La vida de Iaakov estuvo rodeada de problemas. Apenas escapó de Laván y Eisav
se encontró con una nueva desgracia, la tragedia de su hija Dina.
¿Por qué Hashem permitió que Dina fuera deshonrada? ¿Por qué no la protegió,
como protegió a Sara en los palacios del Faraón y Avimelej?
Este fue un castigo hacia Iaakov. Iaakov, camino a la casa de Laván, prometió
entregar a Hashem una décima parte de sus ingresos y no cumplió con su promesa.
Quien demora el cumplimiento de una promesa conduce a una revisión de sus actos
en el Cielo. Cuando Hashem verificó la historia de Iaakov, lo encontró culpable
de haber retenido a su hija de Eisav. Hashem dijo - Te negaste a entregar a tu
hija a tu hermano circunciso. Ahora sobrevendrá algo peor. Será tomada por un
hombre no- circuncidado.
Cuando Iaakov y su familia acamparon en Sh'jem, el gobernador del pueblo,
Sh'jem ben Jamor, trajo muchachas para cantar y bailar frente a las tiendas de
Iaakov. Mientras su padre y sus hermanos estudiaban en el Beit Hamidrash, Dina
se escapó de su tienda para mirar la representación. *Rabinu Abraham, hijo de
Rambam, en sus comentarios a la Torá dice: 'Como descuidaron a Dina, la triste
historia tuvo que ocurrir. Esta es una lección objetiva para todos los
observantes de la Torá, para que vigilen y cuiden a sus mujeres".
La historia de Dina quedó registrada en la Torá para recalcarnos el cuidado
que debe tener una mujer acerca de exhibirse en público.
Nuestros Sabios nos enseñan: Una mujer no debe exhibirse en la calle enjoyada
en forma llamativa. Las joyas son para que la mujer se engalane en su propia
casa (para su esposo). Sería un error colocar un obstáculo delante de un hombre
justo y más aún, ante personas que están a la búsqueda de una oportunidad para
pecar.
Antes de crear a la mujer, Hashem pensó: '¿De qué órgano de Adam la
formaré?'Decidió,
No la formaré de la cabeza, o será vanidosa.
No la formaré de los ojos, o será curiosa.
No la formaré de la boca, o será charlatana.
No la formaré de los oídos, o será escuchadora furtiva.
No la formaré de los pies, o será callejera.
No la formaré de la cabeza, o será vanidosa.
No la formaré de los ojos, o será curiosa.
No la formaré de la boca, o será charlatana.
No la formaré de los oídos, o será escuchadora furtiva.
No la formaré de los pies, o será callejera.
La formaré de la costilla que es una parte oculta del cuerpo para enseñarle:
"SE MODESTA".
Pero las mujeres vencieron las intenciones de Hashem:
Son vanidosas, como dijo el profeta Ieshaiahu en su crítica(Ieshaiahu 3:16): 'Porque las hijas de Sión son arrogantes y caminan con el cuello estirado'.
Son curiosas, como dice acerca de Javá (Bereshit 3:6) 'Y vio la mujer que el árbol era agradable para comer'.
Son charlatanas, como vemos que Lea dijo a Rajel (ibid. 30:15) '¿Acaso es poco que hayas tú tomado a mi esposo, para tomar también los dudaim (flores) de mi hijo?'
Son rateras, como dice (ibid. 31:19) 'Y Rajel hurtó los terafim que eran de su padre'.
Son escuchadoras furtivas, pues dice (ibid. 18:10) 'Y Sara estaba escuchando en la entrada de la tienda'.
Son callejeras, como dice acerca de Lea (ibid. 30:16) 'Y salió Lea a su encuentro' y respecto de Dina (ibid. 34:1) 'Salió Dina'.
Son vanidosas, como dijo el profeta Ieshaiahu en su crítica(Ieshaiahu 3:16): 'Porque las hijas de Sión son arrogantes y caminan con el cuello estirado'.
