jueves, 30 de junio de 2011

ROSH JODESH TAMUZ 5771 (2 Y 3 DE JULIO DE 2011)


Rosh Jodeh Tamuz este 5771 comienza con el inicio del Shabat y finaliza al anochecer del Domingo 03 de julio de 2011.

Mensaje del Rabino Ginsburgh:Tamuz según el Sefer Ietzirá.El Mes de Tamuz

De acuerdo con el Sefer Ietzirá, cada mes del año judío tiene una letra del alfabeto hebreo, un signo del zodíaco, una de las doce tribus de Israel, un sentido, y un órgano controlador del cuerpo que le corresponde.

Con el mes de Tamuz empieza la "estación" (tkufá) del verano. Los tres meses de esta estación son: Tamuz, Av y Elul y corresponden a las tres tribus del campamento de Reuben (Reuben, Shimón y Gad), que estaban ubicadas al sur.

Tamuz es el mes del pecado del becerro de oro, que dio lugar al rompimiento de las Tablas. En ese día, el 17 de Tamuz, comienza el período de tres semanas (hasta el 9 de Av), que conmemora la destrucción del Santo Templo de Jerusalem.

Este, es el mes en que los espías que Moisés envió recorrieron todo Israel para ver la tierra e informar al pueblo, regresando la víspera del 9 de Av).

Color: Naranja

Letra: Jet.

La forma de la letra Jet está compuesta de las dos letras anteriores del alef-beit, la vav y la zain, que corresponden a los dos meses previos, los meses de Iar y de Sivan. Estas letras están conectadas en la parte superior por un "puente" delgado. Con relación al sentido de la vista, la forma de la jet representa la dinámica de la luz espiritual, emitida por los ojos (la vav) y la luz física, que vuelve del objeto observado a los ojos (la zain).

La palabra Tamuz se lee en hebreo: "tam" - "vav zain". Tam significa "conecta". De este modo, leemos en la palabra Tamuz "conecta" - "vav zayin". La unión de estas dos letras forman la letra jet.

Mazal: Sartán (Cáncer- el cangrejo).

Uno de los significados de la raíz del término sartán, seret, es en general: "cinta". En particular (en el hebreo moderno), una cinta de "película" (un film).

El significado espiritual referente al sentido visual propio del mes de Tamuz es la capacidad de "entrever" la realidad física para vislumbrar su origen Divina. De acuerdo con este pensamiento, se entiende que la palabra sartán está compuesta por dos palabras: sar y tan, que literalmente significan: "dejar de lado el cuerpo" (para revelar el alma), es decir sacar la "cáscara" externa de la realidad ( a través del poder de la visión profunda) para revelar el "fruto" y la fuerza vital de la realidad interna.

Tribu: Reubén.

El nombre Reubén viene de la raíz "ver", el sentido correspondiente al mes de Tamuz.

La piedra preciosa correspondiente a la tribu de Reubén en el pectoral del sumo sacerdote es el odem, el rubí, que debido a su fuerte color rojo (odem significa rojo) es la piedra más llamativa.

El rojo es el más seductor de los colores, lo que implica tanto la caída del hombre (en hebreo odem (rojo) se escribe igual que adam (hombre)), como en el pecado del becerro de oro o la elevación y rectificación últimas del hombre con la llegada del Mashíaj.

Sentido: La vista.

El verano (el período de Tamuz) representa las "vacaciones" de los ojos. Es el tiempo en que uno tiene que "cubrir" sus ojos para ver sólo aquello que es recatado y bueno (en el mundo en general y en particular en el prójimo). La capacidad de cuidar y enfocar la vista correctamente conduce a la rectificación del "sentido" visual.

