lunes, 29 de marzo de 2010

Los 49 días del Omer...tiempo de purificarnos


Los siete atributos

Los maestros del misticismo judío consideran los cuarenta y nueve días -siete semanas- del Omer como un período destinado a la rectificación de las mellas que han afectado los siete atributos sobre los cuales está basado el mundo temporal. Ellos son: Jésed - Bondad, Guevurá - Fortaleza, Tiféret - Armonía, Nétzaj - Eternidad, Hod - Esplendor, Iesod - Fundamento, Maljut - Soberanía. Nuestros Sabios, quienes ahondaron en los significados profundos de la Torá, enseñan que este estado de perfección del mundo aparece expresado en el versículo: Y vio Di-s todo lo que había hecho, y he aquí que era muy bueno (Génesis 1:31).

Estos siete atributos fueron reimplantados en el mundo -luego de que el pecado de Adám hubiera afectado su perfecto orden- por nuestros grandes antepasados, "los siete pastores", y permanecen en plena actividad aun después de los varios pecados cometidos por el pueblo judío luego de haber recibido la Torá. En cada generación y época, siempre que el hombre lo desee, puede venir y aferrarse a los atributos de los siete pastores, pues las cualidades que ellos implantaron poseen una fuerza eterna. En particular, el período de la cuenta del Omer es el más propicio para lograr este perfeccionamiento, pues desde el momento en que los Hijos de Israel salieron de Egipto convirtiéndose en el pueblo de Di-s se abrió ante ellos en este período la senda de la pureza, logrando su total purificación en los cuarenta y nueve días sucesivos. De su condición de fabricantes de ladrillos y recolectores de paja para el Faraón en Egipto ascendieron y se convirtieron en un pueblo especialmente elegido por Di-s, una nación de kohaním, reyes y ministros, todos consagrados a Su servicio.

Esta senda de purificación fue allanada entonces, y cada año, al llegar este período, una vez más se abren las puertas y se despeja el camino para todos aquellos que desean poseer los siete atributos en su integridad (Para más detalles, consultar "Guía Espiritual para la Cuenta del Omer, Ed. Kehot Sudamericana).

Los siete pastores

Nuestro Patriarca Avraham constituyó la personificación del atributo de Jésed, Bondad. El alimentó y sustentó a todo el mundo con su inmenso amor, y con su abrumadora amabilidad los atrajo bajo las alas de la Shejiná. En su personalidad no había sentimientos de celos, crueldad u odio.

Nuestro Patriarca Itzjak fue la encarnación de la Guevurá, Fortaleza. Por su intermedio fue introducido en el mundo el temor a Di-s. Toda su fuerza estuvo consagrada al servicio y temor de Di-s. En ello no vaciló. Cuando fue amarrado al altar, no fue su fe la que se estaba poniendo a prueba, sino la de Avraham.

Nuestro Patriarca Iaacov fue la personificación de Tiféret, la Armonía. Todo lo que hizo fue realizado con simplicidad y perfección. Era puro en su relación con el Cielo y con sus padres. Todo lo realizaba de una especial manera armoniosa que se expresó tanto en su relación con Laván, en su relación con Eisav, y en su lucha contra el ángel. Estaba exento de engaño y traición. Podríamos pensar que fue deshonesto y falso con su padre Itzjak y su hermano Eisav, pero la Torá (Génesis 25:27) atestigua su auténtica talla ante Di-s y el hombre: Iaacov era un hombre perfecto; una perfección nunca antes vista. Hay quienes parecen justos en su naturaleza y rectos en sus acciones, pero en realidad son corruptos. Por el contrario, aunque las acciones de Iaacov puedan parecer a primera vista deshonestas, cuando analizamos detenidamente su personalidad encontramos que son el epítome de la gloria y la rectitud.

Nuestro Maestro Moshé fue la encarnación de Nétzaj, la Eternidad; la eternidad de la Torá. Todo lo que el hombre adquiere es pasajero. Pero si adquiere la Torá de otros, u otros la adquieren de él, es un bien con el cual se benefician tanto el dador como el receptor. No existe nada pasajero o temporario en relación con la Torá; así, Moshé -quien estuvo dispuesto a entregar su vida por la Torá- tuvo el privilegio de convertirse en su maestro y transmitirla a todas las generaciones.

Aharón personificó el atributo de Hod, Esplendor; amó la paz y luchó por ella, amó a la humanidad y la acercó a la Torá. Todo aquel que observaba el esplendor y la santidad de Aharón se veía estimulado a emular sus cualidades y forma de conducirse. Sobre él decía la gente: "Mirad a Aharón, quien aprendió Torá de su hermano menor y se regocijó en su grandeza sin envidiarlo. Cuán agradables son sus caminos y cuánto esplendor irradia de él".

Iosef personificó el atributo de Iesód, Fundamento: la virtud de la moralidad. La piadosa moralidad de Iosef era tan inmensa que logró el máximo nivel de santidad. Esta cualidad se denomina Fundamento pues es la base principal sobre la cual descansa el mundo. Si la generación del Diluvio no hubiera pecado desviándose del pilar de la moralidad, sus otras transgresiones no habrían sido consideradas motivo suficiente para traer la destrucción al mundo.

El Rey David fue la encarnación del atributo de Maljút, Soberanía. David no alcanzó el reinado por sí solo. No llegó a ser rey en razón de su poder ni por su sabiduría, ni tampoco obtuvo la corona por herencia. Sólo Di-s, el Rey de reyes, lo llevó de cuidador de ovejas a convertirse en el fiel pastor de Israel. Eligió a David porque El sabía que aunque recibiera la capacidad de ascender a las más insignes alturas, continuaría siempre sintiéndose un mero siervo. David era humilde en todo momento: cuando cuidaba sus ovejas, y cuando los reyes del oeste y del este acudían a su corte para honrarlo. Fue David quien coronó a Di-s como Rey de la humanidad y fue él quien suministró al mundo los medios para alabar a Di-s -el Libro de Salmos-. El se regocijó en la grandeza de otros y la combinó con la propia para honrar a Aquel que es dueño de toda la grandeza: Y David bendijo a Di-s ante toda la congregación, y dijo David: Bendito eres Tú HaShem, Di-s de Israel...Tuyos son, Di-s, la grandeza, el poder, la gloria, la victoria y la majestad... Tuyo es el reino y Tú eres ensalzado, supremo sobre todos los gobernantes... ¿Quién soy yo y qué es mi pueblo para que Te hagamos dones de esta clase?... pues todo es de Ti, y de lo Tuyo Te hemos dado (I Crónicas 29:10-14).


Estos siete atributos están relacionados unos con otros, y cada uno incluye en sí a todos los demás. Así, por ejemplo, no puede haber Bondad sin Fortaleza, pues en tal caso ésta no se consideraría un Atributo, sino tan sólo una expresión de ternura y sensibilidad de corazón. De igual modo, si Bondad careciera de Armonía podría degenerar en apatía e insensibilidad; y así también con los demás atributos, cada uno de ellos posee una luz propia que brilla al combinarse con los otros.

Los maestros del misticismo judío designaron la cuenta del Omer como el período en el cual debemos corregir las fallas en cada uno de los atributos y sus combinaciones. Los cuarenta y nueve días se dividen en siete semanas, y en cada semana prevalece un atributo específico.

La primera semana está consagrada completamente a Bondad. En el primer día, el énfasis recae sobre la conjugación de Bondad en Bondad, que representa la expresión del amor propio y la intensidad que éste alcanza. A medida que pasan los días el énfasis se pone sobre una cualidad diferente siempre combinada con Bondad: Fortaleza en Bondad, Armonía en Bondad, etc. Durante la segunda semana Fortaleza pasa a ser el atributo principal, incluyendo en sí, cada día, a otra cualidad distinta. Este mismo patrón se repite durante las siete semanas.

Cuando los Hijos de Israel salieron de Egipto contaron 49 días hasta que llegaron a Jorev y acamparon al pie del monte para recibir la Torá. Durante este período se fueron perfeccionando gradualmente, agregando virtudes una a una y combinándolas con aquellas previamente adquiridas, hasta alcanzar el último día la Soberanía completa. Todo el mundo se convirtió, ante sus ojos, en un reino Celestial donde debía morar la Presencia Divina, y ellos mismos pasaron a ser un reino de kohaním (sacerdotes) y una nación santa, santificada para siempre por la Torá.

Si el esplendor de estas nobles virtudes se empañara, ello sería temporario, pues con sólo poner nuestro esfuerzo por retornar y recuperar aquel esplendor original que quedó arraigado profundamente en nuestros corazones, habremos alcanzado nuevamente esta pureza y santidad eterna. La pureza que el pueblo de Israel adquirió en aquel entonces nunca podrá ser eliminada en su totalidad. Cualquier judío que quiera regresar a ese estado de pureza alcanzado en la entrega de la Torá, puede hacerlo más fácilmente durante estos cuarenta y nueve días del Omer, especialmente propicios para la purificación. Desde entonces y para siempre.

Selección extraída del libro "Nosotros y el tiempo", escrito por Eliahu Kitov

domingo, 28 de marzo de 2010

Pesaj: El Por Qué de las Tres Matzot. El Significado de las Cuatro Copas.


El Por Qué de las Tres Matzot

Las tres matzot que son puestas en el plato del Séder aluden al Cohén, al Leví y al Israel como un medio para distinguirlos uno de otro. La matzá superior alude al Cohén, puesto que el Cohén tiene precedencia en todas las cosas. La matzá del medio - Leví - se rompe en dos partes al comienzo del Séder. La parte más pequeña se deja en la bandeja y más tarde se come junto con la matzá del Cohén para cumplir la mitzvá de matzá, mientras que la parte más grande se guarda para el Aficomán. Por último, la matzá de abajo - Israel - se usa para el korej, y así cada una de las matzot es usada para hacer una mitzvá.

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En Shabat y las fiestas nosotros decimos la bendición por el pan sobre dos panes o matzot. Entonces, ¿por qué en esta noche, se requieren tres?

La matzá es conocida como "el pan de la pobreza". Un hombre pobre, temeroso de no tener más, guarda su pan cuidadosamente. Él no come todo de una sola vez sino que lo divide, dejando una parte para el día siguiente. El honor dado a la fiesta y a Shabat requiere que usemos dos matzot enteras para recitar la bendición "Que sacó el pan de la tierra", antes de comenzar la comida. Sin embargo, para la bendición "Que nos ordenó la comida de la matzá", nosotros usamos una parte de una matzá entera para simbolizar "el pan de la pobreza". Es por eso que preparamos tres matzot y partimos una de ellas (la del medio).

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Otros comentaristas ven a las tres matzot como una alusión a los tres Patriarcas. Tomamos tres matzot para mostrar que a pesar de que fuimos esclavizados, de todas maneras, veníamos de un distinguido origen: éramos los descendientes de los pilares del mundo. Aún en la esclavitud, nosotros conservamos bien la dignidad y la nobleza de nuestros ancestros.


El Significado de las Cuatro Copas

¿Por qué tomamos 4 copas de vino?

Cuando el pueblo de Israel imploró a Dios para que lo rescate, la Torá utiliza cuatro verbos para relatarnos la reacción de Dios:

1) Y oyó Dios... (Exodo 2:24)

2) y se acordó [Dios] de Su pacto... (Exodo 2:24)

3) Y vio Dios [los sufrimientos] de los hijos de Israel....(Exodo 2:25)

4) y puso atención [Dios al dolor de ellos] (Exodo 2:25)

Así también en el momento de relatar la redención también utilizó cuatro lenguas: Dios Dijo:

5) Yo soy el Eterno y os sacaré de Egipto... (Exodo 6: 6)

6) y os salvaré de la servidumbre ..., (Exodo 6: 6)

7) liberaré de los trabajos forzados... (Exodo 6: 6)

9) y os tomaré como Mi pueblo (Exodo 6: 7)

Es por eso que para celebrar cada una de estas razones, que cada una de por sí es algo bueno, lo hacemos sobre una copa de vino, es decir no ponemos todo en una sola bolsa y agradecemos por todo, sino por cada una por separado.

