martes, 18 de agosto de 2020

AHAVAT JÉSED. Shofetim (Deuteronomio 16:18-21:9)(Temas contemporáneos a través del prisma de la parashá semanal)


El último tema de la parashá de esta semana es eglá arufá, la ternera que se faena. Si encuentran una persona asesinada fuera de los límites de la ciudad, el Sanedrín debe enviar jueces al área para medir qué ciudad es la más cercana al lugar donde se lo encontró. Los ancianos de esa ciudad deben llevar una ternera, quebrar su cuello en el lugar prescripto y luego decir (Devarim 21:7): "Iadeinu lo shafjú et hadam hazé veeineinu lo raú (nuestras manos no derramaron esta sangre y nuestros ojos no vieron).
Ellos deben proclamar no sólo que no mataron a la víctima, sino que tampoco fueron testigos de su asesinato. Rashi señala que es ridículo sospechar que los ancianos de la ciudad (que son sus jueces) puedan haber asesinado a esa persona. Nuestros Sabios explican que el versículo implica que ellos no lo vieron salir sin alimento ni escolta. Por lo tanto la frase "nuestros ojos no vieron" en realidad viene a explicar que "nuestras manos no derramaron su sangre", es decir, no supimos que necesitaba alimento y acompañamiento, por lo que no somos responsables de su asesinato.
La enseñanza es obvia: si hubieran sabido que necesitaba alimento y acompañamiento y no se lo hubiesen provisto, habrían sido considerados responsables por su asesinato.
Un viajero que transita por una ciudad desconocida necesita tanto ayuda monetaria como que lo guíen para viajar por la ruta más segura. Esta sección de eglá arufá nos enseña el grado en que Hashem nos considera responsables los unos por los otros. Si no ayudamos a nuestro hermano judío, somos responsables por el resultado de no haberlo hecho, aunque sea indirectamente. Si por no proveerle alimento y acompañamiento para su viaje estuvo hambriento y cansado en un lugar peligroso y terminó siendo asesinado, ¡es como si los Sabios mismos lo hubieran matado!
Por lo tanto, la declaración de los ancianos de haber ignorado las necesidades de la víctima es la forma en que proclaman su inocencia.
Si es así, ¿por qué el versículo siguiente dice: "expía por Tu nación Israel"? Si no supieron que necesitaba alimento y acompañamiento se los considera completamente inocentes. Entonces, ¿por qué necesitan capará, expiación?
La respuesta es que a pesar de que la población de la ciudad no se considera responsable de haber derramado sangre por no haber sabido que el difunto necesitaba ayuda, haber ignorado esa necesidad es, en sí mismo, un error que necesita corrección y capará.
Si una ciudad no tiene un comité responsable de supervisar la hospitalidad hacia sus visitantes, es muy probable que la persona que necesita algo no sepa hacia dónde dirigirse, o que se sienta demasiado avergonzada para pedir ayuda. Ella tratará de arreglárselas por sí misma antes que ponerse en una situación de vulnerabilidad y enfrentar el posible rechazo de los demás. De hecho, la persona en estado de necesidad se encuentra en una posición muy precaria.
Muchas personas necesitan ayuda, pero simplemente les da demasiada vergüenza pedir ayuda.
El hombre asesinado necesitaba ayuda y la ciudad en la que se encontraba tenía la obligación de ayudarlo. Como sus habitantes no se enteraron de la necesidad, no cumplieron con su obligación. Ellos son parcialmente responsables de la omisión, porque si hubieran tenido una mayor orientación hacia el jésed, habrían creado un sistema que asegurara que todas las personas necesitadas recibieran ayuda.
Hay un versículo en Mija(1) que nos alienta a ahavat jésed, a amar la bondad. El Jafetz Jaim señala que esto nos exige no sólo realizar actos de jésed, sino también a amar hacer jésed.
Una de las diferencias más grandes entre quien realiza actos de jésed y quien ama la bondad es lo que acabamos de explicar. Quien simplemente hace jésed no se esforzará para encontrar a los necesitados, sino que esperará que la necesidad se presente ante él y entonces por supuesto cumplirá con su obligación. Sin embargo, quien ama la bondad no esperará que se le presente la oportunidad para hacer bondad, sino que su amor al jésed lo vuelve sensible al hecho de que siempre hay personas necesitadas. Esta sensibilidad lo lleva a entender que es necesario realizar un esfuerzo extra para encontrar a los necesitados y ayudarlos.
Muchas, muchas personas necesitan nuestra bondad.
Una madre que acaba de dar a luz puede necesitar desesperadamente que la ayuden con las tareas de la casa, apoyo emocional y/o guía práctica. Quien acaba de mudarse a un nuevo barrio puede beneficiarse de un "tour" para saber dónde están los supermercados, los bancos, las escuelas, etc. Sobre todo, el recién llegado necesita amigos, ¡una bondad inmensa que muchas veces puede pasar desapercibida! Una persona enferma puede necesitar que la visiten para ver cómo está, que la alienten y la alegren. Las personas mayores muchas veces necesitan ayuda, así como compañía. Las familias con niños que tienen necesidades especiales u otras situaciones difíciles a menudo necesitan ayuda y aliento. Y, ya que estamos, las personas normales y saludables también necesitan una sonrisa o una palabra amable para llenarse de vitalidad y alegría. La lista es infinita. Hay tantas oportunidades para realizar jésed y tantas personas que realmente necesitan ayuda, ya sea física, financiera, emocional o de otra clase.
La Torá nos enseña que somos la nación sagrada de Hashem, que debemos ser sensibles y amar hacer bondad. De hecho, nuestros Sabios señalan que el pueblo judío se caracteriza por ser baishanim, rajmanim y gomlei jasadim, es decir, vergonzosos, misericordiosos y bondadosos. Es decir que estar siempre atento a las necesidades de los demás, amar hacer jésed y buscar constantemente las innumerables oportunidades para brindar la ayuda necesaria es el sello del judío.
La pregunta que cada individuo y cada comunidad debe hacerse es: ¿Contamos con todos los sistemas organizados para asegurar que nadie que tenga una necesidad pase desapercibido? ¿Funcionan todos los sistemas como corresponde? ¡Asegúrate de tratar el tema en tu próxima reunión comunitaria!
NOTAS: (1) 6:8
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jueves, 13 de agosto de 2020

PARASHA DE LA SEMANA: REÉ (II). El libre albedrío


R, “mira”, dice la Torá, coloco delante de ti Berajá ukelalá, “una bendición y una maldición”. De esta manera se nos hace saber que la opción es nuestra, que el resultado de nuestras acciones puede anticiparse, y que las consecuencias por las mismas no son arbitrarias. Si cumplimos con las Mitsvot, obtenemos la Berajá, y en el caso contrario, sufrimos la kelalá. En próximos capítulos se repetirá está advertencia y leeremos en el texto, “…os di para escoger entre la vida y la muerte, entre la bendición y la maldición, uvajartá bajayim, y os exhorté a escoger la vida…”. En una visita que el finado presidente de Israel Zalman Shazar realizó a los Estados Unidos, se presentó ante una reunión del New York Board of Rabbis, donde citó el texto en cuestión. Shazar cuestionó el hecho de que la Torá contradice la hipótesis de bejirá jofshit, que es el libre albedrío, al instruir uvajartá bajayim. La posibilidad de escoger hubiera sido mejor aplicada si nuestro texto se limitase a señalar las consecuencias anticipadas de nuestro comportamiento y permitir que cada uno escoja su propio camino.
 
Shazar continuó luego con un análisis de los grandes males morales que afligen a nuestra sociedad y terminó señalando que el desinterés y la apatía provocan la deshumanización, asfixiando cualquier posibilidad de avance y de progreso. La insensibilidad al sufrimiento ajeno es moralmente indefendible y la apatía resulta más perniciosa para una sociedad que la falta de preocupación por el dolor del prójimo. La incomprensión y la indiferencia producen mayor angustia que la actitud mezquina de no ofrecer una mano de apoyo o una ayuda concreta.
 
La Torá está atenta a esta falla humana y el texto citado ordena la reflexión sobre la Berajá y la kelalá. Debemos meditar acerca de cuáles son los resultados cuando se vive de acuerdo con las Mitsvot en contraposición a un comportamiento que no las toma en cuenta. La Torá ordena meditar sobre nuestras responsabilidades y en consecuencia no podemos asumir un comportamiento que se caracteriza por la inercia y la ausencia de acción. La conclusión de cualquier reflexión, según Shazar, tiene que desembocar forzosamente en uvajartá bajayim. Porque todos deseamos una sociedad armoniosa y sin conflictos, la cual es imposible lograr en un ambiente donde impera el robo. Porque todos apoyamos, en principio, la unidad y la solidez del núcleo familiar y conocemos la tragedia que la paternidad irresponsable acarrea. Porque todos sentimos que el trabajo es necesario, pero, al mismo tiempo, sabemos que el espíritu también requiere atención. Nuestra debilidad esencial consiste en que no le dedicamos suficiente atención al análisis de nuestra conducta diaria que nos permita anticipar con alegría y optimismo lo que nuestras acciones cosecharán en el futuro. El resultado deseable y aconsejable de cualquier estudio sería una vida ordenada, bajo un régimen de ley y de orden humanos, lo que debe conducirnos, invariablemente, a uvajartá bajayim.
 
La Bejirá jofshit, que es el libre albedrío, sin embargo, es fundamental para nuestra tradición, porque de otra manera no podríamos contemplar la estructura total de Sejar veónesh, la recompensa por las buenas acciones y el castigo por los delitos lo cual forma parte de nuestro pensamiento religioso. La posibilidad de escoger libremente es un requisito indispensable para poder luego solicitar y exigir que se asuma la responsabilidad por las consecuencias de las acciones.
 
Harav Yosef Dov Haleví Soloveitchik maestro de maestros cuestiona la respuesta de nuestros antepasados, cuando se les ofrece la Torá, que es la ley. Según el texto bíblico, la respuesta al pie del Monte Sinaí fue naasé venishmá, que nuestros parshanim interpretan como una manifestación de la disposición de nuestros antepasados a obedecer y cumplir los preceptos, aun antes de conocer los detalles y el contenido de estos instructivos. En efecto, la generación de aquella época no ejerció su Bejirá jofshit, ya que previamente no realizaron una evaluación y un juicio ponderado con relación al compromiso que estaban asumiendo.
 
Soloveitchik propone la existencia de dos tipos de voluntad. A la primera la denomina Ratsón elyón, que quiere decir voluntad superior. Esta expresión de nuestra voluntad no se basa en un proceso intelectual y no recurre al razonamiento. El Ratsón elyón, responde a ciertos impulsos de nuestra espiritualidad y revela la auténtica identidad del ser humano. El debate interno que consiste en una evaluación lógica de las diferentes posibilidades pertenece al mundo del Ratsón tajtón, que es la voluntad inferior. Es esta la voluntad que utilizamos en nuestros quehaceres y en los numerosos razonamientos que diariamente hacemos.
 
Es de interés notar del hecho que las grandes resoluciones de la vida no son el resultado de una actividad intelectual que minuciosamente examina el haber y el débito que nuestras acciones implican. Generalmente Las decisiones de mayor consecuencia, como el matrimonio y la profesión, no son precedidas por un minucioso examen de las opciones. La fe, por ejemplo, es más bien el resultado de un brinco existencial y consecuencia de un fuerte sentimiento irresistible y no señala la culminación de un proceso de raciocinio. Nuestro padre Avraham no llegó a su concepción de la Divinidad porque examinó con un fino telescopio la órbita de los planetas o procedió a contar las estrellas del firmamento. Al contemplar la vastedad del cosmos, Avraham siente, en lo más profundo de su ser, la presencia Divina. Es una convicción emocional y una verdad espiritual la que en aquel momento reconoce el patriarca. El momento del descubrimiento o del hallazgo científico se da, en numerosas ocasiones, como una especie de luz interna que sin motivo aparente llega al intelecto, explicando el, fenómeno que anteriormente no era inteligible. (También hay quiénes acertadamente señalan, que únicamente los investigadores y los que trabajan con ahínco durante mucho tiempo en la solución de ciertos problemas, son los que, súbitamente, reciben esa iluminación espontánea).
 
