martes, 6 de septiembre de 2011

EL QUE APUESTA SIEMPRE PIERDE



Dijeron nuestros Jajamim: "La persona debe ser humilde (y paciente) como Hilel..." Sucedió una vez que dos hombres hicieron una apuesta. Dijeron: "El que logre poner nervioso a Hilel, ganará del otro cuatrocientas monedas". Dijo uno de ellos: "Yo puedo hacerlo!"


Ese día era Ereb Shabat (viernes), y Hilel se estaba higienizando. Se acercó el hombre a la puerta y comenzó a llamar: "¿Aquí vive Hilel?" Él sabía sin dudas que Hilel vivía allí. También sabía que Hilel era el Rab principal de todo el Am Israel, y a pesar de que todo el mundo lo trataba con mucho respeto, él le dijo "Hilel" a secas. También sabía que en Ereb Shabat la gente está ocupada con los preparativos de Shabat, pero todo eso lo hizo para tratar de sacar a Hilel de sus casillas.
Cuando vio que alguien lo estaba llamando, Hilel se vistió y salió a atenderlo.

-Tengo una pregunta... - le dijo el hombre.
- Claro. Dime, ¿Qué quieres saber? Pregúntame.
- A ver: ¿Por qué la cabeza de los babilonios es demasiado redonda?
- ¡Oh, una muy buena pregunta hiciste, hijo , Hilel siempre estimulaba a los que preguntaban, aunque sus preguntas fuesen ridículas. Y esto, para que no dejen de preguntar en el futuro. Le respondió: Porque las parteras de Babilonia no tienen tanta experiencia, y no saben muy bien agarrar a los bebés cuando nacen...

Pasó un rato, y el hombre volvió nuevamente a la carga:
-¿Aquí vive Hilel?
Se vistió Hilel y salió a atenderlo.
- ¿Qué necesitas, hijo?
- Tengo una pregunta.
-Adelante, pregunta.
-¿Por qué los beduinos tienen los ojos rasgados?
- Fíjate que ésa es una muy buena pregunta: Porque ellos viven en medio de las dunas, y HaShem los hizo con los ojos entrecerrados para impedir en lo posible la entrada de la arena...
Pasó otro rato, y el hombre regresó.

-¿Aquí vive Hilel?
-¿Qué necesitas, hijo? - le dijo Hilel, después de vestirse nueva- mente.
-Tengo una pregunta para hacerle.
- Adelante, pregunta.
- ¿Por que los africanos tienen la planta de los pies tan ancha?
- Ciertamente, ésa es una excelente pregunta. Te explico: La mayoría de los africanos viven en zonas pantanosas y casi todos caminan descalzos, y los pies anchos les permiten mantener el equilibrio.

El hombre vio que no había manera de poner nervioso a Hilel, y trató de hacerlo de otra manera:
- ¿Sabe una cosa? Tengo muchas otras preguntas, y tengo miedo de hacérselas porque seguramente se va usted a enojar conmigo... Hilel se acomodó en un asiento y le respondió con calma:
-Todas las preguntas que tengas házmelas. Estoy dispuesto a responderlas.
- ¿Es usted el Hilel, al que todo el mundo conoce como el "Príncipe de Israel"?
- El mismo.
- ¡Pues que no haya muchos como usted en nuestro pueblo! - Hijo: ¿Por qué dices eso?
- Porque por su culpa perdí cuatrocientas monedas. Aposté esa cantidad a que lo hacía enojar, y no pude.
- No, no. Te equivocas; no pienses en lo que perdiste. Vale la pena pagar cuatrocientas monedas, y otras cuatrocientas monedas más, con tal de ver que Hilel jamás se va a enojar por nada...

(Extraído de Maséjet Shabat 31. y Mefarshim)

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