak).
"Y Abraham murió a una edad avanzada y madura, un anciano, saciado de días” (Génesis 25:8). Abraham vivió una vida milagrosa y sus días estuvieron llenos de logros. Él hizo que cada día contara sirviendo a Dios. Ishmael se arrepintió durante la vida de Abraham. Esav aún no dejaba el corral. La nación judía estaba en camino.
 
 

jueves, 17 de octubre de 2013

Parashá Vayerá - (Y apareció). 15 Jeshván 5774 (19 de Octubre de 2013).

“Se le apareció a él, Di-s ... y él estaba sentado a la entrada de la tienda cuando calentaba el día” (Génesis 18:1)
 
La Torá llama a Nóaj un tzadik (justo) y Abraham es conocido como un jasid, un nivel más alto.  ¿Por qué es un jasid más grande que un tzadik?  Nóaj cuidaba a los animales todos los día, pero si hubiese existido un sistema automático de alimentación y limpieza de los desperdicios, en sus días, él lo hubiese instalado.  Lo importante para Nóaj era que el trabajo se haga, es un trabajo sucio pero alguien lo tiene que hacer.
 
La actitud de Abraham era: íYo quiero hacer la mitzvá, no es suficiente con que el trabajo se haga!  Vemos esto en Rashí, cuando explica el primer versículo de esta parashá: Di-s hizo que el día sea extremadamente cálido para que ningún viajero salga y moleste a Abraham en su 3er día después del Brit Milá, el día más doloroso.  ¡Sin embargo, Abraham tuvo más dolor por no poder hacer la mitzvá de recibir invitados que del Brit Milá!  Di-s vio que ésta era la fuente de mayor dolor en Abraham y mandó ángeles que parecían viajeros para que Abraham pueda cumplir con la mitzvá.  Este es el nivel del jasid, él quiere hacer jésed (actos de bondad) como nos enseñan nuestros Sabios: "El mundo será construido sobre jésed".
(Basado en Rabí Eliahu Dessler)


“Vio Sará al hijo de Hagar (Ishmael) ... jugando” (Génesis 21:9)

Rashí explica que el juego de Ishmael llevaba consigo inmoralidad, idolatría y asesinato.  Para el verdaderamente malo estos indescriptibles crímenes son solamente juego de niños.
(Jidushé Jarim)


“Pues bendecir habré de bendecirTe y acrecentar habré de acrecentar a tu descendencia, cual estrellas de los Cielos y como la arena de las orillas del mar y poseerá tu descendencia todas las ciudades de sus adversarios” (Génesis 22:17)

A pesar de que Di-s ya le prometió a Abraham que el Pueblo Judío va a ser una gran y multitudinaria nación, la dimensión aquí agregada fue para recompensar su buena voluntad en aceptar sacrificar a su hijo, asegurándole que ningún pecado de sus descendientes va a resultar jamás en su total aniquilación o subyugamiento permanente.  Así como Abraham estuvo preparado a sacrificar una nación por Di-s, Di-s lo recompensó con una garantía sobre la inmoralidad de esa nación.
(Basado en el Rambán)


Cuando Israel ignora a su Padre en los Cielos, y se aleja de Sus mitzvot, es como "la arena de la orilla del mar", pisoteado por todo el mundo.  Pero si cumple con la voluntad de Di-s, entonces es alto, poderoso y exaltado como "las estrellas de los cielos", y ninguna nación, por muy poderosa, puede dominarlo.
(Midrash Or HaAfelá)


“Le He amado (a Abraham) porque él manda a sus hijos y a su casa, a quien como él, guarden el camino de Hashem...” (Génesis 18:19)

Nuestros Sabios nos prometen que si alguien es un "Sabio de la Torá" y también su hijo y su nieto lo son, entonces la Torá, tal como un huésped que siempre se hospeda en el mismo hotel, no dejará jamás a esa familia.
 
Si tenemos esta promesa, porque, nos dice un gran Rabino de la previa generación, hay tantos judíos que han perdido su conexión con la Torá?
 
Nuestros antepasados, Abraham, Itzjak y Yaacob, fueron los más grandes de la Torá, o sea, que tendría que ser que la Torá no dejará nunca a sus descendientes.
 
El Rabino contesta con una de sus propias experiencias:  Una vez, estaba viajando vendiendo uno de mis libros, llegué a una ciudad a la que conocía bien y llamé a la puerta del hostal donde siempre acostumbro a quedarme, nadie me abrió la puerta, o sea, que me fui a buscar otro lugar donde hospedarme.
La Torá te contaría la misma historia... llega a casas y exclama "abridme la puerta, dejadme entrar". Pero viendo que nadie responde y que nadie abre la puerta para que entre, se va a buscar otro sitio donde hospedarse.
(Adaptado del Jafetz Jaim)


Abraham dijo: “Tal vez haya 50 Tzadikim entre las gentes de esta ciudad, y tú los destruirías y no perdonarías...?” (Génesis 18:24)

Unos jóvenes estaban contando con gran detalle cómo habían pasado Yom Kipur yendo de bar en bar; "¡Si...chico, fue de maravilla, nos lo pasamos bomba! David también estaba con vosotros?... ¡No, no David, David es un Tzadik!”.
 
Aparentemente, en ciertos círculos  uno puede ser un Tzadik sin demasiado esfuerzo.
 
Abraham Avinu sabía que no habia Tzadikim en Sodoma, así que suplicó a Di-s que salvara la ciudad a causa de los Tzadikim que hay "entre la gente" o sea comparados con los demás son Tzadikim! Como la gente los ve como Tzadikim no podrían entender  porque Hashem quería destruirlos y si así lo hubiera hecho sería una profanación del nombre de Di-s.  Pero en Sodoma ni siquiera hubo ese tipo de Tzadikim.
(Adaptado de Rabí Zalman Sorotzkin)
 

miércoles, 11 de septiembre de 2013

YOM KIPUR 5774 (2013)

Yom Kipur 5774 Comenzara B.H. el Viernes 13 de Septiembre de 2013, antes del anochecer y se prolongara hasta la salida de las estrellas del Sabado 14 de septiembre (rogamos por favor consulten los horarios exactos para sus lugares de residencia, dada la grandeza del dia).

Queremos hacerles llegar nuestros deseos de que H.K.B.H. nos SELLE a todos en los libros de la Vida, la Torah, la Salud, la Alegria, la Parnasa (sustento) para un año lleno de Torah, Mitzvot y Maasim Tobim, Amen.

