lunes, 30 de enero de 2012

Sarah Schenirer Z”L y Los Seminarios “Bet Yaacob”


A continuación plantearemos la grandeza de una mujer tzadéket que gracias a su inteligencia hoy toda Bat Israel es educada por el buen camino. ¿Cuál fue la obra de la tzadéket Sarah SchenirerZ.L.?

Anteriormente, el lugar natural donde cada hija de Israel recibía la educación judía era en su propio hogar. Mientras que los padres e hijos se elevaban en los caminos de la Torá en las yeshibot y baté kenesiot, las mujeres permanecían en el hogar ocupándose de las necesidades normales de una casa y ayudando económicamente a sus esposos, tejiendo o realizando trabajos caseros. Las hijas eran educadas por las madres y las abuelas con las bases que ellas mismas habían recibido de sus predecesoras. Así se cuidaron generaciones y generaciones de hijas correctas y recatadas que absorbieron en sus hogares santidad y pureza. Pero las épocas fueron cambiando. Nuevas corrientes ajenas a nuestras raíces empezaron a soplar en Europa y poco a poco fueron contagiando a muchos de nuestros hermanos y comenzaron movimientos laicos que pregonaban el liberalismo y la asimilación entre las naciones.

Los jóvenes que estudiaban en las yeshibot y quienes de una u otra forma estaban conectados directamente con la Torá, pudieron superar la enorme dificultad que se presentaba gracias en gran medida al mérito del propio estudio de la Torá que les daba la base necesaria. Pero las jóvenes de Israel empezaron a tropezar con esa corriente extraña. Ellas no tenían el estudio necesario que las protegiera, ya que sólo existían hasta ese momento escuelas judías liberales o las escuelas oficiales del país. ¿Cómo se salvaron de asimilarse e ir por el mal camino?

La educación que las jóvenes recibían en sus hogares era muy débil como para poder enfrentar la nueva corriente que amenazaba. El resultado fue terrible: Hijas de Israel que se asimilaban entre las naciones y otras que perdían toda la base de cumplimiento aun de los preceptos más elementales. Los Sabios de la generación clamaron por el peligro que acechaba. Ellos entendieron que si la mujer de Israel no tenía su lugar en la educación judía, no habría futuro para el pueblo. Pero, lamentablemente, no había reacción y la epidemia de la asimilación llegaba a las casas incluso de los que más cumplían Torá. Hasta que una mujer, una madre de Israel llamada Sarah SchenirerZ”L, una mujer común y sencilla, pero con un alma especial y un corazón fervoroso lleno de entusiasmo y entrega, hizo una revolución que llegó hasta nuestros días y salvó a esa generación y a las posteriores del desastre. Ella fundó la cadena de seminarios “Bet Yaacob”, donde las jóvenes fueron educadas con los conceptos de Torá y temor a Di-s continuando así el legado recibido en el monte de Sinai. Su lema era precisamente: “Bet Yaacob (hijas de Israel) encamínense en la luz de Hashem” (Yeshaya 2).

Bajo esa bandera recibieron la educación pura de la Torá miles de alumnas, gracias a su fuego interno y convicción, pese a todas las dificultades que se le presentaron para poder conseguirlo.

Los cientos de “Baté Yaacob” que existen en la actualidad son testimonio de la llama encendida por Sarah Schenirer, Z”L, en sus cincuenta y dos años de vida y que sigue alumbrando e intensificándose día tras día.

Cuando comenzó la primera guerra mundial y el ejército alemán invadía Polonia, los yehudim de Kraca escapaban para Austria y muchos de ellos se radicaban en Viena. Entre ellos, estaba la familia de Sara Shnirer. En el Bet Hakenéset al que concurrieron en Janucá, el Rab del lugar, Rab Flesh, Z”L, comenzó a disertar con un lenguaje claro y puro que conmovía al público y sobre todo a esta tzadéket, que se encontraba en el sector femenino. En un momento, el Rab se refirió a la figura de Yehudit en relación con el milagro de Janucá. Se dirigió a las mujeres diciendo: Hijas de Israel, tomen como ejemplo a Yehudít, sigan sus pasos incluso en ésta época y devuelvan a su lugar la corona de las hijas de Israel.

Sara Shnirer sintió que las palabras estaban dirigidas a ella. Decidió levantar el guante y enseñar y transmitir los conceptos del judaísmo auténtico a las mujeres de Israel. A partir de ese instante, fue escuchando todas las clases del Rab y anotaba en sus cuadernos las futuras disertaciones que ella daría cuando regresara a Kraca.

Cuando la guerra concluyó y retornaron a Polonia, comenzó la obra que Hashem le había destinado. En principio citó a las madres, luego a las hijas, y la luz de la Torá comenzó a alumbrar el camino. Sus palabras profundas y claras penetraban en los corazones, pero ella sabía que no alcanzaba con disertaciones para cambiar las conductas equivocadas. Se debía llegar a un cumplimiento natural de las mitzvot y para eso había que empezar desde muy temprano, cuando aún la pureza de las pequeñas estaba intacta. Debía enseñarles el idioma hebreo y las letras para que pudieran desarrollarse solas en el futuro. El desafío era grande, pero ella lo aceptó. En su propia casa comenzó a enseñar a niñas los conceptos básicos del judaísmo, hasta que con la ayuda económica de dirigentes de la ciudad pudieron alquilar un lugar para formar la primera escuela para niñas “Bet Yaacob”. Temas tales como historia judía, tefilá, halajot y todo lo concerniente a una Bat Israel se enseñaban en la escuela, hasta que el número de alumnas creció cada vez más. No tuvo el zejut de tener hijos, pero todo su potencial lo dedicó a sus alumnas, a las que engrandeció con Torá y mitzvot.

No se conformó solamente con la ciudad de Braca: se encargaba de despertar la conciencia de nuestra Torá en todo lugar. Enviaba maestras a las que ella misma había enseñado para que los “Baté Yaacob” se abrieran por toda Europa.

Al estallar la segunda guerra mundial muchas alumnas del seminario Sara Shnirer, Z”L, se vieron obligadas a quedarse en Cracovia sin posibilidades de volver a sus casas. Las morot estimulaban a sus alumnas y las preparaban a entregar sus almas por Kidush Hashem.

