viernes, 12 de febrero de 2010

Ser libre: SHABAT


Durante toda la semana, el hombre carece de libertad. Está limitado por el mundo material y es un esclavo de sus presiones.

El hombre se libera de su esclavitud durante el Shabat. Puede vivir en armonía con su mundo y no necesita seguir luchando contra él. A lo largo de la semana, la persona necesita dominar el mundo. Generalmente está definida por su ocupación: puede ser plomero, enfermera, albañil, escritor o ama de casa. La ocupación es, de hecho, la forma en que se ejerce su dominio sobre la naturaleza; pero en cierta forma, su más básica humanidad se oculta bajo su quehacer.

Todo esto sufre un cambio durante el Shabat. Cada uno se convierte en un rey que gobierna su propio destino. Ya no se define por su ocupación. En un hombre, en toda la extención de la palabra. Durante el Shabat usted puede ser humano... Más que nunca, el judío puede vivir como judío al separarse de todas las demás cosas del mundo y volverse hacoa Di-s.

Mira a través de la ventana de la eternidad y siente esa cercanía.

El ritual principal de Shabat es la no acción y por lo tanto uno cuida el Shabat no haciendo nada. Mientras se abstenga de realizar las categorías definidas como trabajo, está cumpliendo, de hecho, la Mitzvá de cuidar el Shabat. Se puede entonces cumplir con la Mitzvá de respetar el Shabat cada segundo del día, aún cuando esté durmiendo. El Shabat es único en este aspecto, ya que le da a la persona la oportunidad de sumergirse totalmente en la Mitzvá por un día completo, sin ningún esfuerzo positivo de su parte. El aspecto único del Shabat es el hecho de que a través de él se puede participar de Di-s sin realizar esfuerzo alguno. Todo lo que tenemos que hacer, es dejar de trabajar y Di-s hace el resto.

En cierta forma esto es a lo que se refiere la Torá, cuando nos dice:

"Vosotros guardaréis mis días de reposo... para que sepais que yo soy el Señor, quien santifica." En cualquier otra ocasión, uno debe esforzarse por santificarse cumpliendo las múltiples Mitzvot; pero en Shabat uno sólo debe abstenerse de hacer cualquier trabajo y Di-s santifica a la persona.

Cuando todo sea Shabat

La gran esperanza del pueblo judío es la Era Mesiánica, a la cual seguirá de armonía universal. Será en la que el hombre aprenderá a vivir en paz, tanto con sus semejantes como con la naturaleza. Marcará el final de toda guerra, injusticia y explotación.

En el Talmud la Era Mesiánica es conocida como "Iom Shekuló Shabat", el día en que todo será Shabat.

Tal como se describe en la Biblia (Mija 4:4) "Y se sentará cada uno bajo su vid y debajo de su higuera, y no habrá quien lo amedrente."

La llegada del Mesías anunciará la más grande revolución dentro de la historia de la humanidad. Caracterizará el triunfo final del hombre sobre la maldad. Uno de los mayores problemas que ocurren en las revoluciones es que generalmente fracasa. El nuevo régimen es casi siempre tan corrupto como el anterior. Los revolucionarios saben qué es lo que quieren destruir, pero por lo regular, no tienen una mínima idea de cómo reemplazar lo destruido. Casi nunca tienen la oportunidad de experimentar realmente el nuevo orden. Cuando finalmente se apoderan del poder, están sumamente ocupados con los detalles administrativos.

Shabat es un preparativo para la revolución. Cada Shabat, vivimos un momento del mundo venidero -dela paz y armonía de la Era Mesiánica-. El judío que cuida Shabat, conoce el significado de la armonía y tranquilidad verdadera. Sabe como aprovecharlo y elevarse con él.

Así, cuando se presente la revolución Mesiánica estará preparado para recibirla. El respetar el Shabat, lo prepara para el Día en que todo sea Shabat.

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