Son curiosas, como dice acerca de Javá (Bereshit 3:6) 'Y vio la mujer que el árbol era agradable para comer'.
Son charlatanas, como vemos que Lea dijo a Rajel (ibid. 30:15) '¿Acaso es poco que hayas tú tomado a mi esposo, para tomar también los dudaim (flores) de mi hijo?'
Son rateras, como dice (ibid. 31:19) 'Y Rajel hurtó los terafim que eran de su padre'.
Son escuchadoras furtivas, pues dice (ibid. 18:10) 'Y Sara estaba escuchando en la entrada de la tienda'.
Son callejeras, como dice acerca de Lea (ibid. 30:16) 'Y salió Lea a su encuentro' y respecto de Dina (ibid. 34:1) 'Salió Dina'.
Todas las grandes mujeres arriba mencionadas fueron motivadas en sus acciones
por consideraciones serias. Sin embargo, nuestros Sabios encontraron un defecto
pequeñísimo y pronunciaron su veredicto con el criterio severo de la Torá y les
aplicaron términos extremos tales como 'rateras' y 'callejeras'.
Cuando Sh'jem vio a Dina, la secuestró y la llevó por la fuerza. Luego la
persuadió con palabras convincentes para que se quedara en la casa. - Tu padre
tuvo que invertir una suma importante de dinero para adquirir una propiedad en
Sh'jem- le dijo a ella. - Yo soy el gobernante de este pueblo. Si te quedas
conmigo, te daré toda la ciudad con sus campos y viñedos.
Cuando Iaakov supo lo que pasó, envió a dos sirvientes para que recuperaran a
Dina de la casa de Sh'jem, pero Sh'jem y sus hombres los echaron.
Sh'jem, quien se arrepintió de haber arrebatado a Dina en forma ilícita,
pidió a su padre que se pusiera en contacto con Iaakov y le solicitara para que
fuera su esposa legítima.
Jamor se presentó ante Iaakov diciendo - Mi hijo desea a tu hija. Te suplico
que la entregues como esposa. Te pagaremos lo que pidas. Mezclemos nuestras
sangres, ustedes tomarán a nuestras hijas en matrimonio y nosotros a las
vuestras.
Cuando los hijos de Iaakov llegaron a casa y se enteraron lo que le ocurrió a
Dina, se enojaron y exclamaron - Este acuerdo vil queda prohibido aun en
cumplimiento de sus leyes. Shimon y Levi comentaron - En lugar de decir, 'Se
abusaron de una joven judía', dejemos que la gente diga, 'Se mataron idólatras
porque tomaron a la hija de Iaakov, una joven judía'.
Shimon y Levi respondieron entonces al padre de Sh'jem con sabiduría. - Sepa-
le dijeron - damos a nuestras hijas en matrimonio solamente a hombres
circuncisos. Si todos los varones entre ustedes se circuncidan, estaremos de
acuerdo de entregarles nuestras hijas en matrimonio y de tomar vuestras hijas
para convertirnos en un pueblo. Pero si ustedes no se circuncidan, tomaremos
nuestra hija y nos iremos.
Shimon y Levi actuaron conforme a la halajá cuando planearon matar a los
habitantes de Sh'jem porque el pueblo de Sh'jem merecía el castigo capital según
las Siete Leyes de Noaj. Sh'jem mismo era pasible del castigo capital por haber
raptado a Dina (la transgresión de robo). Sus compatriotas eran también
culpables porque sabían de su acción pero no lo llevaron a la justicia. Por lo
tanto violaron una de las Siete Leyes de Noaj, la obligación de administrar
justicia (dinim). Merecían la muerte por no haber aplicado el castigo que
correspondía a Sh'jem. *El Midrash Hagadol cita en el texto la opinión de
Rambam. Rokeaj ofrece una explicación diferente acerca de por qué la gente de
Sh'jem merecía el castigo de muerte. El acuerdo entre los hijos de Iaakov y el
pueblo de Sh'jem (además del acuerdo de circuncidarse) incluía que la gente de
Sh'jem debía despojarse de todos los ídolos. Si bien lo hicieron externamente,
en secreto seguían con sus costumbres paganas y por lo tanto eran pasibles del
castigo de muerte por haber violado una de las Siete Leyes de Noaj. Por esta
razón la familia de Iaakov guardó algunos de los ídolos (y más adelante laakov
les pidió que los sacaran antes de su travesía a Bet El), a fin de probar
fehacientemente que habían matado al pueblo de Sh'jem legítimamente si las
naciones se los cuestionaban.