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Las cuatro copas de vino simbolizan varias fases del descenso de Israel a Egipto y su ascenso de la esclavitud. Las cuatro copas también aluden a los otros cuatro períodos de esclavitud que Israel experimentó después del primer exilio. Y finalmente, las cuatro copas sirven como una alusión al hecho de que D'os juzgará a aquellos que oprimieron a Israel, con cuatro medidas de castigo, mientras que al mismo tiempo Él consolará a Israel con cuatro medidas de consuelo.

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Rabí Itzjak Abarbanel (s. XIV) nota que las cuatro copas representan las cuatro diferentes redenciones que Israel ha experimentado. La primera fue cuando D'os eligió a Abraham y a sus descendientes, de quienes Él sembró la semilla de la nación de Israel. La segunda fue la liberación de Egipto. La tercera redención es el hecho de que D'os nos ha mantenido a través de prolongados exilios, liberándonos de los enemigos que quisieron destruirnos. La cuarta copa es la redención final que nos espera en el futuro.

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El Gaón de Vilna (s. XVIII) ve un paralelo entre las cuatro copas y los cuatro diferentes mundos: nuestro mundo material presente, el mundo que existirá en los tiempos del Mashiaj, el mundo que habrá cuando los muertos sean revividos, y el mundo venidero. A cada judío que cumpla con los requerimientos del Séder le es asegurado que tendrá un lugar en cada uno de estos mundos. Es por eso que es apropiado que la persona ofrezca alabanzas y agradecimientos a Él Quien ha sido tan bondadoso con ella, y Quien continuará mostrándole Su bondad.

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El Maharal de Praga (s. XV) encuentra un paralelo entre las cuatro copas y las cuatro Matriarcas: Sará, Rivká, Rajel y Leá, porque por el mérito de los Patriarcas y las Matriarcas, Israel fue redimido de Egipto. El midrash Ialkut Shimoní nota que los nombres de los Patriarcas y de las Matriarcas fueron inscriptos en la vara con la cual Moshé llevó a cabo los milagros en Egipto. En el midrash, los Sabios conectan los tres elementos principales del Séder - el sacrificio de Pésaj, la matzá y el maror - con los Patriarcas.

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El libro Bené Isajar (s. XVIII) escribe que las cuatro copas representan los cuatro méritos que Israel tuvo en Egipto: ellos no cambiaron sus nombres hebreos; ellos conservaron su propia lengua; ellos fueron cuidadosos en no tener relaciones ilícitas; y no había delatores entre ellos. El libro Méshej Jojmá (f. 1926) agrega que esto indica cuán importantes son estas medidas de autoprotección, porque a pesar de que Israel fue derrotado por todas las otras impurezas de Egipto, el hecho de que ellos fueron cuidadosos en estas cuatro áreas les hizo ganar el título de ser "distinguidos" y por este mérito fueron redimidos.


La Mitzvá de la Cuenta del Omer. Leyes de la Cuenta del Omer


Es una mitzvá (mandamiento) contar cuarenta y nueve días a partir del día de la ofrenda del Omer, el dieciseis de Nisán. La mitzvá consiste en contar tanto la cantidad de días como de semanas, como lo indica la Torá, "Deberán ser siete semanas completas" (ibid).

¿Cuál es el verdadero significado de esta cuenta?

Cuando los Bnei Israel fueron liberados de Egipto, Moshé les dijo que se les daría la Torá luego de cuarenta y nueve días. Con gran expectativa de recibir ese regalo Divino, cada judío llevó una cuenta propia, esperando que el gran día llegue. Luego, Hashem estableció la cuenta como una mitzvá permanente.

Contamos desde Pesaj, el tiempo de redención de la esclavitud física de Egipto, hasta la entrega de la Torá para demostrar que la redención espiritual alcanzada por el estudio y el cumplimiento de la Torá se consideran aún más importantes que lo que fue la liberación física.

Rabí Abá y Rabí Jiá caminaban y hablaban sobre temas de la Torá.

Rabí Jiá le preguntó a su colega, "La Torá ordena, "Y ustedes deberán contar ... siete semanas completas". ¿Cuál es el significado profundo de esa cuenta?"

Rabí Abá contestó, "Durante el Exodo, el pueblo judío era como una kalá que es nidá y debe purificarse para su marido. De acuerdo a los siete días que ella cuenta, ellos contaron siete semanas. El día de Matán Torá (entrega de la Torá), ellos quedaron libres de la impureza espiritual de Egipto y quedaron listos para dedicarse a Hashem en Har Sinai."

"Un talmid jajam también debe purificarse durante estas siete semanas para que en la noche de Shavuot esté preparado para recibir la Torá con la mayor devoción y apego".

La Torá nos ordena que contemos siete "semanas completas serán" (23:15), haciendo alusión a ellas durante este período, éste es un deber especial para perfeccionarnos nosotros mismos y sobrellevar cualquier obstáculo que nos aparte de Hashem.

Durante los cuarenta y nueve días de sefirá, el Todopoderoso le revelaba a Moshé un concepto nuevo en la sabiduría Divina hasta el día cuarenta y nueve, Moshé estaba muy cerca del entendimiento Divino. Sin embargo, el concepto cincuenta era secreto aún para él ya que excedía la capacidad de comprensión humana.

(selección extraída del libro "El Midrash Dice" por Rabino Moshe Weissman, © Ed. Benei Sholem)

Leyes de la Cuenta del Omer
1. Se cuenta el Omer día por día y a partir del séptimo día, se cuentan los días y las semanas.

2. Se cuenta el Omer de pie. Sin embargo, se cumple con su obligación si se cuenta sentado.

3. La obligación de contar el Omer cada noche empieza a partir de la caída de la noche (aparición de las estrellas). Si por error se contó el Omer durante el crepúsculo, antes de la aparición de las estrellas, según cierta opinión de nuestros Sabios se cumple con la obligación, pero se recomienda en este caso volver a contar a la caída de la noche sin repetir la Berajá.

4. Se cuenta el Omer hacia el final de Arbit, al cabo de la Amidá. Si ya es de noche, se cuenta el Omer aún antes de la oración de Arbit.

5. El oficiante empieza por decir la Berajá seguida de la cuenta del Omer. Luego cada uno de los fieles repite la Berajá y cuenta él mismo, pues el deber de contar es personal.

La Bendición es la siguiente:

Baruj Atá, Ado-nai, Elo-heinu melej haolam, asher kidshanu bemitzvotav vetzivanu al sefirat haomer

Bendito eres Tú, Señor, nuestro Dios, Rey del Mundo, que nos has santificado con Tus preceptos y nos ordenaste lo que se refiere al cómputo del Omer

Luego se menciona el número del día, y el número equivalente de semanas y días que representa, por ejemplo:

- Hoy, son cinco días de Omer
- Hoy , son catorce días, que son dos semanas del Omer

6. A partir del crepúsculo no debe cenar antes de cumplir con la obligación del Omer, pero si empezó a comer antes de la hora del Omer, no es preciso interrumpir y contará después de la comida.

7. Si no sabe contar en Hebreo, se cuenta el Omer en cualquier otro lengua que conoce.

8. Si, antes de contar, nos preguntan cual es la cuenta del Omer, hemos de responder: Ayer era tal día del Omer, pues si mencionamos la cuenta de hoy, ya habremos así cumplido con la obligación y no podríamos ya contar normalmente con la Berajá.

9. Si se olvidó de contar al principio de la noche, puede hacerlo toda la noche. Si omitió de contar durante la noche, puede reparar este olvido durante el día, pero sin decir Berajá, y en las noches siguientes sigue contando con la Berajá.

10. Pero si omitió de contar aun durante el día, la cuenta de 49 días ya no será completa y, no habiendo observado la condición de "siete semanas enteras", ya no podrá decir la Berajá durante el resto del período del Omer y tendrá que contentarse en pedir cada día a otra persona cuando bendice que piense incluirlo en su Berajá y él mismo contará sin Berajá.

11. Antes de decir la Berajá, hay que saber qué día se va a contar.

12. Si se equivocó una noche en la cuenta y sólo a la noche siguiente se dio cuenta del error, es como si no hubiese contado aquel día, y ya no puede decir la Berajá los días siguientes. Esto se aplica en el caso que está seguro del error, pero ante la duda si se equivocó o no, puede seguir contando los demás días con Berajá.

13. Las mujeres están exentas de contar el Omer. Si lo desean, pueden contar sin Berajá.

14. Las mujeres tienen la costumbre de no hacer labores durante las noches del Omer, a partir de la caída de la noche.

(Selección extraída del libro "Shuljan Aruj", por Rabí Abraham Hassan, © Ed. Jerusalem de México)

http://www.tora.org.ar

viernes, 26 de marzo de 2010

Pesaj: Historia de una plegaria


Un Seder en Bergen-Belsen
Según lo dicho por Josef Freuchtwanger, sobrino de Rab Davids

Era erev Pesaj, 1944. Toda la comunidad judía de Rótterdam – hombres, mujeres y niños –había sido trasladada desde Vesterbork, un campo de deportación en Holanda, al campo de concentración de Bergen-Belsen en Alemania.

Las condiciones en Vesterbork habían sido duras, pero la continuidad de la observancia religiosa había preservado la dignidad de los judíos y sus deseos de vivir. Bajo el liderazgo del amado y respetado sabio de la Torá, Rab Aharon (Bernard) Davids, se había mantenido algo de optimismo y espíritu comunitario. Al arribar a Bergen-Belsen, sin embargo, la vida diaria tomó un repentino, abrumador y drástico giro, la mayoría de las cosas que hacen que un ser humano se sienta humano, fueron arrancadas. En lo que para nosotros, 60 años después, se ha vuelto un escenario familiar, pero imposible de imaginar, familias fueron divididas, el absurdo trabajo forzado destrozó cuerpo y alma, y las enfermedades se esparcieron rápidamente.

Disponer de matzá para el seder, era, por supuesto, inviable.

Rab Davids, en ese entonces de unos cuarenta años – quien había sido separado de su esposa e hijos al arribar al campo de concentración – anhelaba mantener vivo el espíritu de su familia, incluso mientras su fuerza física disminuía. Sin embargo, bajo tales circunstancias calamitosas, la abstención de comer jametz seguramente traería debilidad y muerte para un gran numero de judíos. ¿Qué debían hacer durante la semana de Pesaj con su pequeña ración diaria de pan?

Él se reunió con otras autoridades rabínicas en el campo, y luego de una angustiante y larga discusión, acordaron una línea de conducta.

En la noche del 14 de Nisan, la noche del seder, Rab Davids se sentó en la cabecera de la larga mesa en la barraca de los hombres, conduciendo la ceremonia, no con una Hagadá – por supuesto que no había una – sino que de memoria. Cuando recitó la bendición, "...Quien nos santificó con sus preceptos y nos ordenó comer matzá..." levantó su voz y claramente recitó la siguiente plegaria, posteriormente traducida a ingles por el Prof. Harold Fisch:


Padre Celestial, es manifiesto y sabido por Ti que nosotros deseamos cumplir con tu voluntad con respecto al precepto de comer matzá y abstenernos estrictamente del jametz durante la fiesta de Pesaj. Pero con mucho dolor, no podemos hacer esto, debido a la opresión y el riesgo mortal en el que nos encontramos. Debemos cumplir con tus mandamientos, respecto a los cuales se dice, "Deberás hacerlos y vivir con ellos", (Vaikra 18:5), lo que significa, deberás vivir por ellos y no morir por ellos. Y consecuentemente nosotros escuchamos tus palabras, así como está escrito: "Cuídense y mantengan viva su alma". (Devarim 4:9) Por lo tanto te suplicamos que nos mantengas con vida y nos reestablezcas y redimas rápidamente de nuestra servidumbre de modo que podamos hacer a tiempo Tus preceptos y realizar Tu voluntad con un corazón perfecto. Amén.