La hipótesis que señalamos implica ciertos riesgos o peligros pues afirma que las intuiciones y los sentimientos son los que rigen los procesos más complejos de nuestras vidas. La probabilidad de pulsar una tecla de alguna computadora que puede desatar una conflagración atómica mundial, según nuestras consideraciones, tal vez depende de este Ratsón elyón, voluntad que está fuera del control de nuestro intelecto. El ejercicio del Ratsón elyón viene a ser el resultado de sensaciones involuntarias y de impulsos incontrolables, aparentemente, no verificables.
 
El Ratsón tajtón probablemente tenga también la función de una suerte de control sobre el Ratsón elyón. Descubrimiento e invento son el resultado de esa indefinible luz interna que es el Ratsón elyón. Pero luego entra en función el Ratsón tajtón para verificar y comprobar las teorías y las conclusiones sugeridas.
 
La rápida aceptación de la Torá representada por el Naasé por nuestros antepasados fue seguida por el Nishmá que exige el estudio y la investigación sobre las consecuencias del salto de fe que dieron inicialmente. Tal vez se pueda deducir de nuestra reflexión que el Naasé, por si solo es insuficiente y puede llevar a la superstición, a menos que sea seguido por el Nishmá, la ponderación y la reflexión acerca de las leyes recibidas.
 
Los textos de la Kabalá sugieren que únicamente en Dios se unen el Ratsón elyón y el Ratsón tajtón en una armonía total. Mientras que en el hombre, en muchas oportunidades, estas dos voluntades están en conflicto. Depende, tal vez, de nuestras metas en la vida. El Ratsón tajtón es pragmático, se satisface con logros mediocres y busca la utilidad inmediata. Se limita a la percepción visual y actual de las cosas. Pero la gloria pertenece al Ratsón elyón, que responde a una visión, a las causas que tienen valor eterno y a los propósitos nobles.
 
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PARASHA DE LA SEMANA: REÉ (I)



Moshé hace saber a los hijos de Israel que pueden elegir entre recibir las bendiciones de D-s por observar Sus mandamientos o sufrir Su anatema por recharzar Sus leyes. En los montes de G´rizim y Eival se llevaría a cabo una ceremonia inmediatamente después de la entrada del pueblo en Eretz Israel, durante la cual se informarían las consecuencias de la bendición y la maldición.
 
Moshé expuso, después, una cantidad de leyes religiosas, civiles y sociales cuyo objeto era regular la vida de la nación en la Tierra Prometida. En primer lugar se ocupó del principio del culto centralizado, dirigido contra la práctica idolátrica del culto individual en cualquier sitio que fuere. todos los sacrificios debían ser traídos únicamente al lugar elegido por Hashem. Esas porciones de ofrendas permitidas al cultor profano debían ser comidas allí. Sin embargo, un animal destinado al consumo ordinario antes que a una ofrenda podía ser sacrificado y comido en cualquier lugar, a condición de que su sangre no fuese consumida.
 
Los b´nei Israel fueron advertidos de que no imitasen los espantosos ritos de los canaaneos, entre los que se contaba el sacrificio de niños vivientes a sus dioses. El falso profeta que intentase tentarlos a fin de que adorasen ídolos, debía ser muerto. Todos los pobladores de una ciudad que fuesen hallados culpables, después de la debida investigación, de practicar la idolatría, tambíen debían ser muertos, y la ciudad (llamada ir hanidájat) debía ser totalmente destruida a fuego. Además se prohibe causarse laceraciones en el cuerpo o en la cabeza en señal de duelo.
 
En su condición de pueblo sacro, los israelitas deben evitar comer cualquier alimento considerado abominable. Moshé, en consecuencia, repasó las normas dietéticas que habían sido reveladas en el Sinai. Estableció que un segundo diezmo (maaser shení) de la producción anual del suelo, que incluía granos, vino y aceite, debía ser traído por todo judío al Santuario, a fin de ser consumido por él mismo en ese lugar. Cualquier israelita que viviese demasiado lejos del Santuario como para llevar el maaser sheiní podía traer su equivalente en dinero y disfrutar una comida festiva con su familia y los leviím. al final del tercer y sexto año de cada ciclo de sh´mitá, ese diezmo debía ser entregado a los pobres (maaser oni) en casa antes de ser llevado al Santuario.
 
Al final de cada séptimo año (sh´mitá), durante el cual la tierra debía permanecer en barbecho, «todo acreedor remitirá lo que hubiere prestado a su prójimo; no lo exigirá de su prójimo o de su hermano, por haberse pregonado la remisión del Señor». Esto no debedesanimar a nadie ni impedirle prestar dinero al necesitado, «porque a causa de esto te bendecirá el Señor, Tu D-s».
 
Además, un esclavo hebreo que hubiere sido vendido en cautiverio debe ser liberado al comienzo del séptimo año: «Y cuando le enviares de ti libre, no le enviarás con las manos vacías, sino que lo cargarás liberalmente», a fin de posibilitarle el comienzo de una nueva vida. Si el esclavo eligiera permanecer al servicio de su patrón, se le horadaría una oreja por haber preferido la esclavitud a la libertad, contraviniendo el deseo de Hashem.
 
Al ampliar las leyes relativas a las festividades de Pésaj, Shavuot y Sucot, Moshé enfatizó que cada israelita varón debe peregrinar tres veces al año hacia el Santuario, llevando consigo ofrendas, «según su mano pudiere dar, conforme a la bendición que el Señor, tu D-s, te haya dado».
(Extraído del libro «Lilmod ULelamed» de Edit. Yehuda)
 
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domingo, 26 de julio de 2020

18 hechos de Tisha B’Av que todo judío debe saber

 

1. Tisha B’Av es el día más triste del calendario judío.

Tisha B ‘ Av , el noveno día del mes de Av (29-30 JULIO 2020), es el día más triste del calendario judío. Conocido por el profeta como «el quinto ayuno [del mes]» 1 , es el segundo en severidad solo para Iom Kipur , que es obligatorio en la Torá .

2. Conmemora varios eventos trágicos

Ambos templos sagrados en Jerusalén fueron destruidos en esta fecha. El Primer Templo fue quemado por los babilonios en 423 a. C. y el Segundo Templo cayó en manos de los romanos en 70 d . C. , desatando un período de sufrimiento del que nuestra nación nunca se recuperó por completo.
De hecho, las tragedias del 9 de Av son anteriores a la destrucción de los Templos: esta fue la fecha en que los espías regresaron de la Tierra Prometida con informes aterradoresy los israelitas se resistieron ante la perspectiva de entrar en la tierra.
En 133 CE, la revuelta de Bar Kochba contra los romanos terminó en derrota. Los judíos de Betar fueron masacrados el 9 de Av y el Monte del Templo fue arado en la misma fecha.
Más adelante en nuestra historia, ocurrieron muchos más eventos catastróficos en este día, incluida la expulsión de los judíos de Inglaterra en 1290 y la expulsión de todos los judíos de España en 1492.

3. Viene después de tres semanas de luto

Este ayuno es la culminación de un período de duelo de tres semanas, que comenzó con el ayuno del 17 de Tamuz , el aniversario de la ruptura de los muros de Jerusalén. Los últimos nueve días (especialmente la semana anterior a 9 Av ) son de una medida de duelo aún mayor, cuando no se come carne, no se lava la ropa y se minimiza el lavado.

4. No comemos ni hacemos otras cuatro actividades

Como en todos los días de ayuno, no comemos ni bebemos. Y al igual que en Yom Kippur, también evitamos el lavado, la aplicación de lociones o cosméticos, el uso de zapatos de cuero y las relaciones matrimoniales.
Mientras que las mujeres embarazadas y lactantes generalmente no ayunan en los otros días de ayuno rabínico, lo hacen en 9 Av, siempre que puedan hacerlo sin ponerse en peligro a sí mismas ni a sus hijos. Consulte a un rabino ortodoxo competente y a su médico si tiene alguna pregunta o inquietud médica específica.

5. Ni siquiera aprendemos (la mayor parte de la) Torá

“Los mandamientos de Di-s están en posición vertical, haciendo que el corazón se alegre,”  dijo el rey David . Por esta razón, no podemos estudiar Torá en este triste día.
Sin embargo, se permite, y se alienta, estudiar secciones de la Torá que analizan las leyes del duelo, la destrucción de los templos y las tragedias que afectaron al pueblo judío a lo largo de nuestra historia. Esta prohibición en realidad comienza el día antes de Tisha B’Aval mediodía.

6. Comemos una comida antes de que comience el ayuno al anochecer

Al igual que otras fiestas judías, Tisha B’Av comienza al anochecer en 8 Av y termina cuando las estrellas salen la noche siguiente.
En los últimos minutos antes del ayuno, comemos una «comida de separación» que consiste en pan, huevo (el alimento de luto por excelencia) bañado en cenizas y agua. Comemos esta comida sentados en un taburete bajo, solos, y cada individuo dice Gracias despues de la comida, por su cuenta.

7. A menudo comienza el sábado por la noche

Al igual que el primer día de la Pascua , 9 Av pueden ocurrir en Shabat , domingo, martes y jueves. Cuando cae en Shabat, se retrasa hasta el domingo. Esto significa que aproximadamente el 40% del tiempo, se observa el domingo.
En este caso, la «comida de separación» se disfruta con el verdadero espíritu de Shabat, con una gran variedad de alimentos de Shabat. Sin embargo, se debe tener cuidado que esta comida termine antes del atardecer.
Nos sentamos en sillas de altura regular y usamos calzado normal hasta el anochecer. Solo se prohíbe lavar, comer y beber a partir del atardecer.

8. Leemos Eichah en la Sinagoga

El elemento central de los servicios de la sinagoga en la víspera de Tisha B’Av es la triste lectura de Eichah (Lamentaciones), la triste profecía de Jeremías sobre la destrucción del Primer Templo en Jerusalén y el posterior exilio de nuestra nación.
Gran parte de este libro está estructurado de acuerdo con el alfabeto hebreo, como si el lenguaje sagrado mismo llorara por la destrucción del hogar de Di-s y el desplazamiento de su nación.

9. No nos sentamos en sillas regulares

Como todos los demás en la sinagoga, el lector recita Eichah mientras está sentado en un taburete bajo (o una silla o banco volcado). Seguimos sin sentarnos en sillas de altura regular hasta el mediodía.
En otro signo de luto, la cortina decorativa se retira del arca sagrada.

10. En algunas sinagogas, solo se encienden velas

En algunas comunidades, las luces se atenúan y los servicios se realizan con luces parpadeantes. En la antigua comunidad judía de Roma, las velas utilizadas esta noche se extinguieron y luego se guardaron para ser utilizadas en Januca , cuando se colocaron en la menorá .

11. Incluso Talit y Tefilin son llevados a Minjah

Los servicios de la mañana de hoy son únicos porque los hombres no usan talit ni tefilin . Son un adorno, y lloramos despojados y sin adornos. (Se usan en cambio durante los servicios de la tarde).

12. Leemos Kinot , Elegias

Los servicios matutinos son seguidos por varias horas de lectura de Kinot, elegías hebreas de estructura compleja que describen gráficamente el horror del saqueo romano de Jerusalén, la brutalidad de las Cruzadas y los muchos otros horrores que nuestra nación ha experimentado durante milenios. Algunos libros de Kinot pueden incluir composiciones escritas después del Holocausto.

13. No trabajamos en Tisha B’Av

Si bien está permitido conducir y hacer las otras formas de «trabajo» que no hacemos en Shabat, está prohibido trabajar en el sentido más convencional de la palabra en este día. Si absolutamente debe trabajar, retrasarlo hasta después del mediodía.