En el mes de Ab del año 5702, la directora del seminario reunió a sus 93 alumnas y les dijo: “Queridas hijas, todos los días pedimos a Hashem que no nos envíe pruebas, y que si las hay, las pasemos sin tropezar. Momentos difíciles vivimos. Debemos recordar las palabras de Moshé: “Hazur Taamim Paoló”, “Las obras de Hashem son íntegras”. Llegará el día en el cual tendrán que aplicar todo lo que estudiaron siendo fieles Benot Israel para Hakadosh Baruj Hú”.

A los pocos días, llegaron al seminario los soldados de la gestapo imaj shemam y ordenaron a las jóvenes que se bañaran y se vistieran con sus mejores ropas. Avisaron a la directora que al día siguiente, 93 soldados vendrían a buscarlas.Al escuchar estas palabras, la directora se dio cuenta de que llegaba el momento de la prueba. Enseguida ordenó la menhaélet a sus alumnas que fueran a bañarse y vistieran sus mejores ropas... Pero antes que llegaran los soldados, las reunió nuevamente y les dijo: “Queridas alumnas, yo sé que ustedes están preparadas para morir por Kidush Hashem, pero sepan que los soldados que en un rato vendrán, no sólo quieren exterminarnos físicamente, sino también, espiritualmente... Sus alumnas se estremecieron, y ella continuó: “... tengo en mis manos píldoras venenosas. Si alguno de los soldados, quiere tocarlas, deberán ustedes tragarlas, y no les permitan ensuciar sus neshamot.

Una luz de Emuná y fortaleza iluminó a las 93 jóvenes. De a una se iban acercando hacia la Menahélet y le extendían la mano. Al día siguiente, antes que llegaran los nazis al lugar, se reunieron todas en el salón del seminario y juntas pronunciaron: “He aquí que estamos dispuestas a entregar nuestras almas por Kidush Hashem”. Inmediatamente, tomaron cada una su pastilla y, junto con la Menahélet, alzaron sus voces, llegando hasta el Trono Celestial el“Shemá Israel...” y devolvieron sus almas a su Fuente Divina.

Para concluir este comentario, recordemos parte de la carta que la tzadéket Sarah Schenirer, Z”L, dejó no sólo a sus alumnas sino a todos nosotros también:

“Muchos son los pensamientos de la persona, pero sólo la idea de Hashem es la que se cumple” (Mishlé 19). Todo lo que Hashem hace es para el bien, Alabado sea Su Nombre. Yo, que toda mi vida me lamenté de no poder llorar en el momento de la tefilá, es difícil para mí contener las lágrimas en este momento, porque siento una unión espiritual hacia mis alumnas. Estoy segura de que ustedes también llorarán cuando lean mis palabras. Que sea la voluntad de nuestro Padre Celestial que nuestras lágrimas lleguen hasta Su Trono para pedir la salvación de Israel. Me dirijo a ustedes, hijas queridas, que salen al mundo para educar a las hijas de Israel y formar los hogares de Israel. Estoy segura de que ustedes saben bien su función, pero quiero advertirles sobre dos grandes peligros que se pueden presentar: cuídense, hijas mías, del orgullo y de la altivez que seducen a la persona haciéndole creer que es digna de respeto; pero por el otro lado, cuídense del extremo inverso, de creer que no tienen ningún valor porque eso trae tristeza, depresión e introduce dudas en el corazón de la persona sobre el éxito de su vida. La vida es difícil en muchas circunstancias, pero ustedes poseen los elementos claves que las ayudarán: Temor a Hashem, cariño a Hashem y el servicio a Hashem. Desde lo profundo de mi corazón, surge mi tefilá a Hashem: Señor del Mundo, ayuda a mis hijas en su difícil trabajo, no les presentes pruebas duras y que se cumpla en ellas el dicho de nuestros Sabios: “Quien desea purificarse, del Cielo lo ayudarán”. Fortalézcanse, hijas mías, en su trabajo sagrado, no debiliten sus manos ni se cansen en su entrega para servir a Hashem. Recuerdo ahora el suceso sobre aquel jasid que se presentó ante su Rab lleno de alegría: “¡Terminé el Shas íntegramente! El Rab lo miró con una sonrisa y le dijo: “¿Y a ti qué te enseñó el Shas?” Sí, hijas mías, disfruten del tesoro de la Torá que adquirieron, pero no olviden que no es el estudio lo principal sino el cumplimiento. Termino mis palabras con los versículos conocidos por ustedes: “Sirvan a Hashem con alegría” (Tehilim 100). “Puse a Hashem delante mío siempre” (Tehilim 16). “El comienzo de la sabiduría es el temor a Hashem” (Tehilim 111). “La Torá es íntegra y tranquiliza el alma” (Tehilim 19).

Que el ejemplo de esta tzadéket ilumine y guíe la vida de todas las hijas de Israel.

Amén.

Benot Israel Or Torá.Maasé Shehayá.Elías Askenazi

jueves, 26 de enero de 2012

HISTORIAS PARA CONTAR EN SHABAT (II): La recompensa de Shabat


Está escrito en el Libro del Profeta: “Si descansas en el Shabat tus pies, para dedicarlo a la actividad espiritual... Y disfrutarás de las bondades de Hashem... (Yeshayá 58).
Según el comentario de Nuestros Jajamim, de aquí se aprende que, quien no escatima en
gastos para disfrutar y respetar el día de Shabat recibe de Hashem una recompensa (material) mucho mayor de la que le costó.
Para entender mejor este concepto, imaginemos la siguiente situación:

En una ciudad había dos hermanos; uno rico y uno pobre.
El rico recibió de su padre un fax que decía: “Querido hijo: te envío este fax a ti porque tu hermano está tan pobre que ni siquiera tiene teléfono. En cambio tú, gracias a Di-s, estás en condiciones de llevar a cabo lo que te voy a pedir. Dentro de unos días voy a casar a tu hermano menor y haré una fiesta.Yo quisiera que mis dos hijos, que viven lejos de mí, me acompañen.
Ven tú y tu hermano a esta ciudad, y no escatimes en gastos. Y como sé que todo lo que gastes será para hacerme quedar bien y rendirme honores, yo me comprometo a que cuando termine la fiesta, no sólo te repondré lo que pagaste, sino que te daré un
premio siete veces más de lo que resulte en la cuenta total.Los espero.Tu padre.”

