Comenzamos a vivir el mes de
, el mes de la constelación de Tauro, un mes que dentro del calendario
hebreo no presenta festividades de la talla de su mes antecesor, sin embargo,
sus días llevan impresos la marca energética de acontecimientos por demás
sorprendentes en el relato bíblico, además de la diaria y consecutiva "Cuenta
del Omer" que se inicia la segunda noche de Pesaj en el mes de Nisan / Aries y
se continua hasta Sivan / Géminis, durante 49 días que atraviesan todo el mes de
Iyar / Tauro, concluyendo con la vibrante entrega de la Torá al pie del Monte
Sinaí.
Nuestro objetivo a la hora
de escribir estas líne as es intentar abrir algo del contenido energético del
mes, que nos permita habitar el tiempo con mas conciencia.
Partimos de la base esencial
que estamos aquí en este mundo para cumplir una tarea [la cual hemos olvidado] y
de la que, en el mejor de los casos, nos quedan rastros que generan cierto
malestar existencial todo el tiempo que no tomamos conciencia de ese tesoro
olvidado y lo ejercemos en nuestra vida cotidiana. Movidos por ese malestar es
que muchos buscamos en el tiempo alguna pista que nos oriente en el
camino.
Y hablando de caminos,
precisamente Iyar / Tauro tiene al respecto para decirnos.
Iyar es el segundo mes del
año, la segunda constelación de la rueda astrológica, y como tal no puede verse
desligado del mes que lo precede ni del que le continua, dado que juntos
conforman el primer trío del año, el primer proceso que se inicia en Nisan y
halla su punto máximo en la noche de Pesaj con salida de Egipto y tendrá como
corolario la Entrega de la Torá en el mes de Sivan.
Acabamos de salir del mes de
Nisan, un mes de energía radiante, la energía del elemento fuego [1], signado por los milagros [Nisan se relaciona con la palabra
nes: milagro] que se revelaron por primera vez durante la Salida de
Egipto y la partición del mar y cuya fuerza se reedita cada año durante ese
tiempo. Mas luego de esa irrupción de energía que los sabios nos enseñan que
proviene de la cualidad -Sefirá- de Jesed [2],
los mismos sabios nos aclaran que esa energía se retira, y la Torá ahora nos
pide que comencemos un trabajo exhaustivo, la cuenta del Omer, cada noche,
durante 49 días, un proceso que requiere de nuestra parte compromiso,
disciplina, y continuidad, además de rigurosidad si es que se pretende, además
de contar, trabajar en corregir los aspectos que la sabiduría mística de la Torá
nos propone en este tiempo.
La inspiración y el
optimismo del fuego de Nisan se retira, y se abre paso el mes de Iyar, cuyo
elemento esencial es la tierra, y nos invita a trabajar sobre nosotros mismos,
nuestra parcela de tierra, para integrar esa energía que recibimos como regalo
en Nisan / Aries, y hacerla completamente nuestra.
¿Por qué Iyar / Tauro se
encuentra totalmente imbuido en el trabajo espiritual de la cuenta del
Omer?
Vamos a citar una de las
fuentes místicas de Israel, el Sefer Yetzira, para mostrar, aunque en un
lenguaje hermético para nuestro entendimiento, las correlaciones especificas del
mes de Iyar, en la búsqueda de elementos que nos permitan comprender la tarea
propuesta para este mes.
Textualmente según consta en
la maravillosa traducción del Rab Aryeh Kaplan:
"Hizo a la [letra] vav
reinar sobre el pensamiento
y le ciñó una corona
y combinó una
con otra y con ellas formó a
Tauro en el UniversoIyar en el
añoY el riñón derecho en el alma femenina y masculina" [3]
La letra vav, el
pensamiento, Tauro [el signo del Toro], Iyar y el riñón.
Con estos elementos
en mente intentemos relacionarlos.
Este mes nos invita a
trabajar sobre el pensamiento, a través de la búsqueda de la verdad, función
asociada al riñón que filtra las impurezas de la sangre, y nos permite una vida
"pura / verdadera". Mediante la introspección del pensamiento podemos "revisar"
las diferentes facetas de nuestra vida y nuestro comportamiento, tal como lo
propone la Sefirat HaOmer, y decidir modificar aquello que podamos, en
virtud del buen consejo interior [que proviene de la función psicológica
asociada al riñón].
El trabajo es riguroso, tal
como nos enseña el animal relacionado con el mes, el toro [en hebreo
shor] quien no corre libre a su antojo por los campos, sino que es
utilizado, dada su fortaleza y capacidad de resistencia y perseverancia, para
trabajar sostenidamente la tierra y prepararla para la siembra y posterior
cosecha.
La letra vav
relacionada con el mes de Iyar sirve en el lenguaje hebreo para unir dos
palabras, conceptos, al igual que la letra ´y´ en nuestro español, y nos muestra
que de la misma manera el mes de Iyar une el proceso iniciado en Nisan con la
entrega de la Torá en el mes siguiente.
El valor numerológico de la letra
vav es 6, relacionado con las 6 sefirot / atributos que están
implícitas en la cuenta del Omer, a saber [4]:
Jesed/ bondad, Guevurá / justicia,
disciplinaTiferet / armonía, Netzaj / persistencia,
dominio, Hod / humildad, esplendor y Yesod / fundamento,
cohesión, y cuyo trabajo interrelacionado cada día, vera sus frutos en la
conclusión de la 7ma semana, y la 7ma sefira: Maljut / nobleza,
soberanía, liderazgo.
Es muy difícil crecer solo
por iniciativa propia, por lo tanto esta energía y la propuesta del Omer nos
trazan un mapa a recorrer; un tiempo maravilloso para crecer, para prepararse
espiritualmente para recibir la Torá en el mes de Sivan / Géminis.
Para concluir, la razón por
la cual todo el mes de Iyar esta contenido en la cuenta del Omer es entre otras
cosas, debido a que su energía nos favorece, nos posibilita los elementos
necesarios para dicha tarea.
No se crece por pura inspiración [Nisan]l; no
hay sabiduría ni crecimiento espiritual posible sin atravesar un proceso, que
tal como la cualidad de la energía del mes, la tierra, implica concentración, y
también ocultamiento. Cuanto más estemos dispuestos a vivir ese proceso, y
delinear su sendero con un plan de trabajo sobre nosotros mismos, mayor serán ,
bezrat H", los resultados que obtendremos.
Un mes optimo para crecer,
deliberadamente, paso a paso,
Cada día cuenta.
1-
Tal como lo cita Maimonides “Los cuatro elementos, que son el fuego, el aire, el
agua y la tierra, son los fundamentos de todos lo seres creados que se hallan
debajo del firmamento .Todos los seres existentes, el hombre, los animales, las
aves, los reptiles y los peces, así como los vegetales, los minerales, las joyas
y perlas, y el resto de los materiales de construcción como también los montes y
las parcelas. Todo lo existente está formado de materia compuesta de estos
cuatro elementos. Resulta, que todos los entes, que se hallan debajo del
firmamento, fuera de estos cuatro elementos, se componen de materia y forma.
Siendo la materia de ellos un compuesto de estos cuatro elementos, no obstante
cada uno de estos elementos no está formado sino de materia y
forma...”
Otras referencias
sobre los 4 elementos:
http://www.tora.org.ar/contenido.asp?idcontenido=4632- Ver referencias sobre las sefirot en la sección Ascendiendo
bajo
el titulo Aprendiendo las Sefirot
Sobre Jesed en particular:
3- Sefer
Yetzira, Cap. 5:7. Traducción al español del Rabino Aryeh Kaplan
http://www.tora.org.ar
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