14. Por la tarde estamos más alegres

Después del mediodía halájico (cuando el sol está en su ápice), las restricciones de duelo se levantan un poco. Además de realizar el trabajo necesario, dejamos de leer Kinot y comenzamos a sentarnos en sillas regulares.

15. La gente limpia en anticipación del Mashiaj

Existe una costumbre tradicional de limpiar la casa en la tarde de Tisha B’Av en anticipación de la llegada de Moshiach, quien marcará el comienzo del largo exilio que comenzó en esta fecha hace dos milenios.

16. Se llama «vacaciones»

Sorprendentemente, encontramos que las Escrituras se refieren a 9 Av como un mo’ed, un término que significa «vacaciones» o «tiempo especial», porque la destrucción misma se sembró con las semillas para la futura Redención. Otro motivo de celebración: aunque la casa de Di-s estaba en ruinas, su amado pueblo, la nación judía, sobrevivió. Por esta razón, no decimos tajanun (oraciones de arrepentimiento) o selijot (solicitudes de perdón) durante el servicio de oración. 5 5

17. Cuando termina el ayuno hacemos Kidush Levana

El ayuno termina al anochecer. Después de los servicios nocturnos, es costumbre realizar Kiddush Levanah , la Santificación de la Luna, que se dice una vez al mes durante la primera parte del ciclo lunar. Esta es una actividad apropiada para seguir un día que representa la disminución (y posterior depilación) del pueblo judío, que se compara con la luna.
Si el clima no coopera y la luna no es claramente visible en el cielo, no se preocupe. Puedes decir Kidush Levanah hasta medio mes.

18. No comas carne hasta la mañana siguiente

Después del ayuno, lávese las manos y disfrute de una comida láctea o parve . Aunque el ayuno ha terminado, dado que el Templo Sagrado continuó ardiendo durante la noche y hasta el día siguiente, las restricciones de los nueve días anteriores (como no comer carne, nadar o lavar ropa) se extienden hasta el mediodía del 10 de Av ( cuando 9 Av está en Shabat y el ayuno se pospone, el duelo concluye con el final del ayuno).
***El rabino Menachem Posner es editor de personal en Chabad.org, el sitio web de información judía más grande del mundo. Ha estado escribiendo, investigando y editando para Chabad.org desde 2006 cuando recibió su título rabínico del Central Yeshiva Tomchei Temimin Lubavitch. Reside en Chicago, Illinois, con su familia.
Traducido para Porisrael.org por Dori Lustron. http://porisrael.org/
Rabino Menachem Posner
https://www.chabad.org/library/article_cdo/aid/4451673/jewish/18-Tisha-BAv-Facts-Every-Jew-Should-Know.htm#

AYUNO TISHÁ VE AB 5780

B.H. EN ESTE AÑO 5780, EL AYUNO DE TISHÁ VE AB (9 DE AB) COMIENZA EL MIÉRCOLES DÍA 29 DE JULIO DE 2020 A LA PUESTA DEL SOL (SHEQUIAH) Y CONCLUYE EL JUEVES 30 DE JULIO DE 2020 AL ANOCHECER (SET HACOJABIM)
 

domingo, 19 de julio de 2020

Leyes y costumbres acerca de los nueve días de Tishá BeAv


Tishá Be Av, el noveno día del mes de Av, es un día de duelo para los judíos. Es el día en que se recuerda la destrucción de los dos templos de Jerusalén, así como una serie de tragedias que han sucedido en el pueblo judío a lo largo de la historia.
 
Durante los nueve días antes de Tishá Be Av (comienzan este viernes 5 de agosto) se sigue una serie de costumbres y leyes. No comemos carne o pollo, no tomamos vino, no nos cortamos el pelo, no nos damos baños de placer, ni lavamos la ropa si no va a ser usada de nuevo durante los nueve días. No escuchamos música ni celebramos fiestas. El motivo es que todas estas acciones se consideran signos de alegría o de lujo, y que no son apropiadas para este momento. También evitamos actividades de riesgo, siendo más cuidadosos de lo usual.
 
Tishá BeAv no puede observarse en Shabat, por lo que si la fecha cae en ese día, como en esta ocasión, se pospone hasta el domingo (el ayuno comenzará el sábado 13 de agosto, culminando el domingo 14 con la salida de las estrellas). Cuando es así, hay algunos pequeños cambios en el servicio de la tarde de Shabat. Además, durante la havdalá (la ceremonia de clausura del sábado), la bendición sobre el vino se pospone hasta después del ayuno en la noche del domingo, aunque la bendición sobre la vela sí se dice al final del Shabat.
 
Cuando la tarde anterior a Tishá BeAv cae en Shabat, no se hace la Seudá Hamafseket con huevos y cenizas. En cambio, se come la “tercera comida” regular de Shabat, pero sin huéspedes ni ambiente festivo.
 
En la sinagoga, las luces se atenúan y los parojet ornamentales (cobertura) se quitan del arca como señal de duelo antes del servicio de la tarde.
 
Las leyes de Tishá BeAv comienzan con la caída del sol, e incluyen las siguientes expresiones de duelo:
 
1. No se puede comer ni beber hasta el anochecer de la tarde siguiente. Las mujeres embarazadas o amamantando también deben ayunar. Si uno sospecha que puede ser nocivo para el bebé o la madre, se debe consultar a un rabino.
  • Una mujer dentro de los 30 días posteriores al parto no tiene que ayunar.
  • Las personas mayores, débiles o enfermas deben consultar con un rabino.
  • En caso de mucho malestar, se puede enjuagar la boca con agua. Se debe tener mucho cuidado de no tragar nada.
2. Otras prohibiciones incluyen:
  • Cualquier baño o lavado, a excepción de la remoción de suciedad específica, por ejemplo en los ojos. Al levantarnos por la mañana, antes de los rezos, o después de usar el baño, solo nos lavamos los dedos. A partir del mediodía sí se puede hacer netilat yadaim (lavado de las manos completas) y actividades como cocinar.
  • Untarse cremas por placer (el desodorante está permitido).
  • Tener relaciones maritales.
  • Utilizar calzados de cuero (se pueden utilizar cinturones de cuero).
  • Estudiar Torá, porque es una actividad placentera. Está permitido estudiar textos sobre Tishá BeAv y duelo, por ejemplo Eijá (el Libro de las Lamentaciones), el Libro de Job, partes del Tratado Moed Katán, Gitín 56-58, Sanhedrín 104, el final del tratado Taanit del Talmud Yerushalmi, y las leyes de duelo. El estudio en profundidad debe ser evitado. Tampoco se puede rezar Tehilim (salmos) en este día.
3. Otras prácticas de duelo incluyen:
  • Sentarse a no más de 30 centímetros del suelo. Después del mediodía, uno se puede sentar en una silla.
  • No involucrarse en negocios ni otras tareas que distraigan la atención, a menos que esto resulte en una pérdida sustancial.
  • Abstenerse de saludar a otros y de ofrecer regalos.
  • Evitar charlas ociosas o actividades de esparcimiento.
La comida para romper el ayuno se hace tradicionalmente sin carne ni vino, por el hecho de que el incendio del templo continuó hasta el día siguiente. El 10 de Av al mediodía terminan todas las costumbres de duelo. El dolor que comenzó el 17 de Tamuz se detiene, y el Shabat inmediatamente posterior a Tishá BeAv es llamado Shabat Nahamu (Shabat de consuelo), debido a que la haftará comienza con las palabras nahamu nahamu amí (“consuelo, consuelo para mi gente”). Así comienza un período de consuelo y comodidad que conduce a Rosh Hashaná.
 
OBTENIDO DE: http://www.nmidigital.com

ROSH JODES AV 5780: LOS 9 DIAS

ANUNCIO:

EL PRÓXIMO MARTES 21 DE JULIO DESDE EL ANOCHECER Y EL MIÉRCOLES 22 DE JULIO DE 2020 ES ROSH JODES AV  5780.
Los Nueve Días son los primeros nueve días de Av. Son días del luto intenso en el judaísmo que culmina en Tisha b'Av. Se recuerda la destrucción del primero y segundo Templo en Jerusalén.

 

 
 

miércoles, 8 de julio de 2020

PARASHÁ DE LA SEMANA: PINJAS (I)

 
Como recompensa por el celo puesto en la defensa del honor de Hashem, Pinjás, recibió la promesa de que la kehuná (sacerdocio) sería retenida por sus descendientes.
Los israelitas recibieron orden de prepararse para una guerra ofensiva contra los midianitas, quienes habían sido responsables de su degradación. Antes que esto ocurriera, Moshé y Elazar recibieron instrucciones de realizar un nuevo censo de la población (el anterior había sido hecho treinte y ocho años antes). Ahora que la conquista de Canaán estaba a la vista, era imprescindible que Moshe constatara no sólo el número de hombres capacitados y disponibles para la guerra, sino también de integrantes de cada tribu. Esto resultaba necesario como base para la justa división de la Tierra Prometida entre las tribus. La cantidad total de israelitas varones mayores de veinte años, es decir, sujetos a servicio militar, ascendió a seiscientos siete mil setescientos treinta. La extensión de la tierra a adjudicar a cada tribu debía ser proporcional a la cantidad de sus miembros y su ubicación geográfica sería resuelta por sorteo. Los leviím, que no participaban en la división de la tiera, fueron contados separadamente..
Tz»lofjad, miembro de la tribu de Menashé, había muerto en el desierto, dejando cinco hijas, pero ningún varón. Surgió entonces la cuestión de si las cinco hijas podían recibir la herencia del padre; de no ser así, la porción de tierra que hubiera recibido Tz»lofjad pasaría a otras manos. El caso fue llevado ante Moshé, quien lo sometió a la consideración de D´s. El dictamen final fue que si una persona no dejaba hijos, sus hijas tenían derecho a la herencia. Además, si alguien moría sin dejar descendencia, su propiedad pasaría a sus hermanos sobrevivientes o, si no lo había, a su pariente más cercano. De este modo se establecío el principio de que el título sobre la tierra debía permanecer dentro dela familia.
Hashem ordenó a Moshé que ascendiera a la montaña de Avarim, desde donde podía ver la Tierra Prometida. Sabiendo que estaba próximo el fin de sus días, Moshé manifestó preocupación po rle bienestar del pueblo en el futuro y solicitó que fuera nombrado su sucesor. D´s respondió que Iehoshúa Ben Nun asumiría el liderazgo. Moshé debía colocar sus manos sobre él para simbolizar la transferencia de autoridad. pero , a diferencia de Moshé, que había recibido instrucciones directamente del Todopoderoso, Iehoshúa sería guiado por Elazar, el Sumo Sacerdote, quien a su vez consultaría al Altísimo por medio de los Urim y Tumim.
Se recordó al pueblo que deberia continuar ofrendando sus sacrificios cuando entrara en Canaán. En consecuencia, fue dada una descripción detallada de los sacrificios públicos matutinos y vespertinos, además de los correspondientes a las distintas festividades.
(Extraído del libro «Lilmod ULelamed» de Edit. Yehuda)
DE LA PÁGINA https://www.tora.org.ar/
 

