jueves, 22 de noviembre de 2012

Parashá Vayetzé - (Y salió). 10 Kislev 5773 (24 de Noviembre de 2012).Después del sueño de la escalera

Después que Iaakov vio ángeles que suben y bajan, y que HaShem estaba junto a él, elevó su ruego: “Si Elokim ha de estar conmigo y ha de protegerme en este camino que estoy recorriendo, si ha de darme pan para comer y ropa para vestir, si he de retornar en paz a la casa de mi padre, y si HaShem ha de ser mi Elokim” (Bereshit, 28:20-21) Pan para comer y ropa para vestir. Nos preguntamos ¿esta es la cima material a la cual quiere llegar Iaakov? Pidió solo lo mínimo para vivir, no pidió riquezas solo “Pan para comer y ropa para vestir” Suena extraño, ¿eso es lo que desea el “elegido entre los patriarcas”?, no tenía pretensiones en la vida.

Al acentuar la Tora este detalle, quiere enseñarnos sobre la personalidad del tercer patriarca, resaltar un aspecto fundamental del carácter de uno de los fundadores de la nación hebrea, el cual quiere heredarle a las naciones venideras. Al principio de su camino, sin el paraguas familiar, sabiendo de los enfrentamientos con que lo esperan, de la falsedad de su cuñado Laban, nos revela la Tora que lo más importante que lleva al salir al destierro es su Fe en D-s y su frugalidad.

Con estas palabras acompaña Rabi Jiya Ibn Pekuda a Iakov en su camino a Jaran: “Esto es lo que piden los Justos de D-s No pedirán lujos, solo lo necesario para vivir.” ¿Por qué, acaso prohíbe el judaísmo los placeres?, al contrario, por eso pidió Iaakov, solo pan, continua el Rabino “Sabido es que la persona tiende a los lujos y estos lo llevan a una inestabilidad emocional, por eso el temeroso de D-s bien hará en contentarse con lo poco que tiene, y no anhele las suntuosidades y los lujos.”

Aclaremos el concepto: Cuando el individuo no está satisfecho, crea antagonismos, y se estresa hasta enfermarse. El correr tras logros a veces difíciles de alcanzar mina su capacidad de alegrarse en la vida; la envidia, la amargura y el descontento lo persiguen día a día, minuto a minuto, por eso Iaakov ruega a D-s que lo bendiga para que se contente con poco. Pero, ¿es este un buen camino?, ¿es prohibido desear una buena situación económica?, ¿acaso al contentarnos con poco no nos empuja a la decadencia y al ocaso?, ¿acaso la falta de motivación para obtener logros personales no empequeñece la estatura del ser humano como creador, conquistador y triunfador?, ¿acaso podríamos tener provecho de las bendiciones de la civilización sin la ambición de millones de personas para lograr éxitos? Si son estas las preguntas, no comprendemos la posición del patriarca Iaakov.

Iaakov no frena el deseo de adquirir logros, la ambición de triunfar en el mundo material es elemental en el ser humano, solo hay que encausarlo por el camino positivo. Iaakov quiso hacerlo, pidió “pan para comer y ropa para vestir”, pensó, si me contento con poco, entonces voy a poder alcanzar bienes espirituales, lograr conocimientos, construir mi alma en el reinado de D-s.
En la petición de Iaakov se encierra un mensaje: Debemos preferir lo eterno a lo cambiante, lo espiritual a lo material, buscar la felicidad dentro del corazón y no en el mundo exterior.

Rabenu Bejaye agrega una nota importante en su comentario: “Nosotros vemos el orden del mundo y la dirigencia celestial, todo realizado con una profunda y maravillosa sabiduría. D-s otorga a sus criaturas lo necesario para su existencia, lo imperioso está al lado nuestro, lo no tanto, como las piedras preciosas no está a nuestro alcance, pero los alimentos y el agua, elemento fundamental para nuestra existencia hay en abundancia, de más decir que el aire, es necesario para la vida se encuentra en todas partes. Por eso Iaakov el patriarca pidió a D-s “pan para comer y ropa para vestir” lo básico para vivir, y no lujos, cosa que la Tora desprecia.

Iaakov se siente libre, su corazón rebosa de alegría, después del sueño y de la bendición de HaShem y comienza con fe y seguridad su camino a Jaran como cita el versículo: “Entonces Iaakov levanto sus pies (se levantó motivado) y fue hacia la tierra de los orientales” (Idem, 29:1).
 

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