viernes, 19 de junio de 2009

La Naturaleza Excepcional del Shabat

I. La Novia Shabat

La Torá nos dice, al principio, que Di-s creó el mundo en seis días, y que al final del sexto día el cielo y la tierra y todo lo que contienen fue concluido. Luego Di-s descansó de toda actividad creadora, "y Di-s bendijo al séptimo día y lo santificó" (Génesis 2:1-3).
En consecuencia, desde el principio mismo de la Creación, Di-s ha apartado al día de Shabat de los demás días de la semana, como un día santo.
¿Pero para quién fue destinado el Shabat? ¿Quién lo aceptaría, lo apreciaría y lo santificaría? La repuesta podrá encontrarse en el siguiente significativo Midrash:

Rabí Shimón ben lojai enseñó: Cuando Di-s creó el sagrado Shabat, dijo éste al Santo, bendito sea: "Cada día que Tú has creado tiene su pareja. ¿Seré yo el único impar, sin pareja?" Y Di-s le contestó: "El pueblo judío será tu pareja". Y así, mientras el pueblo judío se encontraba al pie del Monte Sinaí para recibir la Torá y convertirse en una nación, Di-s declaró (en los Diez Mandamientos): "¡Recuerda al día de Shabat para santificarlo!" Como si quisiera decir, "Recuerda Mi promesa al Shabat, de que la nación judía será su pareja" (Bereshit Rabá 11:9.)

El Zohar (Tikunéi Zohar 69a.) habla del pueblo judío y del Shabat en términos de novio y novia, y a ello se debe que se reciba al Shabat con las palabras, Bói kalá, bói kalá - "¡Bienvenida novia; bienvenida, novia!". La repetición, bói kalá, se refiere a las dos cualidades importantes de la novia", que son el ser "bendecida" y "santificada", como está escrito, "Y Di-s bendijo al séptimo día y lo santificó" . Efectivamente, según Rabí Itzjak Arama en su obra Akedat Itzjak, la palabra lekadshó -"para santificarlo" - puede traducirse como "para comprometer en matrimonio", en el sentido de kidushín.

De esta manera nuestros Sabios nos dicen que el Shabat es específicamente judío, es decir, que el pueblo judío y el Shabat son inseparables; desde el momento de su "nacimiento" fueron destinados el uno para el otro. Sencillamente, sin el Shabat no se puede pensar en pueblo judío, así como tampoco puede pensarse en pueblo judío sin Torá. Este es uno de los motivos por los cuales el Shabat fue equiparado a todas las mitzvot de la Torá.

II. El Shabat de la Creación

Tal como ha sido mencionado anteriormente, el origen del Shabat, que se conoce como "Shabat de la Creación", figura en la sección de Vaiejúlu , que se incluye en la primera Amidá (Arvit) del Shabat. El Shabat no se menciona otra vez explícitamente en la Torá hasta después de la historia del Exodo (Ietziat Mitzráim), en relación con el maná. Este pan celestial no caía en Shabat, sino que, en lugar de ello, los hijos de Israel recibían una porción doble el viernes, también para Shabat. Luego Moshé, Rabeinu dijo a los hijos de Israel: "Ved, Di-s os ha dado este Shabat". El Shabat no fue nada nuevo para los hijos de Israel, ya que según cuentan nuestros Sabios, sabían de él por tradición desde el tiempo de Abrabam, y, de hecho lo habían observado inclusive en Egipto. Pero en esta ocasión recibieron las primeras leyes sobre el Shabat, y varias semanas después recibieron instrucciones formales sobre el Shabat con los Diez Mandamientos en el Monte Sinaí.

Después de que se entregara la Torá a nuestro pueblo, el mandamiento de observar el Shabat se repite en la Torá muchas veces, con gran énfasis. En la Amidá de la mañana se incluye uno de los pasajes más conocidos sobre el Shabat:

Y los hijos de Israel han de observar el Shabat... como un
pacto eterno. Es una señal perpetua entre Mí y los hijos de
Israel, pues en seis días hizo Di-s los cielos y la tierra, y en
el séptimo día cesó de trabajar y descansó.

Aquí la Torá nos cuenta la importancia básica del Shabat como viva señal de la creación de Di-s. Al guardar el Shabat, nosotros, el pueblo judío, proclamamos en voz alta que Di-s es el Creador de los cielos y la tierra, y reafirmamos el pacto eterno entre Di-s y el pueblo judío. Di-s ha coronado Su creación con el Shabat, y nos ha legado esta corona. Nuestros Sabios del Talmud lo expresaron de esta manera:

"Un precioso obsequio -dice Di-s- tengo en Mis tesoros:
su nombre es Shabat, y lo he dado a vosotros"

Naturalmente, usar esta corona es un gran privilegio: nos convierte en los testigos de Di-s sobre la tierra. Pero también nos impone grandes responsabilidades. Maimónides las resume de la siguiente manera:

El Shabat y la prohibición de idolatría pesan tanto como el resto de los mandamientos de la Torá. El Shabat es el pacto eterno entre Di-s y el pueblo de Israel. Por lo tanto, el judío que profana cualquiera de los demás mandamientos es considerado transgresor, mientras que aquél que profana públicamente el Shabat es considerado Pagano (al negar la existencia de Di-s). Aquél que observa el Shabat adecuadamente, honrándolo y gozándolo de la mejor manera posible, es recompensado en este mundo, más allá de la recompensa que se le reserva en el Mundo Por Venir

Más que nada, fue el Shabat lo que ha distinguido al pueblo judío de los demás pueblos del mundo en el transcurso de la épocas hasta la actualidad. Porque esto no era solamente una cuestión de un único precepto, o costumbre, sino de algo fundamental para la religión judía y el estilo de vida judío. Se reserva un día completo de la semana (en realidad 26 horas), durante el cual el judío no sólo desiste de trabajar, cierra los negocios, fábricas, talleres y cesa todo el trabajo en la casa - sino que se transforma completamente en una persona de santidad, dedicando el tiempo a la oración y al estudio. Esta transformación se evidencia incluso externamente - en la forma de vestir, comer, caminar y hablar. Durante miles de años, los pueblos del mundo no podían comprender este Shabat judío. Ellos, que no conocían en absoluto un día de descanso en toda la semana, consideraban deplorable que todo un pueblo se tomara libre un día completo en la semana. Cuando Hamán se quejó al Rey Ajashverosh sobre "un pueblo, disperso y esparcido entre los pueblos, cuyas leyes son diferentes de las de cualquier otro pueblo" , tenía en mente el Shabat y las Festividades para ridiculizarlos.

Los antiguos historiadores romanos rotulaban al pueblo judío como "haraganes" e "incivilizados", por su apego al Shabat. Cuando los pueblos del mundo finalmente reconocieron la Torá como libro sagrado, y la denominaron "El Libro" (Biblia), adoptaron algunos de sus principios. También introdujeron en sus religiones un "Sábado" o "día de descanso". Pero es significativo que lo hicieran el domingo (en el Cristianismo), o el viernes (en el Islam). ¡El Shabat siguió judío para los judíos solamente! Aquí se puede ver claramente la Mano de la Divina Providencia. Aunque "la imitación es la mejor forma de adulación", nada en las imitaciones puede acercarse al original, el Divinamente ordenado santo Shabat, como lo sabe toda persona que conoce las leyes de Shabat y su significación.

III. Recordación de Ietzíat Mitzráim

En el Kidush recitado el viernes a la noche, agradecemos a HaShem -Di-s- por darnos el Shabat "como recuerdo de la obra de la Creación" y también "como recuerdo del Exodo de Egipto". Estas dos percepciones básicas del Shabat derivan de los Diez Mandamientos, de los cuales el cuarto trata del Shabat. En el primer Decálogo se indica: "Recuerda el día Shabat... porque en seis días HaShem creó los cielos y la tierra, el mar y todo lo que contienen, y cesó de trabajar el séptimo día; por lo cual HaShem bendijo el día Shabat y lo santificó". El texto en el segundo Decálogo dice: "Observa el día de Shabat para santificarlo ... Y recordarás que fuiste esclavo en la tierra de Egipto, y HaShem, tu Di-s, te sacó con mano fuerte y brazo extendido; por lo tanto, HaShem, tu Di-s, te ordenó guardar el día Shabat".

Comentando los diferentes aspectos del Shabat según son expresados en los Diez Mandamientos de Exodo y Deuteronomio respectivamente, Rambán (Najmánides) explica que, lejos de ser contradictorios, se ayudan y complementan. Ya que como día de descanso en testimonio de la Creación, el Shabat también recuerda los tiempos en los cuales el pueblo judío, esclavizado en Egipto, no era libre para descansar ese día; debían trabajar los siete días de la semana. Por tal motivo la Torá recalca, "para que tu siervo y tu sierva puedan descansar igual que tú".

En un sentido más profundo, continúa Rambán, el Exodo de Egipto confirmó y profundizó nuestra firme creencia en HaShem como Creador del universo.

Hasta Ietziat Mitzráim, la creencia en un Di-s Unico llegó al pueblo judío por intermedio de Abraham, Itzjak y Iaacov, los fundadores de nuestra nación judía, junto con el pacto extraordinario que se había establecido entre HaShem y los Patriarcas y sus descendientes. Sin embargo, durante los siglos de esclavitud, la fe y las tradiciones fueron puestas a prueba duramente. Muchos de los judíos esclavizados, si no la mayoría, probablemente tuvieron ciertas dudas sobre la existencia de un Ser Supremo, Creador y Amo del mundo, o si tal vez este Ser había abandonado al mundo en manos de sus propios recursos, o en manos del poderoso Faraón.
Ietziat Mitzráim, con todas sus maravillas y milagros, demostró más allá de toda duda que Di-s era efectivamente el Creador y Amo, del mundo, ya que El pudo suspender y modificar las leyes de la naturaleza según Su antojo.