martes, 7 de julio de 2020

17 Tamuz: Halajot sobre Los Ayunos del Año


 
El sentido de los cuatro Ayunos
 
1. Fue dicho en Zejaria (capítulo 8, versículo 19): "Así dijo Hashem de las huestes, el cuarto (4º) Ayuno y el quinto (5º) Ayuno y el séptimo (7º) Ayuno y el décimo (10º) Ayuno serán para la casa de Iehudá para alegría y regocijo y para festividades, y la verdad y la paz, Amen". Y comentaron nuestros Sabios (en Masejet Rosh Hashaná, hoja 18), que el cuarto (4º) Ayuno se refiere al 17 de Tamuz, por cuanto que el mes de Tamuz es el cuarto (4º) contando desde el mes de Nisán. Y el séptimo (7º) Ayuno es el Ayuno de Guedalia, que es el 13 de Tishrei, que es el séptimo (7º) mes contando desde el mes de Nisán. Y el décimo (10º) ayuno es el 10 de Tebet, que acontece en el décimo (10º) mes contando desde Nisán.
Y escribió el Rambam (en el capítulo 5 de Halajot Taanit, 1º Halajá), que todo Israel ayuna en estos días por las desgracias que les acontecieron a ellos, para despertar los corazones y abrir los caminos de Teshuvá, y que sean estos días para recordar nuestras malas acciones y aquellas acciones de nuestros antepasados que eran como las nuestras ahora, hasta que les provocó tales desgracias, tanto a ellos como a nosotros, que por medio de recordar estas cosas volveremos al sendero correcto, como fue dicho: "Y confesaran sus pecados y los de sus antepasados".
2. Estas son los acontecimientos negativos que le ocurrieron al Pueblo de Israel en estos días:
En el día 17 de Tamuz ocurrieron cinco (5) cosas difíciles, y ellas son:
  • Se rompieron las Tablas de la ley.
  • Se interrumpió la ofrenda permanente diaria del Beit Hamikdash (Gran Templo de Jerusalém).
  • Los enemigos rodearon la muralla de Jerusalém en la época de la destrucción del Segundo (2º) Beit Hamikdash.
  • Apostomos, el malvado, quemó la Torá.
  • Se erigió una estatua en el Ejal del Beit Hamikdash
En el día de Tishá Be Av acontecieron cinco (5) cosas difíciles, y ellas son:
  • Se decretó sobre nuestros Patriarcas en el desierto que no entrarían a la Tierra de Israel por el pecado de los merraguelim (espías que fueron a incursionar la Tierra de Israel).
  • Se destruyó el Primer (1º) Beit Hamikdash.
  • Se destruyó el Segundo (2º) Beit Hamikdash.
  • Cayó la gran ciudad de Betar en manos de los romanos y fueron asesinados en ella miles y miles de judíos.
  • Destruyó Tornosropus, el malvado, el Ejal y sus alrededores, como está escrito (Mijá, capítulo 3, versículo 12) "El campo de Tsión será destruido".
En el día 13 de Tishrei fue asesinado Guedalia hijo de Ajikam, se terminaron de morir los sobrevivientes que estaban en la tierra de Israel luego de la destrucción del Primer (1º) Beit Hamikdash.
En el día de Asara Betebet (10 de Tebet) el Rey Nabuconodosor sitió la Ciudad de Jerusalém.
3. Todos deben ayunar en los cuatro (4º) Ayunos mencionados. Incluso los Eruditos de la Torá que su Torá es su profesión, y el ayuno los molesta impidiéndoles ocuparse de la Torá, ó aquellos que enseñan a niños y el Ayuno los dificulta en su tarea de enseñar, tienen que ayunar en los cuatro (4) Ayunos (y también en el Ayuno de Ester). E incluso los obreros deben ayunar, a pesar de que el Ayuno les dificulta en su trabajo.
4. La obligación de los Ayunos del 17 de Tamuz, del Ayuno de Guedalia y del 10 de Tebet, es a partir del alba y hasta la salida de las estrellas. Y en Tishá Be Av se empieza a ayunar desde la puesta del sol del 8 de Av, por los graves acontecimientos que acaecieron en este día. Y el que se esfuerza por comenzar el Ayuno desde la noche incluso en los otros Ayunos, será bendecido.
5. A pesar que la obligación de ayunar comienza desde el alba (excepto en Tishá Be Av), de todos modos si durmió por la noche y se despertó en el medio de la misma, no puede comer ó tomar incluso antes del horario permitido, por cuanto que ya había puesto la intención de interrumpir la comida y la bebida.
Pero si puso intención antes de irse a dormir que se levantaría para comer ó tomar antes del alba, le es permitido comer ó tomar hasta ese momento.

Los Ashkenazim son más leves en cuanto a tomar agua, ya que incluso aunque se haya ido a dormir, y no puso la condición antes de hacerlo, le es permitido tomar antes del alba, siempre y cuando esté acostumbrado a levantarse a la noche para tomar agua para apaciguar su sed.
6. En todos estos ayunos, excepto en Tishá Be Av, está permitido lavarse, untar cremas y perfumes, usar calzado de cuero y tener relaciones íntimas; de todos modos, el que se cuida de no bañarse con agua caliente en un Ayuno, será bendecido. Y hay algunos Ashkenazim que se cuidan de no bañarse con agua caliente en un Ayuno. Y si cae el día del Ayuno en vísperas de Shabat, según todas las opiniones está permitido lavarse con agua caliente todo el cuerpo en honor al Shabat.
7. En el caso que el Ayuno del 17 de Tamuz, el Ayuno de Tishá Be Av y el Ayuno de Guedalia acontezcan en Shabat, se posterga el Ayuno para el día siguiente, ó sea para el día Domingo (pero el 10 de Tebet nunca cae en Shabat). Y si acontece el Ayuno del 10 de Tebet en día Viernes, se debe completar el Ayuno hasta la salida de las estrellas, y no se permite comer cuando todavía es de día por honor al Shabat. Se dice "Anenu" y se lee en la Torá la Perashá "Vaijal Moshé" incluso en la plegaria de la tarde (Minjá) previa a Shabat. Pero no se dice "Vidui" (confesión) ni "Nefilat Hapaim" en Minjá (y el resto de los Ayunos nunca acontecen en vísperas de Shabat).
8. La costumbre de los Sefaradim es que el Jazán avise en el Shabat previo al Ayuno del 17 de Tamuz y del 10 de Tebet, cuando serán esos Ayunos. Y que lo anuncie antes del "Ashre" previo a "Musaf".
Y el resto de los Ayunos no se acostumbra a anunciarlos.
La costumbre de los Ashkenazim es no anunciar los Ayunos en general, e incluso el 17 de Tamuz y el 10 de Tebet.
9. Los dueños de restaurantes y hoteles que venden comida, se deben cuidar de no vender en el día del Ayuno a menos que sepan que el que come ó bebe es un enfermo que está exento del Ayuno, ó un niño que está exento del Ayuno, etc. E incluso si hubiera otros restaurantes en el mismo lugar que abastecen necesidades gastronómicas en el día del Ayuno a todo el que necesite, y si no come en su restaurante comerá en éstos, igualmente que se cuide de no vender comida a personas que deben cumplir con el Ayuno.
Y de todas maneras está permitido a los dueños de almacenes vender pan y el resto de los alimentos que no se comen allí, sino que cada uno los lleva para comer en su casa, por cuanto que uno se puede apoyar en que no es la intención del que los compra comerlos durante el Ayuno, sino cuando éste termine. Y también se puede suponer que la persona que compró estos alimentos lo hizo para alguien que está exento del Ayuno, como ser un enfermo ó un niño, etc.

10. Está permitido probar una comida en un Ayuno, para ver si necesita sal ó condimentos, siempre y cuando se percate de no tragar la comida que probó sino que la expele enseguida luego de haberla probado. Y está permitido que ingrese a su boca hasta una medida de reviit (ochenta y seis miligramos) (86 mg) si sabe que se percatará de no tragar nada. Pero si duda que tal vez traguar algo, que pruebe un poquito y lo expele enseguida. Y en el día de Kipur y de Tishá Be Av no le es permitido probar una comida incluso que sepa que puede expeler todo de su boca enseguida luego de haberla probado. Y los Ashkenazim se cuidan de no probar la comida en ninguno de los cuatro (4) Ayunos.
11. Es conveniente cuidarse de no enjuagarse la boca por la mañana al levantarse, en un Ayuno. De todas maneras, quien está acostumbrado y le cuesta mucho no enjuagarse su boca por la mañana, puede realizarlo, siempre y cuando se cuide que no entre a su boca más de una medida de reviit (ochenta y seis miligramos) (86 mg) en un (1) sólo buche, y que asimismo se percate de no tragar nada de agua, sino que la expele de inmediato.
Y de esta manera el que acostumbra lavarse los dientes con cepillo de dientes todas las mañanas, y le cuesta demasiado no lavárselos en un día de Ayuno, y asimismo el que tiene mal aliento si no se lava sus dientes con cepillo de dientes, le es permitido lavarse los dientes en un Ayuno según las condiciones enumeradas. Y en Tishá Be Av no se permite a menos que padezca un gran sufrimiento por esto ó por mal aliento y con una condición extra, que se cuide mucho de enjuagarse boca abajo, para que el agua no llegue a su garganta.

12. No está permitido mascar chicle en un Ayuno, a menos que no tenga sabor (excepto en Iom Kipur que lo correcto es ni siquiera mascar chicles sin endulzantes).
13. Una persona sana que ayuna, y debe tomar píldoras porque le duele la cabeza ó la garganta, etc., le es permitido tomarlas sin agua. Y si estas píldoras tienen endulzantes y se las mastica ó se disuelven en la boca, y no se las traga, hay que evitarlas. Y si las píldoras son por necesidad de un enfermo agudo, está permitido.
14. De acuerdo a la Halajá está permitido fumar en todos los Ayunos a aquel que está acostumbrado. Y de todas maneras es correcto ser más estricto en Tishá Be Av y evitar fumar por placer. Y cuan bueno y grato es evitar fumar durante todos los días del año, ya que es sabido y divulgado por grandes científicos y médicos que el fumar es muy dañino y provoca enfermedades difíciles y acorta la vida de la persona. Y que cuide su alma y se aparte de esto, cumpliendo la advertencia de la Torá: "Y cuidarán mucho sus almas".
Está permitido oler Tabak ó perfumes en el día de un Ayuno, exceptuando Tishá Be Av en donde hay que ser más estricto en esto.
15. El que se olvidó y comió en un Ayuno, y se acordó luego que realizó esto, no le es permitido seguir comiendo sino que debe completar el Ayuno. Incluso que haya comido en demasía no le es permitido seguir comiendo. Y de acuerdo a la Halajá no está obligado a ayunar en otro día, a menos que quiera reparar su equivocación. Mas si este Ayuno que quiere hacer en otro día para compensar su error lo perjudica en su estudio de Torá, no debe ayunar, y compensa su falta por medio de dar Tzedaká y estudiar más horas de Torá.
16. El que se olvidó y comió en un día de Ayuno, si comió un Kazait (veintinueve gramos (29 gr.) ó más, a pesar que debe completar su Ayuno que no diga "Anenu" en Minjá, pero si comió menos de está cantidad sí debe recitar "Anenu" en Minjá.
17. El que se olvidó y bendijo en un día de Ayuno sobre una comida ó bebida, y cuando iba a probarlos se acordó que estaba en un Ayuno, que pruebe de está comida ó bebida para no pronunciar una bendición en vano, ya que la prohibición de recitar una bendición en vano es más grave que la de comer en un día de Ayuno. Y de todos modos que se percate de probar sólo un poquito, para que su bendición no sea en vano (y es claro que no debe seguir comiendo). Y luego que probó de esta comida ó bebida, le es permitido decir "Anenu" en Minjá siempre y cuando no haya comido la medida mencionada, ya que no comió la medida especificada anteriormente.
18. Está permitido hacer una Jupá en el Ayuno del 10 de Tebet y en el Ayuno de Guedaliá (y asimismo en el Ayuno del 17 de Tamuz, de acuerdo a la costumbre de los Sefaradim que no hacen hincapié en la cuestión de no hacer casamientos sino a partir del principio del mes de Av). Y de todas maneras si es posible, es preferible postergar la Jupá para después de la salida de las estrellas del día del Ayuno.
Los exentos y los no exentos de los cuatro  Ayunos
1. Los niños están exentos de estos Ayunos, ni siquiera unas horas deben ayunar. E incluso si llegaron a la edad en que tienen conciencia del duelo por la destrucción del Beit Hamikdash, (trece (13) años para el hombre, doce (12) años para la mujer) están exentos de estos Ayunos. E inclusive que quieran ser estrictos consigo mismos y quieran ayunar, hay que impedírselo. Y hay quienes se cuidan de no dar en un Ayuno a los niños sino pan y agua, y esta es la costumbre de varias Comunidades Ashkenazim. Sin embargo de acuerdo a la costumbre Sefardí es darle a los chicos todo lo que necesitan.
2. Las embarazadas y las que amamantan están exentas de ayunar en el 17 de Tamuz, en el Ayuno de Guedaliá y en el 10 de Tebet. E incluso que quieran ayunar no hay que permitirles.
Se considera embarazada a toda mujer que se puede reconocer su embarazo cuando hayan transcurrido tres (3) meses de embarazo. Pero si sufre de nauseas y vómitos, está exenta de todos estos Ayunos también previo a los tres (3) meses de haber quedado embarazada. Y en especial si ya pasaron cuarenta (40) días desde que quedó embarazada.
Y una mujer que amamanta aunque haya dejado de amamantar si está dentro de los veinticuatro (24) meses de haber dado a luz está exenta del Ayuno. así como también una mujer que abortó está exenta del Ayuno en los veinticuatro (24) meses posteriores.
Las mujeres embarazadas, que están amamantando ó que abortaron, y que están exentas del Ayuno, es preferible que coman únicamente lo necesario y no que coman postres ó comidas innecesarias.