Asi mismo, desde aqui solicitamos Mejila (perdon), por si bien por accion u omision, bien de hecho o de palabra pudimos haber ofendido o dañado a alguno de nuestros seguidores o lectores. Gracias





YOM KIPUR 5774: ¿Por que esta consultando el reloj?

(por Rab Daniel Oppenheimer www.ajdut.com.ar)

El ambiente del aula estaba tenso. Se palpaba el nerviosismo de los alumnos. Frente a ellos, las hojas del examen que definía el ingreso a la muy cotizada escuela. Los ojos del profesor los controlaban para que no miraran las hojas de los vecinos, y una y otra vez éste se negaba a explicar las difíciles preguntas del cuestionario. De pronto sonó el timbre que marcaba el fin de la hora... "¡¡¡Ssss!!! ¡¡¡Ay, no, me falta un montón!!!" se escuchó de uno y de otro lado del aula. Los alumnos desesperados miraban cuántos puntos les quedaban por resolver. No hubo merced. Hubo que entregar las pruebas.

La sinagoga estaba atestada de gente en los últimos minutos finales de Iom Kipur. Habían llegado a las últimas páginas del  . El Baal Tokea posicionó el Shofar en la boca para que su sonido se escuchara claro y con fuerza. De repente, se suscitó una discusión terrible. "¡¡¡Ssss!!!" decía el corazón que sentía el vacío ante el inminente alejamiento de la Presencia Di-vina. "¡¡¡Ay, no!!!, estuve esperando todo el año esta oportunidad y se me está escapando de las manos". Por otro lado, el estómago, que ya no quería más de lo mismo, se rió. "¡Basta, che, parála! ¡Tengo hambre!".

Si nunca escuchamos esta polémica, es porque aún nos falta entender de qué se trata Iom Kipur. Si sólo conocemos el reclamo del estómago, que espera que Iom Kipur se acabe pronto, es porque nuestro "judaísmo" está sintonizado a la comida (comida idish, varénikes, knishes, mahude y baklawa). (¿Qué es lo que habíamos leído en el Majzor al comienzo de Iom Kipur? "Shehejeianu, VeKimanu...", agradecemos a Ti D¨s que nos permitiste vivir, nos mantuviste, y nos hiciste llegar hasta este día... ¿y ya comenzaste la cuenta regresiva para que se vaya? - ¿no nos dijo mamá que a las visitas no se les pregunta cuándo se van?)

Si bien este día es efectívamente el Iom HaDin (día del juicio), no son "días terribles" en la connotación que muchos le dan. Los Sabios de la Mishná (Taanit) nos dicen que "no hubo días alegres para Israel como... y Iom HaKipurim". Los días que se extienden desde el comienzo del mes de Elul hasta Iom Kipur, se denominan los Iemei Ratzón (días de acercamiento y de buena predisposición). Cuando el pueblo de Israel estaba en el desierto y, a pocas semanas de su "boda" con el Todopoderoso, construyó el becerro de oro, Moshé suplicó a D"s durante 40 días y al cabo de este período, D"s le encomendó preparar las nuevas tablas de la Ley (Shnei Lujot HaBrit). Finalmente, estas fueron entregadas por D"s en Iom Kipur, cuando la reconciliación con el pueblo fue total.

¿Hay, acaso, algún momento más oportuno en el año para celebrar la reconciliación anual personal con el Creador?

La noción del "miedo" de lo que D"s nos haga o entender Iom Kipur como un día triste ("días terribles"), o que el ayuno sirviera como medio de sufrimiento para expiar los pecados, no tiene base en el judaísmo. Los paganos, quienes tejían historias de infidelidad, violencia, rencor y venganza alrededor de los dioses que ellos mismos fabricaban, obviamente les sentían terror, se privaban y les "sacrificaban" hasta sus propios hijos para "calmar su ira". Los judíos no tenemos "sacrificios". Sí existe la idea del "Korbán". Esta palabra proviene de "karov" (cercano) y significa un medio para sentirse próximo a D"s. "Acaso deseo Yo la muerte del malvado? Sinó que vuelva de su mal camino y que viva" (Rezo de neilá). D"s, quien nos brinda nuestro sustento con amor, dándole un sabor distinto a cada fruta y papilas gustativas para poder gozar aquel sabor, sin duda no es sadista ni nos pide masoquismo.

Por lo tanto, rezamos al "Kel Melej ioshev al Kisei Rajamim" (D"s, Rey "sentado" sobre el trono de la misericordia). Cuando decimos que D"s se "sienta", queremos afirmar que Él se detiene en cada caso para analizar la posibilidad de que le demos los humanos para favorecer el juicio mediante actos de bondad por parte nuestra que nos hagan merecer la misericordia. D"s no aplica el "gatillo fácil". Justamente todo lo contrario es lo exacto. Reconociendo nuestros errores (Vidui), arrepintiéndonos y tomando la firme decisión de no volver a cometerlos, podemos borrar el mal pasado.

¿Existe el temor? ¡Sí! El temor de perder esta preciosa oportunidad. El temor de malgastar el tiempo mirando el reloj para ver cuánto falta para que se termine el ayuno...

¿Por qué, entonces, el ayuno? ¿Por qué, entonces, la abstención de tareas? El judío no sólo reconoce los errores con palabras que recita en su confesión, sino que, a su vez, demuestra con los hechos que, mediante sus pecados renunció y perdió tanto su derecho a gozar de este mundo como así también su derecho a aportar al mismo creativamente. Hay así una abstención en Iom Kipur de goces mundanos y, por otro lado, inhibición de las tareas creativas vedadas en Shabbat. Al mismo tiempo, ruega a D"s que le dé otra oportunidad para rehacer su vida arrepintiéndose de sus fallas. (R. Sh. R. Hirsch).

El Vidui (confesión) cumple la función de concientizar al judío de los errores que con su "amnesia activa" prefirió guardar en el olvido (las "barrió debajo de la alfombra"). El versículo le dice que "mejasé‚ psha-av lo iatzliaj" (es inútil esconder las falencias de ojos de su propia conciencia - ¿a quién va a engañar... a D"s? ¿Por qué será también que la memoria no nos falla respecto a las ofensas ajenas a nuestra persona, y sí se olvida nuestras propias agresiones?...