El hijo, apenas acabó de leer la hoja, salió hacia las tiendas más caras y se compró las ropas más finas.
Encargó unos boletos de avión primera clase y organizó todo de manera que su viaje fuera de lo más suntuoso.
En el camino hacia el aeropuerto, detuvo la limusina que había rentado y, luego de bajarse golpeó la puerta de una humilde casa.
Salió su hermano pobre, que le dice:
– ¡Qué milagro!
– ¿A que se debe la visita?
El rico lo tomó del brazo y, mientras lo arrastraba hacia el coche, le dijo:
– ¡No es ningún milagro ni ninguna visita!
¡Nos vamos a la boda de nuestro hermano menor!
¡Y si no te apuras perdemos el avión...!
– ¿Boda?
– ¿Avión? – Preguntó desconcertado el otro hermano, ya dentro de la limusina.
– Bueno, déjame por lo menos ponerme algo más decente...
– ¡Así estás bien! ¡Ya no hay tiempo! – le dijo el rico, al tiempo que arrancaba el vehículo.
Cuando llegaron a la recepción, entró primero el rico.
Todos lo vieron rodeado de lujos, joyas y hasta servidumbre que lo acompañaba.
– ¿Quién es ése? – preguntó toda la gente.
– ¡Es mi hijo! – respondió el dueño de la fiesta.
– ¿Y el sirviente tan mal vestido que está atrás?
El padre bajó la cabeza y exclamó avergonzado:
– No es un sirviente: ese también es mi hijo.
La fiesta transcurrió normalmente y, antes de que todos se despidieran, el hijo rico muestró a su padre un montón de notas de venta. El padre hizo como si no hubiera visto nada.
“¿Qué? ¿Ahora no quiere cumplir con su promesa?”, pensó el hijo.
“No me voy a quedar callado. ¡Se lo voy a decir!”.
– Papá: aquí está toda la cuenta de lo que gasté.
– Ah, muy bien, muy bien. Que te haga provecho...
– Pero... Tú me aseguraste que me ibas a regresar lo que gasté,más un premio...
– ¿Qué fue lo que yo dije?
– Mira: aquí tengo tu carta y la voy a leer...
El hijo comenzó a leer la carta en voz alta y en un momento su padre lo interrumpió:
– ¡Lee eso otra vez!
– Y como sé que todo lo que gastes será para hacerme quedar bien y rendirme honores, yo me comprometo a...
– ¡Qué escuchen tus oídos lo que tu boca pronuncia! – interrumpe nuevamente el padre.
– ¿Por qué, papá? ¿Acaso no te hice quedar bien? ¡Todo el mundo no tenía más que elogios hacia mí!
– ¡Sí, pero esos elogios eran sólo para ti, todo lo que hiciste fue para ti!

Yo me hacía cargo de todos los gastos si entre ellos incluías los de la vestimenta de tu hermano, para que la gente no lo viera tan mal vestido. Si lo hubieses hecho de esa manera, me hacías quedar bien y me honrabas. En cambio, con tu actitud tan personal, demostraste que todo lo que gastaste fue sólo para tu propio beneficio

La moraleja es clara: Hashem aseguró a la persona que le retribuirá con creces si gasta generosamente para Shabat. Pero con la condición de que su mesa esté ompartida con los necesitados. Si la persona está gozando de sus comodidades durante el Shabat
mientras muchos de sus hermanos se sumen en la pobreza (y esta persona pudo haber evitado en parte esa pobreza), ¿podrá reclamar a Hashem la recompensa? Lo que quiere Hashem de cada yehudí es que, si no puede ayudar al prójimo carente de recursos, al menos que se preocupe por su situación. Darle una simple moneda es considerada por la Torá como si le salvase la vida. Después de ello, sin necesidad de reclamar, la recompensa llegará sola...
Extraído de Mishlé Yaacob. Hamaor

viernes, 20 de enero de 2012

HISTORIAS PARA CONTAR EN SHABAT (I): El Shabat te cuida


Agosto 16 de 1939. Rabí Yaacob Herman y Su esposa salían de Nueva York con destino a Eretz Israel. Según los cálculos, arribarían al puerto de Haifa el miércoles 30 de agosto; pararían unos días en la casa del Rab Alfa, en dicha ciudad, y luego seguirían viaje por tierra hacia el destino final: Yerushalaim.

En medio del océano, el capitán del barco en el que viajaban recibió la orden de desviarse de su ruta ante la posibilidad de que el sector del mar Mediterráneo por donde iban a pasar estuviese minado, en virtud de la guerra que iba a comenzar en cualquier momento.

Resultado: en lugar de llegar a Eretz Israel ese miércoles, lo hicieron el viernes 1º de septiembre, faltando unas horas para la puesta del sol. Un rato antes, la segunda guerra mundial había estallado, con la invasión de los alemanes a Polonia. Los altavoces indicaban a todos los pasajeros que debían abandonar el barco en el acto. El equipaje podía ser reclamado en el muelle, y los pasajeros debían retirarlos de ahí lo antes posible. ¡El caos reinaba! Rabí Yaacob

Yosef Herman y su esposa enfrentaban un terrible dilema: En unos momentos entraría Shabat ¿Cómo harían para retirar su equipaje cuando debían dirigirse inmediatamente a la casa de Rab Alfa, antes del tiempo permitido?

Rabí Herman tomó presuroso la maleta que contenía los Tefilín y el Séfer Torá, y su esposa sólo llevaba la bolsa de mano. Sin detenerse, atravesaron el camino que los llevó al puesto donde se encontraba el oficial de la aduana.

El militar inglés escuchaba con atención las palabras de Rabí Yaacob:

– Yo nunca en mi vida he profanado el Shabat. ¡No lo voy a hacer ahora, en la Tierra Santa...! – dijo, mientras las lágrimas surcaban su rostro.

– Rabino – le explicaba cortésmente el oficial –estamos en guerra.

– Usted sólo séllenos los pasaportes y déjenos ir – le replicó Rabí Yaacob –. Retiraremos nuestro equipaje después, cuando acabe Shabat.

– Eso es imposible. El barco debe zarpar ahora mismo y dejaremos todas las maletas que no fueron retiradas en el muelle. Una vez que el barco abandone el puerto, nadie se hará cargo de lo que quede en él.

