lunes, 23 de noviembre de 2009

TEHILIM (XIV)

Habla de la destrucción de los dos Grandes templos, el primero a manos de Nabucodonosor y el segundo a manos de Tito.

Para el Director del Coro, [un Salmo] por David: El necio dice en su corazón: “¡No hay Dios!” Las acciones [del hombre] se han vuelto corruptas y abominables, nadie hace el bien. Adonái miró a la humanidad desde el cielo, para ver si hay algún hombre de inteligencia que busca a Dios. Todos ellos se han descarriado juntos; se han vuelto corruptos; no hay nadie que haga el bien, ni siquiera uno. En verdad, todos los malhechores, que devoran a Mi pueblo como devoran el pan, que no claman a Adonái, finalmente conocerán [las consecuencias de sus acciones]. Allí serán presa del miedo, pues Dios está con la generación justa. Vosotros os mofáis del consejo del pobre, que deposita su confianza en Adonái. ¡Si de Tzión viniera la salvación de Israel! Cuando Adonái haga tornar a los cautivos de Su pueblo, Iaacov se alborozará, Israel se alegrará.

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