Al final de la bendición de Moisés a Israel dijo (Deuteronomio 33:28): "betaj badad ein Iaacov" (confiado y apartado está el ojo de Iaacov). La palabra betaj, "confiado" es el acrónimo de tres palabras: brajá tov jaim, bendición, bien y vida. Estos son los tres puntos centrales para rectificar la vista, como está dicho (Deuteronomio 11:26): "Mira que pongo delante de vosotros hoy la bendición y la maldición. La bendición,..." y posteriormente (Deuteronomio 30:15-19): "Mira que pongo delante de ti la vida y el bien, la muerte y el mal... escoge, pues, la vida". Con respecto a estos tres conceptos (brajá tov jaim) la persona debe entrenar a los ojos (tanto física como espiritualmente) para ver sólo la dimensión positiva interna de la realidad y no centrarse en la realidad externa, la "cáscara" negativa.

Este es el significado de "confiado y apartado está el ojo de Iaacov". El sentido del ojo judío ("el ojo de Iaacov") es exclusivamente para ver ("sólo") lo que es digno de "confianza": La bendición, el bien y la vida que Di-s otorga.

Miembro dominante: La mano derecha.

En general, la mano derecha y su dedo índice, en particular, sirven para dirigir y enfocar la vista.

Cuando se leen los rollos de la Torá, es costumbre señalar cada palabra con un "dedo" de plata. Es costumbre también usar la mano derecha para hacer señales y así indicarle al que lee la Torá la entonación musical.

El novio le coloca el anillo matrimonial a la novia en el dedo índice de la mano derecha. Esta acción eleva a la pareja al nivel de "mi paloma" (Cantar de los Cantares 5:2), lo que refleja la expresión intensa de amor trasmitida por la contemplación incesante de los ojos de ambos (que tornan los ojos rojos como el rubí): "Tus ojos son como palomas" (Cantar de los Cantares 5:1).

El valor de la caída

Comprendiendo la presencia del mal en el mundo Extraído y adaptado de "El calendario cabalístico del mes de Tamuz" de Ben Itzjak.

Aquel que alcanzó en su vida alguna cima o logro realmente importante y esencial, conoce la diferencia abismal que existe entre el acto de llegar y el acto de permanecer en el máximo nivel. Se podría afirmar que se trata con certeza de dos sabidurías distintas, dos artes separados: alcanzar el objetivo, la cima, el propósito y además lograr permanecer en las alturas.

No nos engañemos: no es fácil llegar a la cima, aunque mucho más difícil y complejo es mantener el nivel de excelencia.

Y el mismo relato bíblico no deja lugar a dudas. Israel sale de Egipto, atraviesa el desierto, llega hasta el Monte Sinaí y recibe la Torá.

No obstante, precisamente el tiempo de máxima elevación se transforma de un momento a otro en la caída más violenta, en la pérdida más feroz, en el descenso espiritual más intenso posible.
En su punto de máximo nivel, Israel construye el becerro de oro.
En el lenguaje maravilloso de los sabios: la novia traiciona al novio estando aún bajo el palio nupcial.

Y cualquier persona despierta sentirá que un interrogante lo acosa y lo carcome por dentro: ¿el mismo pueblo que salió de Egipto es el que en pocos días construyó un becerro para idolatrar? ¿La misma gente que vio con sus propios ojos cómo las diez plagas golpeaban a Egipto y cómo el mar se abría, llegó a tramar semejante traición a Moisés y al Creador?. Increíble, incomprensible. Inclusive doloroso. ¿Puede acaso un pueblo tener tan corta memoria?

Intentemos comprender.

¿Para qué crea D-os el mal? ¿Por qué es tan necesario que además acompañe al hombre en su paso por la vida?

El gran cabalista Rabí Jaim Moshé Luzzatto, lo explica con absoluta claridad en varias de sus obras clásicas -Derej Hashem, Daat Tevunot-. Intentaremos resumir sus conceptos en pocas líneas.

El hombre fue creado y puesto en este mundo para ser beneficiado, ya que la esencia divina es el Bien absoluto. Por lo tanto, se le otorga el libre albedrío y se lo coloca en un escenario en el cual la persona puede ser recompensada por sus actos. Sin embargo, si el hombre no tuviese ningún obstáculo, si ninguna fuerza se le opusiese, entonces más que una recompensa recibiría un obsequio, lo cual, y tal como lo expresan los sabios místicos, sería como comer del "pan de la vergüenza". ¿Por qué? Pues tal regalo avergonzaría profundamente a la persona tal como el necesitado se avergüenza de observar a los ojos de su benefactor. Además, todo aquello que recibimos por obsequio nos llega desde afuera, del mundo exterior, y jamás llegamos realmente qa convertirlo en parte de nuestro ser. Un regalo siempre lleva el nombre de aquel que nos lo obsequió, mientras que lo que ganamos y obtenemos con nuestro propio esfuerzo nos pertenece de modo esencial. Por estas razones, explica el cabalista, el Mal viene a cumplir un papel vital: permitir el trabajo del hombre, que, al superarlo, recibe una recompensa divina como producto de su propio esfuerzo, y como resultado de la correcta utilización de su libre albedrío.

EL Maharal de Praga, ese gigante espiritual, explica en varios pasajes de su magnífica obra que el Mal Instinto -representante de las fuerzas espirituales negativas- ataca al hombre precisamente cuando este supera la mediocridad y sobresale. Todo el tiempo que el individuo se mantiene dentro de niveles más comunes, más mediocres, entonces el Mal Instinto simplemente no se preocupa de él y lo deja hacer y actuar libremente. Mas cuando la persona crece, se supera y comienza a trabajar en aras de minimizar la presencia del Mal en el mundo, entonces el Mal Insitinto lo ataca con toda su fuerza.

Esta es la razón -explica el Maharal- por la cual Israel, en su punto de máxima elevación espiritual, se inclina a la construcción del becerro de oro.

La profunda explicación del sabio de Praga también nos sirve para entender por qué tantos hombres al llegar cimas importantes en sus vidas, se corrompen y desvían.

Uno de los sabios pensadores más brillantes de la historia de Israel, Rabeinu Tzadok Hacohen, se ocupa en varias partes de su obra de revalorizar precisamente la caída y el descenso de la persona. Este gigante espiritual nos revela que el camino natural de la persona es ascender, alcanzar un determinado punto, una cima individual, para después descender nuevamente y comenzar la tarea de ascenso buscando y aspirando nuevos logros. ¿acaso esto significa que necesariamente la persona deberá caer en su camino ascendente? ?Y la respuesta del cabalista es positiva, y mucho más aún: el ascenso posterior es directamente proporcional a la profundidad de la caída precedente.

En nuestro modo superficial de entender la realidad, categorizamos el ascenso como positivo, y al descenso y a la caída como negativos. Lo bueno -el ascenso-se detiene e interrumpe, para dar lugar a lo malo y decadente -el descenso y la caída. No obstante, y tal como lo enseña el sabio, el ascenso y la caída pueden entenderse también de un modo más profundo como dos elementos necesarios de un proceso de crecimiento y desarrollo espiritual.

El Mal constituye un elemento esencial en la historia de la humanidad, y es el elemento divino que permite al hombre trabajar y superarse, Es cierto, el Mal provoca la caída del hombre, mas el descenso posibilita a la persona profundizar en el acto de vivir, alcanzar mayores niveles de comprensión y fortificar su persona para los tiempos venideros.

Debemos cambiar nuestra concepción acerca del Mal hasta poder afirmar sin titubeos que el Mal es un bien que no entendemos.

A un nivel superficial no lo entendemos, mas cuando profundizamos, cuando estudiamos, cuando reflexionamos, rápidamente descubrimos que una vida sin grietas ni quebrantos sería un paso monótono por el tiempo, una vida sin trabajo, sin superación, una vida regalada y carente de sentido.

Ben Itzjak

Según lo expresan nuestros libros de sabiduria, el mes de Tamuz que se corresponde con el signo de Cancer esta ligado con el poder de la vista.
En la simbologia mistica, los ojos representan la fuente de información y contacto con la realidad, mientras que la boca expresa la traducción de tal relacion en ideas y palabras.

