Precisamente en el "ketz" (fin)
"Sucedió al final (miketz) de
dos años..." (Bereshit 41,1)
Así comienza
esta sección semanal de la Torá, mientras que la historia acelera la llegada de
Yosef desde los sufrimientos de la esclavitud a la altura del poder. Desde una
perspectiva más profunda, la palabra "ketz" es un
término especial, muchas veces denota un acontecimiento histórico en un tiempo
pre-destinado a través de algo que ha de suceder, y específicamente relacionado
con la noción de redención.
Por ejemplo,
el Talmud usa este término con respecto a la "gueulá"
o redención final de Israel:
Rav dijo:
Todas las fechas de la redención (en hebreo "ketzim", plural de
"ketz") ya han pasado, y ahora depende del arrepentimiento y de las
buenas acciones. (Sanhedrín 97b)
Así, cuando la
Torá emplea la palabra "ketz" en nuestra parashá no es para simplemente
informarnos que han transcurrido dos años desde que Yosef interpretó los sueños
al copero y panadero del Faraón, u once desde que fue encarcelado por primera
vez, y que precisamente "sucedió" que obtuvo su liberación y ascenso en aquel
momento. Por el contrario, Yosef Hatzadik, fue liberado y ascendido entonces
porque la historia alcanzó un momento cumbre en esa precisa hora, un momento que
fue predesignado mucho antes incluso que Yosef hubiese sido llevado a la
prisión, todo estaba enmarcado en un plan de naturaleza divina.
Existen
ciertos golpes en la historia, como llamados espirituales que representan una
dimensión de realidad puntual, un devenir de acontecimientos que está llegando a
su finalidad, esta es la definición de "ketz", el momento que una
sucesión de hechos llega a su clímax. Yosef no fue liberado de la prisión y
ascendido a virrey de Egipto debido a los sueños del Faraón, pero algo hizo que
el Faraón soñara, para que se encontrara con Yosef, le interpretara sus sueños y
llegase a la grandeza exactamente en aquel momento. Así nos enseña nuestro
maestro Arizal:
"Sin embargo,
Yosef no ameritó llegar a esta posición sino hasta la noche en que
"terminaron los dos años", cuando fue decretado que él saliera de la
cárcel, en ese día fue elevado a la grandeza. Por este motivo se ha
declarado: "Designó como testimonio a Yosef, al salir sobre la tierra de
Egipto, cuando escuché un lenguaje desconocido" (Tehilim 81,6). Esa noche
vino el ángel Gabriel y le enseño a él los setenta lenguajes (Cf. Sotá 36b).
(Shaar Haguilgulim Cap. 31)
El momento en
que Yosef debía llegar a ser el virrey de Egipto recibe su impulso originario
cuando una fuerza espiritual específica, que el Talmud denomina el ángel
Gabriel, le enseña los setenta idiomas, es decir le proporciona la capacidad de
entender a cada nación dentro de su propia esencia, la representación de esta
esencia la encontramos en el contenido espiritual, psicológico y cultural de
cada nación expresado en su lenguaje. Según el testimonio del Talmud citado por
Arizal, la corte de Egipto recibió con sorpresa la decisión del faraón de tomar
a un esclavo, un hombre que estaba prisionero en la cárcel como Gobernador del
reino, y las sospechas de su nivel cultural comenzaron a ser presentadas delante
del Faraón, este último sostuvo que veía en Yosef señales de nobleza y
comportamiento de rey. La segunda crítica que se presentó al rey fue que su
condición especial debía ser avalada por un conocimiento específico, poder
hablar todos los idiomas de la tierra, en ese "momento" la fuerza denominada
Gabriel le enseña los setenta idiomas y Yosef llegó a ser el mejor conocedor de
la naturaleza humana, incluso más que el propio Faraón quien conocía también los
idiomas humanos, todos excepto el "hebreo", el cual Yosef hablaba desde
su niñez. En un punto este momento le proporcionó a Yosef la posibilidad de
superar al propio rey, Yosef conocía la "lengua santa", es decir sabía
el sistema de términos que la tradición relaciona con la creación del mundo y
del alma de todos los seres humanos.
Este sistema
de conocimiento es el "ketz" previsto en el cual Yosef ingresó en el
momento que se cumplió este golpe histórico que lo llevó a la grandeza. El Gaón
de Vilna se extiende en la explicación del significado de "ketzim", los
fines predesignados de la historia (Cf. Ko Hator cap. 4), la llegada de Yosef y
su expresión dentro del plan divino está señalado por la palabra
"ketz", por lo tanto el Gaón comenta que la presencia del gobierno de Yosef
es un proceso, a pesar que él mismo es un líder. La Torá nos enseña la venida
del Mesías, siendo la primera parte de este proceso que conocemos como
"gueulá" la aparición del Mesías llamado "hijo de Yosef",
quien preparará la venida de la etapa final – el Mesías, hijo de David. Esta
primera etapa en la historia de la liberación de Israel marca el retorno a los
principios de la Torá y simbolizan el punto en que la humanidad escuchará, cada
uno en su idioma, el mensaje de la fe en el Creador del mundo, para que este
misión se concrete el líder que la efectuará se presentará como Yosef en Egipto,
desde la esclavitud se levantará hasta llegar a conocer y comprender la
naturaleza de los hombres.
El Gaón de
Vilna advierte además que cuando nos acerquemos al "ketz" predesignado
a nivel histórico general, se producirá una oposición cultural y psicológica muy
ardua frente a los nuevos conceptos universales, oposición que aunque siempre
presente alcanzará entonces mucha más fuerza, y esto dos razones. Primero,
sabiendo que el fin del alejamiento del Creador es inminente cuando llegue el
rescate final, la "gueulá" (Cf. Succah 52a), la oposición al Creador
necesitará luchar para su supervivencia como nunca antes; y en segundo lugar, se
presentará una fuerza agregada a las inclinaciones negativas de nuestro
espíritu, porque una voluntad libre - el propósito total de la creación -
demanda una opción equilibrada. Por lo tanto, pues la claridad de la verdad
aumenta, así que debe la tentación de rechazarla aumentar también.
La fuente de nuestra supervivencia debe ser construida desde ahora, la conciencia del rechazo de la información muchas veces está arraigada en nosotros. Nuestra sección semanal nos enseña el significado profundo de los tiempos, de estos golpes históricos ricos en contenido, pero además nos relatan las reacciones elevadas de aquellos que fueron parte de estos momentos, por un lado la corte del Faraón, como indicamos, se mostró cautelosa ante el nuevo líder, no obstante Yosef solo tiene en su boca palabras de agradecimiento y el nombre de Creador del mundo en cada uno de sus acciones, como se declara: "la interpretación de los sueños pertenece a Dios", esto expresa Yosef ante el copero y panadero del rey y lo repite delante del propio Faraón, señal íntima de la relación tan estrecha de Yosef, y todo lo que significa, con Hashem.
La imagen de Yosef dentro de la corte del faraón es una lección de fe para nosotros, esta lección tiene un momento especial en su realización que nos enseña el primer versículo de nuestra parashá, no en vano han transcurrido una cantidad de años pues este fin debía concretarse, para eso Yosef llegó delante del Faraón. Al escuchar estas palabras sobre "al fin de dos años" no podemos sino traer en nuestra memoria otras palabras que muchos años antes, escuchamos sobre el padre de Yosef, cuando la Torá nos relata que ante los sueños de Yosef: "su padre esperaba..." (Bereshit 36,11). Esperó el momento que habían de ocurrir.
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