Entonces él tomó un pedazo de pan y comió un trozo, impulsando de tal modo a sus hermanos a hacer lo mismo.

Rab Davids, junto con su hijo Elisha, murieron muy poco tiempo después de su liberación de Bergen-Belsen por parte de las fuerzas aliadas.

Su esposa Erika y sus hijas, junto con otras 2.800 personas, fueron evacuadas del campo por tren. Durante el viaje sin rumbo de dos semanas, 570 personas murieron y fueron enterradas en una tumba general en algún lugar a lo largo del camino. Aquellos que sobrevivieron al viaje fueron abandonados por los nazis cerca de la aldea de Troebits en Alemania del Este.

En 1947, Erika emigró con sus hijas a la tierra de Israel, llevando consigo una copia de la plegaria que su esposo había escrito. Ella murió en un asilo en Herzliya en 1997.

Cada año, su familia y sus descendientes leen la plegaria en voz alta en la noche del Seder, para oír otra vez como Rab Davids clamó a Dios, mientras le pedía a un grupo de judíos destrozados que hicieran lo inimaginable y que vivieran con los mandamientos, no que murieran por ellos.


jueves, 25 de marzo de 2010

La ofrenda del Omer


Además de los sacrificios Musaf de Iom Tov, el dieciseis de Nisán, el segundo día de Pesaj, se traía una ofrenda omer para la comunidad.

Consistía en un "omer" (una medida equivalente a 2,5 kg. aprox.) de harina de cebada que se mezclaba con aceite e incienso. Se acompañaba con un cordero que se ofrendaba como sacrificio olá.

El omer se debía ofrendar "un día posterior a Shabat"(23:10). Conforme a nuestra Tradición Oral, "Shabat" en este caso significa "Iom Tov", que quiere decir que fue traído el día posterior al primer día de Pesaj.

Los Baitusim (una secta durante la existencia del Segundo Templo que negaba la Tradición Oral) declararon que la Torá deseaba que se ofrezca el omer el día siguiente al Shabat semanal, en otras palabras, un domingo.

Entonces, los Sabios ordenaron que todas las preguntas y respuestas formuladas durante la preparación de la ceremonia sean reiteradas tres veces para refutar con énfasis la doctrina incorrecta de los Baitusim.

Los preparativos para obtener el omer de harina fueron conducidas con gran regocijo y con la participación del público en honor a la mitzvá.

En Erev (víspera) Pesaj, los delegados del Beit Din visitaban el campo donde sería cosechada la cebada para el omer. Ataban las espigas de los granos para facilitar su corte luego de Iom Tov.

En Motzae Iom Tov, la noche siguiente al primer día de Iom Tov, todo el pueblo se reunía para estar presente durante el corte. Creaban una gran conmoción para dar publicidad a la mitzvá.

Se designaban tres judíos como cosecheros. Al atardecer, los cosecheros anualmente seguían el ritual de preguntar a todos los presentes,

"¿Se ha puesto el sol?" (porque la mitzvá comienza al atardecer).
"Sí", contestaban los espectadores.
"¿Se ha puesto el sol?" repetían los cosecheros.
"Sí".
"¿Se ha puesto el sol?" preguntaban por tercera vez.
"Sí", contestaba la multitud.

Todas las preguntas y respuestas se reiteraban tres veces para contradecir las enseñanzas falsas de los Baitusim.

Luego, cada uno de los cosecheros preguntaba,
"¿Corto con esta hoz?"
"Sí", respondía la gente.
"¿Corto con esta hoz?"etc. , cada pregunta y su respuesta afirmativa era repetida tres veces.
"¿Coloco lo cosechado en esta canasta?" preguntaban los cosecheros.
"Sí", contestaba la gente, y así, tres veces más.
Si era un Shabat, los cosecheros preguntaban,
"¿Es Shabat hoy?" (queriendo decir, "¿Cosechamos aún siendo Shabat?")
"Sí", respondían (debido a que el corte de omer anula la prohibición de trabajar en Shabat).
También, repetían esta pregunta tres veces, y finalmente cada cosechero preguntaba,
"¿Debo cosechar ahora?"
"Sí", era la respuesta general.
"¿Debo ...?", etc.
¡Qué grandioso que era presenciar cómo se reunían los judíos, que se esmeraban para realizar mejor la mitzvá!

Hashem le dijo al K-lal Israel, "¡Ofreciéndome un omer de cebada, la cosecha de granos en sus campos será bendecida!"

Esta ofrenda se traía en Pesaj porque Pesaj era la época en la que el Tribunal del Cielo dictaba sentencia acerca de la cosecha de granos de todo el año.

Hashem dijo a los judíos, "Espero que Me devuelvan sólo una fracción diminuta de lo que Yo les confiero. Aunque en el desierto yo le doy a cada miembro de la familia un omer de maná diariamente, no les pido a cada uno de ustedes que me de un omer de cebada cada uno. La nación entera ofrece sólo un simple omer!"

Se cosechaban tres seín (aproximadamente 8 kg.) de cebada con el objeto de obtener un omer (2,5 kg. aproximadamente) de harina tamizada pura. Luego de la cosecha, las espigas de cebada se llevaban a la azará (Atrio del Beit Hamikdash), desgranadas, las semillas se tostaban al fuego, sobre el suelo, y luego se tamizaban trece veces para obtener harina totalmente pura.

El kohén mezclaba el omer de harina con aceite, preparándolo de la manera indicada para una ofrenda minjá.

Luego realizaba la ceremonia de tenufá (agitación de los brazos). Levantaba el kli sharet (fuente usada en el servicio) que contenía la ofrenda, hacia los cuatro puntos cardinales, y hacia arriba y hacia abajo.

La ceremonia de alzar en brazos simboliza nuestra aceptación de la autoridad del Amo del Universo. Al alzar la ofrenda y moverla de atrás hacia adelante, afirmamos que el mundo Le pertenece; y al moverla de arriba hacia abajo, que El es el Amo de las esferas superiores e inferiores.

Asimismo, como recompensa por alzarla en todas las direcciones, Hashem protege a la cosecha de los vientos malvados que provengan de los cuatro puntos cardinales, y al moverla de arriba hacia abajo, del rocío que cae. Protege nuestros cultivos de los vientos y del rocío que pueden dañarlos o destrozarlos.

Luego, el kohén tomaba un puñado (kometz) de pasta, lo salaba y lo quemaba en el mizbeaj. El remanenente se lo comían los kohanim hombres mientras permanecían en la azará.

Deberíamos pensar que esta ofrenda, que consistía simplemente de unos pocos kilos de harina de cebada, no podía tener una consecuencia de gran importancia. Sin embargo, es un error, el mérito de esta mitzvá previno varias catástrofes que podían haber afectado al pueblo judío.

- La ofrenda del omer era la mitzvá que protegía a los judíos en los tiempos de Guidón (Shoftim 6,7).

Hashem le pidió al Juez Guidón que librara la guerra contra los Midianim que estaban oprimiendo a los judíos. Sin embargo, Guidón temía que su propio mérito y el del resto de la gente fueran insuficientes para obtener una victoria. Entonces, el Todopoderoso para reforzar su confianza les dio varias señales. La noche anterior al enfrentamiento, El le ordenó al juez, "lleva a tu sirviente Furá y vayan silenciosamente al campo de los Midianim. Cuando escuches sus conversaciones te sentirás más seguro del resultado de la guerra."

A la noche, Guidón y su sirviente, furtivamente, se acercaron a los alrededores del campo Midianita. Delante de ellos se veían, esparcidos, los miembros del ejército enemigo; eran tantos que parecían langostas, y también había un sinnúmero de camellos.

Hashem hizo que Guidón escuchara la siguiente conversación:

Un hombre le decía a su amigo, "Soñé que veía una rebanada de pan de cebada rodando por el campo Midianita, llegaba a la carpa y la chocaba con tanta fuerza que se daba vuelta y se venía abajo por completo".

Su amigo le respondía, "Hay sólo una manera de interpretar este sueño, tu viste la espada de Guidón ben Ioash, un hombre judío. D-s le ha entregado en su mano a Midián y al campo entero".

Guidón se postró delante del Todopoderoso dándole las gracias. Luego se dirigió a los judíos y les ordenó, "Vayamos a luchar, porque Hashem nos ha entregado a los habitantes de Midián en nuestras manos!"

Guidón no sabía si el Klal Israel poseía méritos suficientes para ganar esta guerra. Cuando escuchó el sueño, comprendió su significado.
Era Pesaj, y la ofrenda del omer de la comunidad ya se había traído. El sueño le revelaba en virtud de qué poder espiritual Hashem arrollaría el campo Midianita, en el mérito de la mitzvá del korbán omer, la rebanada de cebada!

- El mérito del omer salvó a los judíos en los tiempos del Rey Jizkiau. Mientras que dormían durante la noche de Pesaj, el ángel de Hashem salió y atacó el campo de Ashur (2 Melajim 19:35).

El Todopoderoso luchó a favor de Bnei Israel porque ellos habían cumplido la mitzvá de la ofrenda del omer.

- Era precisamente esa mitzvá la que libró a los judíos de Hamán.

Mientras que el Rey Ajashverosh en su palacio ordenaba a Hamán que tomara su vestimenta real, su corona, y su caballo, que vistiera a Mordejai, y que lo condujera por las calles de Shushán, Mordejai estaba enseñando a sus alumnos en el Beit Hamidrash. Como era el dieciseis de Nisán, el día en que se solía ofrecer el omer en el Beit Hamikdash, él les enseñaba las leyes.

Mordejai levantó sus ojos y vio que Hamán se aproximaba al Beit Hamidrash a caballo. "Debe de estar buscándome para matarme!" exclamó, temblando.

"Apúrense", les ordenó a sus alumnos, "huyan para que no los maten conmigo!".

"Ya sea por la vida o por la muerte", contestaron sus alumnos, "nos quedaremos contigo y no te dejaremos."

Mordejai se envolvió en su talit y suplicó al Todopoderoso que los libere.

Mientras tanto, Hamán ingresó al Beit Hamidrash y, al ver las filas de estudiantes, preguntó, "¿Qué están estudiando aquí?"

"Hablamos acerca del omer, una ofrenda que solía traerse al Todopoderso en este día, el dieciseis de Nisán, en nuestro Templo Sagrado de Jerusalén".

"Esa ofrenda de omer", preguntó Hamán, "¿cuál es su valor? ¿miles de monedas de oro o plata?"
"No, en absoluto", le dijeron. "Consiste en harina de cebada y su valor es de apenas diez maná".

"¡ Maldito sea!" gritó Hamán. "Quítense esta vestimenta de sacos y cenizas que están usando y dejen de rezar. Ustedes judíos con sus ofrendas baratas - y no sólo con la ofrenda real sino con el estudio de sus leyes - no vencerán a mi ofrenda de 10,000 kikar de plata al rey!

"Levántese, Mordejai, ya que se me ha ordenado que lo vista con estas vestimentas reales, lo siente en el caballo del rey, y lo lleve por las calles de Shushán".

Hamán vistió a Mordejai luego de obligarlo a hacerse un corte de cabello y a darse un baño ya que las peluquerías y casa de baños de Shushán estaban cerradas por orden de Ester. Luego inclinó su espalda para que Mordejai pudiera montar el caballo, cumpliendo literalmente la promesa al pueblo judío (Devarim 33:29), "Tus enemigos se presentarán ante tí y tú deberás pisotearlos en sus altos lugares".

Esta historia demuestra que aunque después de la destrucción del Templo no podemos ofrecer un Korbán omer, el mérito de estudiar sus halajot (leyes) es equivalente a traer de hecho la ofrenda al altar.

Hoy en día, debido a que no hay korbán omer para levantar la prohibición de consumir jadash/ el nuevo cultivo, la halajá establece que se permite que se consuma cada año después del dieciseis de Nisán.

Pesaj: Libérate de la esclavitud

El calendario judío está compuesto por doce meses, cada uno de los cuales tiene una energía espiritual diferente. Estas energías, o vientos espirituales, son una ayuda para aprovechar efectivamente las oportunidades que cada mes presenta.