Sh'jem y Jamor aceptaron la propuesta de Shimon y Levi. Regresaron al pueblo
de Sh'jem, ordenándoles que se circuncidaran. La gente del pueblo aceptó, no por
motivaciones sagradas sino porque creían que este acuerdo los beneficiaría
materialmente, diciendo - Eventualmente todo el ganado de Iaakov y las
propiedades serán nuestras Más de seiscientos hombres y más de doscientos hijos
de Sh'jem fueron circuncidados.
Pero había un grupo de disidentes: Jedkam y sus seis hermanos. Estaban
enojados que el pueblo de Sh'jem aceptó ser circuncidado. Cuando se enteraron
que algunas mujeres de Sh'jem que habían escondido a sus bebes en una cueva
fueron obligados por Sh'jem y Jamor a entregarlos para ser circuncidados,
amenazaron a los habitantes de Sh'jem - Vamos a matar a Jamor, Sh'jem, Dina y a
todo el pueblo de Sh'jem. ¿Que locura es esta de aceptar la circuncisión para
casarse con unas jóvenes hebreas? ¿No hay suficientes mujeres canaanitas?
Notificaremos a todos los habitantes de la tierra de Canaan para que se unan a
nosotros en la matanza por introducir costumbres extranjeras aquí.
Cuando el pueblo de Sh'jem escuchó estas amenazas, se arrepintieron de haber
obedecido a Sh'jem y a su padre Jamor. Apaciguaron a Jedkam y a sus hermanos
diciendo - Tan pronto como nos recuperemos de la circuncisión, atacaremos a
Iaakov y sus hijos y haremos con ellos lo que tú nos ordenes.
Dina escuchó los planes malvados del pueblo de Sh'jem. Envió un mensaje
secreto a Iaakov para informarle que el pueblo de Sh'jem estaba tramando algo
malo contra él.
Sin consultar a su padre, Shimon y Levi, quienes en aquel entonces tenían
trece años, se colocaron las espadas y decidieron - Mañana no quedarán rastros
de la ciudad de Sh'jem. Cada uno llegó a esta decisión sin consultarse entre
sí.
El tercer día, cuando los hombres de Sh'jem estaban más débiles a causa de la
circuncisión, Shimon y Levi destruyeron a todos los habitantes de la ciudad y se
llevaron a Dina.
Veinte hombres de Sh'jem que escaparon al pueblo de Tapuaj informaron al rey
- Shimon y Levi han destruido Sh'jem.
- Es imposible que dos hombres hayan destruido una ciudad grande como Sh'jem-
exclamó Ishvi, rey de Tapuaj. - Enviaré espías a Sh'jem para averiguar lo que
realmente ocurrió. Los espías volvieron e informaron - Es verdad, Sh'jem está en
ruinas. Todos los hombres y animales están muertos.
- ¡Esto es insólito!- se enfureció Ishvi. - Aun en tiempos de Nimrod, una
gran ciudad jamás fue devastada por dos individuos. Debemos vengarnos.
Pero sus consejeros no le permitieron ir a la guerra contra la familia de
Iaakov. - No intente atacar a dos hebreos que pudieron borrar toda una ciudad-
le rogaron. - Para tener éxito necesitas del apoyo de un gran ejército.