No sorprende entonces que la palabra bíblica para denominar una fuente de agua sea identica al nombre de la letra: ain (letra cuyo nombre denomina en hebreo a los ojos) ¿a que se debe tal estricta relacion lingüística? Muy sencillo: tanto la letra como la fuente de agua representan el origen y el punto inicial de un fluir y una dinamica determinados.

Cuando el ojo ocupa el lugar correcto, entonces la boca refleja de modo transparente la realidad.
Cuando la boca funciona de modo independiente, desconectada de los ojos, entonces la transparencia se transforma en confusion y la realidad en simple imaginación.
La boca no traduce la información que le brinda el ojo, sino que sirve pleitesía a los deseos del hombre.
La boca ya no busca reflejar estrictamente la realidad; ahora habla deseos, pronuncia voluntades.
Mucho mas grave aun: una vez que la boca habla disfrazada de fuente, cuando llega el turno del ojo, este ve lo que la boca ha dicho, que a su vez es lo que el deseo le ha dictado.
El ojo ahora cree observar una realidad que no es mas que la expresión de sus deseos.
En lugar que la boca marche detrás de los ojos, estos aprehenden la realidad descripta falsamente por la boca (sugerimos leer en entregas anteriores el episodio de los espias dando un mal informe acerca de la Tierra de Israel).
Los sabios misticos revelan que esta desarticulación entre la boca y los ojos representa la raiz de toda caida y destrucción.
El orden correcto de los ladrillos y las piedras energeticas posibilita una construccion estable de los cimientos y las bases. Mas cuando el orden se modifica y se corrompe, el futuro edificio esta condenado a tambalearse y caer destruido en mil pedazos.

Una de las bases principales del pensamiento místico y filosófico de la Sabiduría de Israel sostiene que el mundo fue creado a partir de las veintidós letras del alfabeto hebreo. Primero existieron las letras a modo de unidades energéticas, y a partir de estas devino posteriormente el mundo físico y material.
Al estudiar la energía de las letras y su poder de creación, encontramos que por medio de la palabra divina o, más precisamente, por medio de las Diez Locuciones o Dichos Iniciales, el mundo alcanzó su modo físico. El Creador dijo que haya luz y fue la luz; el Creador dijo que las aguas se dividan y la tierra seca apareció. Diez locuciones, diez dichos, diez mandatos divinos de Creación.

Para lograr alcanzar la esencia particular del mes de Tamuz, los sabios enseñan que resulta indispensable aproximarnos a dos letras del alfabeto hebreo: la letra ain y la letra pei.
El significado del nombre de la letra ain es ojo, y el significado del nombre de la letra pei es boca. Mera coincidencia?

Las letras y el punto máximo de caída

Si bien la energía negativa de desviación comienza a influir en el mundo a partir del mes de Tamuz, su punto máximo es alcanzado el mes siguiente, el mes de av. Como uno de tantos ejemplos, diremos que los dos templos de Jerusalén fueron destruidos el 9 del mes de av. También los espías que recorrieron la Tierra de Israel durante todo el mes de Tamuz, regresaron junto a Moshé el 9 del mes de Av.
La caída energética que comienza en el mes de tamuz se completa en el mes de av.
Los sabios indican que precisamente en este día -el 9 de av-, en el punto de máxima caída, en el fondo energético del calendario, debemos dedicarnos a la lectura del libro bíblico de Lamentaciones. Si lo leemos con detenimiento notaremos que todos sus capítulos, a excepción del último, están ordenados respetando el orden del alfabeto hebreo. Más a partir del segundo capítulo encontramos una modificación en el orden del mismo: la letra pei aparece escrita antes que la letra ain.

