Ocurrió una vez que R’ Akiva vio un hombre desnudo, negro como el carbón, llevando sobre su cabeza una carga con un peso equivalente al que deberían llevar diez hombres, y corría con el mismo, tan rápido como un caballo. Viéndole, R’ Akiva le dijo que se detenga, y así ocurrió.
Luego le preguntó: “Por qué estas realizando un trabajo tan duro? Si eres un esclavo trabajando para unaamo que te exige tanto, te haré libre. Si se debe a que eres pobre te haré rico”, a lo cual el hombre replicó: “Por favor no me detenga, no sea que mis supervisores se enojen conmigo”.
Entonces R’ Akiva inquirió: “Qué es esto; cual es tu ocupación?”, a lo que el hombre respondió: “Soy un hombre que ha fallecido. Cada día me envían a cortar madera para luego quemarme con ella”
Entonces el Rav le pregunto: “Hijo mío, cual era tu oficio cuando viniste a este mundo?”. El hombre explicó lo siguiente: “Yo era un recaudador de impuestos de los ciudadanos prominentes;me comportaba con favoritismo hacia los ricos y con mala voluntad hacia los pobres”. R’Akiva pregunto entonces: “Has escuchado de tus supervisores si tienes alguna posibilidad de remediar tu situación?”, a lo cual el respondió “ Por favor le pido que no me detenga, no sea que los responsables de mi castigo se enfaden conmigo.Les he oído decir que no hay remedio. No obstante hay algo que si pude escuchar de ellos: “Si este pobre hombre tuviera un hijo que se pusiera de pie en la congregación y dijera Barju et H” Hamevoraj “Bendigan a Hashem El Bendito”, y la congregación le respondiera “Bendito es Hashem que Es Bendecido eternamente” y si el dijera “Yitgadal” y ellos respondieran “Amen” y “Yehe sheme rabba m’varaj” de inmediato sería liberado de su castigo.
No obstante esta persona no fue sobrevivido por un hijo. Dejo a su mujer embarazada, pero no sabe si ella tuvo un hijo. En cualquier caso, si lo tuvo, quien lo educaría?”... ya que no tenía ni un amigo en el mundo. Fue en ese momento cuando R” Akiva tomó su decisión: Averiguaría si la esposa del hombre había dado a luz a un hijo, y si así fuera, le educaría en Torá y le pondría en pie frente a la congregación. Volviéndose al hombre le pregunto:
-“Como te llamas?”,
- y el hombre respondió “Akiva”.
- “Y cual es el nombre de tu esposa?”
- “Shushvina”
- “Y el nombre de tu ciudad ?”
- “Ludkia”
De inmediato y con gran angustia, R’ Akiva fue a la ciudad y comenzó averiguar sobre este hombre.
Tan pronto llegó a esta ciudad de Ludkia y comenzó sus averiguaciones, se encontró con las siguiente respuesta: “...Que los huesos de ese hombre vil sean destrozados”, Y al preguntar sobre su esposa, recibió como respuesta “ ...Que su memoria sea borrada!”; luego preguntó por el hijo y le respondieron que no estaba circuncidado; que ni siquiera se habían tomado la molestia de realizar la ceremonia de circuncisión en el.
Entonces R” Akiva buscó al niño, le circuncidó y le sentó frente a el, aunque el mismo no aprendía Torá. Con decisión, R’Akiva ayuno 40 días en su beneficio, hasta que una voz Celestial vino y le dijo: “R’ Akiva, ve y enséñale. Entonces fue y le enseñó Torá, el recitado de la Shema, Shemone Esre y Birkat HaMazon. Luego le llevó ante la congregación, y en el momento oportuno el niño dijo: “Barju et Hashem ham’voraj” a lo que la congregación respondió: Baruj Hashem ham’vorachl’olam vaed” y “Yehe sheme rabba mevaraj”.