Asimismo, Iom Kipur posee un elemento de "Hitbatlut" (auto-anulación) frente a la autoridad de D"s a Quien desafiamos cada vez que optamos por el mal a pesar de conocer que contradecimos Su voluntad. Al transgredir, repetimos el pecado del primer hombre, a quien la serpiente sedujo con la idea que al comer del árbol prohibido sería "conocedor (la autoridad que define) del bien y del mal". En Iom Kipur, nos agachamos totalmente sobre nuestras caras extendiéndonos sobre el piso en un acto de total sometimiento a la autoridad Di-vina, a la cual hemos desafiado. (R. Scheinman/The Jewish Observer).

No obstante, no siempre Iom Kipur expía. No perdona a aquel que especula de antemano con el perdón de D"s, ni se acepta la devoción de aquel que recurre a D"s sin haberse reconciliado con las personas a quienes agravió. En este último caso, debe pedir perdón a quien fue objeto de su agresión y recién luego acudir a D"s. Pedir perdón no es humillarse. Es demostrar que uno es hombre y reconoce sus falencias. No reconocer, es signo de soberbia y altanería. Por otro lado, se debe ser generoso en otorgar el perdón. No hacerlo, es sinónimo de "guardar rencor". En momentos de invocar la misericordia Di-vina, qué mejor que demostrar que esa cualidad la aplicamos nosotros mismos con nuestros congéneres y no somos hipócritas ni tenemos "doble discurso".

¿Mucha tarea para un sólo día? Y... sí. Pero es el más importante del año. No consulte tanto el reloj, y si escucha a una persona que cuando suena el Shofar se asusta y dice "¡¡¡Ssss, Ay, no, aun no terminé, esperen un poco más!!!", no se extrañe. Simplemente, comenzó a entender de qué se trata Iom Kipur.

Rab Daniel Oppenheimer

Www.tora.org.ar

lunes, 2 de septiembre de 2013

Rosh Hashaná 5774. Buscando a D-os. Una relectura del Génesis 22

Nuestros Sabios de bendita memoria, debatieron hace un par de miles de años cuales debían ser los textos bíblicos que serían leídos y estudiados en cada una de las Festividades. De esa forma fueron seleccionadas las lecturas de la Torá que estaban obviamente relacionadas con cada celebración, y que al día de hoy leemos: en Pesaj, la historia del Éxodo de Egipto (Shemot 12); en Shavuot, la Revelación en el Sinaí y los 10 Mandamientos (Shemot 19-20); en Sucot, el relato de las cabañas en las que vivieron nuestros antepasados en el desierto (Vaikra 23); y en Iom Kipur, el ritual que el Sumo Sacerdote practicaba en el Día del Perdón en el Santuario para perdonar al pueblo (Vaikra 16).

Sin embargo la lectura que fue elegida para ser leída en Rosh Hashana, no parece guardar ninguna relación con la Fiesta. Sabemos que en Rosh Hashana celebramos la Creación del Mundo por Dios en seis días, este año según nuestra tradición hace 5774 años. La lógica indicaría que la lectura para esta fiesta debiera ser Génesis 1, o sea, el relato de la Creación del Universo según nuestra Biblia. Pero no es así.

El relato que eligieron nuestros sabios es uno de los más conocidos, y a la vez más incómodos del texto bíblico: Akedat Itzjak, La Atadura de Itzjak. (Génesis 22)
¿Por qué los sabios de la antigüedad se decidieron por esta lectura? ¿Por qué no por la que correspondería en relación al evento histórico que celebramos, justo en el día en que todo el mundo llena las sinagogas para llevarse un mensaje, una reflexión de nuestras fuentes, algo que arroje sentido al comienzo de un nuevo año?
En la decisión misma del cambio del texto encontramos la primer respuesta. Antes que el cómo o el por qué del origen del Universo, o de la formación de los mundos y las constelaciones, o de si acaso fue en 6 días o hace 5774 años, nuestros sabios z´l nos hacen estudiar acerca de la vida de un hombre y la relación con su hijo. De un hombre, y de cómo una decisión construye o destruye una familia. De un hombre - nuestro patriarca Abraham - su pareja, su pasado, su visión, sus dudas, su fe, sus hijos, sus miserias, y de cómo su futuro depende de la elección de su presente para que no muera una promesa. Su promesa, transformada hoy en nosotros su descendencia, su trascendencia.
Leemos esto en Rosh Hashana, porque es de lo que tenemos que hablar. En lo que tenemos que pensar y meditar. Son los temas que deberán preocuparnos, para priorizar el trabajo de este año. El del diseño y la construcción de la vida, la familia y la promesa que queremos ser.
En los últimos años, para cada mañana de Rosh Hashana, escribí una carta, como si fuese un diálogo epistolar, entre los diferentes personajes del relato de la Akeda. A continuación quisiera regalarles la primera de esas cartas, basada en un relato del Rab. Feinstein, que originó la creación de ésta carta (un diálogo imaginario entre Abraham y Sarah) y de las demás. Casi como encontrada en pergamino desde algún lugar de la historia, sirva para la búsqueda de cada uno en este año, de la dimensión de lo divino.

Querida Sarah:

