martes, 17 de julio de 2018

Tisha b'Av 2018: Leyes referentes al 9 de Av que cae en Shabat y es pospuesto al domingo

Tisha b'Av 2018. (5778)

De la tarde del  sábado 21 de julio
Hasta la tarde del 
domingo
 
22 de julio



El 9 de Av que cae en Shabat se pospone para el domingo, y durante el sábado no se exterioriza ninguna señal de duelo, se come y bebe en abundancia como en todos los Shabatot, inclusive como en los días de la corte del Rey Salomón.
Las mujeres embarazadas y las que amamantan deben ayunar el 9 de Av. Pero si el ayuno se pospone, la ley es menos rigurosa con ellas y si se sienten débiles o tienen algún tipo de malestar, aunque no estén enfermas, están exentas del ayuno que se pospuso (Beur Halajá 559:9, Kaf HaJaím 75).
Los que cumplieron con el precepto de circuncidar a un niño, deben ayunar el 9 de Av. Empero si el 9 de Av cae en Shabat y es pospuesto, de acuerdo con la opinión de la mayoría de los juristas, pasado el mediodía pueden rezar el servicio de Minjá y romper el ayuno. Empero hay quienes son más rigurosos y no lo permiten. La costumbre más extendida es llevar a cabo la circuncisión sobre el final del ayuno y así la comida festiva se puede servir inmediatamente después de salidas las estrellas.
Cuando el 9 de Av cae en Shabat y el ayuno se pospone para el domingo 10, las restricciones de duelo no continúan una vez acabado el ayuno, por lo que está permitido cortarse el cabello, lavar ropa y bañarse con agua caliente. Empero según la opinión de muchos es menester abstenerse de ingerir carne y vino al culminar el ayuno, ya que como se ayunó durante el día, no corresponde pasar de inmediato a la alegría de su ingestión (Ramá 558:1, Mishná Berurá 4 y 5, Rav Eliahu Leyes Referentes a los Jaguim 29:9). Sin embargo hay quienes permiten hacerlo al concluir el ayuno (Rabí Jaím Vital, Peri Jadash, Torat Hamoadim 11:8).
La regla general es que no hay duelo en Shabat, y por lo tanto si el 9 de Av cae sábado se pospone el ayuno para el domingo, y ese mismo Shabat se come carne, se bebe vino y se sirve la mesa con todo lujo como lo hacía el Rey Salomón en su momento, amén de cantarse canciones sabáticas en la mesa con normalidad.
Ahora bien, existe un tiempo intermedio en el cual aún no salió Shabat pero ya aplican las limitaciones del ayuno. Esto se debe a que tenemos una duda respecto de cuándo cambia el día, al ponerse el sol o al salir las estrellas por lo que el tiempo entre ambas es quizás día quizás noche y se le llama “Bein Hashmashot” o “entre los soles” (sol y luna). Dado que es preceptivo agregar tiempo al Shabat, este se extiende hasta unos minutos posterior a la salida de las estrellas. De esta manera desde que se pone el sol hasta unos minutos después de la salida de las estrellas, se trata de tiempo común al Shabat y al ayuno. En este lapso de tiempo está prohibido hacer nada que tenga apariencia de duelo ya que no se permite el duelo en Shabat, pero por otra parte desde la puesta del sol nos abstenemos de cosas que no son “sabáticamente” indispensables como por ejemplo comer, beber, lavarse o untarse cremas.
Por lo tanto en la tercer comida del Shabat, “Seudá Shelishit”, se come y se canta con normalidad pero se concluye previo a la puesta del sol, ya que no hay obligación sabática de prolongarla más allá del atardecer (Shulján Aruj 552:10, Mishná Berurá 23). Asimismo es correcto abstenerse de cantar canciones alegres pasada la puesta del sol y no hay en esto señal de duelo, ya que no se acostumbra a cantar en todos y cada uno de los momentos del Shabat. Nos abstenemos de lavarnos o untarnos cremas desde la puesta del sol, pero de todas maneras no nos lavamos todo el Shabat. Empero quien hizo uso del excusado tras la puesta del sol, se lavará las manos como de costumbre, ya que de no hacerlo se conduciría como un doliente en Shabat.