– No me importan mis pertenencias. Usted sólo séllenos el pasaporte para que podamos irnos – insistió Rabí Yaacob.

El oficial lo miró con extrañeza.

– Dígame, Rabino: ¿se puede saber en qué consiste su equipaje?

– Dieciséis cajas y nueve maletas.

– Diecis... Pero, ¿entiende usted que desde el momento en que el barco abandone el puerto todas sus pertenencias quedarán sobre el muelle sin que nadie se haga cargo de ellas? ¡Hasta mañana en la noche no le quedará ni el recuerdo de lo que trajo! ¡Los árabes se apoderarán de lo más insignificante..! – enfatizó el oficial.

– No tengo otra alternativa – manifestó Rabí Yaacob –. El Shabat está aproximándose y debo llegar a tiempo. ¡Por favor! ¡Sólo selle nuestros pasaportes y déjenos ir..! – su voz sonaba desesperada.

El incrédulo oficial llamó a uno de sus agentes.

– Sélleles los pasaportes y permítales retirarse – le ordenó –. Este Rabino está dispuesto a perder todas sus cosas con tal de llegar a la ciudad antes del comienzo del Shabat de ellos.

El agente los miraba asombrado mientras estampaba su sello en la documentación. Rabí Yaacob Yosef tomó su maleta, que sostenía el Séfer Torá; su esposa sostuvo su bolsa de mano y salieron de ahí presurosos.

Tomaron un taxi y llegaron a la casa del Rabí Alfa justo a tiempo para encender las velas.

En el transcurso de ese Shabat Rabí Herman experimentó una gran elevación espiritual. A cada rato decía a su esposa:

– Tú sabes: “El Jefe” (en inglés: “The Boss”. Así llamaba Rabí Yaacob Yosef Herman a Hashem) hace todo por mí. ¿Qué, acaso no puedo hacer algo yo por Él? Al fin y al cabo logré el privilegio de cumplir la mitzvá de servir “Bejol Meodeja” (“Con todos tus bienes”) y santificar Su Nombre...

En realidad, a su esposa le costaba manifestar semejante emoción. Ella estaba física y emocionalmente exhausta. Extrañaba tanto a sus hijos que no encontraba sosiego ni en su mente ni en su corazón. Para colmo, perdieron todo lo que tenían... Era un trance demasiado difícil de asimilar. No obstante, no se escuchó de ella ninguna queja.

A la finalización del Shabat, después de esperar setenta y dos minutos desde la puesta del sol, y luego de la habdalá, el anfitrión se dirigió a los invitados:

– ¿Qué les parece si nos vamos al puerto? – les sugirió –. Puede ser que encontremos allí algunas de sus maletas.

Rabí Yaacob y su esposa no compartían tanto el optimismo de Rab Alfa, aunque igual accedieron a su propuesta.

El puerto se encontraba casi en penumbras. Al final del muelle se divisaba una tenue luz y hacia allí se dirigieron con cautela.

– ¿Quién anda ahí?

– Gritó una voz en inglés.

– Somos unos pasajeros que vinimos en el barco que llegó ayer por la tarde. Venimos a ver si...

– ¡Identifíquese! – interrumpió el militar.

– Yaacob Yosef Herman – fue la respuesta.

– Bien, Bien, Rabino. Por fin llegó – le dijo el militar en inglés,mientras le hacía señales para que se acercaran –. Me aseguraron que usted iba a estar aquí luego de la puesta del sol, pero veo que se demoró un rato más – agregó –. Mi comandante me amenazó con cortarme la cabeza si a alguna de sus pertenencias le pasaba algo.A ver... revise bien si está todo en orden y fírmeme estos papeles. Y por favor: llévese todo esto de aquí lo antes posible... ¡Estoy completamente agotado!

All For The Boss, 343. Hamaor

jueves, 19 de enero de 2012

Parashá Shavua: Vaerá - (Y me aparecí). 26 Tebet 5772 (21 de Enero de 2012).


וָאֵרָא אֶל אַבְרָהָם אֶל יִצְחָק וְאֶל יַעֲקֹב בְּאֵל שַׁדָּי וּשְׁמִי יְ־הֹוָ־ה לֹא נוֹדַעְתִּי לָהֶם
El nombre de nuestra parasha es וָאֵרָא (vaera) que significa y se revelo, precisamente, en esta parasha Hashem empieza a revelar al pueblo de Mitzraim, que él es Hashem único, que es bondad, pero también es din.
El Corazón Del Faraón (paro)
Como la Torah nos muestra, Hashem endureció el corazón de paro, es decir, le quito su libre albedrio, pese a todas las plagas que mando a Mitzraim, nuestros sabios z''l preguntaron, ¿por qué Hashem mando las plagas si endureció el corazón de paro? Es decir, ¿por que endureció el corazón de paro para después castigarlo con todas las plagas? Para entender esto, debemos entender primero que paro era un rasha, es decir que dedico su vida a desafiar a Hashem. Cuando una persona llega al nivel al que llego paro de no hacer teshuva sino mas bien dedicarse a pecar y a vivir en un mundo de transgresiones, automáticamente pierde su libre albedrio, ya que su conducta se sale de la bondad con la cual fue creado el mundo. Cuando Hashem creó el mundo, lo hizo con dos midot principales, la primera midat hadin que significa la justicia y la segunda midat harajamin que significa bondad, misericordia. Hashem es paciente en espera de nuestra teshuva, pero cuando uno comete una transgresión tantas veces hasta el punto que se vuelve algo diario en su vida, entonces Hashem rechaza esa teshuva, ya que la persona misma salió del marco de bondad que Hashem nos dio. Y asi precisamente, sucedió en paro, el llegó a un punto en el cual su vida diaria era transgredir, por esta razón paro no tuvo el derecho de ser juzgado con midat harajamin, sino con midat hadin y asi también, permitió que Hashem mostrara que Él es único que se demora en castigar y rápido para perdonar.
Las Diez Plagas (Asara makot)
Nuestra Torah kedosha nos relata acerca de las diez plagas que Hashem mando por medio de Moshe y Aarón a Mitzraim, el Midrash explica que cinco de las diez plagas, también pudieron hacerla los magos de Mitzraim, pero las otras cinco plagas siguientes no hubo poder de igualarlas ya que el nivel de sobrenaturalidad al cual llegaron, invirtieron el orden de la naturaleza, el Zohar explica que las diez plagas o asara makot son las mismas diez cosas que utilizo Hashem al crear el mundo solamente que de modo inverso, es decir cada plaga utilizada en Mitzraim fue en su punto positivo empleada para la creación del mundo.
Hoy en dia, no tenemos la capacidad de entender que significaron realmente las asara makot, pero si estamos seguros que aunque nos encontremos en el momento mas duro de nuestras vidas, Hashem nunca se olvida de nosotros. Nosotros mismos lo alejamos con nuestras acciones, pero para eso existe la teshuva, para poder cambiar nuestras malas conductas y para acercar la geula para todo el pueblo judío, y asi prontamente traer poder cumplir nuestro verdadero objetivo, el cual es la unión con nuestro creador, pero siempre hay que saber y este es un mensaje que nos da nuestra parasha, que Hashem es único y de nosotros depende como llevemos nuestro estilo de vida, si queremos dirigirla como paro o queremos dirigirla como verdaderos hijos de Hashem, pero siempre tengamos presente que Hashem es fácil para perdonar y difícil en castigar, esto es porque, como lo demostró con las asara makot, nos ama profundamente.

