jueves, 20 de diciembre de 2012

HISTORIAS PARA CONTAR EN SHABAT (XX): La verdad oculta en el vestido


En la ciudad de Sherba, Tunez, habia un gran sabio llamado Rabi Califa Cohen.
 Eran muy grandes sus conocimientos de la Tora y descendia por parte paterna del gran erudito Rabi Rajamim Cohen que sirvio como jefe del Tribunal Rabinico de Sherba.

Rabi Califa la mayoria del tiempo estudiaba Tora en la ieshiva y en una pequena parte del dia comerciaba con telas para su propia manutencion y la de su familia.
Tenia vinculos comerciales con un judio de la ciudad Gabas, que le enviaba telas para vender en Sherba.

Pidio el rabino del comerciante, anotar estrictamente todo paquete de telas que le enviaba y el precio de origen de las mismas, para evitar errores, malentendidos y tener una pequena ganancia sobre el precio original.
El rabino intentaba agregar al precio de las telas, la suma mas pequena posible, segun fijaron nuestros sabios, para evitar aprovecharse de los clientes.

Un dia se le presento al comerciante una gran oportunidad, compro una gran partida de telas de seda y de lana, de muy buena calidad a un precio muy reducido. Estaba seguro de poder hacer una gran ganancia con las telas.
Penso el comerciante, que en caso de registrar el verdadero precio y enviarle las piezas a Rabi Califa, la ganancia seria minima. Por 10 tanto decidio agregar al precio de cada pieza tres reales, para obtener un maximo provecho de la operación.

Se apresuro el comerciante a preparar los paquetes, anoto los precios "inflados" de la compra original, frotando las manos de regocijo al pensar en la gran ganancia que obtendra de la venta de las telas.
Despues de varios dias adquirio nuevas piezas de tela, que tambien envid a Rabi Califa, esta vez sin aumentar en el registro al precio original, debido que fueron compradas según el valor normal de las mismas.

El comerciante ansioso, esperaba la respuesta del rabino. La respuesta llego, despues de un tiempo, mas grande como era su esperanza, grande fue su dececpción.
En la carta se trataba del ultimo envio, que mandó de acuerdo el precio original, mis el porcentaje de ganancia y envio el rabino al comerciante, la ganancia que le corresponde por lacompra y envio de las telas.

Junto con esto no escribio el rabino absolutamente nada acerca del primer paquete. Sorprendido el comerciante decidió viajar a Sherba a verificar que paso.
El hombre viajo a Sherba y se dirigio enseguida al negocio de Rabi Califa.

Junto con el, ingresd al negocio un arabe para comprar telas.
Pudo observar el comerciante un hecho curioso: el árabe bused entre las piezas de tela y despues de elegir varias de ellas, ofrecid comprarlas por un precio determinado.

Escucho el rabino la oferta, pero no pudo contestar porque estaba bendiciendo Bircat Hamazdn (la bendicion que se bendice al finalizar de comer) con gran concentration.
El arabe penso que el vendedor callaba porque no aceptaba su oferta, asi que fue subiendo la suma ofrecida, hasta llegar a un punto varias veces mas alto que el ofertado en primeras instancias.

Cuando termind Rabi Califa de bendecir Bircat Hamazón, saludd calurosamente al comerciante: ¡Bienvenido! jLa paz sea contigo!"
Luego se dirigio al arabe y le dijo: sabe, que acepte el precio que ofertaste en un principio, solo que no pude contestar, porque estuve bendiciendo. Por lo tanto, paga el primer precio ofrecido y toma tu mercaderia.

Despues de saludarse y hablar palabras formales, pregunto el comerciante a Rabi Califa: rabino, hace varias semanas le mande un gran paquete con telas finas, que estuve seguro quese venderian facilmente obteniendo una apropiada ganancia y me resultó extraño no recibir ninguna information sobre ellos.
— A mi tambien me intriga ese paquete contesto el rabino — no se porque no se venden esas telas. Coloque retazos sobre el mostrador, pero nadie se interesd por ellas. Al no obtener respuesta por parte del comerciante, Rabi Califa prosiguid: ¿quizas esta operation no es limpia por completo? Cumpliste mi pedido de no aumentar al precio original.

El sorprendido comerciante confeso enseguida, que esta unica vez mintió ante la tentación de hacer una gran ganancia.
Bueno, se revelo el misterio, proclamd el rabino con tono de reproche y cuando le acerco el paquete con las telas vieron que las polillas habian empezado a actuar, dejando sus senales enlas preciadas telas.

Se lamentd el comerciante y pregunto al rabino: ¿Qué haremos ahora? todo el dinero invertido en las telas esta perdido.
jNo te preocupes! — 10 tranquilizd — debemos borrar el precio marcado y colocar el original, en un par de dias se venderan todas las telas.

Borrd el comerciante el precio marcado y colocd el original y en pocos dias se vendieron todas las telas obteniendo una apropiada ganancia.
Dcsde ese dia, el comerciante, puso todo su cuidado de colocar el precio exacto sobre las telas, sin agregar un solo franco por  encima del precio original y D-s lo bendijo y ayudó en todos sus acciones y continuo sus vinculos comerciales con Rabi Califa toda su vida.

Fuente: traducido del judeo-arabe del libro "Shairei Minja" de Rabi Rajamim Jai Javita Hacohen.
Un caso similar al de Rabi Califa que no quiso aumentar al precio de la tela ofrecido por primera vez, encontramos en el Talmud, Tratado de Macot, en una acotacion al versiculo "y habia verdad en su corazon" como Rav Safra y explica Rashi en el lugar, que que Rav Safra decia une oracion, cuando un hombre oferto una suma de dinero por cierto objeto y pensando que Rav Safra se nego a venderselo a ese precio aumento. Cuando Rav Safra termino su oratcon pidio el primer precio que escucho.

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