Así, por ejemplo, elul, el mes previo a Rosh Hashaná y Iom Kipur, tiene vientos espirituales de balance, de recuento. En este mes, en que evaluamos todo lo que hicimos durante el año que termina y proyectamos nuestros objetivos para el año próximo, tenemos ayuda espiritual para realizar nuestra tarea de la mejor manera.

Adar, el mes de Purim, se caracteriza por la alegría. En adar podemos sentir intensamente la alegría de estar vivos, la alegría de ser judíos, y principalmente la alegría de estar conectados con Dios. Y eso es precisamente lo que ocurrió en Purim: elegimos permanecer como un pueblo, ligado a nuestras raíces y en conexión con nuestro Creador.

En nisán, el mes de la festividad de Pesaj, nos rodea la energía espiritual de liberación.

La fiesta de Pesaj celebra la liberación de nuestro pueblo de la esclavitud a manos de los egipcios, y el hecho de haber sido escogidos por Dios como Su pueblo.

Cada judío, al haber sido liberado de la opresión, pudo observarse sin esos límites y admirar su propia grandeza y también la de los demás, el potencial que cada uno tenía y no podía desarrollar a causa del cautiverio espiritual en el que se encontraba.

Uno de los referentes de Pesaj es la matzá, tanto así que la Torá misma se refiere a la fiesta de Pesaj como "Jag Ha-matzot", la fiesta de las matzot.

Y a la matzá, también se le llama "lejem ani", el pan de la pobreza. Esta denominación se debe, entre otras cosas, a la escasez de ingredientes. La matzá es la forma más simple del pan, contiene solamente agua y harina, y en términos de nutrición, eso es lo que nos alimenta del pan. Todos los aditivos como sal, levadura, y demás que encontramos en los panes durante todo el año, sólo están allí para darle un mejor sabor. Pero la esencia de todos ellos (lo que los hace valer algo) es la misma, harina y agua.

Aquí está la relación entre la matzá y nosotros mismos. La matzá es una excelente representación de eso a lo que nosotros aspiramos, y a lo que intentamos acercarnos especialmente durante Pesaj: a nuestra esencia.

Nosotros queremos ser queridos por lo que somos, no por lo que aparentamos ser. Y cuando hacemos cosas de las que no estamos tan orgullosos, creamos filtros para que los demás no vean esas partes de nosotros, ocultando así nuestra esencia. Y ahora eres esclavo exactamente de eso. De esas cosas que hacemos que nos desmotivan, que nos bajan la autoestima, y que de paso nos obligan a "actuar" ante los demás en lugar de relajarnos y dejar que nuestra esencia se muestre.

Eligiendo de Qué Liberarnos

Si le pides a una persona que te diga algo malo de si misma, seguramente te podrá responder inmediatamente, y con una lista relativamente larga (más larga de lo que le gustaría, al menos). No te preocupes, esto es común en casi todas las personas.

Todos tenemos hábitos que quisiéramos no tener, como levantarnos siempre diez minutos tarde, comer de más o de menos, enojarnos al juzgar prematuramente, fumar, sólo por citar algunos ejemplos. Este es el mes óptimo para elegir una de esas cosas que nos esclavizan, sólo una, y concentrarnos en eliminarla de nuestro mundo.

La mayoría de las veces que intentamos algo y no lo conseguimos, nuestro fracaso se debe a que en realidad no lo deseábamos lo suficiente, y por ende nuestro esfuerzo cesó al presentarse el primer desafío, (o el segundo).

Para poder trabajar sobre alguna de esas cosas que forman parte de nuestro presente, debemos elegir una y concentrarnos en ella. Una sola, porque si elegimos más siempre terminamos abandonando una para concentrarnos en la otra, y luego abandonamos todo porque sentimos que hemos fracasado, y con la autoestima baja no es fácil superar ninguna prueba.

Elegir en qué concentrarnos no es una tarea fácil, hay que tener mucho cuidado. Debe ser algo que queramos tanto y que al mismo tiempo esté tan fuera de nuestra realidad, que lo podamos odiar fácilmente. De esta manera, en el momento de tentación, a pesar de que nuestro cuerpo se incline hacia repetir esa conducta a la que está acostumbrado, podremos decirle que no.

Conociendo al Enemigo

Una vez que elegimos, debemos enfocarnos en ese "problema" y analizarlo. Debemos conocerlo a fondo, para que no nos engañe como ya lo ha hecho tantas otras veces en el pasado.

Tomemos como ejemplo el clásico problema para levantarse en las mañanas. De noche, antes de acostarnos, ponemos el despertador y pensamos: "mañana me levanto apenas suene, no voy a apretar el botón de snooze para dormir unos minutos extra".

Ahora analicemos la situación, dividiéndola en aspectos positivos y negativos.

Positivos:

- El placer de dormir un ratito más.
- Sentir que nosotros tenemos el poder de decidir.

Negativos:

- No hacemos lo que consideramos que es mejor para nosotros.
- Sentimos que no nos queremos lo suficiente, ya que hacemos cosas que nos perjudican (generando baja autoestima).
- Y no hace falta explicar las consecuencias desastrosas de tener baja autoestima.

¿Qué hacemos con esta información?

Traigamos a la mesa algunas definiciones para un par de sentimientos.

Amar, es observar en alguien o en algo sus puntos positivos, e identificarlo con ellos. Toma como ejemplo a una persona que amas. Cuando piensas en ella, piensas en sus virtudes y en las cosas que admiras de ella. Eso te llena de sentimientos positivos, y al mismo tiempo te nubla la visión si quieres encontrar defectos.

Odiar es muy parecido a amar. Para odiar algo hay que hacer lo mismo que para amarlo, pero en lugar de concentrarnos en los puntos positivos debemos centrarnos en lo negativo. (El sentimiento opuesto a ambos es la indiferencia).

Ahora bien, es fundamental que seamos conscientes de que odiar no es parte de nuestra esencia, ¡Tú no eres eso! Eso es simplemente algo que tú haces, y que con sólo decidirlo puedes eliminar de tu vida.

Imagina ahora tu vida sin eso que te esclaviza. Imagina la alegría de haber superado ese obstáculo, y la libertad que tienes ahora para crecer y explotar tu potencial como nunca antes. Apégate a esa imagen, a ese sentimiento. Atesóralo, disfrútalo, internalízalo.

Esta es la preparación para la batalla. Amar lo que somos, lo que somos sin eso que nos esclaviza, sin eso que nos impide ser. Y tener siempre presente que perder esta batalla es continuar siendo esclavos de eso que tanto odiamos.

Repasa las ideas que tienes en la cabeza una y otra vez, hazte un combatiente profesional en la lucha por tu propio crecimiento.

Y una vez que comiences, disfruta cada batalla ganada, saborea el placer de la libertad, y aprovecha estos sentimientos para motivarte aun más para las próximas pruebas. Sigue así y disfruta las alas que construyes poco a poco, las alas que te permitirán llegar cada vez más alto.


miércoles, 24 de marzo de 2010

Parashá Shavua: Tzav (Ordena). Shabat Hagadol12 de Nisan 5770 (27 Marzo 2010)


Enfoques sobre la Parashá

"Un fuego continuo debe quemar en él; no debe ser extinguido" (Vayikrá 6:6)

No solo está prohibido apagar el fuego en el Altar, sino que además el fuego debe ser cuidado y se le debe agregar madera siempre que se necesite, para que las llamas asciendan constantemente. Si está prohibido apagar siquiera un solo carbón en el Altar físico, cuanto más está prohibido apagar un simple rescoldo en el Altar espiritual, el corazón Judío. El ansia por la santidad, la llama en el corazón que aspira nostálgicamente de arriba hacia dentro, debe ser constantemente acrecentada; ayudada y reforzada a través de la razón, la sabiduría y el discernimiento - con la iluminacion de las mitzvot y la luz de la Torá.

(Orot Hakodesh, Zevajim 91)

"Tzav..." (Vayikrá 6:1)

Son las últimas horas de la tarde. Reubén decide que desde la puesta del sol ese día hasta la puesta del sol del día siguiente, se abstendrá de comer y tomar. Él hace esto como un espontáneo regalo de devoción hacia Di-s. Dos semanas más tarde, Shimón se da cuenta que el día siguiente es Yom Kipur, y no podrá ni comer ni tomar por 25 horas. Interiormente se queja pensando en esas largas horas, la garganta seca, y el dolor de cabeza que tendrá, pero a pesar de esto cumple con el ayuno. ¿Quién es más grande - Reubén, que actúa voluntariamente, por propia inspiración, o Shimón, que lo hace porque lo tiene que hacer - porque se le es ordenado? Uno puede pensar que alguien que actúa voluntariamente está en un nivel más alto, pero nuestros Sabios nos enseñan que "Es más grande al que se le ordena y cumple que al que no se le ordena y cumple" (Tratado Kidushin 31). La razón es que psicológicamente una persona se resiste a hacer lo que tiene que hacer. Por eso, es más difícil para alguien a quien se le ordena y hace, que para alguien a quien no se le ordena y hace. La primera palabra de la Parashá semanal es "Tzav" - "Orden". Rashi nos dice que la palabra "Tzav" está siempre asociada con el concepto de disponibilidad. Donde hay una orden, hay una gran necesidad de entusiasmo, ya que es mucho más difícil hacer...

(Basado en Maiana shel Torá)

"Si lo ofreciere por ofrenda de gracias..." (Vayikrá 7:12)

¿Qué significa la palabra "judío"?

"Judío" es la traducción de la palabra hebrea "yehudí", que proviene de la misma raíz que la palabra "lehodot".

"Lehodot" es un término muy interesante. Posee dos significados. Significa "agradecer" y tambien significa "admitir".

¿Qué tienen de común "agradecer" y "admitir"?

Al decir "gracias", estamos, esencialmente, admitiendo. Estamos admitiendo que estamos endeudados con la otra persona, por la bondad que hizo con nosotros. A menos que admitamos que recibimos un favor, no podremos decir "gracias".

Si se nos llama "judíos", si eso es lo que somos, entonces debe ser que esas dos cualidades, la de admitir, y la de agradecer, son componentes integrales de nuestro pueblo.

Cuando una persona se salva de un peligro que amenazaba con su vida, la costumbre judía es hacer una comida especial en agradecimiento a Hashem.

Pero, ¿por qué Le damos gracias a Hashem de esta manera? ¿Por qué no damos fondos para caridad, por ejemplo?

En la parashá de esta semana, se estudia una categoría especial de ofrendas que se llevaban al Beit ha Mikdash, y que se llamaban Korban Shlamim (ofrenda pacífica). Esas ofrendas las comían, una parte los cohanim, y la otra, las personas que las ofrendaban.

La regla general era que las ofrendas debían comerse en su totalidad dentro de 36 horas, dos días y una noche. Pero el Korbán Todá era la excepción. ?En que consistía? El Korban Toda era la ofrenda que se Le llevaba a Hashem en agradecimiento por haberse salvado de un peligro.

El lapso permitido para consumir el Korbán Todá eran solamente 24 horas: un día y una noche, hasta la medianoche.

¿Por qué el lapso para comer el Korban Toda era tanto más corto que el de los otros shelamim? Y este interrogante cobra fuerza si tenemos en cuenta la inmensa cantidad de comida que se debía consumir con el Toda: cuarenta panes.

La respuesta es que cuando la persona que traía el Toda veía todo lo que habia para comer, invitaba a sus amigos a celebrar y regocijarse junto a él en una comida compartida.

Por cierto que el tema principal de conversación era la gran salvación que habia sido causa del encuentro, y el anfitrión solía narrar las milagrosas circunstancias de su rescate.

Y, en especial, se le pedía que dijera palabras de Torá y de agradecimiento a Hashem por su salvación.

Cuando una persona tiene que levantarse y hablar frente a una multitud, lo normal es que se le acelere el pulso, se le humedezcan las palmas de las manos y se le seque la boca. Se ve forzado a pensar con sumo cuidado lo que está a punto de decir, y cómo va a decirlo.

A través de ese proceso de reanalizar, la persona que recibió el milagro volvía a examinar cada uno de los detalles de su salvación, con el resultado de que no solamente inspiraba a su auditorio con el relato, sino que el mismo alcanzaba la concientización de todo la bondad que le habia conferido Hashem.

(Abarbanel, Rabí Itzjak Ezraji en Mizmor le Todá)


"Se mantendrá ardiendo un fuego continuo sobre él; no será apagado" (Vayikrá 6:6)

La Torá prohíbe apagar el fuego del Altar. Por el contrario: el fuego debe ser atendido constantemente, agregándole leña tanto como haga falta, de modo tal que la llama se eleve en forma constante. Y si está prohibido apagar siquiera una sola brasa del Altar físico (Zevajim 91), cuanto más grande será la prohibición de apagar siquiera una sola brasa ardiente del Altar espiritual, que es el corazón judío.

El ansia de santidad, la llama del corazón que siempre aspira a elevarse más y más, hacia arriba, hacia su fuente, siempre deberá alimentarse y fortalecerse, a través del razonamiento, la sabiduría y el discernimiento, con la iluminacion de las Mitzvot y la luz de la Torá.

(Orot ha Kodesh)


"Ordena a Aharón y a sus hijos, diciendo: 'Esta es la ley de la ofrenda de elevación..." (Vayikrá 6:2)

Cada uno de los órganos de los sentidos tiene una cubierta que lo protege de las cosas indeseables.

La boca tiene labios, capaces de evitar que la boca emita frases fuera de lugar. Los oídos cuentan con lóbulos que pueden emplearse para bloquear la entrada de malas palabras. Los ojos tienen párpados y cejas. Y asi con todos los órganos de la percepción.

Con una sola excepción.

La mente no tiene protección. Los pensamientos no tienen visor. Van y vienen como quieren. Por eso hace falta una medida extra de presteza y de vigilancia a fin de protegerla de los malos pensamientos.

Acerca del versículo citado, Rashi comenta que cuando la Torá emplea el termino "ordenar", siempre implica "presteza". En el Talmud, Rabí Shimón afirma que cuando hay un "jisaron kis", la Torá exige una medida extra de vigilancia.

Literalmente, "jisaron kis" significa "pérdida de bolsillo", una pérdida monetaria. En la mayoría de las ofrendas, los cohanim recibían parte del animal como comida. Sin embargo, en el caso del korbán olá, en que se quemaba toda la ofrenda y el Cohén no recibía nada, los cohanim precisaban de una medida extra de vigilancia.

No obstante, "jisaron kis" también puede significar "que le falta una cubierta". La ofrenda de elevación se llevaba como expiación por los malos pensamientos. La mente no tiene barrera, no tiene cubierta. Por eso, donde falta la protección, hace falta una medida adicional de vigilancia y de cuidado.

(Sijot Tzadikim en Maiana shel Torá)


"Ordénale a Aharón" (Vayikrá 6:2)

"¡Lo descubrieron!" "¡La verdad salió a flote!" "¡Revelación única!" Vivimos en un mundo en el que la falta de cubierta es endémica; un mundo en el que todo debe revelarse. Por carecer nuestra sociedad de un verdadero centro espiritual, la única cualidad que se cotiza es la revelación.

La revelación lo es todo. Lo que no se ve o lo que no puede verse no vale nada, no sirve para nada.

Las cosas sagradas, por necesidad, tienen que estar cubiertas. Su propia naturaleza exige una cubierta. En todas las épocas han existido treinta y seis tzadikim por cuyo mérito existe el mundo. Están ocultos. Tienen que estar ocultos.

El domingo 19 de febrero de 1995 falleció en Jerusalem Rabí Shlomó Zalman Oierbaj, a la edad de 84 años. A la tarde siguiente, 300.000 personas, una cantidad aproximadamente equivalente a la población adulta judía de Jerusalem, lo escoltó en su último viaje.

La prensa israelí fue tomada desprevenida. No tenían preparados obituarios, porque nunca habían oído hablar de él. Fue una persona frágil y humilde ya desde joven.

No se sentó en un concejo de Sabios. No creó un imperio de publicaciones. No distribuyó cassettes con clases.

Durante 45 años encabezo una respetada Yeshivá de Jerusalen que le proporcionaba su unico salario. Y 300.000 personas escoltaron a este hombre, al que la prensa jamás llegó a conocer, a su último descanso.

Lo sagrado debe estar cubierto.

Rashi comenta, con respecto al versículo citado: "La palabra 'ordénale' siempre connota diligencia y vigilancia. Rabí Shimón dijo que la Torá necesita un grado extra de vigilancia allí donde hay una falta de cubierta".

Al pensar en las ofrendas del Templo, pocas veces recordamos que, en la mayoría de las ofrendas, parte del korbán lo consumían el Cohén y la persona que lo habia traído. Podríamos pensar que se trataba de un simple beneficio adicional para quien traía una ofrenda. De hecho, el acto de comer, aparentemente, un mero acto físico, cubría la santidad más profunda del korbán. Sin embargo, había un korbán que no era consumido ni por el Cohén ni por la persona que habia traído la ofrenda: el korbán olá o la "ofrenda de elevación". El korbán olá debía ser consumido por el fuego en su totalidad. No se comía ninguna parte de él.

En otras palabras, la santidad del korbán olá era algo revelado. No poseía la cubierta; el camuflaje místico que se producía cuando el Cohén y el suplicante comían el korbán.

Es por ese motivo que el korbán olá necesitaba un grado extra de vigilancia y diligencia. Porque lo que es revelado necesita extra protección y vigilancia.

(Jidushei ha Rim)

martes, 23 de marzo de 2010

Pesaj: Términos y Conceptos de la festividad


AFIKOMAN:

En la antiguedad, postre que se comía a la finalización de las comidas, prohibido en Pesaj. En nuestros días: porción de la matzá intermedia del Seder que se consume después de la cena y que en muchas familias 'se roba' y se recupera pagando un rescate. Este juego hace que los ninos deseen quedarse despiertos esperando el momento de su 'descubrimiento' y comida.

ARBA BANIM:

Cuatro hijos con distintos niveles de comprensión y actitudes respecto a Pesaj y al judaísmo. En la Hagadá se encuentran respuestas didácticas para cada uno de ellos.

ARBA COSOT:

Las cuatro copas que se beben durante el Seder.

ARBA KUSHIOT {MA NISHTANA}:

Cuatro interrogantes que se preguntan en la noche del Seder.

AYUNO DE LOS PRIMOGENITOS {TAANIT BEJORIM}:

Abstención de la ingesta de alimentos a la que están obligados los primogénitos, en la víspera de Pesaj, rememorando la última de las diez plagas. Pueden obviar la norma al participar en una seudá mitzv , festín que se realiza cuando se finaliza el estudio de un libro del Talmud.

BEDIKAT JAMETZ:

Registro en búsqueda de jametz, en la noche anterior a Pesaj, a la luz de una vela' (Pesajin 1:1). Es una actividad didáctica en la que participan alegremente los ninos buscando los trozos de pan escondidos por los padres y al mismo tiempo encuentran los sobrantes dejados inadvertidamente.

BIUR JAMETZ:

Ceremonia en la cual se incinera el jametz encontrado en la víspera de Pesaj.

CASHER LEPESAJ:

Productos y utensilios adecuados ritualmente para ser consumidos según la ley religiosa judía durante Pesaj.

COPA DE ELIAHU:

Copa de vino que se sirve pero que no se bebe durante el Seder. Su origen se remonta al conflicto talmúdico acerca de la cantidad de copas que se deben ingerir durante el Seder, que se cree ser resuelto por el profeta Eliahu.

HAGADA:

Texto que contiene la 'narración' del Exodo. Se basa en el ritual que se consagró a partir del Segundo Templo. Contiene fragmentos del Pentateuco, comentarios del Midrash, del Talmud, plegarias, bendiciones, salmos y canciones. Se lee en la primer noche de Pesaj (en los países de la dispersión, también en la segunda) y un fragmento se acostumbra leer en Shabat Hagadol.

JAG HAMATZOT {la fiesta de los ázimos}:

Festividad que comienza el 15 de nisan. "El mes primero, el día 14 del mes entre dos luces, será el Pesaj de H'. El 15 de este mes se celebrará la fiesta de las matzot en honor de H', durante siete días comeréis panes ázimos. El día primero tendréis sagrada reunión; no haréis ningún trabajo servil. Ofreceréis durante siete días manjares abrasados a H'. El séptimo día celebraréis reunión sagrada; no haréis ningún trabajo servil"
[Vaikrá 23: 5-8].

"Guarda el mes de aviv y celebra en él Pesaj en honor de H' tu D-s, porque fue en el mes de aviv, por la noche, cuando H' tu D-s te sacó de Egipto"...
[Devarim 16: 1-10].

"Durante siete días comeréis matzot; desde el primer día quitaréis de vuestras casas la levadura. Todo el que desde el día primero hasta el día séptimo coma pan fermentado, ese tal será exterminado de en medio de Israel...Guardad la fiesta de Matzot, porque en ese mismo día saqué yo vuestros ejércitos de la tierra de Egipto. Guardad este día de generación en generación como decreto perpetuo...No comeréis nada fermentado; en todo lugar donde habitéis, comeréis ázimos"...
[Shemot Capítulo 12];

y "El mes primero, el día catorce del mes, es Pesaj de H' y el día quince del mismo mes es día de fiesta. Durante siete días comeréis matzá . El día primero habrá reunión sagrada. No haréis ningún trabajo servil. ...Así haréis los siete días...El día séptimo tendréis reunión sagrada; no haréis ningún trabajo servil".
[Bemidbar Cap. 28: 16-25]

Es una de las festividades de Peregrinación.

JAMETZ:

Leudado o fermentado. Ritualmente todo alimento que contiene levadura, almidón o grano fermentado o que fuese cocido o servido en utensilios cuyo servicio es prohibido en Pesaj por esa razón. Muchas familias tienen vajillas especiales para la festividad y otras toman los utensilios y los 'limpian especialmente' siguiendo las instrucciones de sus rabinos.

JAROSET:

Mezcla de nueces picadas, d tiles, manzanas y vino, que se usa junto al maror. Simboliza al arcilla usada para hacer ladrillos durante la esclavitud.

JOL HAMOED:

Días intermedios entre las festividades de Pesaj y Sucot.

KEARA:

Fuente o charola utilizada durante el Seder para colocar en ella

el zeróa (hueso);
jaroset (ver);
karpas (vegetales);
betza (huevo);
maror (hierbas amargas).

MATZA:

Pan ázimo, sin levadura. {Ver shemot 12:39}. El grano para preparar la matzá es de trigo [aunque se pueden usar cualquiera de las cinco especies de cereal: trigo, cebada, centeno, avena y espelta]. En la molienda se debe evitar la humedad y la fermentación de la harina. No se le agrega sal, huevo, ni levadura. El tiempo entre el amasado y el horneado debe ser menor que 18 minutos. Es llamada pan de aflicción "lejem oni".

MATZA SHEMURA:

Es matzá supervisada especialmente desde la cosecha y preparada con la 'intención' de cumplir con el precepto.

MATZA ASHIRA:

'Matzá enriquecida' con huevos, miel, aceito o vino. No se usa durante el seder. [Algunos rabinos prohiben su ingestión durante toda la festividad].

MEJIRAT JAMETZ:

Enajenación del jametz antes de Pesaj. La venta se realiza por medio de un contrato llamado Shetar Mejir . Se suele transferir la propiedad del jametz de la familia a un rabino que venderá el jametz de todos a un gentil.

MAOT JITIN:

Dinero que se colecta para ser repartido a los necesitados para que puedan adquirir matzá y alimentos de Pesaj.

