Esta semana leeremos la sexta de las siete haftarot de consuelo para los hijos de Israel, que fueron extraídas del libro del profeta Ieshaiahu.
Un reino como este será el que habrá en el mundo por venir. No es que se empequeñecerá Su Honor y Su Honra sino todo lo contrario, Su Gran Nombre se engrandecerá aún más. Y por eso dijo el profeta Ieshaiahu: "Pues he aquí que la oscuridad cubrirá la tierra, y las tinieblas a los pueblos, mas sobre ti brillará D'os y Su Gloria sobre ti se verá", pues Su Gloria se reflejará sobre los hijos de Israel, ya que el pueblo no contrariará Su Grandeza y Su Unicidad, sino que gracias a ellos ella se expandirá y se dará a conocer
"Levántate!, ilumina!, pues ha llegado tu luz,
y la Gloria de D'os sobre ti brilló"
(60:1)
El profeta le habla a la ciudad de Jerusalem y le dice que se levante e ilumine con su luz de felicidad y benevolencia, pues ya le ha llegado a ella la luz que le corresponde, es decir que ha llegado para ella el tiempo de la Redención Final.
"Pues he aquí que la oscuridad cubrirá la tierra,
y las tinieblas a los pueblos,
mas sobre ti brillará D'os
y Su Gloria sobre ti se verá"
(60:2)
A pesar de que sobre todas las naciones del mundo recaerán muchos sufrimientos, la ciudad santa no debe temer, ya que sobre ella D'os hará brillar la luz de Su Salvación. En el futuro por venir "será de D'os el reinado" (Ovadiá -Abdías- 1:21) "y D'os será rey sobre toda la tierra; en ese día D'os será Uno y Su Nombre será Uno" (Zejariá -Zacarías- 14:9).
Pero existe lugar para formular una pregunta. El profeta dijo: "Y mi servidor David será rey sobre ellos y un sólo pastor todos tendrán…" (Iejezkel -Ezequiel- 36:24), entonces, si habrá un pueblo en la tierra que tendrá un reino, ¿esto no se contradice con el hecho de que D'os será el único que reinará sobre toda la tierra? El pueblo de Israel no puede tener dos reyes!
El "maguid" de Duvna (Rabí Iaacov Krantz, 1741 - 1804), en el libro "Cojav Miiaacov", nos enseña que la respuesta a esta pregunta se puede aprender de las palabras de Nuestros Sabios del Talmud, al interpretar (no literalmente) un versículo de la Torá de parashat Vaetjanán:
"'No porque ustedes son los más numerosos entre los pueblos es que D'os os ha deseado y os ha elegido, pues ustedes son el más pequeño entre todos los pueblos' (Devarim -Deuteronomio- 7:7). Le dijo el Santo - bendito es Él, a Israel: Yo los deseo a ustedes pues incluso cuando Yo los engrandezco a ustedes, ustedes se empequeñecen delante Mío. Engrandecí a Abraham, mas él dijo: 'Mas yo soy polvo y cenizas' (Bereshit -Génesis- 18:27). Engrandecí a Moshé y a Aharón, mas ellos dijeron: '¿Nosotros qué somos…?' (Shemot -Éxodo- 16:8). Engrandecí a David, mas él dijo: 'Mas yo soy un gusano y no una persona…' (Tehilim -Salmos- 22:7)…" (Julín 89a).
El Talmud nos quiso explicar que ninguno de estos personajes bíblicos tomó para ellos algo de la grandeza mediante la cual D'os los engrandeció a ellos, atribuyéndosela a ellos mismos y enorgulleciéndose por todo el poder y la riqueza que poseían. Ellos solamente quisieron cuidar el honor y la honra de D'os, y lo único que desearon hacer durante toda su vida es estar al frente del pueblo de los hijos de Israel para transmitirles a ellos la Sabiduría y la Ética Divina. Ellos solamente quisieron enseñarles al pueblo los caminos de la Divinidad y toda cosa buena.
Y a esto se refirió el rey David al decir: "A ti, D'os, te pertenece la grandeza, el poder, la gloria, el esplendor, la magnificencia, todo lo que hay en los cielos y en la tierra; a ti, D'os, te pertenece el reinado y la soberanía sobre todos los líderes" (Divré Haiamim I -I Crónicas- 29:11). El rey David dijo estas palabras pues la intención de D'os al engrandecer a los elegidos del pueblo realmente fue engrandecer Su Santo y Puro Nombre, y a pesar de que Él engrandece a los líderes del pueblo, toda esa grandeza y toda esa gloria finalmente vuelven hacia Él.
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