Bajur David Moshe Shallem Lichtenstein

lunes, 16 de enero de 2012

LAS PROFECÍAS SOBRE LOS TIEMPOS FINALES: LA GUERRA DE GOG Y MAGOG


Rashi explica que la batalla de Gog y Magog será la venganza de D-os por todo el mal perpetrado contra el pueblo judío a lo largo de la historia. (Rashi sobre Ezequiel)

El Ramak, Rabi Moshe Cordovero de bendita memoria, explica que en los días finales las naciones harán la paz entre ellas y se levantarán para destruir a los Judíos porque éstos han establecidosu propio reino (país), y que habrá terrible tribulación.

El Midrash Vayosha dice lo siguiente: “Cuando vengan los días del Mashiaj, Gog y Magog se levantarán contra Israel. Gog reunirá consigo a todas las naciones y se moverá contra Yerushalaim”.

Metzudat David e Ibn Ezra dicen que la batalla también servirá para desembarazar al pueblo judío de los pecadores que alberga en su interior, los cuales no merecen presenciar el bien que los Judíos han de recibir entonces.

PASAJE DEL ZOHAR HA KADDOSH (II, 58)

“Rabi Yitzjak dijo: En el futuro setenta príncipes de todo el mundo se unirán con las masas para atacar a Yerushalaim y conspirar contra D-os. Se prepararán para darle batalla, luego lucharán contra su pueblo y por apoderarse del Templo. Sin embargo, ‘El que habita en los cielos ríe, Hashem se burla de ellos’ (Tejilim/Salmos 2:4).

En Su gloria, D-os los barrerá de la faz de la tierra. “Rabi Aba dijo en nombre de Rabi Yisa Saba, y Rabi Simón Bar Yojai también dijo: En el futuro, D-os revivirá (reencarnará) y reinstalará a todos los reyes que oprimieron al pueblo judío y gobernaron Yerushalaim: Adriano, Lupino, Nabucodonosor, Senaquerib y todos los otros que destruyeron Su casa. Ellos se unirán con otras naciones. Hashem anunciará: ‘Y esta será la plaga con que Hashem herirá a todos los pueblos que hicieron guerra a Yerushalaim...’ (Zejariá/Zacarías 14:12).”

LOS HIJOS DE ISHMAEL (MUSULMANES) LUCHAN POR LA TIERRA DE ISRAEL ZOHAR HA KADDOSH VAYERA, 119 a

“Al mismo tiempo, los hijos de Ishmael levantarán a todos los pueblos del mundo para que vengan a guerrear contra

Yerushalaim, tal como está escrito: ‘Porque reuniré a todas las naciones para que peleen contra Yerushalaim’ (Zejariá/Zacarías 14:2), y también está escrito: ‘Se han levantado los reyes de la tierra, y a una se confabulan los príncipes contra Hashem y contra Su Mesías [Maschiaj].’” (Tehilim/Salmos 2:2).

YERUSHALAIM EN EL FUTURO, DESPUÉS DE LA GUERRA DE GOG Y MAGOG

Yerushalaim está destinada a ser ampliada de todos los lados y sus puertas alcanzarán Damasco (Sifre, Devarim 1).

En el futuro,, todas las naciones y reinos se reunirán en Yerushalaim (Avot de Rabi Natán, 35).

R. Hoshayá dijo: Yerushalaim está destinada a convertirse en un faro para las naciones del mundo...Como está dicho, “Las naciones irán hacia tu luz...la montaña de la casa de Hashem será establecida sobre las cimas montañosas y será exaltada por encima de las colinas; todas las naciones afluirán hacia ella” (Yeshiaju/Isaías 60:3, 2:2); “Y ya que Contigo está la fuente de la vida, en tu luz veremos la luz” (Tehilim/Salmos 36:10). (Yalkut Shimoni).

Todas las naciones y reinos que oprimieron a los Judíos verán su regocijo durante los tiempos del Mashiaj y quedarán entristecidos. Cada una morirá y nunca retornará al mundo. Sin embargo, todas aquellas naciones y reinos que no oprimieron a los judios verán su regocijo y se convertirán en sus granjeros y vinateros. (Tana debe Eliyahu, Cap. 22).

Rabi Yojanan dijo: Yerushalaim se convetirá en una capital para todos los países y los atraerá como un río hacia su casa (shir Ha Shirim rabá 1:37).