El chico está vivo. Conmocionado, alterado, los dos estamos así. Pero vivo.
Lo mandé a casa con vos a Kiriat Arba. Yo me voy a quedar aquí en Beer Sheva necesito un poco de tiempo solo para pensar en lo que pasó.
Desde el principio, todo esto fue como una aventura: Lej Lejá! Deja tu casa!
Así fui ordenado. “Deja atrás todo aquello que hizo lo que sos, tu familia, la casa de tu padre, tu lugar de nacimiento, tu cultura, tu memoria. La bendición será tuya solo si venís desnudo, limpio de todo lo que te protege en este mundo, posición, patrimonio, prestigio”.
Y yo obedecí porque escuché la verdad más completa que jamás haya escuchado y conocido.
Y vos Sarah, viniste conmigo. Puro amor. Pura lealtad.
Pura esperanza de que esta aventura te daría lo que tanto esperabas: un hijo.
El final a la amargura de tu vientre que no daba vida.
Yo me concentraba por escuchar la voz de Di-s. Vos rezabas cada noche por escuchar el llanto de un bebé.
Te susurré acerca de la promesa: como las estrellas que hay en el cielo, tus hijos, tu descendencia cubrirá la tierra. Vos respondiste: con un solo hijo va a ser suficiente para que sea un milagro. Una señal de que en verdad fuimos elegidos.
Luché en la guerra y desafié reyes. Vos luchaste contra la angustia por el paso de los años. Y cuando, en tu desesperación, me diste a tu sierva Hagar, yo otra vez solamente oía la voz de las promesas de Di-s. No pude escuchar tu dolor, tu soledad.
El hijo que Hagar tuvo fue mi hijo, pero no tuyo. Él tenía todo mi potencial, mi pasión, mis impulsos. Tenía toda mi fuerza. Incluso tenía mi carácter, mi temperamento.
Pero no tenía nada de vos. Nada de tu sabiduría, de tu paciencia, de tu entereza. Nada de tu risa. El nos hubiese destruido. Incluso todavía puede hacerlo.
Y después vino Itzjak. “Vení, y conoce al chico” me dijiste.
“Enséñale tu visión, los caminos de Di-s”. Pero yo, no estuve ahí.
Habiendo desafiado reyes, me quedé desafiando a Di-s: “Acaso el Juez de toda la Tierra no va a hacer justicia?”
Y otra vez, me respondiste: “Acaso el padre de grandes naciones, no va a venir nunca a encontrarse con su hijo?”
Y después vino ese desafortunado mandamiento: “Toma a tu hijo, a tu único hijo, a Itzjak, a quien amas, y anda a la tierra de Moriah, y ofrécemelo allí en sacrificio.”
Por primera vez en mi vida me quedé petrificado, en silencio, con miedo, temor y pena. Para esto abandoné mi tierra natal? A mi familia? Dónde está tu promesa? Tu justicia? Pero ahora, Él estaba callado.
Pensé en despertarte para despedirme. Pero supe que todo esto te mataría. Pudiste soportar las dificultades de nuestro peregrinaje, y el parto de nuestro hijo a los 90 años de edad. Pero esto era demasiado. Por eso, me levanté temprano, en la madrugada, hice yo mismo los preparativos, y me llevé al chico.
Los 3 días de viaje fueron los días más largos que cualquier padre pudo haber vivido. Fue la primera vez que tuve tiempo para pasar con el chico. Tenías razón acerca de él. Es lo mejor de nosotros dos. Con cada paso que daba mi amor hacia él, iba creciendo. Con cada paso que daba nos acercábamos y nos acercábamos también a nuestro destino.
Cuántas veces me di vuelta? Convenciéndome a mí mismo y pensando que el hombre puede comprender los caminos de Di-s, que el hombre puede pensarse a sí mismo socio de Di-s en el pacto. Pude desafiarlo cuando pedí por los pocos justos de Sodoma y Gomorra, pero nada podía decir por mi propio hijo?
Y sin embargo, algo me hacía seguir caminando. Tenía que saber.
Tenía que saber si Él definitivamente seguiría hasta el final con todo esto.
Si rompería Él Su promesa, y nos olvidaría. Era Él como los dioses de la tierra, demandando la sangre de sus hijos como un tributo? O es Él acaso el Di-s de la vida? Necesitaba saberlo.
Subimos la montaña. Até a Itzjak al altar.
Lloramos juntos, nuestras lágrimas se mezclaron en sus mejillas.
Y cuando levanté el cuchillo para cumplir con el mandamiento, escuché la voz.
Tan fuerte y tan clara, como nunca antes había escuchado ninguna otra voz.
Era tu voz, Sarah.
Y me decía que deje el cuchillo, que deje al chico, que vayamos a casa.
Tenías razón. No hacía falta buscar a Di-s en la cima de la montaña. Ese es el camino de la soledad y de la muerte. El hogar y el corazón son los lugares donde Él vive.
No hacía falta escuchar Su voz desde los cielos. La risa y el canto de los hijos, es suficiente para cualquiera que necesite escuchar la voz de Di-s.
Tenías razón, Sarah. Vuelvo a casa pronto.
Con todo mi amor, Abraham.

¿Estás listo para Rosh HaShaná?

rosh 2¿Estás listo para Rosh HaShaná?

Por supuesto que lo estoy. Tengo las manzanas y la miel, y ya compré los asientos en la sinagoga.

¿Qué hay del cambio?
No me dieron cambio, pagué con cheque.

Me refiero a cambiarte a ti mismo. Antes de Rosh HaShaná, se supone que tienes que revisar tus acciones y hacer un plan para cambiar los comportamientos negativos.

¿Qué comportamientos negativos?
Hablar con tus padres irrespetuosamente

Vamos, ellos ya están acostumbrados.
Herir los sentimientos de tu esposa

Ella es hipersensible.
Gritarle a tus hijos

Ellos son muy bulliciosos
Hacer trampa en los negocios

Pero, ¡todo el mundo lo hace!
Guardar rencor hacia tu socio anterior

Después de lo que me hizo, ¡se lo merece!
De acuerdo a la Torá todos esos comportamientos son inadecuados. Ellos dañan tus relaciones con otras personas, con Dios y conmigo, tu ‘yo’ superior.

Entonces, ¿qué se supone que debo hacer yo al respecto?
Teshuvá. Es decir, admitir lo que hiciste mal, sentir arrepentimiento genuino, pedir perdón cuando dañaste a otra persona y hacer un plan concreto para cambiar.

Mira, yo puedo admitir y arrepentirme e incluso pedirle perdón a algunas personas, pero no puedo cambiar. He tratado de cambiar; no funciona. Como dijo Mark Twain: "¿Dejar de fumar? ¡Es fácil! ¡Lo he hecho cientos de veces!".

Eso es porque Mark Twain —a pesar de su admiración por el pueblo judío— no conocía el ancestral sistema judío de crecimiento personal y autodesarrollo. ¿Quieres saber cómo funciona?

¿Y si digo que no?
Perderás la posibilidad que te ofrecen las Altas Fiestas de transformarte en una nueva y mejor persona. Si yo te ofreciera una oferta sobre un nuevo y mejor iPhone, ¿te interesaría?

Está bien, veamos de qué se trata.
Primero debes decidir qué cosa quieres cambiar.

Eso es fácil. Quiero ser una mejor persona.
Demasiado general. En realidad sólo puedes trabajar en una cosa a la vez. Elige algo sobre lo cual desees trabajar desde ahora hasta Iom Kipur.

Está bien. El enojo
Demasiado vago. Tienes que enfocarte en un comportamiento concreto.

