“Llegaron al lugar que Dios le había dicho, y Abraham construyó ahí un altar. Arregló los leños, ató a su hijo Itzjak y lo puso en el altar, sobre los leños. Abraham extendió su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo. Entonces un ángel de Dios lo llamó desde los cielos y le dijo: “¡Abraham, Abraham!”. Y él dijo: “Heme aquí”. Y dijo: “No extiendas tu mano contra el joven y no le hagas nada, pues ahora sé que eres temeroso de Dios y no me has rehusado a tu hijo, a tu único””. (Génesis 22:9-12)
Pregunta:
Si bien es cierto que la Akedat Itzjak (el atamiento de Itzjak) fue una prueba absolutamente determinante, de todas maneras Dios ya había probado a Abraham con nueve pruebas anteriormente (ver Rambam, comentario a Pirkei Avot 5:3):
- Dios le ordenó abandonar la casa de su padre para ser un extraño en la tierra de Canaan.
- Inmediatamente después de su llegada a la Tierra Prometida, Abraham se encontró con una hambruna.
- Los egipcios capturaron a su amada esposa Sara y la llevaron ante el Faraón.
- Se enfrentó a obstáculos increíbles en la batalla de los cuatro y cinco reyes.
- Se casó con Agar después de no poder tener hijos con Sara.
- Dios le ordenó circuncidarse a sí mismo a una edad avanzada.
- El rey de Gerar capturó a Sara, con la intención de tomarla para él.
- Dios le dijo que expulsara a Agar después de haber tenido un hijo con ella.
- Tuvo que expulsar a su hijo Ishmael y distanciarse de él.
Todas estas fueron pruebas muy difíciles y Abraham salió victorioso en todas ellas. ¿¡Cómo es posible entonces que sólo ahora, después de la Akedat Itzjak Dios le diga: “ahora sé que eres temeroso de Dios”!? ¡Él ya había demostrado nueve veces seguidas que confiaba ciegamente en Dios! Y no sólo eso, sino que además Dios no está limitado por el tiempo y lo sabe todo, ¿qué significa entonces “ahora sé”? ¿Acaso Dios no lo sabía desde antes?
Respuesta:
Si bien es cierto que Abraham había superado pruebas muy difíciles, Dios sabía que Abraham tenía mucho potencial oculto que aún no se había manifestado en la práctica. Dios sabía que el nivel de irat shamaim de Abraham podía llegar incluso más alto.
Es por eso que Dios puso a prueba a Abraham con la Akedat Itzjak, ya que esta prueba exigía sacrificar absolutamente todo, no sólo el presente – su hijo – y el pasado – todo lo que le había costado concebir a Itzjak – sino también el futuro – ya que Itzjak representaba la continuidad del pueblo judío.
La Akedat Itzjak fue “la prueba final”. Con este gran acto de fe, todo el potencial de Abraham salió a la luz, y alcanzó de esta manera el nivel más alto de irat shamaim, ahora su mérito estaba completo (ver Rambán).
“Ahora sé” significa “ahora he visto, a través de este gran acto concreto que has realizado, cómo se ha revelado absolutamente todo tu potencial”, no es que Dios no lo sabía de antes, al contrario, Dios conocía realmente todo su potencial, y es justamente por eso que lo puso a prueba.
Y lo mismo ocurre en nuestras vidas. Cada vez que nos enfrentamos a una dificultad, tenemos que recordar que la magnitud de la dificultad tiene relación directa con nuestro potencial oculto. Y tenemos que recordar que es precisamente por eso que Dios nos pone a prueba, porque Él es el único que conoce realmente todo nuestro potencial, y quiere vernos brillar.
Fuentes: Rambán, comentario a Génesis 22:12.
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