Fue en ese preciso instante en el que el hombre fallecido fue liberado inmediatamente de su tormento, y vino enseguida a R’ Akiva en un sueño, y le dijo “Sea la voluntad de D-os que consigas la felicidad en el paraíso, porque me has salvado de los tormentos del Gehinnom” Entonces R’Akiva abrió su boca y dijo: “Oh, S-ñor, Tu Nombre es Eterno; Oh, S-ñor Tu recuerdo es para todas las generaciones…”
Luego le preguntó: “Por qué estas realizando un trabajo tan duro? Si eres un esclavo trabajando para unaamo que te exige tanto, te haré libre. Si se debe a que eres pobre te haré rico”, a lo cual el hombre replicó: “Por favor no me detenga, no sea que mis supervisores se enojen conmigo”.
Entonces R’ Akiva inquirió: “Qué es esto; cual es tu ocupación?”, a lo que el hombre respondió: “Soy un hombre que ha fallecido. Cada día me envían a cortar madera para luego quemarme con ella”
Entonces el Rav le pregunto: “Hijo mío, cual era tu oficio cuando viniste a este mundo?”. El hombre explicó lo siguiente: “Yo era un recaudador de impuestos de los ciudadanos prominentes;me comportaba con favoritismo hacia los ricos y con mala voluntad hacia los pobres”. R’Akiva pregunto entonces: “Has escuchado de tus supervisores si tienes alguna posibilidad de remediar tu situación?”, a lo cual el respondió “ Por favor le pido que no me detenga, no sea que los responsables de mi castigo se enfaden conmigo.Les he oído decir que no hay remedio. No obstante hay algo que si pude escuchar de ellos: “Si este pobre hombre tuviera un hijo que se pusiera de pie en la congregación y dijera Barju et H” Hamevoraj “Bendigan a Hashem El Bendito”, y la congregación le respondiera “Bendito es Hashem que Es Bendecido eternamente” y si el dijera “Yitgadal” y ellos respondieran “Amen” y “Yehe sheme rabba m’varaj” de inmediato sería liberado de su castigo.
No obstante esta persona no fue sobrevivido por un hijo. Dejo a su mujer embarazada, pero no sabe si ella tuvo un hijo. En cualquier caso, si lo tuvo, quien lo educaría?”... ya que no tenía ni un amigo en el mundo. Fue en ese momento cuando R” Akiva tomó su decisión: Averiguaría si la esposa del hombre había dado a luz a un hijo, y si así fuera, le educaría en Torá y le pondría en pie frente a la congregación. Volviéndose al hombre le pregunto:
-“Como te llamas?”,
- y el hombre respondió “Akiva”.
- “Y cual es el nombre de tu esposa?”
- “Shushvina”
- “Y el nombre de tu ciudad ?”
- “Ludkia”
De inmediato y con gran angustia, R’ Akiva fue a la ciudad y comenzó averiguar sobre este hombre.
Tan pronto llegó a esta ciudad de Ludkia y comenzó sus averiguaciones, se encontró con las siguiente respuesta: “...Que los huesos de ese hombre vil sean destrozados”, Y al preguntar sobre su esposa, recibió como respuesta “ ...Que su memoria sea borrada!”; luego preguntó por el hijo y le respondieron que no estaba circuncidado; que ni siquiera se habían tomado la molestia de realizar la ceremonia de circuncisión en el.
Entonces R” Akiva buscó al niño, le circuncidó y le sentó frente a el, aunque el mismo no aprendía Torá. Con decisión, R’Akiva ayuno 40 días en su beneficio, hasta que una voz Celestial vino y le dijo: “R’ Akiva, ve y enséñale. Entonces fue y le enseñó Torá, el recitado de la Shema, Shemone Esre y Birkat HaMazon. Luego le llevó ante la congregación, y en el momento oportuno el niño dijo: “Barju et Hashem ham’voraj” a lo que la congregación respondió: Baruj Hashem ham’vorachl’olam vaed” y “Yehe sheme rabba mevaraj”.
Fue en ese preciso instante en el que el hombre fallecido fue liberado inmediatamente de su tormento, y vino enseguida a R’ Akiva en un sueño, y le dijo “Sea la voluntad de D-os que consigas la felicidad en el paraíso, porque me has salvado de los tormentos del Gehinnom” Entonces R’Akiva abrió su boca y dijo: “Oh, S-ñor, Tu Nombre es Eterno; Oh, S-ñor Tu recuerdo es para todas las generaciones…”
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