EL GAÓN DE VILNA ACONSEJABA A SUS ESTUDIANTES HACER ALIYÁ A ERETZ ISRAEL

“Nuestro maestro, el Gaón de Vilna, Kadosh Israel, con palabras esculpidas en llamas, aconsejaba a sus estudiantes hacer Aliyá a Eretz Israel y fomentar la reunión de los exilados. Más aún, él estimulaba a sus estudiantes a apresurar el Fin Revelado y el cumplimiento de la redención mediante el asentamiento de Eretz Israel. Casi todos los días nos hablaba con emoción temblorosa, diciendo que en Zion y Yerushalaim habría un refugio, y que no debíamos demorar la oportunidad de ir. ¿Quién podría articular o quién podría describir la magnitud de la preocupación de nuestro maestro al decirnos estas palabras, con su Ruaj HaKodesh y lágrimas en sus ojos?” (Kol HaTor, final del Capítulo Cinco).

sábado, 14 de enero de 2012

La ventana de Abraham


Abraham era un comerciante como cualquier otro. Lo que no tenía como cualquier otro era una cualidad en la que sobresalía más que nadie: su casa siempre estaba abierta para el que lo necesitara. Con el cumplimento de esta mitzvá, él y su esposa se ganaron el afecto de todos los yehudim de la ciudad.
Cierta vez llegó Rabí Mordejay, uno de los más importantes personajes de la época. Abraham se adelantó e invitó al Rab a alojarse en su casa, logrando su cometido a pesar de la insistencia
de otros muchos más ricos que él. El Rab no se arrepintió de haber pasado esos días en la casa de Abraham.
Se quedó profundamente impresionado. A pesar de su sencillez, vio que no sólo a él lo atendían a cuerpo de rey, sino a todos los pobres y necesitados que solicitaban de su generosidad. Antes de
marcharse, el Rab bendijo a Abraham y le deseó que Hashem le envíara bienestar y riqueza.
La berajá se cumplió con creces: Al poco tiempo, Abraham se convirtió en un próspero comerciante, dueño de grandes empresas y campos.
Su modesta casa fue remplazada por un palacio residencial colmado de lujos. Cuando aparecía Abraham y su esposa en público, ya se los veía con las ropas más suntuosas. Pero no sólo
exteriormente cambiaron, sino también interiormente: la casa ya no era el lugar donde todos los necesitados acudían a cobijarse. Los que tocaban la puerta se encontraban con un mayordomo que les negaba la entrada.
Algunos decían que Abraham no quería que sus valiosos y delicados objetos y muebles de la casa de vieran deteriorados con el entrar y salir de la gente. Otros lo defendían diciendo que Abraham ya no tenía tanto tiempo para atender a las visitas que no le redituaban ningún beneficio comercial; estaba muy ocupado en sus negocios y sólo se relacionaba con gente muy importante. La cuestión era que la casa de Abraham, antes apodada “la casa de Abraham Abinu”, ya únicamente se conocía por fuera.
Se enteró el Rab de todo esto y pensó angustiado: “¡Ay de mí! Mi berajá sirvió para beneficiar a uno, ¡pero para perjudicar a muchos..!”, y tomó la decisión de ir a solucionar personalmente la
situación.
Cuando el mayordomo avisó a su amo Abraham quién estaba en la puerta insistiendo en entrar, salió rápidamente a recibir al que propició que se haya transformado en un acaudalado.
– ¡Perdóneme, Rab! – se disculpó Abraham – es que mi mayordomo tiene orden de no dejar entrar a cualquiera. Pero usted aquí es el dueño de todo esto. Pase, por favor.
El Rab quiso decir algo, pero se contuvo. Entró y siguió a Abraham por toda la casa, mientras éste se preocupaba por mostrarle cada uno de los rincones.
Llegaron a una ventana y el Rab se detuvo.
Llamó a Abraham y le dijo:
– Dime: ¿Tú sabes quién es ése que está ahí enfrente?
– Sí, Rab – respondió Abraham Abinu –, es Shemuel, el sastre.
– Y esa señora ahí parada, ¿quién es?
– Es la viuda de Mijael, el carnicero.
Antes de que Abraham alcanzara a preguntar al Rab la razón de sus preguntas, fue tomado de la mano y llevado a uno de los rincones de la casa, donde había pasado anteriormente. El Rab se paró frente a un espejo y, señalándolo, dijo a Abraham:
– Dime ahora: ¿qué ves aquí?
– Pues... ¡Me veo a mí mismo!, – respondió Abraham extrañado.
– ¡Qué raro! – decía como por lo bajo el Rab –. Cuando te paraste frente a la ventana viste a la gente, y cuando te paraste frente al espejo te viste a ti. ¡Y las dos cosas están hechas de vidrio! ¿Por qué? ¿Qué diferencia existe entre el cristal y el espejo?
Abraham sabía que el Rab no ignoraba la respuesta, pero intuía que quería decirle algo más. Por eso le explicó:
– Bueno. El vidrio de la ventana no tiene nada, es traslúcido, y por eso se puede ver a través de él. El vidrio del espejo tiene una película de plata, lo que hace que las imágenes se reflejen.
– ¿Ya ves?, eso fue lo que cambió tu vida. Antes, tu casa tenía ventanas traslúcidas, lo que te permitía ver a la gente pobre y necesitada para invitarlas y compartir tu hogar. Después, los vidrios se llenaron de “plata”; de dinero; de bienes materiales... Ahora sólo te ves a ti mismo.
Cuando el Rab vio que la expresión facial de Abraham demostró que captó el mensaje, siguió hablando.
–Tu situación cambió, gracias a Hashem, pero la de muchos pobres y necesitados aún no. Y es ahora cuando tú más puedes ayudarlos.
Es ahora cuando más puede seguir siendo tu casa “la casa de Abraham Abinu...”
Desde ese momento, Abraham volvió a ser el que era antes. Su casa estaba otra vez llena de gente que entraba y salía para comer y dormir. Bueno, sólo un pequeño cambio se notaba en uno de los rincones: en el lugar donde antes había un espejo, Abraham mandó construir una ventana...

Maasé Shehayá.Elías Askenazi.(Extraído de Amudé Jésed 284. Hamaor)

jueves, 12 de enero de 2012

Parashá Shemot - (Nombres). 19 Tebet 5772 (14 de Enero de 2012).



וְאֵלֶּה שְׁמוֹת בְּנֵי יִשְׂרָאֵל הַבָּאִים מִצְרָיְמָה אֵת יַעֲקֹב אִישׁ וּבֵיתוֹ בָּאוּ

La palabra Shemot שְׁמוֹת viene de la raíz de Shem שם que significa nombre y el Nombre de Nuestra parasha, empieza precisamente relatándonos acerca de las 70 almas, que bajaron de Eretz Israel a Mitzraim, muchos comentaristas preguntan: si la Torah nos dijo que Yaakob bajo con su familia, entonces por que nos dice el nombre de cada hijo de Yaakob? Rashi comenta que el hecho que Hashem hubiera mencionado a cada hijo de Yaakob era para demostrar su amor a cada uno.