Ishvi envió mensajeros a todos los reyes Emoritas informándoles lo que los
hijos de Iaakov habían hecho con Sh'jem. Siete reyes reclutaron a miles de
hombres para pelear contra Iaakov y su familia.
Cuando Iaakov escuchó esto, reprendió a Shimon y Levi diciéndoles - El vino
en el tonel estaba traslúcido, pero ustedes lo enturbiaron. Si bien los
Canaanitas sabían que eventualmente les conquistaríamos sus tierras, pensaron
que la conquista se haría realidad en un futuro lejano. Por ello se mantuvieron
en silencio y no nos lastimaron. Pero ahora, que ustedes los han atacado,
piensan que hemos comenzado a tomar posesión de sus tierras y harán todo lo
posible para destruirnos.
Shimon y Levi respondieron que actuaron para proteger a sus esposas e hijas.
- Debimos atacarlos- afirmaron - para demostrarles que nuestras hijas no son
libres para ser capturadas. Lo hicimos para evitar la reiteración de delitos
similares en el futuro.
Sin embargo, Iaakov opinó que Shimon y Levi pusieron en peligro a toda la
familia y al final de su vida maldijo la cólera que los condujo a atacar la
ciudad de Sh'jem (Bereshit 49:7).
Iehuda defendió a Shimon y Levi y demostró que estaban en su derecho de
acabar con la ciudad porque todos sus habitantes sabían de las maldades de
Sh'jem y no protestaron. - Por ello Hashem los castigó y los remitió a las manos
de Shimon y Levi- dijo Iehuda. - ¡No temas! El mismo D- s que puso a Sh'jem en
sus manos remitirá a todos los reyes canaanitas en nuestras manos. Confíen en
Hashem y recen a El para que nos salve.
Iaakov rezó. Los hijos de Iaakov también enviaron mensajeros a Itzjak en
Hebrón para que rece por ellos. Itzjak imploró a Hashem - ¿Acaso Tú no habías
prometido aumentar el número de mi descendientes?
Iehuda llamó a uno de los sirvientes de su padre y le ordenó Escala hasta la
cima de una montaña y averigua el número de soldados enemigos y sus posiciones.
Cuando el sirviente regresó, informó que había un gran ejército acampado en el
campo. Iehuda alentó a sus hermanos diciendo - Fortifíquense, pues Hashem está
con nosotros. No teman. Preparen sus espadas.
Todos los miembros de la casa de Iaakov, incluyendo los sirvientes,
prepararon sus armas. Itzjak también había enviado a sus sirvientes de Hebrón
para apoyarlos. El campamento de Iaakov estaba formado por ciento doce hombres.
Mientras avanzaban, Iaakov rezaba a Hashem.
Los reyes emoritas acamparon en un campo cercano y discutieron cual sería su
siguiente paso. Aún dudaban si atacar la familia de Iaakov, dos de cuyos
miembros habían matado toda la ciudad de Sh'jem.
Hashem salvó a Iaakov y su familia. Un repentino temor invadió a los
consejeros del rey y exclamaron - ¡Están locos si intentan entrar en guerra
contra estos hebreos! ¡Esto sería un ataque suicida! Su D- s los protege. Salvó
a su patriarca Abraham de la hoguera en que Nimrod lo había arrojado. Por el
bien de Abraham, mató a cuatro reyes que habían tocado a su sobrino Lot. Y
seguramente recordarán el castigo del Faraón y Avimelej cuando tomaron a la
esposa de Abraham. Ni siquiera Eisav pudo lastimar a Iaakov cuando vino con
cuatrocientos hombres e intentó matarlo.
Al escuchar esto, los soldados se dispersaron y los reyes no tuvieron coraje
para proceder.
Iaakov y sus hijos permanecieron en sus posiciones de batalla hasta el
anochecer. Cuando vieron que no había más peligro de ataque, regresaron a
casa.
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