miércoles, 9 de febrero de 2011

Parashá Shavua: Tetzavé -(Ordenarás). 8 Adar 5771 I (12 Febrero 2011). El Peligro de la Asimilación


Comentando los versículos iniciales de nuestra parashá, el Midrash Rabá compara al pueblo de Israel con el aceite.El motivo de esta comparación es porque así como cuando mezclamos el aceite con cualquier otro líquido, éste no se mezcla con ese líquido quedando por encima de él, así también ocurre con el pueblo judío, que no puede mezclarse con los otros pueblos y siempre está separado de ellos.

Este concepto, que parece ser muy simple, es la base fundamental de la existencia de nuestro pueblo.

El filósofo francés Pascal, define su concepto acerca del pueblo judío de la siguiente manera:
"Encuentro en una punta del mundo un pueblo especial que se distingue de los demás pueblos de la tierra, el más antiguo de todos… El hecho de la existencia de este pueblo me asombra.Pienso que vale la pena y es digno prestarle atención".

Durante toda la historia, muchos filósofos e historiadores trataron de buscar una respuesta que explique cuál fue el factor que le dio la fuerza al pueblo judío para sobreponerse a toda situación y no extinguirse entre los demás pueblos de la tierra.

Pero hoy en día la asimilación es muy grande.Nunca se vivió una situación igual.Y sin poder evitarlo surge el gran interrogante: ¿Por qué hay tanta asimilación?¿En qué fallaron estas últimas generaciones que rompieron esa barrera que el pueblo siempre ha cuidado para no entremezclarse con los demás pueblos, asimilándose a ellos?

La respuesta es que nos alejamos de la Torá.El alejamiento del pueblo de Israel de la razón y la fuente de sus vidas fue lo que provocó que cada vez más judíos abandonen su pueblo.

Pero esto no es un secreto que sólo nosotros sabemos.También los demás pueblos saben que si los judíos abandonan la Torá, es muy fácil deshacerse de ellos mediante su disolución entre los gentiles.

La prueba de esto es que todo intento de exterminarnos como pueblo, siempre estuvo acompañado de un afán especial por hacer desaparecer nuestros libros sagrados como ser el Talmud o el Shulján Aruj.Este fue realmente el gran desafío del pueblo judío.En primer lugar tuvo que cuidarse de no desaparecer físicamente como pueblo, y además debió cuidar la Torá para que no sea olvidada.

El principal instrumento que mantuvo la antorcha encendida durante miles de años fue el estudio de la Torá.Y este es el motivo por el cual vemos que tanto grandes rabinos así como judíos simples entregaron sus vidas para poder seguir estudiando y enseñando Torá.

En la época de Rabí Akivá, el gobierno romano prohibió estrictamente el estudio de la Torá.El castigo por violar la ley era la pena de muerte.Pero Rabí Akivá siguió reuniendo a sus alumnos para enseñarles Torá.Como sabemos, lo único que pudo detener a Rabí Akivá fue el cruel final que tuvo que vivir.

El Rambam escribió sus libros más importantes en la época más difícil de su vida, en la cual tuvo que escaparse de un lugar a otro, y en ciertas circunstancias incluso se escondió por mucho tiempo sin poder salir de su ocultamiento.Pero ni las persecuciones, ni los sufrimientos impidieron que el Rambam siga apegado a la Torá, y por ese mérito tuvo la posibilidad de escribir sus libros.

En realidad, desde la época de los tanaim, hasta la segunda guerra mundial, el pueblo judío sobrevivió a muchos decretos, persecuciones y sufrimientos, y a pesar de todo siguió aferrado a la Torá.

Durante toda la historia los pueblos enemigos vieron la amenaza de ser derrotados si el judío mantendría su cultura.Por este motivo, los griegos buscaron exterminar al pueblo judío especialmente en el campo de los espiritual.Este pueblo, que difundió la cultura del deporte y el ejercicio físico, logró arrastrar con él a muchos judíos que se asimilaron.Pero un grupo pequeño del pueblo se mantuvo firme.Entre ellos estaban Matitiahu y sus hijos, los Macabeos, que se escondieron en cuevas para no caer en manos del enemigo, y como sabemos, posteriormente pudieron vencerlos.

Lo mismo ocurrió cuando los romanos conquistaron la tierra de Israel.Ellos prohibieron el cumplimiento de las mitzvot y el estudio de Torá.Aquí tampoco los judíos se dieron por vencidos y prefirieron entregar sus vidas antes que asimilarse.

Posteriormente, encontramos al cristianismo que se propuso convertir a los judíos a su religión.En ese momento comenzaron las cruzadas, que trajeron consigo el exterminio de comunidades judías enteras, así como la quema de muchos libros de Torá.

En el año 1242 en Francia, decretaron que todos los libros del Talmud sean quemados.En el mes de junio de ese mismo año, llegaron a la plaza central de París veinticuatro carrozas llenas de libros de Talmud, que fueron quemados públicamente.

