La Teoría de la Evolución produjo una revolución en el pensamiento moderno. Desde la época de la Roma antigua hasta mediado del siglo XIX, el mundo occidental en general consideró que el hombre era una creación de Di-s. La Teoría de la Evolución presentó entonces una alternativa a esta creencia que obtuvo muy buena acogida.
¿Qué es la Teoría de la Evolución?
Fundamentalmente, esta teoría afirma que toda la vida se desarrolló por si sola, sin la ayuda de un Creador. De acuerdo con la teoría, después de la aparición espontánea de los primeros organismos unicelulares, se desarrollaron a partir de éstos especies nuevas y más complejas, mediante cambios sutiles. Los evolucionistas han modificado su opinión sobre cómo ocurrieron los cambios. Al principio, creían que éstos eran causados por características adquiridas heredadas; ahora dicen que se deben a mutaciones genéticas. Los organismos que poseían nuevas características útiles sobrevivieron a expensas de los organismos que no las poseían, merced a un proceso denominado "la supervivencia del más apto". Transmitieron estas nuevas características a su progenie, y el proceso continuó hasta que surgieron formas de vida cada vez más complejas -entre ellas el hombre-. Los evolucionistas dicen que este proceso viene ocurriendo desde hace mucho tiempo, millones de años, y que todas las especies, con sus características distintivas, se desarrollaron por pura casualidad.
Los evolucionistas formulan los siguientes argumentos como prueba de la verdad de sus afirmaciones: a) Los arqueólogos han desenterrado fósiles que, según sostienen, tienen millones de años, lo cual apoya su posición de que la vida existe desde hace muchisimo tiempo. b) Además, los fósiles hallados en extractos rocosos por lo general muestran que los organismos más simples están ubicados debajo de los más complejos. Según los arqueólogos, esto demuestra que los organismos complejos se desarrollaron a partir de los más simples. c) Algunos fósiles parecen ser formas primitivas del hombre, lo cual indicaría que el hombre y el mono son ramas del mismo tronco común. d) Se han observado mutaciones en las especies (tales como la aparición de insectos con resistencia al DDT), y estas características recientemente adquiridas han sido heredadas de las generaciones posteriores. e) El hombre tiene lo que se ha dado en llamar órganos atrofiados que no tienen propósito aparente (como el apéndice) y que, en consecuencia, se han retenido de especies anteriores durante el proceso de evolución.
La aceptación de la Teoría de la Evolución entre la mayoría (mas no la totalidad) de los científicos a veces hace que se pasen por alto los numerosos problemas que ésta entraña. Entre ellos cabe destacar los siguientes:
1) Recordemos que el concepto de desarrollo por evolución es una simple teoría. No habla ningún científico presente cuando la vida apareció por primera vez. ¡Ningún científico ha observado jamás la evolución de una sola nueva especie! Nadie puede probar irrefutablemente que todos los organismos vivientes se han desarrollado mediante un proceso de evolución. La teoría ha sido modificada varias veces en el curso de los años (se basó primero en la hipótesis de las características adquiridas y luego en la de las mutaciones, por ejemplo), por cuanto algunas partes de ella han sido refutadas. Sin embargo, muchos científicos han llegado a aceptarla con sorprendente devoción, y denuncian a todo aquél que ponga en tela de juicio la teoría de un hereje anticuado e intolerante. ¿Es esto acaso la auténtica objetividad científica?
2) La Teoría de la Evolución rechaza la idea de un Creador Divino (lo cual significa, dicho sea de paso, que apoya la idea de que la vida es absurda, tal como lo mencionamos anteriormente).
En consecuencia, los evolucionistas deben explicar el desarrollo de todos los objetos animados e inanimados como obra de la casualidad. Deben afirmar que todos los pasos que llevaron desde la aparición del primer organismo unicelular hasta el hombre fueron puro accidente. Cada órgano, miembro, célula cerebral, y aspecto artístico y emocional del hombre son el resultado de una serie de coincidencias.
Pero ya hemos mencionado la increíble complejidad no sólo del hombre sino también de las demás criaturas vivientes. Hemos demostrado cuán armónicamente funcionan las distintas especies a fin de producir una comunidad viable sobre la Tierra, y cómo las leyes de la naturaleza contribuyen a la conservación de la vida. ¿Puede acaso todo esto haber sido consecuencia del ensayo y el error de un mundo que procuraba una y otra vez lograr el éxito y de pronto se vio coronado por éste?