El Nacimiento de Moshe

Nuestra parasha nos relata acerca de cómo empezó la esclavitud del pueblo hebreo, está escrito que un nuevo faraón que no conocía de Yosef subió al trono, nuestros jajamim Z''L lo interpretaron de dos formas, la primera es que hizo como si no conociera a Yosef, es decir cambio su corazón y olvido lo que Yosef hizo por Mitzraim, la segunda es, que verdaderamente subió un nuevo faraón, pero a esto nos preguntamos ¿acaso había alguien en todo Egipto que no conocía acerca de Yosef? La respuesta es, que en verdad todo Mitzraim sabía sobre Yosef, pero este faraón olvidó en su corazón el favor que recibió de Yosef y decidió actuar contrariamente. De acá nuestros sabios aprenden, que cuando una persona decide guiarse por su sentimiento antes que ver la realidad, estará caminando como ciego siempre errando en su camino.

El faraón sabía, por medio de sus astrólogos que iba a nacer un niño de los hebreos y ese niño sería quien liberaría al pueblo judío, esto sumado a que el pueblo hebreo fue grandemente bendecido, debido a que se multiplicaron rápidamente, hizo que el faraón empezara a ver a los hebreos como una amenaza. Así que decidió ponerles trabajo arduo, duro, pero entre mas trabajo ponía sobre ellos, mas se multiplicaban, asi que decidió matar a todos los hijos varones de los hebreos.Precisamente, una hija de Leví con un hijo de la casa de Leví tuvieron un hijo,Moshe. La Torah dice que ellos vieron que era bueno, el midrash nos dice, que cuando nacio este niño, todo el hogar se lleno de luz, también Moshe nació con brit mila.

Moshe creció siendo criado por la misma madre, es decir cuando la hija del faraón, adoptó a Moshe, él no se dejo amamantar de ninguna mujer de Mitzraim, esto se debe a que mas adelante el hablaría las palabras de Hashem, nuestros sabios explican que el que una goyá amamante a un judío, es lo mismo que comer taref y el comer taref, causa un descenso espiritual en el judío, por esto, Moshe tenia que ser amamantado por una mujer hebrea y presisamente la mujer que lo alimento fue la misma madre Yojevet.

Nosotros podemos ver, que en nuestra vida diaria, siempre existe la intervención de Hashem, hoy en dia llamamos algo usual a lo que verdaderamente se define como un milagro, por ejemplo, si kriat yam suf ( abrir al mar de juncos) fuera todos los días, entonces ya seria algo normal, o cotidiano, pero realmente el milagro está, es por eso que muchos Rabanim toman como musar la vida de Moshe y la salida de Mitzraim, ya que de ahí aprendemos que hasta en nuestros momentos mas difíciles, esta la mano de Hashem.

Moshe y La Zarza

Después que la Torah nos relatara, como Moshe llego a midiam, también nos relata acerca de como fue su encuentro con la presencia de Hashem, la Torah dice que Moshe llego a la montaña de Hashem, recibió este nombre porque mas adelante, en esa montaña acontecería Matan Torah entre otros. Cuando él entró a la montaña vio una zarza que ardía pero no se quemaba. Hashem le habló a Moshe y le dijo que sacara al pueblo de Israel a la libertad, Moshe insistió en no hacerlo ya que él no se creía apto, el Midrash explica que Hashem estuvo durante siete días diciéndole a Moshe que liberara al pueblo.

Moshe decía que él no era apto, también preguntó que mérito tenía el pueblo judío para ser liberado y también argumentó que el mismo pueblo no le creería.

Nuestros sabios preguntaron por qué Moshe, cuando metió su mano en el pecho, salió con lepra? La respuesta esta precisamente con mencionado más arriba, es decir, cuando Moshe preguntó por el mérito tenían y sobre que no le creerían, el habló lashon hara del pueblo judío y cuando alguien hablaba lashon hara de otra persona era castigada con lepra, podemos ver que ocurrió lo mismo con Miriam, la hermana de Moshe, cuando ella habló lashon hara de Moshe fue castigada con lepra. Lo mismo que Hashem le causo a Moshe el sufrimiento de la lepra, también apresuró a curarlo, de acá aprendemos que la bondad de Hashem es inmensa.

Nosotros debemos saber, que todo lo que nos rodea en el mundo se debe a la bondad de Hashem, y nosotros debemos responder a la bondad de Hashem con el cumplimiento de Torah y mitzvot.
Asi bien que prontamente podamos liberarnos del Mitzraim que vivimos hoy en dia y que podamos traer la geula para todo el pueblo judío AMEN.
Bajur David Moshe Shallem Lichtenstein

miércoles, 11 de enero de 2012

¡Todo lo que hace Hashem es para bien!


El Gaón Rabí Eljanán Wasserman, Z”L, fue uno de los más grandes personajes de su época. Después de fundar yeshibot, enseñar Torá a miles de alumnos y mostrar sus extraordinarias cualidades, las garras asesinas nazis profanaron su cuerpo, aunque su corazón sigue latiendo en cada uno de nosotros.

Según un testigo presencial, éstas fueron sus últimas palabras, antes de que su alma se elevara a las alturas. Le preguntaron por qué Hashem estaba haciendo esto con su pueblo. El Gaón respondió con un mashal:

Una vez, una persona que nada sabía de agricultura fue al campo y preguntó a un campesino cómo era todo el proceso hasta que el pan llega a la mesa. El agricultor lo llevó al campo y le preguntó qué veía. El visitante respondió: “Veo un campo muy verde y hermoso”.

De repente, el agricultor se puso a arar la tierra y el hombre le dijo:

“¿Por qué destruiste toda la vegetación del hermoso campo?”

“Ten paciencia y verás”, le respondió el agricultor.

Después, le mostró a su visitante una bolsa llena de semillas y le preguntó qué veía. “Unas semillas muy gordas”, contestó.

Y qué grande fue su sorpresa al ver que el agricultor “echaba a perder” otra vez algo tan valioso: tomó la bolsa y arrojó todas las semillas a los surcos de la tierra, para luego enterrarlas.