3. Un enfermo que está fuera de peligro, está exento de ayunar durante los cuatro (4) Ayunos, por cuanto que los Jajamim no decretaron estos Ayunos para personas enfermas. E incluso en Tishá Be Av que coma y no dude. Inclusive un enfermo que se curó y que todavía no recuperó sus fuerzas, le es permitido comer y tomar, si teme que al no realizarlo le volverá la enfermedad.
4. Un anciano débil que sufre en su Ayuno, a pesar que se fortalece y camina como una persona sana, la Halajá para él es como la de un enfermo que no corre peligro, y está exento de ayunar en los cuatro (4) Ayunos. Y no debe preguntarle a un médico si puede ayunar, y le es prohibido ser estricto consigo mismo y ayunar.
5. El novio y la novia dentro de los siete (7) días de su casamiento, deben ayunar en los cuatro (4) Ayunos. Y asimismo los tres (3) encargados del pacto de Abraham (Brit Milá) que son el Mohel, el Sandak y el padre del bebé, deben ayunar en los cuatro (4) Ayunos si es que alguno de estos acontece en el día del Brit Milá. Y si el Ayuno acaece en Shabat, y se pasa para el día Domingo, tanto el novio y la novia, como los tres (3) encargados del Brit Milá, no completarán su Ayuno, sino que comerán y tomarán luego del (Jatzot haiom) mediodía, incluso en el Ayuno de Tishá Be Av que se pasa para el Domingo, por cuanto que es día festivo para ellos. E incluso que quisieran ser estrictos consigo mismos y ayunar en un Ayuno que se pasó al día Domingo, no les es permitido. (Y más aún le es prohibido al novio y a la novia dentro de los siete (7) días luego del casamiento, y al Mohel, al Sandak y al padre del bebé en día del Brit Milá ayunar un Ayuno particular por cuanto que es un día festivo para ellos, incluso un Ayuno de recordatorio de sus padres (Ior Tzait).
6. La norma para cuando cae un Pidión Haben en un día de Ayuno, que debe el padre del bebé ayunar en ese día, y sólo si es un Ayuno que se pasa al día Domingo, no completa su Ayuno, sino que come y bebe luego del (Jatzot haiom) mediodía. Lo mencionado rige solamente cuando la Mitzvá se cumple en su día, mas si se posterga la Mitzvá, por ejemplo que cayeran las treinta y un (31) noches desde el nacimiento del Bejor (primogénito) en Shabat, y se pasara el Pidión para el día Domingo, se debe realizar un Ayuno completo incluso en un Ayuno pasado al Domingo. Inclusive un Brit Milá que no se hace en su tiempo y fue fijado para un día de Ayuno que se postergó a Domingo, tanto el Mohel, como el Sandak y el padre del bebé deben ayunar todo el día.
7. A pesar que hay quienes opinan que Guedalia hijo de Ajikam fue asesinado en el día de Rosh Hashaná, y se pasó el Ayuno para el día siguiente de Rosh Hashaná, de todos modos por cuanto que se fijo el día 3 de Tishrei para el Ayuno de Guedaliá, el novio y la novia deben ayunar igual, sólo si el Ayuno de Guedalia acontece en Shabat y se posterga para el día Domingo, no deben completar el Ayuno, como se explicó anteriormente.
8. A todos los exentos de un Ayuno les es permitido comer en el día del Ayuno por la mañana, y ni siquiera deberán ayunar algunas horas. El novio y la novia y los encargados del Brit Milá que comen en el día de un Ayuno postergado comerán luego de Jatzot Haiom. Y más aún, no es necesario que todos los exentos del Ayuno coman menos de veintinueve gramos (29 gr.) en un tiempo mínimo. Lo correcto es que coman con discreción, ingiriendo alimentos verdaderamente necesarios. Y que no coman manjares para tener disfrute en la comida y la bebida. De todas maneras, a una persona enferma que necesita comer carne y otras comidas importantes para fortalecerse y curarse de su enfermedad, le es permitido comer estas comidas.
9. Todos los exentos de un Ayuno, no deben hacer una anulación de promesas antes de comer en el día de Ayuno. Asimismo no deben hacer ninguna expiación por cuanto que comieron y bebieron en un día de Ayuno. E incluso un enfermo que se curó después de esto, no está obligado a ayunar en otro día para completar el Ayuno, por cuanto que estos Ayunos decretados por nuestros Sabios no fueron sino destinados a gente sana que puede ayunar.
La norma respecto al consumo de remedios en un día de Ayuno, fue explicada en el capítulo 1, Halajá 13.
OBTENIDO DE: http://shuljanaruj.com
 
 
 

miércoles, 1 de julio de 2020

EL AYUNO DEL 17 DE TAMUZ


ESTE AÑO 5780 (2020) EL AYUNO DEL 17 DE TAMUZ COMENZARÁ B.H. AL AMANECER DEL JUEVES 9 DE JULIO Y FINALIZARÁ CUANDO HAYAN EN EL CIELO, AL MENOS, 3 ESTRELLAS (cada uno debe consultar los horarios correspondientes a su lugar de residencia)

¿Por qué hacemos el ayuno de Tamuz?

¿Qué ocurrió el 17 de tamuz?

En los más de 4,000 años que el pueblo judío ha existido como una nación unida por el objetivo de preservar la Torá y sus tradiciones, han ocurrido un sin número de tragedias en todas las épocas. Sin embargo, al hablar del 17 de Tamuz, el Talmud menciona cinco eventos que siguen teniendo peso en nuestro desarrollo espiritual hasta la fecha; son los siguientes:

a) La ruptura de las primeras Tablas de la Ley y el Becerro de Oro

De los cinco sucesos que conmemoramos el 17 de Tamuz, éste es el evento más conocido y recordado y tanto por judíos como por fieles de otras religiones. Gracias a las fechas que da la Torá sabemos que ocurrió el 17 de tamuz.
Después de 40 días de haber recibido la Torá el pueblo judío añora la presencia de Moisés que aún se encuentra en la montaña escuchando las leyes divinas de D-os. En su desesperación, al creer a su líder muerto, el pueblo judío decide hacer un ídolo para que interceda entre ellos y D-os. Rompiendo así el mandato de hacer idolatría. Moisés se ve obligado a descender de la montaña y al encontrarse con el pueblo rompe las tablas que D-os mismo le había dado.
Este evento sigue pesando hasta nuestros días ya que las tablas representan la unión perfecta entre D-os y el hombre. Un pacto realizado entre ambas partes. Una vez rotas, esa intimidad que había entre D-os y el pueblo judío dejo de existir. La Torá fue borrada de sus corazones y sus mentes y llegó el olvido a sus cuerpos.
Por eso fue un evento tan grave, creó una brecha inseparable entre D-os y la nación. Ayunamos en este día porque lamentamos el dolor que sentimos cuando no podemos acercarnos a Él; cuando desconocemos Sus maneras; cuando presenciamos su ocultamiento. Los siguientes artículos hablan más extensamente del tema (“Las tablas rotas” “¿Qué es idolatría?“).

b) Se detuvieron los sacrificios de “Tamid” durante el sitio babilónico

Los sacrificios de “Tamid” eran las ofrendas rituales que se hacían diariamente en épocas del Gran Templo. Todas las mañanas en Jerusalén se sacrificaba un borrego como parte de la ceremonia ritual de los rezos. Al igual que las Tablas de la Ley, esta práctica era símbolo de la relación que existía entre D-os y el hombre. El Gran Templo era el lugar donde se posaba la Shejiná (la Presencia de D-os en el mundo) era lo que le daba el poder de gobierno a la Gran Asamblea; el lugar hacia el cual se dirigía y del cual surgía toda la espiritualidad judía. Hasta la fecha los judíos seguimos rezando en dirección a Jerusalén por su pasada existencia.
Los sacrificios rituales eran la forma en que el hombre podía acercarse a D-os, hacerle un ofrecimiento, mantener una relación de forma comunal. El hecho de que fuera imposible seguirlos haciendo representa una tragedia.

c) El sitio a Jerusalén y la destrucción de sus murallas

Las murallas en Jerusalén representan aquella fuerza interna que nos protege de nuestras pasiones, de los pecados y de la tentación. La ciudad de Jerusalén era el lugar más sagrado del momento. La destrucción de sus murallas es la primer muestra de que la Presencia Divina ha abandonado el lugar y que los judíos caerán pronto en el Exilio. Perder las murallas significa perder la protección divina, perder el espacio de santidad que se había logrado construir.

d) La quema de un rollo de Torá en el Gran Templo y e) la imposición de un ídolo romano

Los últimos dos eventos trágicos que recordamos este día fueron realizados por los romanos. Cuando el general Tito finalmente logra la conquista de Jerusalén la primera acción que realiza es humillar a los judíos. Entra al Gran Templo y busca descararlo quemando públicamente un rollo de Torá y en el seno del Templo coloca la imagen de un ídolo romano.

¿Qué significado tiene hoy en día?

El judaísmo aunque es una tradición que le da un peso inconmensurable a la historia. No se queda en el pasado, constantemente te obliga a trabajarte espiritualmente en el presente y en el futuro. Las festividades judías no conmemoran el pasado lo reviven el presente. Esto quiere decir que cada una de las fiestas judías tiene una enseñanza una razón específica por la cual se siguen celebrando después de milenios o siglos. En el caso del Ayuno de Tamuz, cada uno de los eventos que ocurrieron en este día nos hablan de la propia torpeza del hombre al querer acercarse a D-os por medios nocivos. Los cinco eventos tocan el tema de la idolatría y la idolatría en esencia la búsqueda de medios nocivos para acercarse a D-os; es cuando uno quiere llamar a D-os a su propia presencia en vez de acercarse a Él.
Ésa es la verdadera pena por la cual ayunamos dicho dio, en el fondo lloramos nuestra propia inutilidad y las veces que hemos actuado con soberbia en la búsqueda espiritual. Y al ayunar encontramos lo que estamos buscando, la relación con la Divinidad a través de la Torá.
OBTENIDO DE: https://www.enlacejudio.com/

Parashá de la Semana: Balak (II). Vivir por Hashem


Perspectivas de la Torá prácticas para la vida.

