jueves, 24 de enero de 2013

HISTORIAS PARA CONTAR EN SHABAT (XXII): La sabiduría de un niño

Esto ocurrió en la ciudad de Vilna antes de haber sido estructurada totalmente.
El rey vio en ese sitio, el lugar apropiado para construir su ciudad.
Pero antes de hacer nada envió a llamar a los sacerdotes y astrólogos para preguntarles que será de esta ciudad en el futuro, si prosperará.
Le respondieron de acuerdo a lo que les dijeron sus dioses, que la ciudad prosperará, si se estructura sobre la base de un hijo único que será enterrado allí con vida.
Y con la condición que lo entregue su madre como sacrificio voluntario y alma plena para este fin.
El rey ordenó hacer correr la voz en todas las provincias de su reinado, para hallar a una voluntaria que desee donar a su hijo para estructurar sobre él la ciudad, "pues esto salió de boca de nuestros dioses".
Pasaron varios días y no hallaban a una madre que posea un hijo único y pretenda darlo de voluntad para el fin requerido.
Pero finalmente, llegó una señora que venía de los confines del reinado con su hijo único de doce años de edad, y estaba dispuesta a donarlo para cumplir con lo que predijeron los sacerdotes y astrólogos para que la ciudad que allí se construirá prospere.
Entonces fijaron una fecha para la ceremonia que se realizaría en medio de una gran fiesta.
Mucha gente llegó al lugar para contemplar el sacrificio del hijo único para que la ciudad prospere.
Y también vinieron los principales gobernantes y príncipes de la nación.
Y fue en el preciso instante en el que el niño estaba siendo preparado para cumplir con lo ordenado por los astrólogos y sacerdotes, que este se dirigió al rey y le comunicó: "señor rey, yo no creo que esta cosa mala que se disponen a realizar sea la voluntad del dios.
Pero tus astrólogos dijeron que eso vieron. Yo quiero demostrar según un razonamiento lógico y de justicia que tus astrólogos no comprendieron bien la voluntad del dios y se equivocaron en la interpretación.
Por eso te solicito que me permitas realizarles tres preguntas a los sacerdotes que miran en las estrellas.
Y será que si logran responder con sabiduría mis preguntas, y hallan la solución para ellas, a pesar que soy joven, aceptaré que comprendieron la voluntad del dios y cumpliré con lo ordenado en silencio y sin protestar".
El rey respondió: "Que se haga como dijiste".
El joven se dirigió a los sacerdotes que miran en las estrellas y les formuló las siguientes preguntas:

1- ¿Qué es lo más liviano de la tierra?
2- ¿Qué es lo más dulce que se halla sobre la faz de la tierra?
3- ¿Qué es lo más pesado?

Los sacerdotes que miran en las estrellas meditaron, discutieron sobre la probable solución y nadie sabía lo que decían porque lo hacían entre ellos sin emitir voces audibles para el público presente.
Finalmente respondieron y dijeron: "Lo más liviano de la tierra es la pluma, lo más dulce, la miel y lo más pesado, la roca".
Y cuando concluyeron, miraron hacia el público con mostrándose como triunfantes.
Y todos los presentes creyeron que los sacerdotes que miran en las estrellas respondieron con sabiduría y de manera acertada las preguntas del niño.
El rey entonces preguntó al muchacho: "¿Qué piensas sobre las respuestas?".
Y el joven respondió con una sonrisa en su rostro: "Tus sacerdotes no comprendieron mis preguntas, y no hallaron a las mismas respuesta.
A pesar que yo, quién habla soy solo un muchacho, ¿cómo entendieron las palabras del dios y su voluntad?.
Si yo no soy ningún torpe como para preguntar de una persona sabia cosas que se encuentran reveladas y son naturales que cualquier persona puede apreciar?, ya que todos saben que la pluma es muy liviana, y todos saben que la miel es dulce, y todos saben que la roca es pesada, ya que son estas cosas que se notan y se sienten a través de los sentidos, porque así fueron creadas desde un principio, y no es digno preguntar eso a los sabios.
Por eso yo pregunto sobre las cosas que no son de esa clase, y existe algo que es verdaderamente pesado ante los ojos de quienes lo ven, y con todo eso es muy liviano si se lo mide mentalmente.
Así, hay una cosa que a la vista no es dulce, pero es muy dulce si la medimos mentalmente.
Y así hay una cosa que es a la vista blanda, pero en verdad es muy dura según la medición que podemos realizar con la mente, y sobre estas preguntas la respuesta es:
He aquí lo más liviano de la tierra es un niño, el cual es además hijo único que lo carga su madre sobre sus brazos, ya que a pesar que es pesado a simple vista, por el gran amor que siente por su niño, esta no siente el peso en absoluto y es como si no lo cargara sino que es como que él la carga a ella, así le parece a la madre por el fuerte lazo de amor que la une a su hijo único, y esto se ve solo a través de una medición mental.
Y lo más dulce que hay sobre la tierra es la leche de la madre que da a su hijo, ya que en verdad la leche es un tanto ácida, y esa acidez se anula y no es sentida por el bebé que se amamanta de su madre, es más, el bebé no hallará en el mundo cosa más dulce que la leche de su madre, y esto lo medimos de manera mental, porque como dijimos, la leche en si es un tanto ácida a simple vista.
Y lo más pesado de todo es el corazón de una madre que se dispone a sacrificar el fruto de su vientre, su hijo único".
Se sorprendieron todos los que escuchaban por las palabras del joven y de su sabiduría con la que halló preguntas que muestran según la comprensión del intelecto sobre su asunto que se relaciona con la situación en la que se encuentra.
Y con estas respuestas se comprobó que las palabras de los sacerdotes que miraban las estrellas eran vanas.
Y todo el público clamó diciendo que los sacerdotes astrólogos erraron la interpretación, y también el rey opinó lo mismo, por lo que el niño fue liberado y devuelto a su madre.

Fuente: JudaísmoVirtual

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