Los jueces de Israel, que juzgaron nuestro pueblo miles de annos fueron grandes sabios, que supieron no solo fallar de acuerdo a la ley, sino tambien en casos muy complicado valiendose de inteligencia y picardia.
En los dias que Rabenu Jaim Ben Atar, conocido como "Or Jaim Hakadosh", vivia en la ciudad de Sali (vecina de Rabat, Marruecos), vivia en Rabat un judio muy acaudalado.
Un dia el hombre se fue a la quiebra perdiendo su encumbrada position. Salio de Rabat y deambulo por las ciudades de Marruecos para encontrar trabajo con el cual mantener a su familia.
Tenia una gran confianza que D-s iba a ayudarlo a conseguir su objetivo. Despues de trabajar en diferentes actividades, logro ahorrar una importante suma de dinero, que le posibilito volver a su ciudad de origen. Siendo visperas de Shabat, en camino a su casa paso por la ciudad de Sali, donde tenia un viejo amigo.
Debido a que no habia suficiente tiempo pare llegar a su casa antes de Shabat, acepto gustoso la invitation de su amigo, de hospedarse durante el Shabat en su casa y le entrego su dinero en custodia.
Al terminar el Shabat, despues de la ceremonia de Havdala, el huesped pidio de su anfitrion que le devuelva el dinero que le habia entregado la vispera. Mas su anfitrion nego por completo haber recibido dinero de su huesped.
El viajero se mantuvo firme en su pedido y le rogo a su amigo (del pasado) que le entregue su dinero, dinero que pudo ahorrar trabajando duramente, durante un periodo prolongado.
Colerico anfitrion vocifero con furioso semblante: Acaso no te avergiienzas, te hospedas en mi casa, comes en mi mesa y despues inventas calumnias contra mi.
Vio el hombre que no podria recuperar por las buenas el dinero de su ex-amigo y decidio demandarlo frente al tribunal de Rabenu Ben Atar.
Fueron los dos a presentarse frente al erudito y despues que escucho los argumentos de los litigantes pregunto el anfitrion: este judio reclama el dinero que entrego en tu custodia: ¿Qué tienes que alegar?
— Sus palabras son falsas. Este hombre me esta infamando — respondio.
— Acaso hubo algun testigo entre ustedes, cuando entregaste tu dinero? — pregunto Or Hajaim al demandante.
Bajo el hombre sus ojos y dijo: No habia testigos entre nosotros, estabamos sentados bajo la copa del arbol, saque la bolsa con el dinero de mi bolsillo y se la entregue al acusado.
Muy bien exclamo Or Hajaim, dirigete al arbol e invitalo a prestar testimonio.
El acusador sabia que Rabenu Or Hajaim, era una persona santa, hacedor de maravillas, asi que sin titubeos salio en direction del arbol a cumplir con las palabras del rabino.
Al pasar unos breves minutos, exclamo Or Hajaim, seguro que el hombre ya llego al arbol.
— No rabino — replico el acusado, todavia falta bastante para que llegue al arbol.
Contemplo el rabino al hombre que nego haber recibido el dinero, le clavo la mirada y le ordeno devolver al judio su dinero.
Cuando vio la sorprcsa del hombre, colocó Rabenu Or Hajaim, su mano sobre su barba y agrego: si no recibiste el dinero,¿como sabes el lugar del arbol?
Sin decir palabra, el hombre devolvio el dinero a su propietario.
Comercio el hombre con su dinero y D-s lo ayudo a volver a su condition anterior.
Fuente: el cuento este traido en un libro de cuentos sobre los judios marroquies.
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