Está bien. Quiero dejar de gritar; a mis hijos, a mis empleados y a esos idiotas del servicio al cliente que te atienden después de 15 minutos de musiquita de espera y no entienden de qué manera su compañía me estafó.
Demasiado amplio. Si realmente quieres cambiar, tienes que empezar con un área pequeña.

Está bien. Quiero dejar de gritarle a mis hijos.
Buena opción. Ahora toma un sobre y escribe en él, “Campaña: dejar de gritarle a mis hijos”. El próximo paso es elegir una recompensa para el cuerpo.

¿El cuerpo? ¿Qué tiene que ver el cuerpo con esto?
¡Todo! Para ponerlo en términos simples, el ser humano es una combinación de alma y cuerpo. El alma es perfecta y siempre quiere hacer lo correcto. Es al cuerpo a quien tienes que conquistar. Tu cuerpo es la parte de ti que viene de la tierra y quiere volver a la tierra. Busca la comodidad; quiere evitar todo tipo de dolor; es alérgico al cambio. Esa es la parte de ti que le grita a los niños en vez de tomar la difícil decisión de controlar el enojo. Entonces haz que tu cuerpo cambie, tienes que hablar su idioma y ofrecerle una recompensa.

Eso es ridículo. Suena como lo que hacemos con nuestro niño de 8 años. Ponemos un cartel de estrellitas en el refrigerador, y le decimos que por cada día que no pelee con su hermano pequeño, recibirá otra más. Cuando junta 10 estrellas recibe un premio.

De acuerdo al judaísmo, el cuerpo es un niño de 8 años perpetuo. Sin importar tu edad o el nivel de madurez, tienes que tratar al cuerpo como si fuera un niño de 8 años.

Lo encuentro muy condescendiente.
Es por eso que no has logrado cambiar. Tú piensas en ti mismo como una persona monolítica, pero en realidad estás formado de muchos componentes. El judaísmo tiene cinco nombres para los diferentes niveles del alma. Y para el propósito de la teshuvá, estamos lidiando con la parte más baja, el alma animal. Al igual que entrenas a un perro dándole premios, tienes que entrenar a tu cuerpo dándole recompensas.

Solo llámame Boby
Entonces tienes que elegir una recompensa que tu cuerpo desee, pero que normalmente no te consentirías a ti mismo con ella.

Pero todo lo que puedo costear, me lo compro de todas maneras. Y lo que no puedo costear, no lo puedo costear.
Si la transmisión de tu auto se descompone, y tú no puedes pagar los $1.000 para arreglarlo, ¿qué puedes hacer?

Yo sacaría el dinero de algún lado. No puedo vivir sin un auto. Tendría que arreglarlo de alguna manera.
Cuando te des cuenta de que no puedes vivir sin “arreglarte a ti mismo”, encontrarás el dinero para que el sistema funcione. Entonces, ¿qué recompensa desearía tu cuerpo?

Unas vacaciones en Hawai.
Genial. ¿Cuanto valdría eso?
Hay una promoción de mil dólares.
Toma esa suma y divídela en 40. Entonces cada vez que tus hijos estén muy bulliciosos y te controles a ti mismo en vez de gritarles, pon $25 dólares en el sobre. Cuando te hayas detenido a ti mismo 40 veces, tendrás tus vacaciones soñadas en Hawai, y habrás roto tu mal hábito.

Suena demasiado simple
Es simple, pero no es fácil. Un consejo importante: Debes colocar los $25 dólares en el sobre inmediatamente después de que te hayas controlado a ti mismo. El cuerpo sólo conoce el presente. Tiene que ver el dinero puesto en el sobre inmediatamente. De hecho cuando estés aguantándote para mantener tu boca cerrada, sólo saca el sobre y recompénsate a ti mismo mirándolo. Eso apagará el fuego.

¿Qué pasa si me controlo un par de veces, pero la siguiente vez que mis hijos actúan así, pierdo el control y les grito?
Tienes que sentirte bien por las victorias anteriores y no debes desanimarte ante el fracaso. El Rey Salomón dijo: "Una persona justa cae siete veces y se levanta". El fracaso es inevitable. No te ahogues en la culpa. Sólo levántate, y decide hacerlo mejor la próxima vez. Es por eso que Dios nos dio la posibilidad de la teshuvá. La culpa no es algo judío; la teshuvá sí lo es.

Ahora bien, Rosh HaShaná es el día del juicio, al parecer estoy comenzando un poco tarde. No seré capaz de cambiar para Rosh HaShaná, o incluso para Iom Kipur.

No tengas miedo. Los pasos de la teshuvá son 1) admitir, 2) arrepentirse, 3) hacer un plan para cambiar, 4) pedir perdón si has herido a alguien y 5) hacer una restitución —como por ejemplo devolver un objeto robado— cuando es aplicable. Por lo tanto, el simple hecho de tener un plan y la sincera intención de seguirlo, constituyen la teshuvá. Estás cubierto.

Todavía tengo dudas de poder cambiar. Quiero decir, ¿no está todo determinado por la herencia y el ambiente? Yo herede mi carácter volátil de mi padre. ¿Puedo realmente cambiarlo?
Todo está determinado por la herencia y el ambiente, excepto el libre albedrío humano en el ámbito moral. La herencia y el ambiente dejan de lado al actor principal; Dios. Si tú quieres hacer teshuvá sinceramente, ejecutas los pasos esenciales y rezas para tener éxito, entonces, Dios vendrá y te ayudará. El Midrash dice que si tú haces un agujero del tamaño de una aguja, Dios agrandará esa abertura de tal manera que incluso camiones podrán pasar por ella. Tú tienes que comenzar el proceso, pero Dios lo finalizará.

¿Sabes qué? Realmente lo voy a intentar. ¡Gracias y Shaná Tová!

ROSH HASHANA 5774

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 QUE SEAMOS INSCRITOS EN LOS LIBROS DE LA VIDA, LA SALUD, LA FELICIDAD Y LA PARNASÁ. GMAR JATIMA TOBA







jueves, 25 de julio de 2013

HISTORIAS PARA CONTAR EN SHABAT (XXXI):Que bueno es estar feliz con lo que uno tiene

Había dos individuos que eran vecinos, y uno de ellos era muy rico, poseedor de ganado lanar y vacar, dueño además de campos y viñedos, siendo su mesa, mesa de reyes, y su vivienda hermosa y amplia, solo que era muy delgado y débil.Había dos individuos que eran vecinos, y uno de ellos era muy rico, poseedor de ganado lanar y vacar, dueño además de campos y viñedos, siendo su mesa, mesa de reyes, y su vivienda hermosa y amplia, solo que era muy delgado y débil.