PESAJ:

En las escrituras, es el nombre del sacrificio que los hijos de Israel debieron elevar a su salida de la esclavitud de Egipto. Se festeja del 15 al 21 de nis n [en la diáspora hasta el 22]. Es la primera de las tres festividades de Peregrinación. [Ver Jag HaMatzot].

PESAJ SHENI:

El segundo Pesaj que se recuerda un mes después del primero y que fuese instituido para posibilitar la celebración a quienes estaban inhabilitados ritualmente en la fecha correspondiente. En nuestros días se recuerda comiendo un trozo de matzá y absteniéndose de recitar el Tajanún en las plegarias.

SEDER:

'Orden' del ritual familiar de la primera noche de Pesaj [en el exilio también en la segunda]. En el Seder se cumple con el precepto de ensenar a los hijos el significado del Exodo [Shemot 13:8].

En el Seder se come matzá ; se relata la Hagadá; se comen hierbas amargas 'maror'; se toman cuatro copas de vino.

El orden es:

*Kadesh: santificación del vino;
*Rejatz: ablución de las manos;
*Carp s: consumo de verduras sumergidas en agua salada;
*Yajatz: división de la matzá intermedia para el aficomán;
*Maguid: relato de la historia, las cuatro preguntas y la narración;
*Rajatz: lavado ritual anterior a la comida;
*Motzi-Matzá : bendiciones sobre la matzá que es el pan de Pesaj;
*Maror: hierba amarga sumergida en jaroset;
*Corej: emparedado de maror;
*ShuljánOrej: 'mesa preparada' con la cena festiva;
*Tzafún: comida del aficomán;
*Barej: acción de gracias posterior a la comida;
*Halel: Laudes;
*Nirtz : Aceptación que marca el final del Seder.

SEFIRAT HAOMER:

Cuenta del Omer que se comienza a llevar a partir de la segunda noche de Pesaj y se continúa hasta Shavuot. Constituye el lazo que une a la celebración de la libertad física con la libertad espiritual obtenida de los Diez Mandamientos.

SHABAT HAGADOL:

El sábado anterior a Pesaj. Se lo llama así por los acontecimientos acaecidos al pueblo judío en el sábado anterior a su liberación de Egipto. En él se suele leer parte de la Hagadá.

Pesaj: Significados ocultos del Jametz y la Matzá


Nuestros Sabios nos enseñaron muchos conceptos ennoblecedores que son inherentes a las leyes de Pesaj. Lo que sigue a continuación es una pequeña selección de sus enseñanzas acerca del significado simbólico de jametz y matzá.

La diferencia entre el jametz y la matzá es muy pequeña; utilizamos la misma harina, el mismo agua y el mismo horno para ambos. ¿Por qué, entonces, son tan infinitamente diferentes?

Por el mero hecho de que la persona no se ocupa de la masa, ésta se hace jametz -fermenta, aumenta su volumen, altera su forma, y tiene un gusto ácido-. Todos estos cambios ocurren de por sí y no requieren de esfuerzo alguno por parte del hombre. Pero para que esta masa se convierta en una matzá apta para el cumplimiento de una mitzvá importante, el hombre debe trabajar duro, esmerarse y esforzarse.

El jametz y los agentes que causan la fermentación simbolizan el orgullo y la altanería; por eso en Pesaj está prohibida hasta su más mínima partícula. Estos rasgos -cualquiera sea el grado en que estén presentes en la persona- son perjudiciales para su carácter.

Es la demora de una reducida cantidad de tiempo lo que puede hacer que la masa para la matzá se convierta en jametz -una fracción de tiempo en el que la persona no hace nada-. A ello aluden las mismas palabras en hebreo: matzá/ se escribe con las letras mem, tzadik, hei. Si agregamos una pequeña línea a la hei/, ésta se convierte en una jet, y las letras forman entonces la palabra jametz . Ello nos indica la profundidad y majestuosidad del lashón hakódesh -la lengua santa-, donde las palabras y letras no son meras combinaciones circunstanciales sino resultan de la sabiduría del Creador. Cada palabra y letra en hebreo, e incluso su forma misma y el orden en que se disponen, encierra un significado muy profundo acerca de la raíz espiritual de donde proviene. Podemos llegar a comprender algunos de ellos, pero para entenderlos todos debemos esperar al día en que toda la tierra se llenará del conocimiento de Di-s (Isaías 11:9).

El jametz simboliza la inclinación al mal [o mal instinto - Iétzer Hará]; por lo tanto, la búsqueda del jametz y su eliminación representa la lucha del hombre por vencer esta inclinación. El jametz es más sabroso que la matzá, es de apariencia más agradable y de mayor tamaño. Ello también es cierto respecto de la "mala inclinación" que arrastra a la persona hacia los placeres mundanos, los hace más atractivos a sus ojos, y que parezcan más importantes de lo que realmente son. Este es el jametz que el hombre debe eliminar por completo.

El precepto de eliminar el jametz fue el escudo que protegió a los Hijos de Israel del castigo que se cernía sobre ellos en el momento de la redención de Egipto. Los pecados de los irrefrenables egipcios se originaron principalmente en el orgullo que sentían por su vasta riqueza y gran poderío. La riqueza y la fuerza física fueron sus dioses venerados, simbolizados por el carnero y el ganado [en hebreo, ashterot, vinculado a la palabra ósher, riqueza]. Egipto, el enorme monstruo marino que se extendía a ambas orillas del Nilo y que alardeaba: Mío es mi río, y yo me hice a mí mismo (Ezequiel 29:3), era una nación de jefes déspotas y tiranos. Todas las otras naciones eran sus subordinadas. Incluso entre ellos mismos, cualquiera que fuera físicamente más fuerte que su vecino pasaba a ser su amo y dueño. Los primogénitos egipcios gozaban de beneficios especiales, elegidos como favoritos sobre los más jóvenes. Incluso los sirvientes más humildes que trabajaban en los molinos no se sentían humillados por su baja posición sino que buscaban menospreciar a aquellos cuya posición era inferior a la suya enseñoreándose sobre ellos. Es decir, aun las clases sometidas y esclavizadas de la sociedad egipcia no pretendían liberarse de sus opresores, sólo buscaban a alguien inferior a ellas para verse a sí mismas como sus amos y maestros. Todo Egipto estaba plagado de orgullo y arrogancia. Cuando el Faraón dijo: ¿Quién es Di-s para que yo atienda Su voz? (Exodo 5:2), no hizo otra cosa que expresar los sentimientos de una nación entera, tanto sus hombres libres como sus esclavos.

Egipto hubiera preferido verse destruido y diezmado por las plagas que se sucedieron unas a otras, en lugar de consentir en dar la libertad a sus esclavos y admitir que su poder sobre ellos era apenas una ilusión. ¿Podía, aquel que expresó: Mío es mi río y yo me hice a mí mismo, reconocer la existencia de un poder superior al suyo? Fue sólo cuando Di-s pasó por encima de la tierra de Egipto, arrasándola y convirtiéndola en la más abyecta de las naciones a fin de que los egipcios sepan que Yo soy Di-s (Exodo 7:5) que los ciudadanos de esta otrora gran nación exclamaron: "Di-s es justo y no existe nadie fuera de El".

Las plagas penetraron en cada casa y lugar donde había un vestigio de arrogancia. Dado que no había familia en la que no hubiera un primogénito, la muerte se hizo presente en todas ellas, por medio de la última y más terrible de las plagas: Makát bejorót, "Muerte de los Primogénitos". En ese momento, los vestigios de orgullo, vanidad y arrogancia, fueron desterrados del mundo, pues la grandeza de Di-s estaba por revelarse, y sólo Su Omnipotencia reinaría sobre toda la Creación.

Los primogénitos de las familias judías también se vieron en peligro ante la justicia Divina que prevalecía, pues probablemente también ellos se habían visto influenciados y contaminados por la corrupción e impureza de Egipto, al igual que los demás esclavos que se encontraban sometidos allí. Era posible que entre ellos hubieran algunos que proclamaran con arrogancia: "Yo soy más grande que tú", una declaración que los hacía culpables de provocar la ira Divina que se había desatado para aniquilar a los primogénitos y abatir la altanería, a fin de restituir la majestad del Rey de la Gloria.

Y dijo Di-s a Moshé y a Aharón en la tierra de Egipto... hablad a toda la congregación de Israel, diciendo... cada hombre tomará para sí un cordero por cada casa paterna, un cordero por familia... toda la congregación de Israel lo faenará... tomarán de la sangre y la colocarán sobre las dos jambas... y comerán la carne esta noche, asada al fuego [costumbre de los esclavos], con matzot [costumbre de aquellos esclavos cuyo período de sometimiento ha sido extendido], y con hierbas amargas [costumbre de aquellos que son víctimas del sufrimiento] (Exodo 12:3-8).

Esto nos enseña que aunque el pueblo de Israel residía aún en Egipto, en medio de la corrupción y la impureza, ya podía afirmar que se había purificado plenamente de toda aquella contaminación. El falso dios que representaba la abominación de Egipto -el carnero- yacía degollado ante ellos, y su sangre rociada sobre ambas jambas de la puerta. El jametz , la ampulosa arrogancia de una nación de jefes supremos, había sido eliminado. Todo el alimento de esta noche apuntaba a una sola idea. El cordero, símbolo de la idolatría, la matzá preparada con gran prisa, y las hierbas amargas ("maror") que comieron humildemente, sirvieron para demostrar que ya no formaban parte de la sociedad egipcia. El versículo expresa: No ofrezcas la sangre de Mi sacrificio sobre jametz (ibíd. 23:18), pues el jametz y el Cordero Pascual son conceptos diametralmente opuestos. Sin embargo, la matzá, el maror, y el Cordero Pascual aluden a la misma idea: Ahora todo el pueblo era una nación de hombres libres, no más esclavos del Faraón sino sirvientes del Rey del Universo.

Y pasaré por la tierra de Egipto en aquella noche, y golpearé a cada primogénito en la tierra de Egipto... y la sangre servirá como señal para vosotros en las casas... pasaré por sobre vosotros y no sufriréis la plaga exterminadora cuando golpee a la tierra de Egipto (ibíd. 12:12-13).

La eliminación del jametz , así como la realización del sacrificio Pascual y el rociado de su sangre sobre las jambas de las puertas, protegieron a los Hijos de Israel del severo castigo que se abatió sobre Egipto. Nosotros, en cada generación, recogemos el fruto de los beneficios de estos actos, pues por su intermedio ofrecemos testimonio de que existe un único Di-s, que toda la grandeza Le pertenece, que todo cuanto existe proviene de El, y que todo nuestro sustento es provisto por El como recompensa por nuestro esfuerzo en cumplir las mitzvot que nos ha ordenado.

Rabí Jaím Vital, en su Sefer HaKavanot, compara los primeros trece días de Nisán con los primeros trece años de vida del hombre -representando cada día un año-. "En la víspera del día catorce" -al cumplir trece años y entrar en el decimocuarto año de vida- cuando un niño se convierte en adulto, es decir, adquiere la obligación de cumplir mitzvot, tiene el deber de buscar el jametz . En este instante ingresa en él el Iétzer HaTov -Inclinación al Bien- y la persona acepta sobre sí el yugo de las mitzvot. Tiene entonces la capacidad de luchar contra su inclinación al mal, -el Iétzer HaRá-, buscarla y destruirla, dondequiera se encuentre.

La búsqueda del jametz sirve para advertir al hombre en cuanto a su inclinación al mal. Se le ordena buscarlo en lugares ocultos y eliminarlo para poder disfrutar de la liberación del dominio de su inclinación. Debe experimentar esa libertad como si él mismo hubiese salido libre de Egipto.

Por lo tanto, es costumbre distribuir por la casa trozos de pan antes de la búsqueda, para indicar que aunque uno se haya purificado de la mejor manera posible de los pecados y de la iniquidad, no debe presumir y decir "Ya no estoy contaminado por pecados". Por el contrario, debe continuar la búsqueda, pues sin duda encontrará rastros de jametz en su interior, representado por el orgullo. Porque no hay justo sobre la tierra que haga el bien y no incurra en falta (Eclesiastés 7:20): Aquel que se jacta y piensa de sí mismo que ya ha corregido todos sus errores, puede estar seguro de que ni siquiera ha comenzado a servir a Di-s en la forma apropiada.

