viernes, 30 de octubre de 2009

Haftarat de la Parashá Lej Lejá - (Ve para tí). 13 Jeshván 5770 (31 de Octubre de 2009).

Ieshaiá (Isaías) 40:27 - 41:16

Muchas veces que deseamos tener un momento de tranquilidad espiritual podemos llegar a sentir debilidad. Puede que sintamos que D'os nos ha abandonado o que no nos dió en nuestras vidas todo lo bueno que merecíamos recibir. Pensamos: "Me he esforzado tanto por nada".

El pueblo de Israel también puede llegar a sentir un sentimiento parecido. Tantos años de exilio y de deambular de país en país, de nación en nación ¿Para que?

Cada vez que hemos querido entremezclarnos con el pueblo del lugar donde - involuntariamente o no - hemos llegado, nos quisieron degradar recordándonos que somos judíos y nunca (aunque así lo hayamos deseado) dejaremos de serlo.

Sin embargo, cuestionamientos de esta índole no son nuevos en el pensamiento bíblico. También hace muchos años hubieron quienes se enfrentaron a preguntas que los ponían en aprietos al no saber cómo responder. Veamos lo que nos dice el profeta:

"Has sabido, ciertamente has escuchado
que el D'os del mundo, Hashem,
Creador de los confines de la tierra,
no se cansa ni se agota,
es insondable Su sabiduría.
Él le da al cansado fuerzas
y a los carentes de vigor potencia incrementa.
Y se cansarán los jóvenes y se agotarán
y los muchachos tropezar se tropezarán.
Mas los esperanzados en D'os renovarán sus fuerzas,
les 'crecerán alas como a las águilas',
correrán mas no se agotarán,
andarán mas no se cansarán."

(40:28-31).

El Rav Mendel Hirsh en su libro Seder Hahaftarot nos explica cómo esta profecía de consuelo que el profeta Ieshaiahu profetizó para el pueblo de Israel, nos enseña la respuesta a todos nuestros interrogantes.

"Has sabido, ciertamente has escuchado
que el D'os del mundo, Hashem,
Creador de los confines de la tierra,
no se cansa ni se agota,
es insondable Su sabiduría
."

Puedes aprender por ti mismo - utilizando tu inteligencia - si es que no has aprendido de tus maestros (Metzudat David), que del mismo hecho de tu existencia así como de las experiencias del pasado, tendrías que haber podido llegar a la respuesta por ti mismo. El deseo de D'os, Su programa educativo para educar a la humanidad abarca miles de años. Sin embargo, tu visión capta sólo un corto lapso de tiempo y en ese corto tiempo, abarca solamente un pequeño campo visual - limitado por el tiempo y el espacio. Tu visión sólo capta lo externo, sólo capta el campo de las existencias temporarias.

A pesar de eso, D'os, constante Creador de los confines de la tierra, divisa cada instante todo y todo está en Su poder. Es por eso que es tonto y descarado atribuirte a ti mismo la posibilidad de entender el deseo de D'os e imaginarte que puedes fijar la posición de la aguja del reloj del mundo en un momento determinado, de acuerdo a las consecuencias de tu experiencia, que es tan limitada. Es insondable Su sabiduría.

"Él le da al cansado fuerzas
y a los carentes de vigor potencia incrementa.
Y se cansarán los jóvenes y se agotarán
y los muchachos tropezar se tropezarán."

Nunca se debilitará la fuerza de D'os, de la cual le da cada instante al cansado. El hecho de tu existencia atestigua sobre ésto como cien testigos. En toda intención de contradecir el deseo de D'os - a pesar de la imaginaria impresión de sensata seriedad y constante energía - se verá verdaderamente una acción infantil y una fugaz euforia que se consume, provenientes de una insensatez juvenil.

"Mas los esperanzados en D'os renovarán sus fuerzas,
les 'crecerán alas como a las águilas',
correrán mas no se agotarán,
andarán mas no se cansarán."

Mas los esperanzados en D'os, estos que se juntan y fluyen sin límites hacia D'os (kové Hashem - "los que se concentran en torno a D'os"), renovarán sus fuerzas y entenderán lo que parece "imposible". Los esperanzados en D'os son los únicos que corren, a pesar de que aparentan ser cansados caminantes; ellos son los que se acercan al objetivo y no saben lo que es el cansancio. La recompensa por la mitzvá - de acuerdo con Nuestros Sabios - es la fuerza ética y la alegre sed por una nueva mitzvá.

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