Consideremos qué posibilidades tiene una persona cuyos ojos están vendados de escoger letras al azar y de que, cuando éstas se hallen en el orden elegido, formen una novela perfectamente lógica. No interesa cuántas veces procure lograr el truco, indudablemente fallará. Una novela no es nada si se la compara con el mundo. En toda su extensión, la Tierra tiene sentido. Es un rompecabezas gigante cuyas piezas se ajustan entre si con increíble precisión. ¿Podrían acaso haberse colocado las piezas al azar?
Los evolucionistas afirman que el hombre se desarrolló a partir de un organismo unicelular por pura casualidad. Sin embargo, se ha calculado que la probabilidad- de formar una sola molécula de -proteina por casualidad es una en 10243 (10 con 242 ceros detrás). Por otra parte, aunque el mundo estuviese cubierto de un océano de una milla de profundidad que contuviese 1033 bacterias, los científicos afirman que llevarla más de cien mil millones de años producir una sola nueva enzima. Y aunque produjeran un gen para fabricar esta nueva enzima, deberian pasar seis millones de generaciones antes de que el gen se dispersara entre todas las especies mediante el proceso de la supervivencia del más apto. Nos hemos referido al tiempo necesario para desarrollar una enzima típica sin utilidad. ¡Para qué aparezca una sola enzima útil, deben transcurrir trescientos millones de años! (A Torah and Science Reader, pág. 29). Esto apunta a la improbabilidad de que se hayan desarrollado por pura casualidad aún los organismos unicelulares totalmente funcionales. Si fueron necesarios tantos sucesos fortuitos y tanto tiempo para formar una sola enzima útil, bien puede imaginarse cuántas coincidencias y cuántos eones se necesitarían para que una célula evolucionara a fin de convertirse en el hombre, formado por miles de millones de células. Es imposible calcular qué posibilidades hay de que esto ocurra por casualidad. Sin embargo, los evolucionistas nos piden que creamos que ello es posible.
3) Los evolucionistas, que niegan la existencia de un Creador, deben explicar de dónde surgió la materia original: la Tierra, la luna, el sol, las estrellas, todos estos cuerpos gigantescos, que funcionan magníficamente en virtud de leyes naturales, ¿cómo llegaron a su lugar? ¿Cómo se originaron los átomos y cómo surgieron los elementos? ¿Cómo se iniciaron las leyes de la naturaleza? La teoría de la evolución no aporta una solución a este problema.
Los evolucionistas también deben explicar el modo en que surgió la primera célula viviente. Sabemos que las células vivientes, tales como la materia y la energía, no aparecen espontáneamente: Pasteur demostró que la generación espontánea (la aparición espontánea de la vida) no es posible. Sin embargo, los evolucionistas se ven obligados a afirmar que "las primeras células aparecieron en virtud de la generación espontánea. Mas si ello es así, ¿por qué los científicos, pese a sus técnicas avanzadas, no han podido crear una sola célula viviente? (A decir verdad, han podido fabricar aminoácidos y virus, pero éstos no son auténticas células vivientes. Y, aunque se hubiese formado milagrosamente una célula viviente a partir de los elementos y los gases existentes sobre la Tierra, ésta habría sido destruida por los rayos ultravioletas del sol a menos que, claro está, un Di-s la hubiese creado y protegido.)
Por otra parte, ¿cómo podrian estas primeras células haber adquirido las características que les permiten conservar la vida, tales como la respiración y la ingestión? ¿Cómo -y por qué- comenzaron a reproducirse? ¿Qué las hizo comportarse como si la vida valiese la pena conservarse?
