El domingo pasado por la noche, que ahora parece como hace cien años, junto con
los otros doce padres de alumnos de la escuela ,Tali, mi hija y yo fuimos
invitados a un "Hachnasat Sefer Torah," al (Recibimiento de un Sefer Torah a la
sinagoga) No hay nada particularmente inusual sobre un "Hachnasat Sefer Torah"
en Jerusalén, o en Israel, cosa que sucede con bastante frecuencia. Pero éste
era muy singular
Hace unos años, alrededor de 1990, un grupo de jóvenes
estudiantes de Pelech - secundaria del grado de Tali - fueron en el viaje anual
de la escuela, a Polonia. Un día, estando en la ciudad de Cracovia, notaron a un
hombre joven vendiendo muñecas. Eran "muñecas con características judías," hecho
para judíos tradicionales. Algo extraño en Polonia, quizás, pero no
particularmente significativo, hasta que algunas de las muchachas notaron que
los libros que estas muñecas cargaban parecían notablemente auténticos. Se
acercaron, y se convencieron que estos "libros" habían sido cortados de un Sefer
Torá.
Preguntaron al vendedor dónde consiguió el pergamino, y él les dijo
que su tío tiene un libro con pergaminos escritos de la misma manera en un lugar
llamado Luminosa y le preguntaron donde lo obtuvo, y este les dijo que durante
la guerra, había estado en la casa de un judío, y su tío lo había tomado después
de que desapareciera el judío. ¿Podríamos ver? - desearon saber - Él acordó
traerlo al día siguiente.
Cumpliendo su palabra, trajo el libro. Vieron
que lo quedaba del Sefer era, Breshit (Génesis), Shmot (Exodo) y Vaikra
(Levitico). Los dos otros libros, Bamidbar (números) y Debarim (Palabras) habían
sido cortados para la fabricación de las muñecas. Las jóvenes sabían lo que
tenían que hacer. Reunieron su dinero relativamente limitado, y compraron la
Torá del hombre para salvarla y tal vez poder repararla.
Llevaron la
Torá, destruida e inutilizable con ellas, para el resto de su viaje. Al
acercarse el momento de abandonar Polonia, no sabían que hacer. De acuerdo al
régimen comunista de Polonia, todo patrimonio judío pertenecía ahora al estado.
Así, el fabricante de las muñecas no tenía ningún derecho de venderlo, y las
jóvenes ciertamente no tenían ningún derecho de sacarlos del país.
Hablaron entre ellas, y después de un rato, recordaron lo que les enseñó
su profesor esa semana, "ha-lev gavar ha-sechel" -- "el corazón triunfa sobre la
razón." Decidieron pasar de contrabando la Torá y traerla al hogar a
Jerusalén.
En el aeropuerto, sin embargo, a cada una de ellas le fue
requerido poner todos sus bolsos sobre la máquina de rayos X. La primera
muchacha que se paró en la línea, le dijeron que colocara los bolsos en la
correa, y ella pasó el bolso que tenía la Torá a la muchacha siguiente en la
línea y así sucesivamente. En los siguientes minutos, la Torá pasó
silenciosamente de mano en mano, hasta que se encontró sobre la
correa.
De repente la correa se rompió y la máquina se detuvo. Las
autoridades polacas, estaban tan ocupadas arreglando la correa que dejaron de
examinar los bolsos y valijas, y en un momento el bolso con el libro de la Torá
se encontraba ya fuera de la aduana, camino a Jerusalén. Llevaron la Torá a un
lugar en Jerusalén en donde eran reparadas, pero el trabajo era excesivamente
costoso, y como no tenían bastante dinero para solventar el costo de la
reparación decidieron dejarlo así hasta que se lograra reunir el dinero
necesario.
La vida seguía su curso. Las jóvenes fueron unas al ejército
otras al servicio nacional, y otras a la universidad, mientras tanto la Torá
seguía sin ser reparada.
Catorce años más tarde, otro grupo de jóvenes
viajaron a Polonia. Talía era parte de este grupo. Las muchachas tenían una
experiencia extraordinaria de gran alcance, y durante su viaje, oyeron la
historia del Sefer Torá que sus antecesoras, ahora en sus 30 años, habían pasado
de contrabando fuera de Europa. El actual grupo resolvió reunir el dinero para
reparar el Sefer Torá, Al volver a Israel, reunieron el dinero, y la Torá fue
reparada, lo que tardo muchos meses, y justamente este domingo pasado, fue
colocado en su nuevo hogar en la sinagoga, donde, en vez de ser dividido para
las muñecas, será utilizado regularmente, durante la semana, los días de Shabat
y en las festividades. Fue un momento muy especial, las oraciones, los
discursos, la gente especial que participó en esta gran mitzvá, la de redimir un
Sefer Torá, que sirvió a la comunidad de Luminova. Entre otros se menciono que
las redentoras del Sefer Torá, eran ya la tercera generación de sobrevivientes
del holocausto.- Fue un gesto maravilloso, digno de elogio, las jóvenes
sintieron que debían salvar al sagrado libro porque era un remanente de una
comunidad judía destruida por los criminales nazis, con su gesto a viva voz se
pudo demostrar que el pueblo judío vive y existe. Am Israel Jai.
http://www.torahenfamilia.com
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