Su vecino sin embargo, era un trabajador que se ocupaba en el proceso de elaboración de plata, y no podía comprar carne para comer todas las noches, sino solamente de Shabat en Shabat.

Su casa estaba vacía de muebles y utensilios. Camas placenteras tampoco poseía, y su vivienda era tan pequeña que vivían ajustados.

Pero era un hombre sano y fuerte, de amplia contextura física y siempre estaba alegre.

El vecino rico le pregunta: ¿Por qué conmigo sucede así y así, mientras que contigo acontece así  y así?".

Le responde: "La causa es porque tu eres por naturaleza, una persona con tendencia permanente a enojarse y ponerse nervioso, por lo que al menos diez veces al día se hace presa de ti el enojo y el nerviosismo con tus servidores y habitantes de tu casa, y el enojo disminuye la carne de la persona y debilita las fuerzas de su cuerpo, además de provocarle mucho daño adicional.

Además tienes por naturaleza, tendencia a la codicia y a las tentaciones mundanas, y también a sentir envidia por lo de los demás, por tales razones, todos tus días son solo aflicción y dolor, ya que estás siempre inmerso en la tentativa de obtener más dinero, y es imposible que puedas saciar todas tus tentaciones y codicias, por eso, por la fuerza constantemente sufres y gimes, motivo que provoca la disminución de tu carne y tus fuerzas, ya qué: ¿Cómo pueden otorgarte los alimentos que consumes fuerza y vigor, con semejantes cualidades que tienes y consumen todo lo que comes?.

Pero yo por naturaleza soy diferente y me siento bien, ya que no tengo tendencia a enojarme y ponerme nervioso, inclusive en las ocasiones en que se dan como para que lo haga, además, cuento con la virtud de conformarme con lo que tengo, y lo poco que está delante de mi, es ante mis ojos como si fuera mucho, además, no siento envidio por lo que poseen los demás, por eso estoy siempre sano es producto del confort interior que siento".

Queda claro que no debemos preocuparnos por acumular riquezas en este mundo, solo debemos conformarnos con lo que Hashem nos da, y debemos disfrutar de ello y agradecerle, sin entrar en disputas por pequeñeces ni ponerse nervioso por ningún motivo, ya que como vimos, los nervios consumen la vida y cuando nos llegue el momento de devolver nuestra alma al Creador, no podremos llevar nada de lo que tuvimos en este mundo, solo las buenas obras que hemos realizado.

Y esto se parece a aquel zorro que vio detrás del cerco un huerto en el que habían magníficos árboles frutales, y deseaba comer de esas frutas, pero el agujero que había en el cerco era demasiado pequeño para poder entrar por allí, y día tras día contemplaba el huerto y sentía codicia por los frutos que allí había, por lo que finalmente decidió ayunar varios días hasta que su cuerpo quede del tamaño del agujero que había en el cerco para poder entrar, y así lo hizo.

Llegó el día en que probó si podía atravesar el hueco y lo consiguió, ingresó al huerto, estando ya muy débil por los ayunos a los que había sometido a su cuerpo, pero se alegró de haber alcanzado el éxito en lo que se había propuesto, y permaneció en ese huerto por varios días, en el cual comía sin ningún tipo de limitación de los deliciosos frutos.

Pero llegó el día en que recordó que del otro lado había quedado su familia y sus amigos, por lo que pensó que es mejor abandonar todos estos placeres y disfrutar de los suyos.

Quiso entonces atravesar el cerco para regresar a su hogar, pero se llevó una gran sorpresa, su cuerpo no pasaba por el agujero, ya que había comido muchas frutas y había engordado, motivo que lo llevó a la reflexión y a tomar una decisión, la cual fue ayunar nuevamente, desprenderse de todo el materialismo que había ingresado a su cuerpo, es decir, adelgazar nuevamente y así pudo regresar a su casa y volver a estar con su familia.

Y se dio cuenta que debe conformarse con lo que Hashem le dio, pues cuando quiso más, debió primero reducir su propio peso y cuando obtuvo lo que quería, se dio cuenta que eso no es lo importante, que lo importante es conformarse con lo que se tiene y donde uno lo tiene.

Su vecino sin embargo, era un trabajador que se ocupaba en el proceso de elaboración de plata, y no podía comprar carne para comer todas las noches, sino solamente de Shabat en Shabat.

Su casa estaba vacía de muebles y utensilios. Camas placenteras tampoco poseía, y su vivienda era tan pequeña que vivían ajustados.

Pero era un hombre sano y fuerte, de amplia contextura física y siempre estaba alegre.

El vecino rico le pregunta: ¿Por qué conmigo sucede así y así, mientras que contigo acontece así  y así?".

Le responde: "La causa es porque tu eres por naturaleza, una persona con tendencia permanente a enojarse y ponerse nervioso, por lo que al menos diez veces al día se hace presa de ti el enojo y el nerviosismo con tus servidores y habitantes de tu casa, y el enojo disminuye la carne de la persona y debilita las fuerzas de su cuerpo, además de provocarle mucho daño adicional.

Además tienes por naturaleza, tendencia a la codicia y a las tentaciones mundanas, y también a sentir envidia por lo de los demás, por tales razones, todos tus días son solo aflicción y dolor, ya que estás siempre inmerso en la tentativa de obtener más dinero, y es imposible que puedas saciar todas tus tentaciones y codicias, por eso, por la fuerza constantemente sufres y gimes, motivo que provoca la disminución de tu carne y tus fuerzas, ya qué: ¿Cómo pueden otorgarte los alimentos que consumes fuerza y vigor, con semejantes cualidades que tienes y consumen todo lo que comes?.

Pero yo por naturaleza soy diferente y me siento bien, ya que no tengo tendencia a enojarme y ponerme nervioso, inclusive en las ocasiones en que se dan como para que lo haga, además, cuento con la virtud de conformarme con lo que tengo, y lo poco que está delante de mi, es ante mis ojos como si fuera mucho, además, no siento envidio por lo que poseen los demás, por eso estoy siempre sano es producto del confort interior que siento".

Queda claro que no debemos preocuparnos por acumular riquezas en este mundo, solo debemos conformarnos con lo que Hashem nos da, y debemos disfrutar de ello y agradecerle, sin entrar en disputas por pequeñeces ni ponerse nervioso por ningún motivo, ya que como vimos, los nervios consumen la vida y cuando nos llegue el momento de devolver nuestra alma al Creador, no podremos llevar nada de lo que tuvimos en este mundo, solo las buenas obras que hemos realizado.

Y esto se parece a aquel zorro que vio detrás del cerco un huerto en el que habían magníficos árboles frutales, y deseaba comer de esas frutas, pero el agujero que había en el cerco era demasiado pequeño para poder entrar por allí, y día tras día contemplaba el huerto y sentía codicia por los frutos que allí había, por lo que finalmente decidió ayunar varios días hasta que su cuerpo quede del tamaño del agujero que había en el cerco para poder entrar, y así lo hizo.

Llegó el día en que probó si podía atravesar el hueco y lo consiguió, ingresó al huerto, estando ya muy débil por los ayunos a los que había sometido a su cuerpo, pero se alegró de haber alcanzado el éxito en lo que se había propuesto, y permaneció en ese huerto por varios días, en el cual comía sin ningún tipo de limitación de los deliciosos frutos.

Pero llegó el día en que recordó que del otro lado había quedado su familia y sus amigos, por lo que pensó que es mejor abandonar todos estos placeres y disfrutar de los suyos.

Quiso entonces atravesar el cerco para regresar a su hogar, pero se llevó una gran sorpresa, su cuerpo no pasaba por el agujero, ya que había comido muchas frutas y había engordado, motivo que lo llevó a la reflexión y a tomar una decisión, la cual fue ayunar nuevamente, desprenderse de todo el materialismo que había ingresado a su cuerpo, es decir, adelgazar nuevamente y así pudo regresar a su casa y volver a estar con su familia.

Y se dio cuenta que debe conformarse con lo que Hashem le dio, pues cuando quiso más, debió primero reducir su propio peso y cuando obtuvo lo que quería, se dio cuenta que eso no es lo importante, que lo importante es conformarse con lo que se tiene y donde uno lo tiene.

Parashá Ékev (Por consiguiente). 20 Av 5773 (27 de Julio 2013). Enfoques sobre la Parashá

"Cuando te dijeres a ti mismo: Son numerosos los pueblos estos, más que yo; ¿cómo podré desterrarlos?  No habrás de temer de ellos; recordar habrás de recordar lo que ha hecho Hashem tu Di-s, a Paró y a todo Egipto." (Devarim 7:17-18)
En otras palabras: Solo cuando entiendan que a través de su propia habilidad y sin la ayuda de Di-s no podrán sobrepasar a las naciones, entonces no tendrán nada que temer.
Pero si imaginan que van a poder sacar a las naciones con su propio poder, entonces deben empezar a preocuparse, porque Di-s no les dará la ayuda necesaria.
(Maase Hashem)

"No te quebrantes ante ellos, pues Hashem tu Di-s está en tu seno, Di-s Magno y Temible" (Devarim 7:21)
Si una persona ama a su prójimo y lo respeta, de ninguna manera esto desvirtúa su amor y respeto por Di-s.  Si una persona teme solo al ser humano, esto es una señal de que sus sentimientos de veneración por Di-s son muy bajos, pero si alguien es genuinamente "veneradora de Di-s", entonces no teme a ningún hombre.  Por eso la Torá nos dice aquí " No te quebrantes (no tengan miedo) ante ellos" - frente a las naciones - "pues Hashem es Magno y Temible".  Solo Di-s es grande e imponente, y si temen a ellos, no pueden ser "temerosos de Di-s".
(Maharil Mangolios z"l)

"Comerás y te saciaras y bendecirás a Hashem tu Di-s por la tierra buena que te ha dado." (Devarim 8:10)
Rabí Levi destacó una contradicción entre dos versículos de Tehilim (Salmos): En uno dice "El mundo y su plenitud son de Hashem" y en el otro dice "El mundo que Él le ha dado al hombre".  Realmente no hay contradicción: el primer versículo se refiere a la situación antes de que una persona diga una berajá (bendición), mientras que el segundo se refiere al momento después de decir la berajá (bendición).  Dijo Rabí Janina "Quien tiene placer del mundo físico sin hacer una berajá primero es como si le robaría a Di-s..."
(Talmud Tratado Berajot 35a)

"Cuando digas en tu corazón `estas naciones son muy numerosas para mí, cómo voy a poder sacarlas' No les temas" (Devarim 7:17-18)
En otras palabras, solo cuando comprendas que si dejado a tus propias habilidades, y sin la ayuda de Hashem, no podrás ganarle a las naciones, entonces no tienes nada que temer. Pero si piensas que vas a poder expulsar a las naciones por tu propia fuerza, ahí es cuando debes empezar a preocuparte, porque entonces seguramente Hashem no proveerá la ayuda requerida.
(Ma'ase Hashem)

"No serán derrotados ante ellos, pues Hashem, tu Di-s, está entre ustedes, un gran y asombroso Di-s" (Devarim 7:21)
Si una persona ama a su prójimo y le da respeto, en ningún modo esto reduce su amor y respeto a Hashem. Sin embargo, si alguien les teme a meras personas de la carne y sangre, esta es una señal segura de que su sentimiento de asombro a Hashem es poco menos que perfecto. Si una persona es genuinamente `temerosa de Di-s', entonces no le teme a ningún hombre.
(HaKtav V'HaKabalah en nombre de Maharil Margoliot z'l)

"Pues el hombre no vive de pan solamente, sino de todo lo que sale de la boca de Hashem el hombre vive" (Devarim 8:3)
¿Cómo es posible que el alma, cuya esencia es espiritual, sea sostenida por algo tan físico como la comida? La respuesta es que en realidad la totalidad de la Creación existe solo como resultado del poder del pronunciamiento original de Hashem al momento de la Creación (como está escrito en Bereshit "Por la palabra de Hashem, los Cielos fueron creados").

Es este mismo poder de la palabra de Hashem envuelto en la comida la que nutre al alma. Cuando un judío toma una manzana y hace una bendición sobre ella, despierta el poder espiritual latente en la fruta desde el momento de la Creación, y viene a ser alimento para el alma.
(Adaptado del Arizal)

"Lábrate dos Tablas de piedra iguales a las primeras..." (Devarim 10:1)
Puede ser que Michelángelo haya tenido más o menos idea de lo que es la pintura, pero en lo que se refiere a la anatomía judía, le erró de lejos...