En Italia en el año 1390, hubieron quienes convencieron al Papa de que el Talmud habla en contra del cristianismo, lo que provocó que el Papa decrete quemar todos los libros del Talmud.Los cristianos entraron a los hogares judíos en shabat, sacaron a la calle todos los libros de Torá y los quemaron.

En nuestra época, también podemos comprobar cómo los nazis no disimularon su odio por la Torá.Ellos buscaban quemarlos como si fuesen seres humanos.Los nazis sabían que para poder exterminar al pueblo judío, tenían que comenzar por destruir su espiritualidad, que es la columna vertebral del judío.Por este motivo declararon la guerra a la cultura judía mucho tiempo antes de ordenar el exterminio físico de nuestro pueblo.El 10 de mayo de 1933, cuatro meses y medio después de haber subido al gobierno, Hitler recibió esta carta de uno de sus principales generales:

"En Berlin ocurrió un hecho que como él no se ha visto en el último siglo.Cerca de la medianoche finalizó el desfile de las antorchas de miles de estudiantes en la plaza que está frente a la universidad de Berlín.Allí se juntaron muchos libros que formaron una gran montaña y fueron quemados mediante esas antorchas.Mientras las llamas iluminaban la noche, fueron arrojados más y más libros.Aproximadamente, veinte mil libros fueron consumidos por el fuego.Y actos parecidos tuvieron lugar también en otras ciudades".

Podemos citar muchos otros ejemplos de nuestra historia, que nos mostrarán cuánto se sacrificó el pueblo judío para no desconectarse de su Torá, y cuánto buscaron los enemigos exterminar todo lo que representaba a la Torá - no menos que al pueblo judío en sí.

Estas pocas líneas, que describen el gran sufrimiento de los judíos por seguir viviendo como tales, deben despertar en nosotros la reflexión para analizar si el camino que hoy en día estamos transitando es similar al de nuestros hermanos que entregaron sus vidas por el judaísmo, o al de los destructores de nuestro pueblo, que con ideas vanas trataron de apagar esta antorcha eterna.
En nuestra generación no tenemos, gracias a D'os, persecuciones o decretos que nos prohiben estudiar y cumplir la Torá.Pero por otro lado, la juventud recibe una educación laica y secular, que origina una falta de identificación con nuestras raíces y consecuentemente, incrementa la asimilación en el pueblo.

La única opción que nos queda hoy en día para ir contra la corriente es aferrarnos tenazmente al estudio de la Torá, pues es lo único que nos da la fuerza interna para poder sobreponernos a todos nuestros enemigos.

Es la primera vez en la historia que el judío puede cumplir las mitzvot libremente, y a pesar de eso, la asimilación sigue siendo una constante amenaza.El motivo de esto es que a pesar de que la libertad es buena, con ella es más difícil sentir la necesidad de apegarse a las raíces.

Cuentan que una persona no se sacaba su abrigo en ninguna circunstancia.Un día, el sol y el viento apostaron a ver quién lograría sacarle el abrigo.

El primero que probó fue el viento.Comenzó a soplar para tratar de volarle el abrigo al hombre, pero cuanto más fuerte era el viento , más fuertemente el hombre agarraba su abrigo.

Al darse por vencido, el viento le cedió el paso al sol quien comenzó a irradiar calor.A pesar del gran sufrimiento, el hombre seguía con su abrigo puesto, hasta que el calor fue tan insoportable que se rindió y se lo quitó.

Esta parábola nos enseña la situación que estamos viviendo.Siempre que sufrimos persecuciones nos aferramos más y más a nuestras raíces para no caernos.Por más fuerte que soplara el viento, sabíamos que la única manera de sobrevivir era aferrándonos a la Torá con todas nuestras fuerzas.Pero en esta generación, las cosas han cambiado, y nuestra continuidad como pueblo corre un gran riesgo por la aparente amistad y cercanía que nos muestran los goim.

Hoy en día, el judío es bien recibido en la mayoría de los lugares, y eso le da la posibilidad de asociarse con las demás culturas, abandonando lentamente - y a veces sin darse cuenta - la propia.Este bienestar provoca una adaptación rápida en cualquier club, barrio, ciudad o país.

Obviamente que se puede comerciar con los goim, pero lo importante es saber cuál es la función de cada uno.El hecho de trabajar juntos no significa que debemos entablar una amistad.Este punto específico fue una de las bases que mantuvieron a nuestros padres arraigados al judaísmo, a pesar de que vivían rodeados de culturas extrañas.

La única solución que nos queda para poder sobrepasar esta época de "tan cálida amistad" con el resto de los pueblos, es profundizar en el conocimiento de nuestra Torá y sus mitzvot.De esta manera seguiremos manteniendo la frescura y calidad de nuestro aceite, para que no se mezcle con los demás líquidos, sino que quede por encima de ellos.

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