Se ha de permanecer con la vestimenta sabática y los zapatos, sentados en sillas normales y saludándose unos a otros con normalidad hasta que salgan tres estrellas medianas y transcurran otros minutos como ‘agregado’ (“tosefet”) al Shabat. Entonces se debe recitar “Bendito Sea Aquél que diferencia entre lo sagrado y lo profano” (“Baruj Hamavdil bein Kodesh Lejol”) y de esta manera se da por concluido el Shabat. Paso seguido se han de quitar los zapatos y las vestimentas sabáticas y se ha de vestir ropa común que ya haya sido usada la semana anterior, pues no se puede usar ropa lavada el 9 de Av.
Se acostumbra a demorar el servicio vespertino de sábado a la noche en unos quince minutos tras la salida del Shabat, para que los feligreses alcancen a despedir el Shabat en sus hogares, cambiar de calzado y vestimenta y llegar a la sinagoga para el servicio de Arvit y lectura de Lamentaciones de Jeremías con ropa común.
¿Como se realiza la ceremonía de Havdalá cuando el ayuno del 9 de Av se inicia el sabado en la noche?
Dado que una vez salido el Shabat estamos ya en el ayuno y resulta imposible realizar la ceremonia de Havdalá sobre el vino, esta se posterga hasta pasado el ayuno.
Sin embargo pronunciamos la Havdalá en la plegaria de Arvit al recitar la bendición de “Atá Jonantanu”, en la cuarta bendición de la Amidá, que actúa a modo de diferenciación entre Shabat y la semana tras la cual se pueden ya realizar labores. Hay quienes sostienen que es bueno que las mujeres reciten el servicio de Arvit en este sábado a la noche para que reciten la bendición antes mencionada, y la mujer que no rece puede recitar la fórmula “Bendito Sea Aquél que diferencia entre lo santo y lo profano” (“Baruj Hamavdil bein Kodesh Lejol”) y entonces ya puede realizar labores (Mishná Berurá 556:2).
Además, se bendice sobre el fuego al salir el Shabat ya que ésta bendición no depende de la del vino sino que implica un agradecimiento por la creación del fuego que fue revelado a Adám y Javá el sábado por la noche. Se acostumbra a recitar la bendición por la creación del fuego después del servicio de Arvit y previo a la lectura de las Lamentaciones de Jeremías cuando se encienden velas. También las mujeres bendicen por estas velas. Quien por alguna razón no bendijo las velas tras el servicio de Arvit, puede hacerlo toda la noche.
Al finalizar el ayuno, antes de que se coma o beba, es menester recitar la Havdalá con una copa de vino recitándose dos bendiciones: por el fruto de la vid (“Boré Perí Haguefen”) y por diferenciar entre lo santo y lo profano (“Hamavdil”), no recitándose las bendiciones de la creación del fuego (“Boré Meorei Haesh”) ni la de las especies aromáticas (“Boré Minei Besamim”).
Es este un buen momento para puntualizar que todo sábado por la noche aunque ya hayan salido las estrellas, nuestros sabios prohibieron realizar labores hasta que no se haya pronunciado algún tipo de fórmula que diferencie lo santo de lo profano como por ejemplo “Atá Jonantanu” en la cuarta bendición de Arvit, así como no ingerir alimentos hasta haber realizado la ceremonia de la Havdalá sobre una copa de vino. Por esta razón en este sábado por la noche, es suficiente con la pronunciación de alguna fórmula de separación, que nos permita realizar labores y al salir el 9 de Av, cuando necesitamos comer, se debe recitar la Havdalá sobre una copa de vino.
Por lo tanto un enfermo que necesita comer el 9 de Av, debe hacer Havdalá con una copa de vino antes de ingerir alimentos, siendo lo más pertinente reemplazar en esta ocasión el vino por la bebida más común del país (con preferencia de bebidas alcohólicas y a posteriori sirve cualquier bebida de consumo común como el café, ver en Peninei Halajá Shabat cap. 8 inc. 4). Si no tiene a su alcance la bebida común del país, puede hacerlo con jugo de uva. En caso de no tener jugo de uva, a posteriori, puede hacerlo con vino y beber un sorbo de no más de cuarenta mililitros (“meló logmav”). Si hay en el lugar un niño, que ya llegó a la edad en la que se le enseña a recitar las bendiciones, es preferible que él beba del vino y no el enfermo. Un niño que come durante el ayuno no necesita recitar Havdalá antes de ingerir alimentos (Shmirat Shabat Kehiljatá 62:45).
https://ph.yhb.org.il

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