Nuestros sabios nos cuentan que Bilam tenía increíbles poderes de profecía, los cuales en cierto aspecto eran incluso más grandes que los de Moshé. Sin embargo, él también tenía muchas malas características de personalidad. ¿Cómo pueden estos dos factores opuestos coincidir en una misma persona?
La respuesta es que Bilam nunca se esforzó para llegar a este nivel. A diferencia de los profetas judíos —quienes debían ascender a los niveles más altos de rectitud para alcanzar la profecía—, Bilam recibió sus capacidades proféticas sin habérselas ganado. Bilam conocía la verdad —que el Dios de los judíos era el único Dios verdadero y que respetar la Torá otorgaba la máxima recompensa—, pero nunca internalizó esas verdades y por lo tanto fue incapaz de hacer que su comportamiento fuese acorde a su entendimiento intelectual.
Sin embargo vemos de sus bendiciones a la nación judía que él ansiaba obtener la recompensa espiritual que le espera a los justos. En su primera tanda de bendiciones él expresó este deseo: “Que mi alma muera la muerte del recto y que mi fin sea como el de él” (1). El Or HaJaim escribe que Bilam no sólo ansiaba obtener la recompensa sin haber hecho ningún acto de rectitud, sino que deseaba “que cuando llegara el día de la muerte, él pudiese rectificar sus malos caminos… él deseaba que en el momento de su muerte, el pudiese hacer teshuvá (arrepentimiento) y ser como los rectos de las naciones”. Bilam se dio cuenta que estaba viviendo una vida de falsedad y que sufriría en el mundo venidero, por lo que quería hacer teshuvá, pero sólo al final de su vida.
El Or HaJaim continúa con una asombrosa observación. “De la misma forma, yo he visto malvados que me han dicho que si estuvieran seguros de que si hicieran teshuvá morirían inmediatamente, entonces lo harían, pero ellos saben que no podrían mantener su teshuvá por un período de tiempo prolongado porque la tontería y el viejo rey (el iétzer hará) dominan sobre ellos” (2).
Esta gente, al igual que Bilam, sabía la verdad pero no estaban preparados para vivir de acuerdo a ella, sino que sólo estaban dispuestos a morir por ella. Una actitud como esta pareciera ser muy tonta, pero sin embargo, en cierto sentido, puede afectarnos a todos.
Rav Jaim Shmulevitz zt”l demuestra este punto (3) citando un Midrash que describe los momentos previos a la partición del Iam Suf (el Mar de Juncos). El Midrash relata que cuando el pueblo judío estaba en el mar, las tribus estaban discutiendo entre sí para decidir cuál sería la primera en entrar al mar; ninguna quería dar el primer paso, hasta que se metió Najshon ben Aminadav (4).
Rav Shmulevitz pregunta cómo puede ser que nadie haya querido meterse en el mar. Durante toda la historia los judíos siempre han estado dispuestos a dar sus vidas y las de sus hijos por Kidush Hashem (santificación del nombre de Dios). Entonces, ¿cómo es posible que la generación que vio los grandes milagros del Éxodo no haya sido capaz de hacer el mismo sacrificio?
Responde que si Dios les hubiera ordenado que entraran al mar y que entregaran sus vidas, entonces lo hubiesen hecho con alegría, pero esa no era la prueba verdadera. La prueba era que “se les ordenó entrar para ser salvados, saltar para vivir”. La tarea en el Mar no era morir por Hashem, sino vivir por Él. Es mucho más fácil dar la vida por Dios y estar por tanto exento de las mitzvot, que continuar con vida y enfrentar los desafíos que presenta la vida.
¿Cómo es relevante este principio para nosotros hoy en día? Rav Nóaj Weinberg zt”l solía decir que hay una pregunta básica que toda persona debería hacerse a sí misma: ¿Para qué estoy viviendo, cuál es el objetivo de mi vida? No es fácil responder esta pregunta con sinceridad; una persona puede saber que el objetivo de la vida es acercarse a Hashem, pero este puede ser un concepto muy vago… Hay muchas formas para acercarse a Hashem y no es fácil encontrar una respuesta específica que se adecúe a la situación y a la fortaleza de cada persona. Rav Weinberg da una sugerencia que puede ayudar a hacer que este concepto sea un poco menos abstracto: una persona debería pensar por qué está dispuesta a morir y luego debería decirse a sí mismo: “quiero vivir por eso”.
Podemos ver un buen ejemplo de esta idea en nuestra relación con nuestros hijos: estaríamos dispuestos a dar nuestra vida por ellos, pero, ¿dedicamos suficiente tiempo y energía para vivir por ellos? Hubo una vez un hombre que trabajaba muchas horas para sustentar a su familia, e incluso trabajaba los domingos. Todas las semanas el hijo le preguntaba al padre si tendrían tiempo para jugar el domingo, pero el padre siempre le respondía que tenía que trabajar. Una semana, el desesperado hijo le preguntó a su padre: “Papi, ¿cuánto dinero ganas un domingo?”. El desconcertado padre le contestó su pregunta y entonces el hijo le ofreció pagarle esa cantidad ¡para que estuviera libre para pasar tiempo con él! Esta historia tiene una ironía muy triste: el padre sólo trabajaba tan duro para darle a sus hijos una buena vida pero, eventualmente, fue atrapado por su trabajo y olvidó el objetivo: no estaba siendo un padre para su hijo.
Otro ejemplo de esto es nuestra actitud hacia el pueblo de Israel. Hay muchos judíos que estarían dispuestos a dar la vida por el pueblo judío si hubiera una amenaza de destrucción física o espiritual. Sin embargo, ¿estamos dispuestos a vivir por el pueblo judío? ¿Pasamos algo de tiempo ayudando a los judíos necesitados? Hay miles de judíos que no tienen suficiente comida y millones que no tienen idea de qué se trata el judaísmo. ¿Tomamos un poco de tiempo de nuestra ocupada agenda para ayudarlos? Rav Pam zt”l resalta este punto en su prefacio a la biografía de Irving Bunim zt”l.
“Actualmente se habla mucho sobre amar al prójimo, pero si quieres saber cuál es el verdadero significado de esas palabras traducidas a la acción, entonces lee los capítulos de este libro que tratan sobre los esfuerzos de rescate del Váad Hatzalá, liderados por Rav Aharón, Rav Kalmanowitz e Irving Bunim. Estos hombres, junto a los Sternbuch en Suiza y a Rav Mijael Ber Weissmandel en Eslovaquia, no conocieron límites en su persistente determinación para mover tierra y mar para salvar vidas, para aliviar el sufrimiento. ¡Léelo! Te conmoverá. Te inspirará. Te dará un entendimiento más profundo sobre qué significa tomar responsabilidad por Klal Israel… pero puede que también te moleste, porque puede que induzca un poco de dolorosa reflexión. ¿Realmente hicimos todo lo que pudimos para salvar vidas en ese entonces? ¿Estamos haciendo ahora lo suficiente para responder al llanto, a las necesidades desesperadas de Klal Israel en esta generación (5)?”.
Estamos viviendo en una época en la que el pueblo judío nos necesita; pero no necesita que muramos por Kidush Hashem (santificación del nombre de Dios), sino que necesita que vivamos por ello. Bilam es descrito como un malvado a pesar de su profecía. Él sabía qué quería Dios de él, pero no estaba dispuesto a vivir por ello, sino sólo a morir por ello. Pero nosotros somos mejores que Bilam, estamos preparados a vivir por Hashem; sin embargo, hay veces que podemos perder de vista el bosque por causa de los árboles y olvidar cuál es realmente el objetivo. Si analizamos por qué estamos dispuestos a morir entonces podremos descubrir por qué deberíamos estar viviendo. ¿Y cuál es la recompensa de vivir por Hashem?
En el Iam Suf nadie quiso entrar al agua hasta que Najshon ben Aminadav se metió; él estuvo dispuesto a vivir por Hashem. El Midrash nos dice que fue gracias a este acto que la tribu de Yehudá ameritó el maljut (Reinado) (6). Rav Shmulevitz describe la importancia de este momento: “En ese momento la tribu de Yehudá se sintió responsable por todo Israel, de hacer lo que debían hacer y, a partir de este sentimiento, se tornaron más grandes y elevados que todo Israel y se llenaron de fortaleza para cruzar el mar como si hubiese estado completamente seco. Gracias a esto, Yehudá ameritó maljut (7). Y nosotros también podemos ameritar la grandeza de aprender de la lección de Najshon y vivir por Hashem.

Notas:
(1) Balak 23:10.
(2) Or HaJáim HaKadosh, ibíd.
(3) Sijot Musar, Parashat Beshalaj, Maamar 33.
(4) Bamidvar Rabá 13:7
(5) A Fire in His Soul (Un fuego en su alma), p. 8.
(6) Tosefta, Brajot 4:16
(7) Sijot Musar, Parashat Vaiéshev, Maamar 20.
OBTENIDO DE: https://www.aishlatino.com

Parashá de la Semana: Balak


ESTA PARASHÁ ES LA QUE SE LEERÁ B.H. ESTA SEMANA EN ERETZ ISRAEL, FUERA DE ISRAEL SE LEERÁ ESTA, JUNTO CON LA PARASHÁ JUKAT
Balak, rey de Moav, vió con angustia la victoria de los israelitas sobre los emoritas. Temiendo una invasión a su propio reino, concertó una alianza con sus antiguos enemigos, los midianitas. Luego envió mensajeros a Bilam, de Petor, un famoso hechicero, para solicitarle que maldijera a los israelitas. Bilam pidió a la delegación que se quedara con él toda la noche para darle tiempo de consultar a D´s si podía cumplir con el pedido. Durante la noche fue advertido por el Señor que no fuera con los enviados, de modo que los envió de regreso.
Pensando que una invitación más tentadora resultaría efectiva, Balak envió una segunda delegación, más numerosa y de mayor prestigio, que ofreció a Bilam grandes honores y recompensas si cooperaba. El hechicero, obviamente motivado por su codicia personal, le pidió que permanecieran con él hasta que pudiera recibir nuevamente las instrucciones de Hashem.
 
Esta vez recibió autorización para ir, pero a condición de que hablara solamente como el Señor le indicara. Balak encontró a Bilam en la orilla del Río Arnón y lo llevó a una ciudad cercana para asistir a una fiesta en su honor. Al Dia siguiente llevó a Bilam a una colina sagrada para los adoradores del Baal, desde donde podía ver parte del campamento israelita. Después, Bilam y Balak sacrificaron un carnero y un buey en cada uno de los siete altares, y Bilam le dijo a Balak que permaneciera cerca de al ofrenda ardiente mientras él se retiraba para consultar a D´s. A su regreso pronunció su primer discurso: «¿Por qué he de maldecir yo al que D´s no maldijo?», preguntó. «…He aquí un pueblo que habitará solitario y no será considerado entre las naciones».
Disgustado por la inesperada alabanza que hizo Bilam de los israelitas, Balak lo llevó a la cima del monte Pisgá esperando resultados diferentes. Pero una vez más Bilam decepcionó a Balak al declarar que Hashem no quebraría Su promesa de bendecir a Israel y que ningún tipo de magia prevalecería sobre ese pueblo. Balak, desesperado, pidió a Bilam que disistiera de maldecir o bendecir a los israelitas. Antes de partir, sin embargo, Bilam predijo la soberanía de Israel y la condena de Moav, Edom, Amalek y demás enemigos del pueblo judío.
 
Luego, los israelitas acamparon en Shitim. Allí, las mujeres paganas de Moav, aconsejadas por Bilam, tentaron a los israelitas a unirse a ellas en al adoración de Baal pero y partiricipar en una orgía idolátrica e imnmoral. Moshe sentenció a muerte a los pecadores y una plaga se difundió entre la congregación. Pinjas, el hijo de Elazar, el Cohén Gadol, presenció un acto flagrante de inmoralidad entre un israelita y una mujer midianita. Defendiendo fanáticamente las leyes del Señor, ejecutó a ambos pecadores. La plaga cesó sólo después que hubieron perecido veinticuatro mil miembros de la congregación.
 