Los sabios del Talmud (Tratado de Sanedrín), atentos y sensibles a todo cambio o modificación, indican que en realidad tal inversión en el orden de las letras pei y ain no es casual, sino que, por el contrario, encierra un mensaje muy profundo, y lo ejemplifican precisamente citando el caso de los espías enviados por Moshé: ellos dijeron con sus bocas -pei- lo que sus ojos -ain- no vieron.

En pocas palabras, la raíz del exilio, la caída, y la destrucción está simbolizada por la modificación del orden correcto entre las letras pei y ain, lo cual indica la posibilidad humana de hablar lo que nuestros ojos no vieron.

Qué sugerente y significativo resulta entonces reflexionar acerca de la enseñanza de los sabios que indica que precisamente entre estas dos fechas históricas -el 17 de Tamuz y el 9 de av- existen veintidós días, el mismo número que conforma el abecedario hebreo.

Anticipar los ojos a la boca

Aprendimos que la caída mas dañina comienza en el momento en el que la persona modifica el orden de sus ojos y su boca. En lugar de hablar lo que ve, primero habla, y después observa. Y lo más grave de esto es que al final los ojos terminan "viendo" lo que su boca dijo.

La Torá nos relata que cuando el pueblo de Israel, tras cruzar el desierto, se aprestaba a entrar a la Tierra Prometida, el rey de Moab, Balak, sobremanera se asustó y decidió tramar un plan para evitar que Israel llegara a su tierra. Entonces, mando llamar al máximo "profeta" de aquellos días, Bilaam, para que observara a Israel desde lejos y lo maldijera.
Y si bien al fin y al cabo el plan de estos dos malvados fracasó y las maldiciones fueron trocadas en bendiciones, El Talmud se interesa por un punto particular de esta historia: cómo el malvado Bilaam podía lograr maldecir en un solo instante? Y la respuesta de los sabios es que el mínimo tiempo de un instante le era suficiente para pronunciar el termino hebreo "kalem" : que sean exterminados!.

Para entender esta maldición diremos que Maimónides escribe que la palabra rey, melej, está compuesta por tres letras: mem, lamed, y jaf, y que este orden no es casual. La primera letra, la mem, marca el nivel del moaj, del cerebro y la mente de la persona, que es la que debe conducir al individuo; la segunda letra, lamed, es la que refiere al nivel del lev, el corazón, el cual debe seguir a la mente, y por último, la letra jaf marca el nivel del hígado, el cabed, el cual es asociado con la sangre y domina el aspecto físico y corporal de la persona. En resumen: rey, melej, es quien anticipa la mente a sus sentimientos, y estos a su cuerpo.

La maldición kalem, la cual pretendía dañar al pueblo de Israel, reúne las mismas letras que rey, melej, aunque en el orden inverso. Pobre de la persona cuyo cuerpo determina el camino, el sentimiento los sigue, y solo después permite a su mente tomar parte en la decisión!!. Puede acaso imaginarse una persona mayor maldición que esta?

Cuando la boca habla sin que los ojos hayan revisado los hechos, la persona funciona de modo inverso, y esto garantiza su futura derrota.
Y si alguna vez, precipitadamente anticipamos la boca a los ojos, y creamos una realidad propia, basada en nuestras fantasías, como el idólatra, debemos al menos estar dispuestos a rectificar nuestras ideas cuando la realidad nos demuestra lo contrario. Cuantas veces por orgullo nos aferramos a conceptos o ideas que expresamos y no estamos dispuestos a modificarlos en ningún caso! Cuantas veces clamamos a los cielos porque sentimos que en nuestro mundo la presencia divina aparenta estar ausente! Mas es completamente cierto: D-os habita en el mundo creado por Él y no en el que nosotros inventamos o imaginamos.

Aprovechemos la energía de Tamuz para reordenar nuestra estructura interna, para dar prioridad a nuestros ojos y para que las palabras que salgan de nuestra boca sean fieles a un sistema que nos permita ser reyes...de nuestra persona y nuestra vida.

http://torahdesdebarranquilla.blogspot.com

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