martes, 4 de mayo de 2010

RECONOCER QUE TODO PASA Y ES DIRIGIDO POR HASHEM

Una persona había estado grave en un hospital, pero después de grandes dificultades, Baruj Hashem, se curó. Cuando lo dieron de alta, la enfermera no podía entender lo que sucedía. ¡Nunca le había pasado algo así! El enfermo le había pedido que le entregaran la etiqueta donde figuraban sus datos personales.


- ¿Para qué lo quiere? – preguntó extrañada la enfermera.
- Como un recuerdo – contestó el paciente.
- ¿Recuerdo del hospital? – preguntó la enfermera --. Todos hacen al revés: cuando los damos de alta, sólo quieren olvidarse de los días difíciles que pasaron en el hospital.
No tuvo alternativa: la enfermera tuvo que entregarle la etiqueta como recuerdo de su estancia en el hospital.

El enfermo se llamaba R’ Guershon Kolivensky. Se había salvado de la Segunda Guerra Mundial en forma milagrosa. Estuvo muchos años en Siberia y escribió un libro estremecedor con toda su historia. El Rab contó que luego de la difícil operación que había pasado en el hospital, sintió la necesidad y el deseo de agradecer a Hashem por todos los milagros que hizo con él. Pero sabía que el Satán haría lo imposible para que con el correr del tiempo se olvidara de lo sucedido. ¿Qué hizo? Encontró una solución: pidió a la enfermera del hospital la etiqueta de sus datos particulares y la pegó en la bolsa del Talet (manto) y los Tefilín (filacterias). De esta forma, todas las mañanas al hacer Tefilá recordaba el favor de Hashem y decía:

- Hace poco tiempo atrás, estaba en una cama de hospital y no podía hacer Tefilá en forma normal, ni en mi Bet Jakenéset ni en mi casa, y ahora Hashem me devolvió a la normalidad. Le agradezco por todo.

La verdad, la idea del Yehudí fue genial y muy simple. ¿Por qué no todos tienen esta claridad de pensamiento?

La respuesta es: sólo si realmente tiene la persona conciencia de que fue Hashem y sólo Hashem quien le salvó la vida. Si es así, buscará la forma de agradecerle continuamente.

¡Cuántas personas pasaron por la misma operación que él y no lograron salir adelante! En este caso, Hashem quiso que fuera distinto. ¿Por qué? Sólo Hashem maneja los hilos del mundo. Los doctores dirán: con este paciente salió bien, con el otro no. Su supervisión individual sobre cada cosa que sucede con nuestra vida. (Extraído del Séfer Alenu Leshabeaj; Revista Or Torá, Rab Rafael Freue). La mayor forma de conocer algo es saber dónde encontrarlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario