“Habla a
los Hijos de Israel, y déjalos tomar para Mí una ofrenda...y déjalos hacerme un
Mishkán para que more entre ellos” (Éxodo 25:2-8)
Uno de los objetivos del Mishkán fue permitirle a cada persona
sentir la Presencia Divina en su vida personal.
Pero, mientras que tratamos de cumplir con el destino religioso de
convertirnos en un reino de líderes espirituales para el mundo, y una nación
santa, debemos recordar que lo hacemos por motivos puros, y no para obtener
gloria personal. Cuando tomamos nuevas
responsabilidades en nombre del Honor de
Di-s, y no por nuestro propio auto-interés, entonces tendremos el mérito
de que Di-s more entre nosotros, y no solo en nuestras
sinagogas.
(Rashi)
“Y haz para Mí un Santuario...” (Éxodo
25:8)
Cuando Di-s le dijo a Moshé "Haz para Mí un Santuario", Moshé se
estremeció y respondió: "Un hombre no puede hacer una casa para Di-s". Di-s le respondió: "Yo no pido algo acorde a
Mi fuerza, sino que pido algo acorde a la fuerza de ellos" (Pesikta). Aprendemos de aquí, que Di-s tiene
expectativas razonables. Solo se espera
que uno haga de acuerdo al potencial que tiene, y no más. Di-s dice "Abre para Mí [en tu corazón] una
apertura del tamaño del agujerito de una aguja, y yo te [lo] abriré como la
puerta de un gran salón". Se espera que
cada uno estudie Torá de acuerdo a sus habilidades. Similarmente debemos apoyar económicamente
"motivos de Torá," cada uno de acuerdo a su capacidad. Una persona rica debe hacer más que un
pobre. De todas maneras, una persona más
pobre puede cumplir su obligación contribuyendo con un monto relativamente
pequeño.
(Jafetz Jaim)
“Y deberás cubrirla con oro puro, por dentro y por fuera...” (Éxodo
25:11)
La característica principal del Mishkán era el Arca Sagrada. Di-s ordenó que haya tres de estas Arcas,
cada una mayor que la otra; dos Arcas tenian que ser hechas de oro, y una de
madera. La de madera fue puesta entre
las dos de oro, quedando completamente rodeada de oro. Esta forma de ordenarlas nos enseña algo a
cada uno. Así como el Arca era dorada
tanto de afuera como de adentro, así también cada persona debe ser justa y recta
"adentro y afuera". Debemos recordar de
ser "consistentes," y comportarnos virtuosamente no solo cuando alguien nos
observa, sino también en privado, cuando nadie puede vernos.
(Adaptado de
Yoma 72b)
“Que (los
israelitas) tomen para Mí ofrendas...” (Éxodo 25:1)
"¡Qué
casamiento! ¡Qué comida! ¡Qué flores!
¿Te fijaste en el vestido de la madre de la novia? (¿Era de pura seda?)".
"Pero esto no
es nada... tendrías que haber venido al casamiento que fui la semana
pasada. Resulta que la familia quiso
hacer algo realmente fuera de serie, y alquilaron una nave espacial, y la
ceremonia se hizo con los novios flotando en el espacio exterior, ¡vestidos de
astronautas!"
"¡Guau! ¡Debe
haber sido algo impresionante!"
"La verdad
que si... pero... ¿qué quieres que te diga?
Faltaba algo... "
Todos los
preparativos de la boda tienen un solo propósito: darles Simjá al Satán (novio)
y la cala (novia). Sin embargo, hay
quienes ponen toda la atención en los detalles, y se olvidan de lo
esencial. Del mismo modo, este mundo no
es más que un salón de fiestas, repleto de comida, y flores, y músicos. Y todo tiene un solo fin. Que se unan el jatán y la kalá. Que el alma del Hombre se una a la de su
Creador. Pero hay quienes pasan por la
vida como invitados a una fiesta de casamiento, comiendo una pata de pollo por
aquí y un pedazo de torta por allá, y no entienden el verdadero propósito de la
vida. "Que los israelitas tomen para Mí
ofrendas". Que se separen de lo
superficial y lo superfluo, y se conecten en forma constante con la
esencia. Que se unan permanentemente a
la Presencia Divina.
(Adaptado de
Deguel Majane Efraim)
"Que (los
israelitas) tomen para Mí ofrendas (Éxodo 25:1),
Hay veces en
que dar es como recibir. Cuando un
hombre se casa con una mujer, le debe entregar algun objeto de valor. Por lo general se emplea un anillo con dicho
propósito. La excepción a la regla es
cuando el novio es una personalidad importante, que normalmente no recibe regalos. Si la novia le entregara el anillo a él, el
casamiento tendría validez, pues ella recibiría el placer de que él acepte el
regalo, y eso es como si en verdad el diera y ella
recibiera.
"Que los
israelitas Me hagan ofrendas". A decir
verdad, parecería que la Torá debería haber dicho: "Que los israelitas Me den
una ofrenda". Sin embargo, el hecho de
que Hashem acepta nuestras ofrendas nos causa más placer que el valor de lo que
Le entregamos a Hashem, por lo que, en realidad, somos nosotros los que en
verdad recibimos.
(Adaptado del Alshij en Kehilat
Itzjak)
"Me
construirán un Santuario, y habitaré en su medio..." (Éxodo
25:8)
Existe una
relación simbiótica entre el ente y las partes que lo componen.