4) Una idea básica de la Teoría de la Evolución es la de que los cambios que permitieron que la ameba se convirtiese en hombre fueron el resultado de mutaciones. Inicialmente, Charles Darwin, el padre de la teoría supuso que estas nuevas características eran adquiridas lentamente y transmitidas a la progenie de los organismos. Por ejemplo, creía que si la jirafa tenía un cuello de largo poco corriente como resultado de sus esfuerzos para obtener alimentos, transmitía esta característica superior a su cría, y las jirafas de cuello largo posteriormente sobrevivían a aquéllas de cuello más corto por cuanto tenían mejor acceso a los alimentos que crecen en los árboles. Sin embargo, esta idea planteaba importantes problemas. Por un lado, las características adquiridas no eran heredadas por los jóvenes; por el otro, este proceso llevaría mucho tiempo. De manera pues que se introdujo una nueva idea. Los cambios se producían merced a modificaciones repentinas e importantes en los genes, y de este modo se transmitían a la generación siguiente.
Esto podría parecer verosimil, especialmente por cuanto se han observado mutaciones, como ya lo mencionamos anteriormente. Sin embargo, aún quedan problemas sin resolver. En tanto pueden ocurrir mutaciones, éstas aún no han producido un nuevo tipo de miembro u órgano en ninguna especie. Las mutaciones han producido nuevos insectos resistentes al DDT y polillas de color negro, pero se trata básicamente de los mismos insectos y polillas. De hecho, la mayoría de las mutaciones son sumamente dañinas al organismo. Las mutaciones producidas en la mosca mediterránea dieron por resultado alas más pequeñas y arrugadas, mas no de mayor tamaño o fuerza. Las mutaciones entre los animales produjeron especimenes más débiles y pequeños; entre las plantas produjeron variedades sin semillas. Y en el hombre, los rayos X han causado mutaciones que produjeron el cáncer, la idiocia, la anemia de células falciformes, la hemofilia y la carencia de esmalte dental. Nadie ha observado jamás mutaciones que conviertan una clase de animales en un tipo de organismo más complejo. ¿Cómo entonces, pueden afirmar con certeza los evolucionistas que cada paso en la larguísima escalera ascendente que va desde la ameba al hombre es el resultado de mutaciones? ¿Cómo pueden decir que las mutaciones hicieron que los nuevos organismos fueran más aptos para sobrevivir?
El hombre y los organismos unicelulares son tan distintos que parece increíble que uno se haya convertido en el hombre. Aún las diferencias que existen entre los vertebrados y los invertebrados son tan básicas que parecen sugerir que existe una diferencia insalvable entre ellos. Los evolucionistas aún deben explicar satisfactoriamente cómo se produjo esta singular transformación.
¿Qué es la Teoría de la Evolución?
Fundamentalmente, esta teoría afirma que toda la vida se desarrolló por si sola, sin la ayuda de un Creador. De acuerdo con la teoría, después de la aparición espontánea de los primeros organismos unicelulares, se desarrollaron a partir de éstos especies nuevas y más complejas, mediante cambios sutiles. Los evolucionistas han modificado su opinión sobre cómo ocurrieron los cambios. Al principio, creían que éstos eran causados por características adquiridas heredadas; ahora dicen que se deben a mutaciones genéticas. Los organismos que poseían nuevas características útiles sobrevivieron a expensas de los organismos que no las poseían, merced a un proceso denominado "la supervivencia del más apto". Transmitieron estas nuevas características a su progenie, y el proceso continuó hasta que surgieron formas de vida cada vez más complejas -entre ellas el hombre-. Los evolucionistas dicen que este proceso viene ocurriendo desde hace mucho tiempo, millones de años, y que todas las especies, con sus características distintivas, se desarrollaron por pura casualidad.
Los evolucionistas formulan los siguientes argumentos como prueba de la verdad de sus afirmaciones: a) Los arqueólogos han desenterrado fósiles que, según sostienen, tienen millones de años, lo cual apoya su posición de que la vida existe desde hace muchisimo tiempo. b) Además, los fósiles hallados en extractos rocosos por lo general muestran que los organismos más simples están ubicados debajo de los más complejos. Según los arqueólogos, esto demuestra que los organismos complejos se desarrollaron a partir de los más simples. c) Algunos fósiles parecen ser formas primitivas del hombre, lo cual indicaría que el hombre y el mono son ramas del mismo tronco común. d) Se han observado mutaciones en las especies (tales como la aparición de insectos con resistencia al DDT), y estas características recientemente adquiridas han sido heredadas de las generaciones posteriores. e) El hombre tiene lo que se ha dado en llamar órganos atrofiados que no tienen propósito aparente (como el apéndice) y que, en consecuencia, se han retenido de especies anteriores durante el proceso de evolución.