Extraido de Lilmod uLelamed
 
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miércoles, 24 de junio de 2020

PARASHÁ DE LA SEMANA: KORAJ (II)

 

 ESTA PARASHÁ ES LA QUE SE LEERÁ B.H. ESTA SEMANA FUERA DE  ERETZ ISRAEL

Estudiando los comentarios

Primer comentario (Rab Daniel Oppenheimer, www.ajdut.com.ar) Segundo comentario (Selección extraída del libro «El Rebe Enseña» (c) Kehot Sudamericana. Adquieralo en www.libreriajudaica.com)

 Primer comentario – La muerte de los ideales

«La vida es una lucha» que «es cruel y es mucha». ¿Verdad? Así dicen. Mirando alrededor de uno, se ve que toda la gente se «mata» por sobrevivir y parecería ser que es verdad. La pregunta legítima es, sin embargo: ¿es lo mismo vivir que pelear por la subsistencia? No estoy tan seguro. Es más. Me parece que a la mayoría de la gente se le mezcla la terminología y siente que «luchar por la vida» es sinónimo con el esfuerzo diario por mantenerse «a flote». Efectivamente, considerando la incertidumbre en la que está sumida gran parte de la sociedad, pensar en una vida con un proyecto, se convirtió en un lujo para el cual cuesta encontrar tiempo y dedicación mental. Días vienen y días pasan, y así transcurren meses, años y nuestra vida completa sigue su curso sin tener un rumbo definido con un objetivo claro de «hacia dónde» o «para qué». Es lamentable decirlo, pero así se desliza la vida de muchos sin un plan, sin programa y sin propósito.
Cuando se escucha hablar a la gente, dicen que lo que importa, al final de cuentas, es poder llegara a gozar de un poco de tranquilidad, ver crecer sanos a los hijos («lo que importa es la salud») y tener una ancianidad sosegada. ¿Y qué decimos nosotros al respecto? Bajo ningún concepto, estamos de acuerdo con ese pensamiento. Sobrevivir, subsistir o prevalecer, pertenecen a los instintos y necesidades que tenemos en común con el género animal, pero no se pueden considerar, de ningún modo, objetivos humanos. ¿Por qué? Porque la estabilidad y la permanencia en si no explican la razón de existir, ni le dan significado o valor a la vida a un ser con raciocinio, como somos los seres humanos . Pues entonces: ¿de qué se trata esta pugna? ¿A qué denominamos «vida»?
La respuesta es que «vida» es la lucha por una causa o por un ideal. Lo que realmente le da significación a la vida es el fin y el objetivo por el cual se vivió. Posiblemente, para muchos judíos, aun siendo observantes, la vida no les parezca muy distinta a la del resto del entorno en el cual viven, con la diferencia que deben cumplir preceptos en distintos momentos del día, de la semana, etc. Obviamente que todas las Mitzvot que cumplen, son meritorias. Sin embargo, «vivir» es mucho más y no se reduce a ciertos momentos inspirados con espiritualidad. Quizás a esta clase de desafío se refieran las palabras de los Sabios: «Toda pelea que tenga un objetivo Di-vino, se mantendrá». Dado que la Torá es permanentemente innovadora, siempre desafía a la humanidad a superarse y a no caer en los vicios de la mediocridad, del auto-engaño y del egoísmo y quien adhiera a los principios que enseña la Torá, deberá luchar para difundirlos en condiciones indefectiblemente adversas. De esta manera, todos los momentos de la vida, cobran un sentido distinto, pues son todos una oportunidad de expresar ideas en la práctica. Aun, las acciones que no están habitualmente relacionadas, por su naturaleza, con lo ritual o lo religioso, como ser las necesidades laborales, sociales, recreativas, el deporte, el descanso, etc., si se practican con un objetivo y con una manera de conducirse espirituales, se transforman en elecciones morales.
El hecho de tener objetivos en la vida es esencial desde el punto de vista psicológico y desde lo estrictamente judaico. Cuentan acerca del Magguid (así se llama al cargo de aquel que enseña en público) de Koznitz, que desde joven había sido, por tendencia, una persona físicamente débil. Muchas veces se le dio poca posibilidad de sobrevivir las enfermedades que padecía. Sin embargo, vivió hasta muy anciano. Cuando se le consultó acerca del secreto de su longevidad, respondió que siempre había tenido proyectos para llevar adelante. Los músculos quedan atrofiados cuando no se los usa. Luchar por causas dignas, genera fuerzas. (R. Abraham J. Twersky en «Growing each week») Sin embargo, uno se siente «extraño» o «anómalo» en esta tarea. Al ver que todos los demás están «en otra cosa», se siente como si no tuviera un lenguaje en común con la gente y se pregunta: ¿no hubieron, acaso, tantos genios que tuvieron ideas meritorias, nobles y muy justas…, y, con el tiempo perdieron vigencia? Todos los que trataron de modificar el orden del mundo para mejorarlo, ¿qué fue de ellos? ¿No se habló en algún momento de «libertad, igualdad y fraternidad»?, ¿no se propuso defender los derechos de los trabajadores? Si pasan los años y la cosa queda igual, ¿qué es, acaso, lo que puedo transformar o corregir yo? Esta clase de planteos quita el deseo de proponerse desafíos morales y desanima a la persona. A su vez, es falsa. No se debe desmerecer el valor de cualquier obra ética, por más insignificante que pareciera. Pues aun si todos los que lucharon por alguna causa honrada y altruista no lograron que su idea se mantuviera, esto no quita la nobleza del acto en su momento. Toda acción bondadosa es válida aun si luego no continúa. Y, a diferencia de lo que muchos creen, las batallas internas – por más que no salgan a la luz del día, son las más difíciles de librar.
Los objetivos de la vida pasan por la corrección de las asperezas internas del alma, por el empeño que cuesta el cumplimiento minucioso de cada una de las Mitzvot, por el trato que se tiene con los que están cercanos a uno y por la ayuda que se pueda brindar a quienes necesitan de uno. Estas cosas cambian al mundo. La suma de muchas personas que obren acertadamente van uniéndose para que la sociedad se modifique para el bien. Sin embargo, existe un razón adicional del porqué las «grandes ideas» de la humanidad no tuvieron el eco que tiene la Torá por todas las épocas. Eso lo podemos aprender, posiblemente, de Koraj, de quien habla la lectura de esta semana. Koraj propuso ante Moshé y el pueblo que «todo el pueblo es sagrado y entre ellos mora D»s, y ¿por qué [Moshé y Aharón] se enaltecen por sobre el pueblo de D»s?» Qué palabras tan nobles! ¿Dónde estaba el error que lo hizo caer? Entre otras cosas fue el motivo que existió detrás de su protesta. Koraj se levantó en contra de Moshé, no por un ideal desinteresado, sino por celos por la posición encumbrada de Moshé y de Aharón. Dado que estaba empujado por la envidia, sus palabras que sonaban justas en un mero pretexto demagógico. Lo mismo sucedió con tantos que reclamaron derechos con una dialéctica muy abnegada, pero que en realidad encubrían ambiciones personales. Así crecieron, y luego desaparecieron. Aun en nuestra época, si bien nos gusta dividir el mundo entre los «buenos» y los «malos», siendo los buenos todos aquellos que están a favor nuestro y los malos, los que están en contra, podremos observar que aun los estadistas quienes aparentarían perseguir causas nobles en su discurso y a quienes aplaudimos por coincidir en su postura, demuestran tener una vida particular muy deplorable, y no son más que buenos administradores – y nada más. La Torá nos prohibe «matar el tiempo». Los ideales deben ser el motivo de nuestra vida. Los ideales, incluso, ya están explicitados claramente en la Torá. Depende de cada uno tomar conciencia que la vida no se reduce a subsistir económicamente tratando de sufrir menos y que se puede hacer algo y mucho para mejorar el mundo.
Daniel Oppenheimer

 