Ambos deben
dar y tomar el uno del otro. Tomemos por
ejemplo el cuerpo del hombre. Sin los
miembros no puede existir el cuerpo. Los
miembros son los componentes del cuerpo.
Pero cuando todos los miembros están conectados y la corriente de vida
fluye por ellos, el cuerpo adquiere existencia.
Dicha existencia es mayor que la suma de las partes que la componen. Y le devuelve a los miembros el poder de
vida.
Lo mismo
ocurre con la Torá y las mitzvot. La
Torá es el cuerpo que comprende a los miembros, las mitzvot. Sin la Torá, las mitzvot no tienen ningún
valor, ningún sentido, pues no tendríamos idea de cómo cumplir una sola mitzva
siquiera, si la Torá no nos enseña.
Pero, por el otro lado, sin las mitzvot, la propia Torá también pierde su
valor, pues sin acción, la importancia del estudio pierde toda su
grandeza.
"Y Me
construirán un Santuario, y habitaré en su medio...". A veces, la Torá menciona la construcción del
Mishkán antes que sus vasijas e implementos, y a veces, al revés. Esto viene a enseñarnos que la Torá y las
mitzvot son un equipo inseparable. El
flujo de influencia corre en ambas direcciones.
El uno no puede funcionar sin el otro.
(Adaptado de Rabi S.Y. Zevin, Le Tora U Le
Moadim)
"Harán un
arca..." (Éxodo 25:10)
En el reino
desierto de Mujtar, todo se dio vuelta tras el descubrimiento del
petróleo.
El sheik,
ansioso de beneficiar a su pueblo, y de paso aumentar su propio prestigio,
construyó caminos y hoteles, palacios y aeropuertos. Tenian todo.
Todo... menos agua. El unico
liquido que abundaba en Mujtar era negro y viscoso. Oro negro... pero imposible de
beber.
Fuera de
traer un iceberg de la Antártida (idea que aún se hallaba en consideración),
todavía nadie había encontrado una solución.
El sheik
decidió que viajaría a los EE.UU, porque los EE.UU. eran un pais donde habia
soluciones hasta para los que no sabían que tenían problemas. ¡Cuánto más para alguien con un problema que
era tan fácil de identificar!
El sheik se
hospedó en el Waldorf Astoria cerca de una semana. Cuando llegó el momento de
partir, llamó al botones para que le bajara el equipaje. Al abrir la puerta de la suite del sheik, el
botones se quedó helado.
Allí, en
medio de la habitación, habia un gigantesco cofre. Imposible de cargarlo él solo, dio la media
vuelta y fue a buscar refuerzos.
Finalmente,
hicieron falta seis changadores robustos y un camión para llevar el cofre al
aeropuerto Kennedy.
En la era del
equipaje a rueditas, el cofre del sheik parecía un anacronismo total. Y, como era de esperar, llamó la atencion del
oficial de aduanas.
"¡Buen
dia! Dígame, por favor... ¿qué es lo que
lleva en este cofre?"
"No es nada,
oficial, solamente unos cuantos regalos para los que me esperan en mi
pais".
"Aja...
¿podría abrirlo, si no es molestia?"
"Esto es absolutamente innecesario, porq..."
"POR FAVOR abra el cofre"
Al abrirse la
tapa del cofre, el oficial de aduanas se quedó como
congelado.
Todo el cofre
estaba repleto de canillas, canillas de todos los tipos y de todas las formas,
de acero inoxidable, de cobre, antiguas, modernas... Canillas, canillas, y más
canillas.
"¿Sabe lo que
pasa? Lo que ocurre es que en mi país no
tenemos agua. El primer día que pase en
este país, fui a la cocina y abrí una de estas cosas, y, milagro de milagros,
¡empezó a salir agua! Por eso, ahora le
llevó a mi pueblo este invento brillante.
Ustedes, los occidentales, tienen cada invento... No se puede negar que tienen cabeza".
Hashem le
dijo a Moshé que fuera a decirle a Betzalel "Haz para Mí un Mishkán (un
Santuario), un Arón (arca sagrada) y kelim (las demás vasijas del
Santuario). Cuando Moshé le dijo a
Betzalel, alteró el orden y dijo que construyera el Arón, las kelim y el
Mishkán.
Betzalel le
dijo a Moshé: "Moshé Rabenu, lo lógico es que primero se construya la casa, y
luego se la adorne. Me estás diciendo
que primero construya los adornos, las vasijas, pero ¿dóonde los voy a
poner?"
¿Por qué
Moshé cambió el orden?
Moshé no le
estaba dando a Betzalel instrucciones de construcción. No le estaba hablando como un arquitecto
habla con el que va a construir la casa.
Moshé estaba hablando en términos conceptuales, enfatizando lo que era la
esencia y el propósito del Mishkán. El
Arón era la pieza clave del Mishkán. La
palabra "Arón" proviene de la palabra "Or", luz en hebreo. El Arón era la luz del Mishkán, pues contenía
a la sagrada Torá, que es la luz del mundo.
Sin el Arón, el Mishkán habría sido una mera cubierta, una "canilla
seca", sin el agua viva de la Torá Sagrada.
(Talmud,
Berajot 55a; Rabenu Bejaie; Rabi Uziel Milevsky z''l)
Shabat Shalom.
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