La aceptación de la Teoría de la Evolución entre la mayoría (mas no la totalidad) de los científicos a veces hace que se pasen por alto los numerosos problemas que ésta entraña. Entre ellos cabe destacar los siguientes:
1) Recordemos que el concepto de desarrollo por evolución es una simple teoría. No habla ningún científico presente cuando la vida apareció por primera vez. ¡Ningún científico ha observado jamás la evolución de una sola nueva especie! Nadie puede probar irrefutablemente que todos los organismos vivientes se han desarrollado mediante un proceso de evolución. La teoría ha sido modificada varias veces en el curso de los años (se basó primero en la hipótesis de las características adquiridas y luego en la de las mutaciones, por ejemplo), por cuanto algunas partes de ella han sido refutadas. Sin embargo, muchos científicos han llegado a aceptarla con sorprendente devoción, y denuncian a todo aquél que ponga en tela de juicio la teoría de un hereje anticuado e intolerante. ¿Es esto acaso la auténtica objetividad científica?
2) La Teoría de la Evolución rechaza la idea de un Creador Divino (lo cual significa, dicho sea de paso, que apoya la idea de que la vida es absurda, tal como lo mencionamos anteriormente).
En consecuencia, los evolucionistas deben explicar el desarrollo de todos los objetos animados e inanimados como obra de la casualidad. Deben afirmar que todos los pasos que llevaron desde la aparición del primer organismo unicelular hasta el hombre fueron puro accidente. Cada órgano, miembro, célula cerebral, y aspecto artístico y emocional del hombre son el resultado de una serie de coincidencias.
Pero ya hemos mencionado la increíble complejidad no sólo del hombre sino también de las demás criaturas vivientes. Hemos demostrado cuán armónicamente funcionan las distintas especies a fin de producir una comunidad viable sobre la Tierra, y cómo las leyes de la naturaleza contribuyen a la conservación de la vida. ¿Puede acaso todo esto haber sido consecuencia del ensayo y el error de un mundo que procuraba una y otra vez lograr el éxito y de pronto se vio coronado por éste?
Consideremos qué posibilidades tiene una persona cuyos ojos están vendados de escoger letras al azar y de que, cuando éstas se hallen en el orden elegido, formen una novela perfectamente lógica. No interesa cuántas veces procure lograr el truco, indudablemente fallará. Una novela no es nada si se la compara con el mundo. En toda su extensión, la Tierra tiene sentido. Es un rompecabezas gigante cuyas piezas se ajustan entre si con increíble precisión. ¿Podrían acaso haberse colocado las piezas al azar?
Los evolucionistas afirman que el hombre se desarrolló a partir de un organismo unicelular por pura casualidad. Sin embargo, se ha calculado que la probabilidad- de formar una sola molécula de -proteina por casualidad es una en 10243 (10 con 242 ceros detrás). Por otra parte, aunque el mundo estuviese cubierto de un océano de una milla de profundidad que contuviese 1033 bacterias, los científicos afirman que llevarla más de cien mil millones de años producir una sola nueva enzima. Y aunque produjeran un gen para fabricar esta nueva enzima, deberian pasar seis millones de generaciones antes de que el gen se dispersara entre todas las especies mediante el proceso de la supervivencia del más apto. Nos hemos referido al tiempo necesario para desarrollar una enzima típica sin utilidad. ¡Para qué aparezca una sola enzima útil, deben transcurrir trescientos millones de años! (A Torah and Science Reader, pág. 29). Esto apunta a la improbabilidad de que se hayan desarrollado por pura casualidad aún los organismos unicelulares totalmente funcionales. Si fueron necesarios tantos sucesos fortuitos y tanto tiempo para formar una sola enzima útil, bien puede imaginarse cuántas coincidencias y cuántos eones se necesitarían para que una célula evolucionara a fin de convertirse en el hombre, formado por miles de millones de células. Es imposible calcular qué posibilidades hay de que esto ocurra por casualidad. Sin embargo, los evolucionistas nos piden que creamos que ello es posible.