(Elihau Kitov. Nosotros y el tiempo - Sefer Hatodaa Vol. I)

lunes, 22 de marzo de 2010

Guía práctica para la noche del Seder (II)


Motzi

El comer matzá en la noche del Seder es una mitzvá de la Torá.

La Ley Judía define el acto de "comer" como equivalente a tragar un kezait entre dos y cuatro minutos (kedey ajilat pras). Si es dificultoso, se puede beber algo de agua mientras se come. Por lo menos, la matzá debe ser consumida en nueve minutos.

El tiempo cuenta no desde el primer mordisco, sino desde la primera vez que se traga. Por eso, se puede ganar tiempo extra masticando la matzá antes de tragarla.

Un kezait es aproximadamente 45-50 CC, lo que llega a ser más o menos dos tercios de un cuadrado de matzá, o media matzá redonda hecha a mano. (De acuerdo al Jazón Ish, la cantidad es alrededor de un 25 por ciento más grande).

A diferencia de cuando hacemos "Hamotzi" en Shabat, en Pesaj no untamos la matzá en sal. Esto se debe a que es una mitzvá especial saborear la matzá por sí sola.

Existe la costumbre de besar la matzá antes de comerla, de acuerdo al versículo, "Sirve a Dios con alegría" (Salmo 100:2).

Antes de que el oficiante recite la bendición, cada uno debe tener preparada frente a sí suficiente matzá para cumplir con la mitzvá en forma apropiada.

No se debe olvidar de comer la matzá recostándose hacia la izquierda.

* * *

Matzá

Recitamos una segunda bendición sobre la matzá, ya que ésta es una mitzvá especial de la noche del Seder.

Después de recitada la bendición, el oficiante debe quebrar ambas matzot juntas, para que haya una mínima interrupción entre la bendición y el comerla.

Como es probable que no haya suficiente matzá de la de encima y de la del medio para que cada uno pueda cumplir con el volumen mínimo de 45-50 CC, cada uno debe comer al menos un pedazo pequeño de ambas matzot, complementando con otras matzot de la mesa.

El Gaón de Vilna dice que un judío cumple con la mitzvá cada vez que come un kezait de matzá durante la semana entera que dura Pesaj.

* * *

Maror

Se toma una cantidad de Maror equivalente al tamaño de un kezait. A pesar de que muchos tienen la costumbre de utilizar raíz picante, el Talmud no obstante incluye Jasa – lechuga – como un vegetal que puede ser usado como Maror.

Si se utiliza lechuga, las hojas deben ser de 20.3 cm. por 25.4 cm. (8 por 10 pulgadas), o de aproximadamente 25-29 CC. Se debe tener especial cuidado de revisar la lechuga ya que frecuentemente tiene pequeños bichos en sus hojas.

Si se utiliza raíz picante, debe compactarse en 1.1 onzas liquidas (33 CC) – una cantidad equivalente a la mitad de un huevo promedio.

La raíz picante comprada en frasco no debe ser usada, ya que se le han agregado endulzantes para hacerla menos picante. La "raíz picante roja" es particularmente problemática ya que es una mezcla de remolacha (betarraga o betabel) y raíz picante.

Si utiliza raíz picante pura, ésta debe ser molida antes del comienzo de Iom Tov.

Antes de decir la bendición, el Maror debe haber sido untado en el Jaroset, y luego sacudido. El Talmud dice que un poquito de Jaroset sirve como "antiséptico" para diluir el efecto duro del Maror. Cuando se recita la bendición, se debe tener en mente que el Maror será comido también en el "sándwich Korej".

Uno no debe inclinarse mientras come el Maror.

Éste debe ser consumido entre los dos y cuatro minutos desde el momento de comenzar a tragar.

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Korej

Tome la matzá de abajo (que queda de las tres originales) y haga un sándwich con el Maror.

Para esta mitzvá está permitido utilizar cantidades menores. La cantidad de matzá debe ser de aproximadamente 23-25 CC – como un tercio de un cuadrado de matzá, o un cuarto de la matzá redonda. (De acuerdo al Jazón Ish, la cantidad es un 25 por ciento más grande).

La cantidad de Maror que se necesita es de 9.2 cm. por 6.9 cm. (3.6 por 2.7 pulgadas) de lechuga, o 0.7 onzas liquidas (21 CC) compactadas de raíz picante.

Unte el sándwich en el Jaroset y luego sacúdalo.

Diga el párrafo de "Recordación del Templo." No hay bendición.

Coma el sándwich mientras se reclina hacia la izquierda.

El sándwich debe ser consumido entre dos y cuatro minutos desde el momento de comenzar a tragar.

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Shuljan Orej

Coma una cena festiva. Es una tradición empezar la cena con un huevo, el cual simboliza el sacrificio de Jagigá. De esta forma, cada uno comienza la comida del Seder con la misma cosa – como en tiempos del Templo cuando cada uno comía el sacrificio de Jagigá.

La cena debe preferentemente terminar antes de medianoche, para comer el Afikomán a esa hora. Es importante no comer de más, para no estar lleno y poder comer el Afikomán.

La cena no debe incluir ninguna carne asada, para distinguir nuestra comida de aquella de los tiempos del Templo, cuando el "cordero Pascal" era comido asado. (Una sartén para asar es problemática; los jugos que se producen no con suficientes como para considerarse "cocinado").

La cena es en realidad una extensión de la alabanza de "Halel", por eso se debe continuar hablando del Éxodo a lo largo de la cena. Así, también, idealmente se debe comer toda la cena reclinados sobre el lado izquierdo.

* * *

Afikomán

El Afikomán debe preferentemente ser comido antes de la mitad de la noche. (Éste momento exacto varía dependiendo de la ubicación geográfica; consulte con su rabino). Si comer el Afikomán en ese momento significará apurar el Seder, entonces puede comerse más tarde.

El Afikomán debe ser comido mientras se está "lleno" – pero aún con espacio en el estómago. Si uno esta lleno al punto de estar "relleno", comer el Afikomán puede llegar a no ser considerado halájicamente un acto de "comer".

La cantidad de matzá que cada uno debe comer para el Afikomán es un kezait. Esto equivale aproximadamente 45-50 CC, lo que corresponde a dos tercios de un cuadrado de matzá, o media matzá redonda hecha a mano. (De acuerdo al Jazón Ish, la cantidad es un 25 por ciento más grande). Si una persona tiene dificultad de comer esa cantidad, puede comer la mitad.

Asegúrese de dar a cada persona por lo menos un pedazo pequeño del Afikomán, y luego completar el volumen que falta con otras matzot.

Después del Afikomán, no se puede comer nada más por el resto de la noche – excepto beber agua, té, y las dos restantes copas de vino.

El Afikomán se come inclinado hacia la izquierda.

Debe ser consumido entre dos y cuatro minutos desde el momento de comenzar a tragar.

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Barej

Cada persona debe enjuagar su copa de vino, y llenarla para la Tercera Copa, la cual será bebida al finalizar el "Agradecimiento Después de la Comida".

Se acostumbra que el dueño de casa dirija el "Agradecimiento Después de la Comida" en la noche de Pesaj.

En variadas ocasiones durante el año, el oficiante dirá el "Agradecimiento Después de la Comida" mientras sostiene una copa de vino. En el Seder, ¡cada uno puede hacerlo!

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Tercera Copa

Es preferible beber la copa de vino completa. Si no es así, se debe por lo menos beber la mayoría de la copa.

Es preferible "beber" la copa en dos tragos sin pausa. De lo contrario, se debe por lo menos consumir el vino en cuatro minutos.

No olvide inclinarse hacia la izquierda mientras bebe.

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Abrir la Puerta Para Eliahu

Sirva la Cuarta Copa, y también la copa extra para Eliahu.

Se acostumbra usar lo que "sobra" de la copa de Eliahu para el Kidush del siguiente día.

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Cuarta Copa

Es preferible beber la copa de vino completa. De no ser así, se debe beber por lo menos la mayoría de ella.

Es preferible "beber" la copa en dos tragos sin pausa. De lo contrario, se debe por lo menos consumir el vino en cuatro minutos.

No olvide inclinarse hacia la izquierda mientras bebe.

Luego, la bendición final para el vino debe ser recitada.

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Jad Gadya

A pesar de que el Seder oficialmente ha concluido, es loable continuar hablando sobre el Éxodo hasta que el sueño lo supere. Muchos tienen la costumbre de recitar "El Cantar de lo Cantares" en ese momento.


"Shabat HaGadol" "El gran sabado de la comunicacion", 12 Nisan 5770 (27 Marzo 2010)


El sábado que antecede a la festividad de "Pésaj" es conocido como Shabat Hagadól, o sea, el Gran Sábado. Son varias las razones dadas para este sonoro y sobresaliente título.

La más conocida es que fué en este dia, en el cual el pueblo de Israel, estando aún en la "casa de la Esclavitud" de Egipto, tomó los corderos necesarios para el sacrificio pascual y los ataron en preparación para el Pésaj. No fué ésta una acción simple, carente de valor. Muy por el contrario fué una acción heroica, debido a que el cordero era una de las deidades de los egipcios, y nuestro pueblo subyugado y esclavizado encontró el gran valor y atrevimiento de demostrar su creencia en un Dios único, degollando al símbolo de divinidad del opresor.

Existe la creencia tradicional que el pueblo de Israel, ha de tener dos Mesías: uno será descendiente de la casa del Rey David, y el segundo tendrá su arraigo en el patriarca José. Mencionó uno de nuestros sabios, que es necesario tener dos Mesías, uno para sacar y redimir al pueblo de Israel de su destierro y el otro, para extraer del corazón de ellos el Galút y el Exilio.

Podemos afirmar con certeza que la verdadera liberación y redención del pueblo de Israel de Egipto ocurrió aquel "SHABAT HAGADOL" cuando con gran abnegación y sacrificio propio, este pueblo acordó poner fin al yugo de cientos de años de servidumbre y sumisión dando abierta expresión a su vocación de libertad e independencia. Este gran milagro de expresión libre, de no callar, sino de todo lo contrario, dar a conocer nuestros ideales y principios libertarios, lo festejamos y celebramos en este "SHABAT HAGADOL".

Uno de los hechos sobresalientes del relato bíblico acerca del proceso de liberación del pueblo de Israel en Egipto, es el gran número de milagros que le antecedieron.

En la Hagadá leemos sobre una discusión entre nuestros sabios acerca de cuantas fueron las plagas con las que Dios castigó a los egipcios. Hay quien mantiene que hubo diez en Egipto y cincuenta en el mar; otro sabio asegura que fueron cuarenta en Egipto y doscientas en el Mar Rojo y hay quien aumenta la cifra a cincuenta y doscientos cincuenta respectivamente. El Pasúk nos dice: "Y NOS EXTRAJO EL SEÑOR DE EGIPTO CON MANO FUERTE Y CON BRAZO EXTENDIDO Y CON REVELACION, CON SIGNOS Y MILAGROS". ¿Cuál fué la necesidad de tantas plagas y milagros, para que se tuviera que recurrir a esa "Gran Revelación"? No cabe duda que la salida de Egipto demandó una exposición abierta, manifiesta y clara, una declaración explícita hacia todo el mundo, de que el pueblo de Israel es libre y soberano. La salida de Israel de Egipto no fué oculta y a escondidas, sino fué con revelación y comunicación a todos sobre los principios de libertad y fe, bases de la creencia e identidad de nuestro pueblo. Porque, al igual que el ser humano tiene derecho a su libertad e independencia, también tiene derecho a su libre expresión y la comunicación de sus ideales.


Existe sin embargo, una segunda razón para el título de SHABAT HAGADOL, debido a la "Drashá" o sermón que sustentan este sábado los rabinos y maestros del pueblo, explicando las leyes y tradiciones del Pésaj por venir, y exponiendo la gran cantidad de costumbres y "DINIM". La "DRASHA" es generalmente extensa y convierte a este sábado en un sábado "largo" y de ahi el título de SHABAT HAGADOL, EL GRAN SABADO.