Además, Ietziat Mitzráim demostró, también, que la Divina Hashgajá ("Supervisión", Providencia) se extiende a cada detalle particular del orden creado, tanto de los humanos como de los órdenes inferiores de la vida animal y vegetal, y hasta de los inanimados.

Un tercer elemento esencial de la experiencia del Exodo fue la revelación de la profecía. Estableció el hecho de que el Creador no sólo concedió a Moshé el don de la profecía, sino que lo consagró como el más grande de los profetas (cuarenta y ocho hombres y siete mujeres, según nuestros Sabios). Fue con el milagroso cruce del Iam Suf ("Mar Rojo") que los israelitas liberados lograron una total "Fe en Di-s y en Moshé, Su servidor", vale decir, "en la profecía de Moshé, Su servidor" . Esta absoluta convicción en la verdad de la profecía de Moshé es tan piedra angular de nuestra fe judía como la creencia en los dos principios fundamentales previamente mencionados- la existencia de un Ser Supremo como Creador del mundo, y la Divina Providencia que se extiende hasta el detalle más pequeño del orden creado. Porque, aunque toda la nación fue testigo de la Revelación Divina en el monte Sinaí y escuchó el Decálogo fue, a través de Moshé que se transmitió toda la Torá con todas sus 613 mitzvot; como verdadero profeta de Di-s, hizo de "portavoz" de Di-s, y su testimonio tuvo la misma autoridad y fuerza como si hubiera sido escuchado de Di-s directamente.

A la luz de lo previamente expresado, señala Rambán, podemos apreciar la declaración Talmúdica en el sentido de que el "shabat equibalancea todas las mitzvot" , ya que guardando el Shabat testimoniamos la veracidad de todos los principios fundamentales de nuestra fe: la Creación ex nihilo, la Divina Providencia y la Divina Profecía. Por lo tanto, concluye Rambán, el Shábat es un recordatorio de Ietziat Mitzráim, mientras que Ietziat Mitzráim, a su vez, es la rememoración del Shabat de la Creación.

IV. Hacer al Shabat

Con referencia al versículo previamente mencionado, "Y los hijos de Israel han de observar el Shabat (veshamrú), estableciendo (laasot) el Shabat", etc. nuestros Sabios declaran que veshamrú se refiere a todas las leyes pertinentes a la cesación del trabajo y todo aquello que no debemos hacer en Shabat; laasot se refiere a todas las cosas que debemos introducir en el Shabat, honrarlo, deleitarnos en él y colmarlo de santidad por medio de la oración y el estudio. Los judíos hacen el Shabat y el Shabat hace al pueblo judío. Ese es el significado de lo que se ha dicho anteriormente, que el Shabat y el pueblo judío son una verdadera pareja. De hecho, más que lo que el pueblo judío ha mantenido el Shabat, el Shabat ha mantenido al pueblo judío, ya que más que todo, el Shabat une a todos los judíos, en todas las partes del mundo.

El pueblo judío siempre ha sido una minoría entre las naciones del mundo, y generalmente ha estado rodeado de un mundo hostil. Sin embargo, con la observancia del Shabat el pueblo judío participa de la fuerza infinita del Creador: como el Shabat mismo, que es "bendecido" y "santificado", observando el pueblo judío el Shabat es bendecido y santificado, y permanece bajo la protección directa de Di-s Mismo.

Mientras que el Shabat y el pueblo judío fueron designados como "pareja" inseparable desde el momento de la Creación, y el Shabat ha perdurado exclusivamente judío, su mensaje universal para toda la humanidad es tan relevante hoy como lo ha sido siempre. Proclama, como fuera dicho antes, la soberanía del Creador, Su constante vigilia (Hashagajá) y la autenticidad de la Torá, las tres verdades fundamentales que el pueblo judío reafirma constantemente al santificar el Shabat, como enfatiza Najmánides.

Esta Torá también incorpora las así llamadas Leyes de Noé - las siete leyes morales básicas, con todas sus ramificaciones, que Di-s ordenó para los descendientes de Noé (es decir, para toda la humanidad). Estas leyes morales divinamente ordenadas deben ser el fundamento de cada sociedad humana, si esta ha de ser verdaderamente humana. Ninguna legislación hecha por el hombre, independientemente de cuán sustentadora sea, puede reemplazar estas leyes morales Divinamente ordenadas, ya que, por su misma naturaleza, las leyes hechas por el hombre están sujetas a cambios, abolición y evasión, como tan lamentablemente lo atestigua la experiencia humana en el transcurso del tiempo.

Por lo tanto el Shabat recuerda a toda la humanidad que constantemente debe encaminarse hacia el "día que es todo Shabat" -un mundo en el que todas las naciones reconocerán la soberanía del Creador y Su dominio sobre la tierra, un mundo en el cual no hay rivalidad, ni violencia, ni injusticia, porque el espíritu de la paz del Shabat permeará al mundo entero.
La Torá asegura que eventualmente "el día que es todo Shabat" ciertamente se hará realidad.


(Selección extraída del libro "Mi Plegaria II", por Nissan Mindel, © Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana)

http://www.tora.org.ar/

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