3) Los evolucionistas, que niegan la existencia de un Creador, deben explicar de dónde surgió la materia original: la Tierra, la luna, el sol, las estrellas, todos estos cuerpos gigantescos, que funcionan magníficamente en virtud de leyes naturales, ¿cómo llegaron a su lugar? ¿Cómo se originaron los átomos y cómo surgieron los elementos? ¿Cómo se iniciaron las leyes de la naturaleza? La teoría de la evolución no aporta una solución a este problema.
Los evolucionistas también deben explicar el modo en que surgió la primera célula viviente. Sabemos que las células vivientes, tales como la materia y la energía, no aparecen espontáneamente: Pasteur demostró que la generación espontánea (la aparición espontánea de la vida) no es posible. Sin embargo, los evolucionistas se ven obligados a afirmar que "las primeras células aparecieron en virtud de la generación espontánea. Mas si ello es así, ¿por qué los científicos, pese a sus técnicas avanzadas, no han podido crear una sola célula viviente? (A decir verdad, han podido fabricar aminoácidos y virus, pero éstos no son auténticas células vivientes. Y, aunque se hubiese formado milagrosamente una célula viviente a partir de los elementos y los gases existentes sobre la Tierra, ésta habría sido destruida por los rayos ultravioletas del sol a menos que, claro está, un Di-s la hubiese creado y protegido.)
Por otra parte, ¿cómo podrian estas primeras células haber adquirido las características que les permiten conservar la vida, tales como la respiración y la ingestión? ¿Cómo -y por qué- comenzaron a reproducirse? ¿Qué las hizo comportarse como si la vida valiese la pena conservarse?
4) Una idea básica de la Teoría de la Evolución es la de que los cambios que permitieron que la ameba se convirtiese en hombre fueron el resultado de mutaciones. Inicialmente, Charles Darwin, el padre de la teoría supuso que estas nuevas características eran adquiridas lentamente y transmitidas a la progenie de los organismos. Por ejemplo, creía que si la jirafa tenía un cuello de largo poco corriente como resultado de sus esfuerzos para obtener alimentos, transmitía esta característica superior a su cría, y las jirafas de cuello largo posteriormente sobrevivían a aquéllas de cuello más corto por cuanto tenían mejor acceso a los alimentos que crecen en los árboles. Sin embargo, esta idea planteaba importantes problemas. Por un lado, las características adquiridas no eran heredadas por los jóvenes; por el otro, este proceso llevaría mucho tiempo. De manera pues que se introdujo una nueva idea. Los cambios se producían merced a modificaciones repentinas e importantes en los genes, y de este modo se transmitían a la generación siguiente.
Esto podría parecer verosimil, especialmente por cuanto se han observado mutaciones, como ya lo mencionamos anteriormente. Sin embargo, aún quedan problemas sin resolver. En tanto pueden ocurrir mutaciones, éstas aún no han producido un nuevo tipo de miembro u órgano en ninguna especie. Las mutaciones han producido nuevos insectos resistentes al DDT y polillas de color negro, pero se trata básicamente de los mismos insectos y polillas. De hecho, la mayoría de las mutaciones son sumamente dañinas al organismo. Las mutaciones producidas en la mosca mediterránea dieron por resultado alas más pequeñas y arrugadas, mas no de mayor tamaño o fuerza. Las mutaciones entre los animales produjeron especimenes más débiles y pequeños; entre las plantas produjeron variedades sin semillas. Y en el hombre, los rayos X han causado mutaciones que produjeron el cáncer, la idiocia, la anemia de células falciformes, la hemofilia y la carencia de esmalte dental. Nadie ha observado jamás mutaciones que conviertan una clase de animales en un tipo de organismo más complejo. ¿Cómo entonces, pueden afirmar con certeza los evolucionistas que cada paso en la larguísima escalera ascendente que va desde la ameba al hombre es el resultado de mutaciones? ¿Cómo pueden decir que las mutaciones hicieron que los nuevos organismos fueran más aptos para sobrevivir?
El hombre y los organismos unicelulares son tan distintos que parece increíble que uno se haya convertido en el hombre. Aún las diferencias que existen entre los vertebrados y los invertebrados son tan básicas que parecen sugerir que existe una diferencia insalvable entre ellos. Los evolucionistas aún deben explicar satisfactoriamente cómo se produjo esta singular transformación.
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