Al pintar a Moshé, le hizo cuernitos.  La confusión de Michelángelo provenía de una mala traducción de la palabra hebrea "keren", que, sí, significa "cuerno", pero también significa "rayo de luz".  Muy probablemente, la palabra corona, en el sentido de "aureola" provenga de la palabra hebrea "keren".

¿Cómo fue que Moshé recibió "cuernitos"?  Después de que el pueblo judío oyó los Diez Mandamientos en el Sinaí, Moshé subió a la montaña el 7 de Sivan, para recibir el resto de la Torá. Descendió el 17 de Tamuz, y fue recibido por la triste imagen del becerro de oro. Moshé rompió las dos Tablas de la Torá, arrojándolas al suelo. 
Esas primeras tablas fueron hechas por Hashem y fueron talladas por Hashem. En ellas estaba comprendida toda la Torá: las guemarás, las agaditas, etc.  Todo lo que hacía falta para llevar a cabo las instrucciones del Hacedor. Por ejemplo, las primeras tablas contenían todos los detalles de cómo hacer tefilín: que tenían que ser cajas negras perfectamente cuadradas hechas de cuero de un animal kasher... Asimismo, en esas dos tablas Hashem inscribió todos los minúsculos detalles de las leyes del Shabat. Pero cuando Di-s le dio a Moshé las segundas tablas, ellas solo comprendían la Torá escrita. Las instrucciones detalladas, vale decir, la Torá Oral, le fue dada en forma verbal.
Después de que Hashem le perdonó al pueblo judío su infidelidad con el Becerro de Oro, Moshé subió a la montaña nuevamente, el primero de Elul, para recibir las segundas tablas. Y descendió cuarenta días mas tarde, en Yom Kipur. Cuando los Hijos de Israel vieron a Moshé, su rostro resplandecía con una corona  radiante.

¿Por qué el rostro de Moshé no brilló antes?  El Midrash dice que cuando Moshé terminó de escribir la Torá, un poco de la tinta que quedó de su pluma le tocó el rostro, y de allí provenía todo el brillo. Sin embargo, la Torá misma afirma que los rayos de luz provenían del hecho de haber hablado con Hashem. Pero si Hashem habló con Hashem varias veces con anterioridad, ¿por que recién ahora su rostro se volvió luminoso?

Y... ¿cuál era la verdadera causa del aura?  ¿La tinta de la pluma o el hecho de haber hablado con Hashem? 
>Uno podría pensar que la segunda entrega de la Torá fue un acontecimiento de segunda clase. Después de todo, las primeras tablas fueron escritas por Hashem, en una roca que fue tallada por Hashem, mientras que las segundas tablas eran obra de un mortal, y únicamente lo que estaba escrito era de origen Divino.

Daría la impresión de que la primera entrega fue de un nivel superior, ¿no?  Pero en realidad, es al revés. Cuando Hashem dio por primera vez la Torá, el pueblo judío iba a ser la vasija que contendría la Torá. Igual que el Arca Sagrada, contendríamos a la Torá, pero no seriamos parte de la Torá, así como la caja simplemente contiene lo que hay adentro, pero no es lo que hay adentro.

Pero con las segundas Tablas, el pueblo judío se transformó en la Torá misma.

Los rayos que provenían de la tinta que quedaba en la pluma de Moshé eran la Torá Oral. Todas las instrucciones verbales que originalmente habían sido escritas en las primeras Tablas ahora habían sido grabadas en la mente de Moshé. Todo lo que tiene la capacidad de ser entendido por una mente humana fue escrito en la mente de Moshé. La tinta de la eternidad de la pluma de Moshé era exactamente como que Hashem le hablara.
Así fue como el pueblo judío se hizo socio de la Torá.  Nos transformamos en el pergamino en el que escribió Hashem, usando la tinta de la eternidad.
(Beit ha Levi)

"Él os afligió y dejó que conocieseis el hambre, y luego os alimentó el maná, que no conocíais" (Devarim 8:3)
Una de las características más típicas del hogar judío es el encendido de las velas en honor al Shabat. El versículo antedicho es la fuente de este concepto.

Es verdad que no resulta fácil ver la conexión entre el maná, el alimento milagroso que comió el Pueblo Judío en el desierto y el encendido de las velas del Shabat. Pero ¿cuál es la conexión?

El hombre es un animal relativo. Nuestra percepción opera en términos de contraste. Sabemos lo que es el día porque al anochecer el cielo se oscurece y se ennegrece. Si no hubiera noche, no solo que no tendríamos concepto de la noche, sino tampoco concepto del día.

Las palabras delinean. Las palabras separan una cosa de otra. "Es esto, no aquello".  Si todas las partes del mundo todo el tiempo estuviesen bañadas con la luz del sol, no sabríamos lo que es el día, ni tampoco tendríamos palabras con que definirlo.

Cuando los Hijos de Israel estaban en el desierto, Di-s les proveyó un alimento milagroso llamado "man". El man podía tener el sabor de cualquier comida, pero de todos modos los Hijos de Israel se hartaron de él y se quejaron ante Moshé, diciendo que no tenia ningún sabor. ¿Cómo es posible que algo que podía tener cualquier sabor no tuviera sabor a nada?

Nuestra apreciación de la comida no es producto únicamente de las papilas gustativas. La satisfacción de comer viene también de ver lo que estamos comiendo. El Talmud nos enseña que el ciego no se satisface con lo que come porque no puede experimentarlo visualmente. La presentación visual de la comida es un arte en sí mismo y parte integrante de la satisfacción de comer.

En cierto sentido, la generación del desierto era como gente ciega, porque aunque el maná podía tener cualquier gusto que se desease, visualmente no se modificaba. Siempre tenía el aspecto del maná.

Gastronómicamente, la variedad era infinita. Visualmente, era monótono. A través de esta idea podemos entender cómo es que los Sabios deducen del versículo antedicho el concepto de las velas del Shabat. El Shabat se le dio al Pueblo Judío como un deleite y un placer. Parte del placer son las tres comidas que se comen durante el Shabat. Si comiésemos la comida de noche, a oscuras, no experimentaríamos el goce máximo de la comida. Y entonces habría un defecto en el Shabat. Por eso, a fin de poder disfrutar al máximo de la comida, tenemos que ser capaces de verla, porque si no pudiésemos ver la comida, sería como el maná de los Hijos de Israel en el desierto.
(El Jida en Maiana shel Torá)

Shabat Shalom.