Temas de la Parashá
Devarim (Deuteronomio) 26:1 - 29:8
Nuestra parashá habla sobre los
siguientes temas:
Primera aliá
(26:1-11): Las leyes de los bikurim (primicias).
Segunda aliá
(26:12-15): Las leyes de los diezmos.
Tercera aliá
(26:15-19): La recompensa por el cumplimiento de los mandamientos de
D'os.
Cuarta aliá (27:1-10): La
construcción de un altar de piedra para D'os. Los hijos de Israel se convierten
en una nación.
Quinta aliá (27:11 -
28:6): Los montes Guerizim y Eval. La maldición por la idolatría. La
maldición por la falta de respeto a los padres. La maldición por mover los
límites de los inmuebles. La maldición por poner un obstáculo delante del
ciego. La maldición por pervertir la justicia. La maldición por mantener
determinadas relaciones prohibidas. La maldición por golpear al prójimo. La
maldición por el soborno. La maldición por no cumplir con la Torá. Las
bendiciones por seguir el camino de D'os.
Sexta aliá
(28:7-69): Otras bendiciones por seguir el buen camino. El mal que recaerá
sobre el pueblo por los pecados. El pacto de Jorev.
Séptima aliá (29:1-8): La
guía de D'os durante los cuarenta años en el desierto.
Comentario de la Parashá
En la sexta aliá de nuestra
parashá encontramos lo que comúnmente se conoce con el nombre de la
tojejá (reprimenda). En estos versículos Moshé Rabenu le advierte al
pueblo de Israel sobre todas las maldiciones que recaerían sobre ellos como
castigo por un futuro alejamiento del camino de D'os.
Pero las palabras de Moshé no
fueron una profecía sino sólo una advertencia, pues la elección no era de Moshé
y mucho menos del Creador. Los únicos que decidieron, deciden y decidirán si
serán acreedores a todas las bendiciones prometidas a quienes escuchan la voz de
la Torá, o a todas las maldiciones destinadas a quienes la transgreden, son
solamente cada uno de los individuos del pueblo de Israel.
En el libro "Or Iejezkel"
(parte 2, pag 5), Rabí Iejezkel Levenshtain (1884 - 1974) nos enseña que las
enfermedades del alma - así como su curación - son similares a las enfermedades
del cuerpo, y utilizando los conocimientos que poseemos acerca de los métodos
para la curación de esas enfermedades, está obligada la persona a aprender y
entender todo lo relativo a las enfermedades del alma.
Respecto de las enfermedades del
cuerpo, el peligro más grande que existe es cuando el enfermo no comprende que
él está enfermo y debe curarse. Todo tiempo que el hombre entiende la gravedad
de su enfermedad existe la esperanza de encontrar para él alguna cura, pero
alguien que realmente está enfermo y no sabe que lo está ¿cómo hará para
realizar el tratamiento que necesita para reponerse de su afección?
Y lo mismo ocurre con las
enfermedades del alma - dice nuestro autor. Si la persona no tomará conciencia
y comprenderá que él está enfermo, entonces su enfermedad será terminal, y esto
lo podemos aprender de las palabras de la Torá en nuestra parashá, en uno de los
versículos de esa advertencia de Moshé:
"Te golpeará D'os con locura,
con ceguera y con perplejidad de corazón" (28:28).
El golpe más duro que puede sufrir
el hombre es la ceguera y la perplejidad de corazón. Todo tiempo que él puede
ver, hay una luz de esperanza para él, pero si su corazón estará bloqueado y
taponado, y él no comprenderá ni reconocerá la gravedad de su enfermedad, ese
será su fin.
Mas no debemos equivocarnos. Es
verdad que D'os puede llegar a golpear a alguien mediante estas cosas si así lo
decidió Su recta justicia, pero en ningún lado está escrito que el Creador no le
brindará a la persona la posibilidad de curarse. El golpe solamente colocará al
hombre en una situación de decisión donde él será el único que podrá decidir si
querrá hacer su máximo esfuerzo para salir de esa situación de ceguera y
perplejidad escuchando las palabras de D'os.
Agregaremos un punto más, que tal
vez redondeará esta idea expresada por Rabí Iejezkel Levenshtain. Nosotros
hemos traducido las palabras "uvtimhón levav" como "y con perplejidad
de corazón", pero esta no es la única posibilidad interpretativa de esta
expresión. Es verdad que Rashí (Rabí Shelomó Itzjaki, 1040 - 1105) tradujo
"uvtimhón levav" como "y con taponamiento de corazón", y seguramente
basado en su comentario, nuestro autor nos enseñó todo lo que transcribimos
anteriormente. Pero el Sabio llamado Onkelós (s. II) en su Targúm
(traducción de la Torá al arameo), tradujo "uvtimhón levav" como
"uvshaamamut libá" - que significa "y con aburrimiento de corazón".
El aburrimiento que puede sentir
la persona puede ser temporario o constante, y no depende en absoluto de lo
abultada que esté su agenda diaria. Es verdad que si la persona estará
desocupado y sin nada en qué pensar, entonces esto provocará que él esté
aburrido, como dijeron Nuestros Sabios: "La holgazanería provoca el
aburrimiento", pero es lógico suponer que Onkelós no se refirió a esta clase
de aburrimiento.
Onkelós nos enseñó que uno de los
peores golpes que puede sufrir el hombre es vivir en un estado de constante
aburrimiento. La peor pesadilla en la que se puede encontrar una persona es
vivir en un estado donde todo le da lo mismo, y donde él ya no tiene un motivo
claro por el cual vivir. Una vida donde se come para vivir y se vive para
comer, donde se trabaja para irse de vacaciones pero cuando se está de
vacaciones éstas no se disfrutan, pues no podemos estar sin trabajar. Eso no es
un aburrimiento casual. Eso es "timhón levav" - un constante y total
aburrimiento de corazón causado por la falta de espiritualidad, por la carencia
de contenido verdadero en nuestras vidas.
Hace mucho tiempo que Moshé Rabenu
nos previno de todos estos peligros a los cuales se expone quien se aleja de la
palabra de D'os. Pero no debemos alarmarnos. Nuestro maestro Moshé también nos
enseñó cuál es el antídoto que poseemos para no contagiarnos de todos estos
males. La única cura es el estudio y el cumplimiento de nuestra Sagrada Torá,
como decimos en la tefilá: "ki hem jaienu veórej iamenu - pues ellas (las
palabras de la Torá) son nuestra vida y
la prolongación de nuestros días".
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