“¿Te volviste loco?”, le gritó el visitante. “Antes destruiste toda la tierra, y ahora tiras todas las semillas que tienes”. “Ten paciencia y verás”, le respondió el campesino.

Pasó un tiempo y el campesino llevó nuevamente al campo a su invitado y le mostró la siembra. “Tengo que reconocer que tuviste razón: dejaste el campo mejor que antes. Ahora me doy cuenta de

por qué hiciste lo que hiciste.”

“Sí, pero el trabajo aún no está terminado. Todavía necesitas tener mucha paciencia”, dijo el campesino.

Y no pasó mucho tiempo cuando éste tomó una guadaña y cortó todas las espigas que tenían dentro unas semillas más gordas que las que había sembrado. Y ante la mirada atónita del visitante, dejó el campo desolado, como si no hubiera pasado nada. Luego amarró las espigas y “adornó” el campo con parvas muy bonitas. Pero la belleza duró muy poco: se

llevó las parvas a otro campo, y allí comenzó a golpear las espigas duramente, hasta convertir todo eso en un montón de plantas despedazadas. A continuación, separó las semillas de las espigas y juntó a todas ellas en un gigantesco depósito. Y cada vez que hacía cada uno de los trabajos, le decía al visitante: “Ten paciencia, ya verás”.

El campesino tomó las semillas y las colocó en un molino.Y por el otro lado apareció la harina.

“¿Qué hiciste? ¡Todas las semillas que juntaste, las hiciste polvo!”

A lo que recibió como respuesta: “Ten paciencia, ya verás”.

Cuando el visitante vio que el agricultor mezcló la harina con agua, se tomó la cabeza, mientras decía para sí: “¿Qué querrá hacer éste ahora, con esa pasta blanca?” Pero al ver que esa “pasta blanca” tomó una forma agradable en las manos del campesino, se calmó.

Sin embargo, la calma no le duró mucho: todas esas formasarmoniosas fueron a parar al horno.

“Ya no me queda ninguna duda de que has perdido la razón”,exclamó el visitante. Tanto trabajo te costó conseguir lo que tenías,¡y ahora lo estás quemando con tus propias manos!”

Una carcajada salió de la boca del campesino, mientras le decía: “¿No te dije que debías tener paciencia y esperar?”

“¿Más todavía?”, repetía una y otra vez el visitante. “¡Pero si yaestá todo perdido!”

Pasó un rato nada más, y el campesino sacó del horno unos panes calientes y dorados y los puso frente a él, en la mesa. Y mientras le cortaba un pedazo y se lo daba para comer, le decía: “Ahora, ¿ya entiendes todo?”

Rabí Eljanán Wasserman, Z”L, concluyó diciendo a los que lo escuchaban:

“Hashem, nuestro Creador, es el agricultor y nosotros, los humanos, somos los visitantes ignorantes de una vida que no

entendemos ni conocemos. No tenemos ni la más mínima idea de cuál va a ser el resultado de todas las acciones de Hashem, y cada cosa que pasa pensamos que no tiene lógica, porque la medimos con nuestra propia vara. Pero cuando se termine “Su trabajo”, recién vamos a entender por qué Hashem hizo todo lo que hizo.

Tenemos que tener Emuná y paciencia”, – concluyó el Gaón sus palabras – “al final, sabremos el porqué de las cosas, aunque éstas aparezcan como ilógicas o terribles. Porque, ¡todo lo que hace Hashem es para bien!

Or Eljanán. Hamaor(Maasé Shehayá)

miércoles, 4 de enero de 2012

Ayuno del 10 de Tevet (Jueves, 5 de Enero de 2012)


En la historia del pueblo judío hay ciertos eventos que señalan el comienzo del descenso en la espiral de sufrimiento. Uno de ellos es el ayuno del Diez de Tevet. El mismo marca el comienzo del sitio final de Jerusalén por Nabucodonosor, rey de Babilonia, que culminó en muertes masivas, destrucción y exilio.

Cuando el horror del Holocausto fue conocido por primera vez por todo el mundo, el Rabino Jefe del Ishuv (la comunidad judía antes de la creación del Estado) en Eretz Israel proclamó el Diez de Tevet como el día de duelo por las víctimas de la destrucción de las comunidades judías en Europa. En 1951, no obstante, una fecha diferente, el 27 de Nisán, fue designado por la Keneset (Parlamento israelí) como el Día del Holocausto y el Heroísmo.

Hay una conexión interna entre estos dos eventos dolorosos de nuestra historia, la destrucción del Templo y la Shoá.

Nabucodonosor, el malvado, al igual que el enemigo de los judíos de Alemania, quisieron apagar la vela de Israel en el mundo, en Ierushalaim. En el Sagrado Templo eligió HaShem bendito revelarse y revelar Su luz y abundancia a Su pueblo Israel, y por su intermedio al mundo entero.

Nabucodonosor pensó que al destruir el Templo, el corazón de Israel y del mundo podría apagar la luz de Israel, pero se equivocó; Hitler quiso hacer lo mismo, ni él ni Nabucodonosor entendieron que el pueblo de Israel, el pueblo que HaShem bendito eligió entre los pueblos, y lo llamó "mi hijo, mi primogénito", es eterno.


El Gran Rabinato ha decretado de todas formas que el Diez de Tevet sea el día en el que se recite el Kadish de Duelo para aquellos familiares, víctimas del Holocausto, cuya fecha de fallecimiento no es conocida, y conmemorarse día con plegarias y estudio. En Israel es conocido como el día del "Kadish General".

Incluso ahora, cuando el Estado de Israel ha sido establecido para traer el fin del sufrimiento y el exilio judíos, recordamos cuando comenzó el triste relato del exilio: hace más de 2.500 años atrás, un Diez de Tevet.

Elevemos nuestra voz a nuestro D-s, EL Dios de Israel, que proteja a nuestros soldados quienes fueron a una guerra impuesta por aquellos que como Nebujadnetzar y Hitler piensan en borrar del mapa a nuestra Medina. No podrán hacerlo, no tendrán éxito porque:


Hashem de los Ejercitos está con nosotros, el D-s de Yaakov, es nuestra fortaleza .Sela .

HaShem salva, Que el Rey nos responda en el día que lo invoquemos, Amen

http://www.torahenfamilia.com