Segundo comentario – Discordia, Diversidad, y Distinción

[Kóraj y su séquito] se congregaron ante Moshé y Aharón y les dijeron: «¡Basta para vosotros! ¡Toda la congregación es santa!… ¿Por qué os alzáis por encima de la congregación de Di-s?»( Números 16:3)
¿Cuál es una controversia que no es en aras del Cielo? La de Kóraj y toda su compañía.( Pirké Avot 5:17)
Kóraj, el sublevado primo de Moshé, se ganó la dudosa distinción de padre y prototipo de toda riña y división. Su nombre mismo se volvió sinónimo de la desarmonía y el conflicto. El Talmud hasta llega a proclamar: «Quienquiera se dedica a sembrar la discordia viola una prohibición Divina, pues está escrito[1]: «Y no será como Kóraj y su compañía»[2]; cuando la Torá desea decirnos que no inspiremos disputas ni perpetuemos la desunión, lo hace diciendo: No seas como Kóraj…».
Pero Kóraj no era ningún peleador ordinario. Era un miembro principal de los Kehatitas, la más prestigiosa de las familias Levitas. Sumándose a su motín contra Moshé y Aharón estaban «doscientos cincuenta hombres de Israel, líderes de la comunidad, de aquellos regularmente convocados a la asamblea, hombres de renombre»[3]. La diferencia entre Kóraj y Moshé era ideológica, motivada por la manera en que entendían la relación de Israel con el Omnipotente y la manera en que sentían que debía estar estructurada la nación.
Y Kóraj fue mucho más allá de abocarse a la política divisiva comunitaria. Se rebeló contra la autoridad de Moshé y disputó la nominación de Aharón como Kohén Gadol (Sumo Sacerdote) por parte de Di-s. ¿Por qué, entonces, cada pendenciero insignificante es incluido en la prohibición de «no seas como Kóraj»? Obviamente, hay algo en el núcleo de la discusión de Kóraj que es esencia de toda discordia.
Con frecuencia, la antítesis de una cierta cualidad es superficialmente idéntica a ella. Esto es especialmente así cuando se trata de la «raíz» de una cuestión: una distinción del espesor de un cabello entre dos conceptos aparentemente similares se traduce, de hecho, en una diferencia abismal.
Lo mismo es cierto de «paz» y «discordia». La fuente de toda discordia es algo que erróneamente se parece a la paz auténtica. Es esta pseudo-paz lo que se hallaba en el núcleo de la errada visión de Kóraj, y que en última instancia llevó a su corrupción y catastrófico fin.
¿Qué Quiso Kóraj? ¿Qué es paz? «Tal como sus rostros no son semejantes, así tampoco lo son sus mentes y carácter»[4]. Tal es la naturaleza de la raza humana: individuos y pueblos difieren uno del otro, separados por diferencias de enfoque, orientación emocional, pericia, vocación, y las numerosas demás diferencias, grandes y pequeñas, que distancian a uno del otro.
Frecuentemente, estas diferencias dan origen a la animosidad y el conflicto. Y, con todo, en el núcleo del alma humana está el anhelo de paz. Intuitivamente sentimos que pese a las tremendas (y aparentemente inherentes) diferencias entre nosotros, un estado de armonía universal es tanto deseable como lograble. Pero ¿qué es exactamente la paz? ¿Es la supresión de las diferencias entre hombres y naciones? ¿Es la creación de una sociedad «fraccionada pero igual», en la que las diferencias se preservan pero sin distinción alguna de «superior» e «inferior»? ¿O no es ninguna de las dos?
Si comprendemos a Kóraj, también comprenderemos la fina línea que separa la auténtica paz de la esencia del disenso.¿Qué era exactamente lo que quiso Kóraj? Sus argumentos contra Moshé y Aharón parecen cargados de contradicción. Por un lado, parece desafiar la institución misma del sacerdocio (kehuná), sosteniendo que «como toda la comunidad es santa, y Di-s está en medio de ellos, ¿por qué os alzáis vosotros por encima de la congregación de Di-s?»[5] Pero de la respuesta de Moshé[6] vemos que Kóraj en verdad deseó el cargo de Kohén Gadol para sí mismo.
Esta paradoja aparece una y otra vez en diversos relatos del motín de Kóraj, en los midrashím y en los comentaristas. Kóraj aparece como un paladín de la igualdad, criticando vehementemente un «sistema de clases» que jerarquiza niveles de santidad dentro de la comunidad (Israelitas, Levitas, Sacerdotes y el Sumo Sacerdote). Y, sin embargo, en un mismo hálito, ¡argumenta ser el candidato más digno para el Sumo Sacerdocio!
Aguas Celestiales, Aguas Terrenales
En la narración de la Torá de los seis días de creación del mundo por parte de Di-s, la obra de cada día concluye con la declaración: «Y vio Di-s lo que había creado, y he aquí que era bueno». Cada día, excepto el segundo, aquel en que «Di-s hizo el firmamento [del cielo], y separó entre las aguas que están debajo del firmamento y las que están encima del firmamento»[7].
Explica el Midrash: «¿Por qué no dice «y he aquí que era bueno» respecto del segundo día? Porque en ese día se creó la discordia; como está escrito: «y separará entre agua y agua»».
Sin embargo, el Midrash prosigue señalando que en el tercer día la Torá dice «y era bueno» dos veces, porque «la obra de las aguas», comenzada en el segundo día, fue terminada entonces. En otras palabras, la división provocada en el segundo día era un fenómeno menos que deseable, pero solamente porque todavía no estaba terminada; en el tercer día, esta discordia misma es considerada «buena»[8].
Nuestros Sabios nos cuentan que los seis días del génesis Divino se corresponden con los seis milenios de empeño humano que le siguen[9]. En ello radica el significado de las palabras del Midrash: en el tercer milenio de existencia del mundo, fue introducido en nuestras vidas el elemento que resuelve los conflictos creados por la diversidad. Este es la Torá, revelada a nosotros en Sinaí en el año 2448 desde la Creación.
La Torá fue «dada para hacer la paz en el mundo»[10]: paz entre los conflictivos impulsos dentro del corazón del hombre, paz entre los individuos, paz entre los pueblos, y paz entre la creación y su Creador.
El Midrash expresa la cualidad pacificadora de la Torá con la siguiente metáfora: Había una vez un rey que decretó: «La gente de Roma tiene prohibido descender a Siria, y la de Siria tiene prohibido ascender a Roma». Asimismo, cuando Di-s creó el mundo, decretó y dijo: «Los cielos son de Di-s, y la tierra es dada al hombre»[11]. Pero cuando deseó entregar la Torá a Israel, rescindió Su decreto original y declaró: «Los planos inferiores pueden ascender a los superiores, y los superiores pueden descender a los inferiores»[12].
El cisma y decreto[13] de separar lo celestial de lo terrenal, puesto en vigencia por la «división de las aguas» por parte de Di-s en el segundo día de la Creación, fue aliviado, así, en el tercer «día» de la historia con la revelación en Sinaí. Lo material y lo espiritual dejaron de ser dos planos irreconciliables. En ese día, «Di-s descendió sobre el Monte Sinaí»[14], «Y a Moshé dijo: «asciende a Di-s»[15]. Di-s llegó «abajo» para impartir de Su santidad al mundo, y el hombre fue facultado para lograr una proximidad con Di-s.
Pero la Torá no viene a nublar la distinción entre santo y mundano. Ni se empeña en crear una sociedad mundial uniforme. Esto, a duras penas, calificaría como un estado de «paz» más que como podría decirse que una pintura de un único matiz o una sinfonía compuesta enteramente por notas idénticas fueran una creación «armoniosa».
La Torá hace la paz en el mundo al definir los diferentes roles (hombre y mujer, judío y no-judío, Israelita, Levita y Kohén, erudito e iletrado) para abarcar la misión global de la humanidad.A ello se debe que la Torá esté asociada al número tres: una entidad única o una colección de entidades idénticas, pueden deletrear unanimidad, pero no paz. Si «uno» representa singularidad y «dos» implica divisibilidad, «tres» expresa el concepto de paz: la existencia de dos entidades diferentes, o incluso antitéticas, pero con la adición de un tercer elemento de unificación que los abraza y satura a ambos, abarcando sus diferencias como componentes diversos pero armoniosos de un entero mayor. El «tercer día» no deshace la división del segundo. Más bien, introduce un «tercer» elemento todo-trascendente a cuyo servicio aquella división aplica sus propias cualidades peculiares. Y es esta introducción de armonía en la diversidad lo que la «completa» y convierte en «buena».
Volviendo a Kóraj
En vista de esto, sintió Kóraj, ¿cómo podemos hablar de roles «superiores» e «inferiores» en el mundo de Di-s? ¿Cómo puede decirse que el Sumo Sacerdote sea más excelso que el obrero común? Cierto, la vida del Kohén Gadol está dedicada por entero a empeños espirituales en tanto que el Israelita «ordinario» debe lidiar con la mundanalidad del mercado. Pero «dentro de ellos está Di-s»; ellos sirven al propósito Divino con el cumplimiento de su rol para nada menos que el Kohén Gadol en el cumplimiento del suyo.
Kóraj no se oponía a la división de la comunidad según vocación, ni a la distinción entre lo espiritual y lo material. Todo lo contrario. El mismo anhelaba la senda espiritual del Sumo Sacerdocio, servir al Omnipotente estando totalmente apartado de los asuntos mundanos. Lo que sí disputó era la manera en que Moshé definía la división de roles dentro del pueblo.
«¿Por qué os alzáis vosotros por encima de la congregación de Di-s?», argumentó. ¿Por qué esta «escalera» de espiritualidad en la que los Moshés y Aharónes de la generación ocupan un peldaño más alto que el granjero que trabaja su tierra o el mercader absorto en sus cuentas? ¿Por qué se dice al judío «ordinario» que vea a Aharón como aquel que lo representa en el Santuario y facilita su relación con Di-s? ¿Está Di-s más cerca del cielo que de la tierra? ¿Es servirlo trascendiendo lo material una parte más importante de la misión de la humanidad que utilizar la existencia material para cumplir Su voluntad? Dame el Sumo Sacerdocio, dijo Kóraj, y yo eliminaré las connotaciones de «liderazgo» y «superioridad» que Moshé y Aharón le han conferido. Para mí, el estilo de vida más espiritual y el más ligado a lo material, y todas las graduaciones intermedias, todas son sendas distintas pero paralelas en nuestro empeño por servir al Omnipotente.
La visión de Kóraj parece el paradigma de la armonía: elementos diversos unificados por una meta común. Sin embargo, al descuidar la incorporación de un aspecto crucial de la concepción de paz de la Torá, se convirtió en fuente de toda discordia y rencilla.El mundo «separado pero igual» de Kóraj podría unir sus diversos componentes en el hecho de que todos sirven a una misma meta global, pero fracasa en la tarea de proporcionar conexión alguna entre ellos. Los senderos podrían converger en su destino, pero están separados por muros que los aíslan y dividen. Y sin una relación de da-y-toma entre ellos, sin ningún sentido de dónde se posicionan uno respecto del otro, su separación inevitablemente se desintegrará en partidismo y conflicto.
Si volvemos a la parábola del Midrash, la de romanos y sirios, podemos ver dónde se aparta la visión de Kóraj de la definición de paz de la Torá. La diferencia entre los dos planos (material y espiritual) es preservada, pero hay movimiento e interrelación entre ellos. Y su relación se define en términos de «superior» e «inferior»: lo celestial desciende a la tierra, y lo terrenal asciende al cielo.
Como es visto por la Torá, las gradaciones de espiritualidad de los diversos segmentos del pueblo asumen la forma de una «escalera» en la que el individuo ligado a lo material alza la vista hacia su hermano más espiritual, y lo más espiritual se traslada hacia abajo para proveer de dirección e inspiración a aquello ligado a lo material. El granjero da de su producto al kohén; considera este regalo como la parte más sagrada de su cosecha, representativa del foco espiritual de todos sus empeños. El comerciante mira al erudito como un modelo ideal; se siente atrapado y sofocado por las demandas de su vocación y vive para los pocos minutos diarios que logra dedicar al estudio.
Y el líder espiritual desciende para elevar a su comunidad. Di-s define el papel de Aharón como uno que «alza las lámparas»: además de (y a causa de) su servicio espiritual «personal» al Omnipotente, Aharón es la llama que enciende el «alma del hombre, una lámpara de Di-s»[16] convocando su potencial iluminador[17]. Todo esto no es porque quienes cumplen los roles más espirituales son más importante para el propósito Divino que aquellos que lo sirven mediante su involucración con lo material. Por el contrario, el propósito de Di-s en la Creación es, dicen nuestros Sabios, que «El deseó tener una morada en los planos inferiores»; que el plano inferior de lo material se transforme en un ambiente acogedor y receptivo de Su ser[18]. En la tarea de llevar esto a cabo, aquellos que se encuentran en «el peldaño más bajo» deben jugar el papel más central y crucial. Pero su especialidad radica precisamente en que ellos tratan con los más bajos elementos de la Creación (esto es, aquellos que expresan menos la realidad de Di-s de cualquier manera manifiesta) y los encaminan hacia el propósito superior de servir a su Creador.
En el momento en que el individuo ligado a lo material comienza a sentirse cómodo en su ambiente, en el momento en que cesa su afán de escapar a lo material, ya no puede verdaderamente sublimarlo más; él es ahora parte de éste. Sólo viéndose a sí mismo en el fondo mirando hacia arriba, sólo cuando su involucración con lo mundano se percibe como forzada por la convocatoria del deber en tanto que su alma anhela una existencia más espiritual, se está en posición de elevar verdaderamente el entorno.
Curiosamente, aunque Kóraj desconoció esta conexión «vertical» entre materia y espíritu, él mismo era un ejemplo primario de ella. Su deseo del Sumo Sacerdocio, su anhelo de ascender un peldaño espiritual más que el propio en la escalera, era una ambición positiva[19], y la máxima refutación de su propia «paz» divisiva.
Basado en Sijot de Shabat Kóraj 5718, 5724, 5727
Notas: 1. Números 17:5 2. Talmud, Sanhedrín 110a. 3. Números 16:2. 4. Midrash Rabá, Bamidbar 21:2. 5. Números 16:3. 6. «¿No os basta con que el Di-s de Israel os ha distinguido de la comunidad de Israel para aproximaros a Sí, para llevar a cabo el servicio del Santuario de Di-s, y para alzaros ante la comunidad… que también deseáis el Sacerdocio?» – ibíd. 5-10. 7. Génesis 1:6-7. 8. Midrash Rabá, Bereshit 1:8. 9. Najmánides, Génesis 2:3; así, tal como los seis días de la Creación culminan en un séptimo de retiro y descanso Divino, 6.000 años de logro humano resultan en «el día de Shabat y serenidad eterna», la era del Mashíaj. 10. Talmud, Guitín 59b; Mishné Torá, Leyes de Janucá 4:14. 11. Salmos 115:16. 12. Midrash Tanjumá, Vaerá 15. 13. La palabra hebrea empleada por el Midrash, guezerá, significa tanto «decreto» como «escisión». 14. Exodo 19:20. 15. Ibíd. 24:1. 16. Números 8:2. 17. Proverbios 20:27. 18. Midrash Tanjumá, Nasó 16. «De esto se trata el hombre», escribe Rabí Shneur Zalman de Liadí en su Tania, «éste es el cometido de su creación y de la creación de todos los mundos, superiores e inferiores: que Di-s tenga un lugar de morada en este mundo inferior» (Tania, Cap. 36). 19. Esto explica por qué toda una sección de la Torá (Números 16-18) lleva el nombre de «Kóraj» – el nombre de un pecador. Porque debemos derivar los aspectos positivos del acto de Kóraj, su anhelo de una existencia más espiritual que la propia, y aplicarla a nuestras vidas.
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