No cabe duda alguna de que "EL PUEBLO DEL LIBRO" siempre se ha destacado por su vocación y esmero en la enseñanza y el aprendizaje. Nuestra fuerza y valor residen en esa gran dedicación educativa y comunicativo. Y si hay algún día que merezca el título de grandeza, es aquél consagrado a la instrucción y al enlucimiento de ideas, y a la enseñanza de nuestras tradiciones. No es en vano que al principio de la "hagada", como forma introductiva se, nos incluya el dicho "VEJOL HAMARBE LESAPER BITZIAT MITZRAIM, HAREI ZE MESHUBAJ": Todo aquél que aumenta en el relato de la salida de Egipto es digno de loas.


Durante este Shabat, se recita una parte de la hagada.

domingo, 21 de marzo de 2010

Guía práctica para la noche del Seder (I)


El Plato del Seder (Keará)

Los objetos en el plato del Seder se ubican en un orden muy específico. Empezando de abajo, y en el sentido del reloj, el orden es: Jazeret (lechuga), Karpas (vegetales), Beitzá (huevo duro), Zeroa (hueso asado), Jaroset (nueces y dátiles). Y al centro va el Maror (hierbas amargas).

Si este diagrama no coincide con el plato que ustedes tienen, es porque hay opiniones que varían ligeramente – pero esta es la forma en que está escrito en el Código de Ley Judía.

¿La razón para este orden? El Talmud enuncia el concepto de Ein ma'avrin al hamitzvot – no debemos pasar sobre ninguna mitzvá que este frente a nosotros. Por esta razón, el plato del Seder está organizado para seguir el orden de la Hagadá, para que cualquier cosa que necesitemos esté ubicada lo más cercano a nosotros, para evitar pasar por alto alguno de estos símbolos.

El plato del Seder debe estar ubicado a la derecha del oficiante.

Un tazón con agua salada debe estar puesto en la mesa, cerca del plato del Seder. El agua salada debe ser preparada con anterioridad al inicio de la fiesta.

De hecho, como el Seder no puede comenzar antes de la puesta de sol, y como éste puede ser bastante largo, es importante tener todo preparado por adelantado para que uno pueda empezar tan pronto como el servicio de la sinagoga haya terminado.

Además, tres matzot deben ser puestas en la mesa – ya sea debajo o frente del plato al Seder. Ellas deben estar cubiertas, y separadas una de otra, por una servilleta o un paño.

Para el Seder, es tradicional usar matzá shmurá redonda y hecha a mano. Este tipo de matzá ha sido cuidadosamente protegida de no tener contacto con agua desde el momento de ser cosechada, molida, amasada y horneada. La fuente para el uso de matzá shmurá viene del versículo de la Torá, Ush'martem et hamatzot -- "Y ustedes deben cuidar las matzot".

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"Seder" literalmente significa "orden." Las actividades y mitzvot de la noche de Pesaj fueron codificadas en un orden específico, porque de otra manera ¡nosotros podríamos confundirnos y olvidarnos!

En realidad realizamos siete mitzvot diferentes a lo largo del Seder.

Dos son de la Torá:

1) Relatar la historia del Éxodo.
2) Comer matzá.
Las otras mitzvot son rabínicas:
3) Comer Maror (hierbas amargas).
4) Comer el Afikomán (un pedazo extra de matzá para el postre como, un recordatorio del sacrificio de Pesaj).
5) Decir Halel (Salmos de alabanza).
6) Beber las Cuatro Copas de Vino.
7) Demostrar actos de libertad y aristocracia – por ejemplo: sentarse con un almohadón, inclinarnos cuando comemos y bebemos, y comenzar la cena "con algo que se unte".

Los 15 pasos de nuestro Seder fueron compuestos en el siglo 11 por comentaristas del Talmud, tanto Rashi como Tosafot.

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Leyes de las Cuatro Copas de Vino

En el Seder, cada judío debe beber cuatro copas de vino que corresponden a las cuatro expresiones de libertad mencionadas en la Torá. (Éxodo 6:6-7).

Como esa noche somos personas libres, nadie debe servirse el vino a sí mismo, sino que cada persona debe servírselo a otro – como si fuésemos personas de la realeza que tenemos sirvientes.

Es mejor utilizar vino tinto (rojo), dado que esto alude a la sangre derramada por el Faraón, la sangre como parte de las Diez Plagas, y la sangre con la que los judíos marcaron los umbrales de sus puertas.

Alguien que tenga dificultad en beber vino puede usar jugo de uva, pero debe agregarle un poquito de vino para que el gusto del alcohol sea detectable.

Cada persona debe tener su propia copa de vino, que debe contener un Revi'it – es decir, un mínimo de 98 CC (3.3 onzas) de acuerdo al Rabino Moshe Feinstein, o 150 CC (5.1 onzas) de acuerdo al Jazón Ish. Cuando Pesaj cae en Shabat, la cantidad mínima para la primera copa es de 131 CC (4.42 onzas), inclusive de acuerdo al Rabino Feinstein.

Es preferible beber toda la copa de vino por cada una de las Cuatro Copas. De no ser así, se debe por lo menos beber la mayoría de la copa.

La Ley Judía define el acto de "beber" como el equivalente a dos tragos sin pausa. Esta es la forma preferible para consumir las Cuatro Copas. De no ser posible, se debe consumir el vino en cuatro minutos.

Como una expresión de libertad, los Sabios decretaron recostarse hacia el lado mientras se beben las Cuatro Copas de vino. ¡Cada uno debe inclinarse hacia el lado izquierdo y hacia atrás!

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Las Bendiciones

El Kidush debe ser recitado mientras se está sentado. Se debe tener en mente cumplir con dos mitzvot:

1) La mitzvá de Kidush que decimos en cada Shabat y Iom Tov.

2) La mitzvá especial de beber Cuatro Copas de vino en el Seder.

Cuando decimos la bendición de Shejeianu, se debe tener en mente que esta incluye todas las mitzvot de la noche del Seder.

Cuando el Seder cae en la noche del sábado, también se debe hacer la bendición de Havdalá como figura en el texto, utilizando las velas de Iom Tov como vela de Havdalá.

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Urjatz

Cada persona en el Seder debe lavarse las manos de la forma en que se hace antes de comer pan -- vertiendo agua desde un vaso, cubriendo cada mano hasta la muñeca. Esto se hace SIN bendición.

Hacemos esto porque cualquier pedazo suelto de comida que se haya mojado con ciertos líquidos (agua, vino, sangre, rocío, leche, aceite de oliva, y miel de dátil) hace que la comida sea susceptible a impureza espiritual y requiere el lavado de manos si la comida va a ser ingerida con las manos. Por eso, si la comida va a ser ingerida con un tenedor, no sería necesario el lavado. En ese caso, por lo menos el oficiante debe lavarse las manos, y luego untar todos los pedacitos.

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Karpas

Tome el vegetal del Karpas y úntelo en agua con sal.

Éste debe ser un vegetal cuya bendición sea Boré Prí Ha-Adamá cuando es comida cruda, pero que no puede ser usado como Maror. Las opciones son apio, perejil o papa.

Durante la preparación, es importante revisar los vegetales cuidadosamente, dado que los vegetales con hojas en particular pueden tener pequeños insectos, que obviamente no son casher para comer.

Una persona debe comer MENOS que el tamaño de un kezait (15 gramos), para evitar tener que decir una bendición posterior.

Se debe tener en mente que la bendición también incluirá la bendición del Maror – así unirá el Karpas a la comida, y se cumplirá con la obligación de la bendición posterior, con la bendición de Agradecimiento Después de la Comida.

Si usted inadvertidamente comió más de un kezait, post facto no necesita decir una bendición posterior.

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Yajatz

El oficiante del Seder rompe la matzá del medio en dos partes. El pedazo más pequeño se coloca de vuelta entre las otras dos matzot, para ser comidas más tarde en Hamotzi. El pedazo más grande se envuelve y se convierte en el Afikomán.

El Talmud señala que los niños deben tratar de "robar" el Afikomán para incentivar a que permanezcan despiertos durante el Seder.

Nótese que las dos mitzvot de comer matzá en el Seder serán cumplidas del mismo pedazo.

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Magid

Como comenzamos la parte principal del Seder – relatar el Éxodo – es importante tener una buena traducción de la Hagadá para poder entender lo que se está diciendo. Este primer párrafo de la Hagadá no está escrito en hebreo, sino que en arameo, el cual era el idioma común de esa época.

Muchos tienen la costumbre de decir en voz alta "Yo estoy preparado para cumplir la mitzvá de relatar la historia del Éxodo".

Se descubren las matzot, se mantiene levantada la matzá que ha sido partida para que todos la vean, hasta el inicio de las Cuatro Preguntas.

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Las Cuatro Preguntas

Se quita el plato del Seder de la mesa hasta que sea el momento de comer. Hacemos esto para incitar las preguntas, y también para mostrar que ¡no comeremos hasta que la historia no haya sido relatada!

Se acostumbra que la persona más joven en el Seder recite las Cuatro Preguntas.

En este momento, servimos la Segunda Copa de vino.

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Avadim Haynu

Las tres matzot deben quedar descubiertas durante el relato del Éxodo.

La Mishná Brurá dice que ésta declaración, "Fuimos esclavos en Egipto", es la respuesta esencial a las Cuatro Preguntas, y que luego de este momento se le permite a los niños pequeños irse a dormir.

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Ve-Hi She-Amda

En una expresión de alegría, las matzot son cubiertas y las copas de vino se levantan mientras se recita este párrafo.

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Las Diez Plagas

Cada vez que una de las plagas es mencionada, untamos nuestro dedo en el vino y derramamos una gota. Esto nos recuerda que nuestra copa de alegría no está completa porque hubo gente que tuvo que morir por nuestra salvación. Es por eso que es considerado insensible – después de completar las gotas – ¡chuparse el dedo!

En vez de utilizar el dedo "pequeño", se debe utilizar el dedo "índice" (Etzba en Hebreo), el cual corresponde a la declaración en la Torá que las plagas fueron Etzba Elokim -- "el dedo de Dios" (Éxodo 8:15).

Se debe derramar un total de 16 gotas – tres por "sangre, fuego y pilares de humo", 10 más por las plagas, y otras tres por la abreviatura de Rabi Yehudá.

Después de que todas las gotas fueron derramadas, la copa debe ser llenada nuevamente.

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Lificaj

Se cubren las matzot, se levanta la copa de vino, y se recita alegremente el párrafo en voz alta.

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Segunda Copa

Cuando beba el vino, no olvide de inclinarse. Tan importante es esta expresión de libertad, que si uno olvida inclinarse mientras bebe la Segunda Copa ¡la ley declara que debe volverla a beber!

Si ya hicimos la bendición por la Primera Copa de vino, ¿por qué hacemos una nueva bendición? Porque ya ha pasado un lapso de tiempo significante entre las dos copas.

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Rajtzá

Dado que previamente ya nos lavamos las manos antes del Karpas, ahora intencionalmente se debe ensuciarlas, para que la bendición del lavado no sea dicha en vano. Esto se puede lograr tocándose un zapato o rascándose la cabeza.

¿Cómo nos lavamos las manos? Primero, llene un tazón con agua. Vierta la mitad del agua sobre su mano derecha (hasta la muñeca), luego la otra mitad del agua sobre su mano izquierda. Luego diga la bendición y seque sus manos.

Desde este momento en adelante, sea cuidadoso de no hablar hasta que haya terminado de comer la matzá. Esto es para evitar alguna "interrupción mental" entre el lavado y el comer.

Mejor aún, trate de no involucrarse en ninguna conversación hasta haber terminado incluso el Maror (hierbas amargas) y el sándwich de Korej. De este modo, la bendición de "Motzi, Matzá y Maror" va a incluir el sándwich.

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