En la parashá de la semana habíamos leído acerca de las primeras guerras que liberó el pueblo de Israel en su camino hacia la tierra de Israel, en contra de Sijón - el rey de Emor, y Og - el rey del Bashán. Es por eso que para la lectura de la haftará de esta semana ha sido escogido un pasaje del libro de los Jueces por su conexión con la parashá, pues aquí leemos acerca de la guerra que liberó Iftaj en contra del pueblo de Amón, que alegaba que el pueblo de Israel le había quitado su tierra muchos años antes (cosa que no fue verdad).
Antes de que el pueblo de Israel designe a Iftaj como su representante, encontramos que el texto nos dice que por una disputa determinada Iftaj tuvo que irse de su tierra:
"E Iftaj de Guilad era una valiente combatiente… Y se escapó Iftaj de sus hermanos y se asentó en la tierra de Tov…" (11:1,3).
El lugar en el que Iftaj se asentó se llamaba "la tierra de Tov" - "éretz tov" en hebreo. Algunos comentaristas dicen que Tov era el nombre de un hombre poderoso que dejó que Iftaj se asentara en sus tierras.
Sin embargo, en el Talmud Ierushalmi (Sheviit 6:1) encontramos una opinión que dice que este nombre se refiere a un área que está fuera de los límites de Israel, y la palabra "tov" que significa "bueno", fue usada para referirse a este área porque en la diáspora no es necesario separar el diezmo de las cosechas.
Sin embargo, esto parece muy extraño. Si D'os nos aseguró que la tierra que Él nos dió era una buena tierra, ¿no es una contradicción referirse de esta manera a la diáspora? El entendimiento de este versículo basado en la opinión del Talmud Ierushalmi aparentemente implica que el resto del mundo es realmente mejor que la tierra de Israel! ¿Esta expresión no es un insulto y una señal de ingratitud después de que recibimos la tierra de Israel?
Una pregunta más: ¿Cómo puede ser considerado bueno estar exento de los mandamientos de D'os cuando nosotros nos entristecemos si se nos niega la posibilidad de cumplir un mandamiento? La Torá y los mandamientos son el regalo más grande que D'os nos ha dado. Ellos son nuestra vida y no se puede obtener un verdadero bienestar sino cumpliendo con la voluntad de D'os y obedeciendo sus mandamientos!
El mandamiento del diezmo, en particular, es muy preciado para nosotros. Mediante su cumplimiento nosotros somos merecedores de las bendiciones de D'os en nuestra tierra y se nos otorga buenas cosechas y prosperidad. Entonces, ¿cómo puede ser considerado bueno estar exento de la obligación de diezmar nuestra cosecha?
Es por eso que algunos comentaristas entienden que esta opinión del Talmud Ierushalmi se refiere a un lugar específico fuera de la tierra de Israel que era particularmente fértil. Pero respecto de la Tierra de Santidad uno no puede decir que un área es buena y la otra no lo es, pues realmente todas las zonas de la tierra de Israel son buenas. Si la persona cumplirá correctamente los mandamientos de D'os él será bendecido en todo lugar que se encuentre. Pero si él no cumplirá Sus mandamientos ningún área será buena para él. Dentro de la Tierra de Santidad todo depende de los actos de la persona.
Pero fuera de la Tierra de Israel los actos de la persona no tienen tanta influencia sobre las bendiciones que ella recibirá, pues su vida está un poco más sometida a las leyes de la naturaleza, y la providencia personal de D'os sobre él se ve en algún sentido reducida. Y es por eso que respecto de la diáspora sí se puede decir que una zona es mejor que otra. (Basado en el libro Lev Aharón citado en el Ialkut Meam Loez).
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